What if we meet again? [Gianna A. Lauper]

Después de una semana llena de trabajos escolares y tareas junto con un par de amigos decidimos que lo mejor sería salir por un poco de diversión, al fin y al cabo era fin de semana, no deberíamos preocuparnos por más deberes hasta el lunes.

Entramos en el bar con la idea de que esta seria nuestra noche, de aquí no saldríamos solos, ahora era oficialmente soltero, aunque pensar en la manera en que mi relación pasada había terminado no me era muy grata, la primera vez que había decidido aceptar la invitación de una chica para bailar había terminado en un par de besos subidos de tono y había sido el final de mi relación con Gianna, la imagen de aquella chica gritando fuera de la fiesta aun me perseguía en ocasiones, no era mi intención hacerle mal ni mucho menos, pero una cosa llevó a la otra y jamás creí que ella fuese a asistir a aquella fiesta. Si, hice mal, pero el remordimiento desaparecería eventualmente, ella me miraba por los pasillos y se daba la vuelta, si estaba dispuesta a evitarme no había nada que yo pudiese hacer más que dejarla libre al fin, podía hacer lo que quisiera ya, ambos avanzaríamos dejando esto atrás y tal vez en un futuro ser amigos o que se yo, lo que sea que las chicas hagan después de una ruptura así.

Mientras me dirigía a la barra con los chicos a mi lado podía escuchar sus conversaciones, no tenían descaro alguno mientras calificaban a la chica en una escala de "Le doy toda la noche, Solo una noche y no le hablo nunca más, Podríamos repetir toda la semana, Solo ebrio y Ni siquiera ebrio" reí al notar como una chica los miró fingiendo estar ofendida, aunque realmente se que se sentía haagada por haber obtenido un "Le doy toda la noche" y no lo niegio, si, era guapa y tenía sus atributos, yo no tendría problema alguno con llevarla hoy, aunque claro, no le pediría su número y mucho menos le daría el mío, ni siquiera creo que decir nuestros nombres fuese relevante dado el caso que no volveríamos a hablar.



-Jack Daniel's por favor- pedí al barman que estaba tras la barra sirviendo diferentes bebidas a los presentes, a la mayoría de ellos los conocía solo de vista ya que me les había cruzado un par de veces en los pasillos de la universidad, nada realmente importante, lo que si me sorprendió fue ver al otro lado de la barra a nada mas y nada menos que Gianna bebiendo con sus amigas, nuestras miradas se cruzaron y no había expresión alguna en nuestros rostros, ninguno sonrió por el hecho de volver a vernos, pero tampoco me fulminó con su mirada llena de odio, tal vez comenzaba a superarme, el barman puso mi bebida frente a mi y la elevé articulando un "Salud" de manera amistosa para luego dar el primer trago, joder, odiaba que se viese tan bien, uno de los factores principales de nuestra relación era que Gianna era jodidamente sexy, eso no lo negaba, era candente, pase la lengua por sobre mis labios remojandolos para luego mostrar media sonrisa, sin duda tenía un "Le doy toda la noche" de mi parte en la estúpida escala de mis amigos.

Intenté no reír a carcajadas cuando el barman llegó frente a mi con un cenicero y un adorno del que se usaba para adornar las bebidas, miré de soslayo a Gianna quien le dedicó algunas palabras a sus amigas para luego alejarse de aquel grupito, esperé unos segundos para luego terminar mi bebida de un solo trago, conocía aquel gesto suyo, sabía lo que quería, lo que ambos queríamos, si bien, ya no eramos novios, ambos estabamos solteros y eso no nos impedia divertirnos un rato juntos, tal vez quiza, un reencuentro después de tantos meses, mi cama la extrañaba sinceramente, y de las chicas que me habían volteado a ver hoy ella en verdad valía la pena. Me puse de pie y tras darle unas palmadas en los hombros a mis amigos me encaminé a la pista, escuché su torbellino de murmullos felicitandome por haber encontrado una chica con la cual bailar, contuve las ganas de voltearme y decirles que si seguían calificandolas tan descaradamente volverían solos a sus dormitorios hoy, ahora solo tenía que encontrar a esa castaña.

La busqué con la mirada hasta divisarla entre el gentio que se aglomeraba en la pista de baile moviendo sus cuerpos unos contra otros al ritmo de la música, no era el mejor bailarin, pero sabía como moverme, así que me acerqué hasta quedar tras de ella, pegué mi torso a su espalda y me incliné hasta dejar mis labios cerca de su oído -Hola- murmuré con media sonrisa coqueta en el rostro -Tiempo sin verte- añadí de la misma manera lenta y clara para que pudiese entender aun con el sonido de la música a todo volumen resonando en todo el lugar.

Con mi mano Gianna envolvió su torso y no me negué ante el gesto, me gustaba sentirla cerca -Me disculpo por eso, tenía una bebida que terminar- comente con diversión mientras sentía como ella se movía ligeramente contra mi para luego girar sobre su propio eje y asi quedar frente a frente -Intente darte tu espacio, pero al verte aquí de nuevo estoy convencido que ha sido suficiente tiempo- confesé mirandola, una de sus piernas se acomodó entre las mías creando una distancia inecesaria, me encargue de hacerla desaparecer reduciendo el espacio entre ambos acomodando ambas de mis manos en su espalda baja pegando su abdomen a mi torso, me gustaba cuando no usaba tacones, así era adorable, pero usandolos era mi debilidad, se veía demasiado bien como para dejarla ir esta noche.
Escuché su siguiente pregunta y asentí con la cabeza en afirmación a sus palabras -Demasiado- respondí después de unos segundos -¿Y tú?- cuestioné con curiosidad mientras mi mirada estaba fija en la suya.

Una sonrisa adornó mi rostro tirando de las comisuras de mis labios al escuchar como me llamaba Kai de nuevo, casi olvidaba como sonaba su voz pronunciado esas tres simples letras dandoles un sentido, reí por lo bajo intentando no recordar lo melosos que llegamos a ser en algun punto de nuestra relación, si, me desconocía ahora, no era meloso ni romantico con ninguna chica, Gia había sido de las pocas chicas con las cuales me había animado a tener una relación solo por reafirmar que yo para eso no estaba hecho -Si, también me evite eso y alguna bofetada que se te hubiese escapado- dije riendo por lo bajo, solo podía escuchar su voz mezclada con el resonar de la música, intentaba evitar pensar en el interrogatorio que sufriria por parte de los chicos, bueno, eso si mañana recordaban algo de lo sucedido, por lo general terminaban ebrios a más no poder sin recordar nada, así que no era gran problema.
-Me alegro- musité con una sonrisa mientras sus manos subían por mis hombros quedandose así un momento, sentí como el vaso que sostenía había desaparecido y fruncí el ceño, si me lo hubiese pedido hubiese ido por el, pero al ver que no hizo alboroto alguno me quede disfrutando de su cuerpo contra el mío. Una risa ronca abandonó mis labios al escuchar sus palabras, su lado travieso, ¡oh si, en verdad me encantaba eso de ella! -Tus palabras son música para mis oídos- comenté con mis labios cerca de su su oído para luego bajar hasta su cuello repartiendo un par de besos en su piel sensible.

Siempre me había gustado la forma en que Gi podía soportar mi mirada sin sentirse intimidada, era una chica fuerte y decidida, sin duda de las mejores personalidades que había tenido el gusto en conocer. Este era el punto sin retorno, estabamos concientes de lo que seguría, lo sabíamos desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron y así terminamos parados aquí, en la pista de baile entre muchas personas que ignoraban lo que sucedía con nosotros, personas con intereses posiblemente similares, no pasar la noche solos, disfrutar y tener un buen momento de placer.

Mientras mis labios se movían a lo largo de su cuello tocando su suave piel sentí como una sonrisa aparecía en su rostro, aun sin verla sabía que era esa sonrisa tan sensual que poseía, aquella que usaba cada vez que quería seducirme, punto a su favor, siempre lo lograba. 
-Simplemente te conozco- murmuré con sinceridad para luego morder con delicadeza el lobulo de su oreja, habíamos pasado buen tiempo como novios por lo cual conocíamos muy bien las tacticas de seducción y placer del otro, puntos sensibles y demás. En ese sentido podíamos leernos uno al otro como la palma de nuestras propias manos.
Una de sus piernas se abrió paso entre las mías para quedar más cerca, si eso era posible, sentí sus manos entrelazarse tras mi nuca mientras sus dedos se enterraban en mi cabello donde se movían logrando despeinarme un poco, lo cual no me importaba para nada en este momento. Una de mis manos se quedó posicionada en su espalda baja mientras aferraba su cuerpo con firmeza contra el mío, mientras mi otra mano bajaba con descuido por la curvatura de su trasero, lo cual fue un error, ambos lo deseabaos, pero no era la manera, no era el lugar, devolví mi mano a su espalda baja antes de que aluien notara el deseo creciente entre ambos, no estabamos para darles un espectaculo XXX aquí.

Tenía en claro que a mitad de la pista de baile no era el lugar indicado, las miradas indiscretas me molestaban y lo último que quería, que ambos queríamos, era que los rumores se esparcieran, no nos gustaban los rumores, y mucho menos cuando volaban entorno a ambos, con mu mano buscó la mía y la sostuvo con las suyas.
Sin esperar respuesta de mi parte comenzó a abrirse paso entre la multitud, acomodé mi mano libre en su cintura y me inciné levemente hasta su oído mientras manteniamos el paso constante -Tenemos dos ociones...- comenté con media sonrisa pícara en el rostro -Los baños o mi auto- expliqué con diversión en mi tono de voz, estaba incredulo ante lo que sucedía, una semana atrás jamás creí que nos enrollaríamos de nuevo, ni siquiera está noche cuando la vi en el otro lado del bar, parecía tan imposible que siquiera volvieramos a hablar, pero aquí estabamos, colandonos entre la multitud para alejarnos de sus miradas curiosas y tener un momento de privacidad uno con el otro como hace tiempo no pasaba.

Mi cabeza era un mar de revueltos pensamientos, todos en distintas direcciones, mi corazón latía con fuerza y rapidez como si quisiera salir de mi pecho. La euforia que estaba sintiendo en este momento era impresionante, una sonrisa se extendía a lo largo de mi rostro, me sentía como un pequeño emocionado a punto de hacer una travesura inmensa.

Mientras seguiamos abriendonos paso entre la multitud pude escuchar su respuesta, me tomó solo unos segundos procesar sus palabras, una risa de incredulidad abandonó mis labios involuntariamente, pensaba en como deberíamos acomodarnos para quedar en una posición relativamente comoda dentro de un Aston Martin, pero supongo ese era un pequeño problema secundario del que nos haríamos cargo en el momento, asentí levemente con la cabeza mientras pasba a su lado y la llevaba de la mano hacia la salida.
Una vez fuera una fría rafaga de viento me puso alerta dispersando la euforia y la adrenalina de mis sentidos.

-Por aquí señorita- dije divertido mientras pasaba mi brazo por sobre sus hombros para intentar cubrir un poco el frío que llegaba a nosotros. Nos encaminé a ambosa lo largo de la calle hasta que divisé mi auto estacionado entre otros dos, después de asegurarme que no había nadie dentro saqué las llaves de el bolsillo de mi pantalón y quité los seguros, miré hacia abajo a mi costado donde estaba Gia -Interesante ahora será ver como acomodarnos dentro- comenté con un gesto pensativo.

En ocasiones como esta me detenía a pensar como es que después de haber terminado y después de algunos meses aun sintamos esta quimica entre ambos, era interesante como sin siquiera planearlo terminabamos juntos en una situación así, caminando por la calle con el deseo creciendo entre ambos a cada paso esperando entrar en el auto y sentirnos como tantas veces atrás, aun si no había amor como tal lo había habido en algun momento, ahora quedaba algo de cariño por los buenos tiempos y una atracción sexual que era palpable en el aire a nuestro alrededor, es como si a pesar de estar separados nuestros cuerpos nos ordenaran terminar juntos, si había una siguiente vez, lo cual esperaba, en verdad fdebería ser algo más comodo que mi auto.

-Señorita Gia creo que usted mejor que nadie sabe de mi lado caballeroso, pero no lo divulgue, no quiero que todos lo sepan- dije en broma mientras guiñaba un ojo en su dirección, si, er un mujeriego y, segun mis amigos, me tiraba todo lo que se movía, tenía piernas y un par de pechos, pero también tenía mi lado caballeroso, aquel que solo chicas como Gia habían conocido, era dificil de creer en mi pero no imposible. Tenía una hermana y había aprendido por ella y por mi madre a ser un caballero sin importar que.

Todo en Gia me parecía adorable, auqnue en momentos como este era terriblemente sexy, tanto, que pronto una creciente erección comenzaría a doler dentro de mis pantalones; me llevó del lado del copíloto donde entre primero acomodandome en el asiento para luego verla entrar y acomodarse a horcajadas sobre mi regazo -Decía que esto será interesante- comenté con una pequeña risa mientras apoyaba mis manos en sus caderas al tiempo que sentía como apoyaba sus labios contra mi cuello, aun conocía mis puntos debiles como yo los de ella. Pasée una de mis manos de su cadera a su mueslo, recorrí una parte de su piera y así un par de veces para luego bajar mi otra mano a su trasero elevando la temperatura dentro del auto, donde reinaba el sonido de nuestras pesadas respiraciones llenas de deseo y lujuría.

Reí instintivamente al escuchar como me había llamado, era interesante y un tanto inquietante el darme cuenta como es que después de un título como el de novio había pasado a ser un amigo de nuevo. Era extraño el pensarlo y más si estabamos por enrollarnos como hace tiempo no sucedía.
Pero no dejé que aquel pensamiento distrajera mi mente, lo dejé flotando a la deriva sabiendo que después se lo recordaría y reiría.
-No creo ser capaz de recorrer todo el trayecto hasta los baños sin hacerte mía primero- comenté con un tono de diversion en mi voz mientras sentía como su mano hacía un camino por mi pecho hasta llegar al borde de mis pantalones, y luego bajar un poco más hasta mi miembro el cual comenzó a masajear por sobre mis pantalones, un gemido escapó de mis labios tras aquella acción suya, sabía como tentarme, como hacerme perder el control. Este era el punto sin retorno, donde todo comenzaba y donde no había manera de parar, dejé una de mis manos en la curvatura de su trasero mientras mi otra mano viajaba por su muslo hasta pasar bajo su vestido, el cual levantédejando sus bragas al descubierto.

¿Me lamentaba por haber engañado a Gianna aquella noche? en ocasiones si, al ver la trsiteza en su mirada cuando me descubrió y después al no poder hablar con ella como antes lo hacíamos, pero por otra parte mi naturaleza era así, no podía mantenerme con una sola chica, pequeño defecto en mí, para mi buena suerte ahora podía estar con ella sin preocuparnos más por mantener una relación, solo era sexo casual, sin más que eso, no habría sentimientos involucrados de nuevo y supongo eso nos iba mejor a ambos. -Siempre- susurré contra sus labios, y no mentía, siempre que la tenía cerca estaba ansioso por tenerla conmigo y hacerla mia como muchas veces antes.

-No lo haría si no supiera que te gusta- comenté con media sonrisa picara tras escuchar sus palabras, sabíamos complacernos mutuamente, aun si teníamos un espacio escaso, siempre encontrabamos como arreglarnoslas. Sus manos recorrieron mi torso desabrochando cada botón con cautela y determinadas pausas, tanto como sabía complacerme sabía desesperarme, lo cual aumentaba el deseo que sentía por ella, sabía lo que hacía y no dudaba en utilizar sus conocimientos. En cuanto su mano se introdujo en mi pantalón jadée al sentir el contacto de su mano de nuevo contra mi miembro; con mi pulgar comencé a hacer pequeños círculos sobre su clitoris por encima de sus bragas, su gemido aun retumbaba en mi mente con claridad, quería escucharla gemir de nuevo, quería ser yo quien la hiciera gemir una vez más, como en los viejos tiempos.

Al escuchar sus palabras una sonrisa tiró de la comisura de mis labios mientras una risa leve y ronca escapaba por entre mis labios -No lo olvidaré- dije con seguridad, ¿era mi imaginación o esa era una incitación a vernos de nuevo? Fuera como fuese me había gustado aquella proposición, vernos de vez en cuando no sería malo para nada, habíamos aprendido que en lo sentimental no nos había ido bien, pero la atracción estaba ahí, el deseo era palpable en el aire y sabía de antemano que si una nueva oportunidad de daba ninguno de los dos cedería, no podríamos desistir ante el deseo si nos veíamos tentados de nuevo.

Su mano palpando por sobre mi miembro estaba comenzando a surtir efecto, había una creciente erección en mis pantalones y el deseo aumentaba, su espalda se arqueó frente a mi y llevé mis labios a su cuello donde dejé un casto beso para luego dejar de lado la tela de sus bragas, metí mi mano en ellas hasta llegar a su sexo, con mi pulgar hice pequeños círculos alrededor de su clitoris disfrutando su expresión, le encantaba y lo sabía, su confirmación me hizo sonreír satisfecho, el complacerla aun era una virtud, me gustaba hacerla sentir bien, porque sabía que la cantidad de placer que yo proporcionara sería devuelta por ella hacia mí.