Cita 12 {Cita a ciegas}

¡Penny! Ya serán las once, y el chofer te está esperando... No demores, imagínate si haces esperar demasiado al muchacho, qué pensará de ti... {blablabla} - escuchaba la revoltosa voz de mi hermana mayor que había puesto todas sus esperanzas y deseos de éxito en mi cuando se enteró de que me había apuntado para las citas a ciega que prepararía Brown en el día de San Valentín. Sentía ansias, no lo podía negar... Quizás con qué personaje me encontraría... Rubio, moreno, alto, bajo, hetero u homosexual, tímido o quizás demasiado perver para mi gusto... Todo era una incógnita, y rebelar el misterio se me hacía excitante.

Terminé por recoger mi bolso y me subí al coche en dirección a Hard Rock Café, un local ubicado en el centro de New York que ofrece uno de los mejores panoramas para pasar la noche, y más aún en una festividad como esta, en donde las parejas salen a disfrutarse el uno al otro a la vista de todos mientras que el resto de los solteros se quedaba en el baño cortándose las venas o dándole igual... A tal grado que no les importa participar en una cita a ciegas, como en mi caso.

Cuando llegamos, el chofer abrió rápidamente la puerta del carro. Le sonreí de oreja a oreja asintiendo la cabeza en gesto de agradecimiento mientras estiraba la falda de mi vestido. El tema de la noche sería "Tropical" así que busqué algo acorde a la situación, colocándome aquel corto traje strapless de fondo azul lleno de florecillas en tonos celestes, blancos, verdes, amarillos y pequeños detalles en naranjo. Acompañé el atuendo en un bolso y unos tacones del mismo azul del vestido. Parecía una ensalada de frutas con tanto color... Pero disfrutaría la noche, estaba segura... Así que mis complejos de piñata valdrían la pena.

Me giré luego de que se halla cerrado la puerta de la limusina y una voz varonil me sobresaltó - ¡Oh! ¡Leonarth! - sonreí complacida al ver al muchacho - Vaya... Creo que sí, parece que estoy de suerte - dice agregando una pequeña risita al final de la oración, inclinándome hacia él con suavidad para depositar un dulce beso en su rostro. No sabía mucho acerca de Leo... Era compañero de James, y pues mi primo siempre hablaba de O'Donell con cierta admiración. Comentaba de su querido Kappa Tau que hasta en el peor de los casos mantenía la calma y sabía salir a delante a pesar de las adversidades.

Te ves muy guapo esta noche - dije con completa naturalidad. Aquellos tonos tan vivos hacían juego a la perfección con el color de su piel y me hacían pensar que disfrutaríamos de la noche con la misma vivacidad de aquellas flores. Entramos al Café, divido en dos sectores... Uno que presentaba música en vivo, en el cuál pude escuchar a la lejanía el ritmo de una imitación muy, muy buena de Maroon5... Sabía que no eran ellos, lo podría asegurar, pero tocaban a la perfección la canción Misery que oía de fondo... Una canción espectacular para las parejas, que de seguro muchas se sentirían identificadas con aquella letra... Y pues, el otro sector era más lujurioso, era la sección Erótica que disponía el lugar, miré a Leonarth con una sonrisa picarona y meneando las cejas pregunté - ¿Hacia dónde nos vamos...? - solté una pequeña carcajada, muy leve, pero divertida. Me tomé de su brazo y me dejé llevar por aquella guía. Nos dirigimos hacia el primer sector... Pues el otro era demasiado... Íntimo, o bien estábamos demasiado sobrios aún como para ir a hacer revuelo por esos otros lados.

¿"Notorias tus curvas mamita"? Contuve como pude la risa, limitándome sólo a sonreír, como la dama que me habían enseñado a ser... Pero el ataque de carcajadas que hubiese lanzado en un momento de más confianza habría asido grande, pues desde las palabras, el tono de voz hasta su lenguaje corporal hizo de aquella frase no precisamente algo sumamente coqueto, sino más bien muy cómico y divertido, lo cuál también servía para conquistar, claro... Pero de otra forma, nada más. - Gracias Leo, para mala suerte mía, con tanta ropa no puedo verte muy bien... - bromeé. No estaba insinuando nada, sólo me dedicaba a jugar un momento, así como tan sólo yo sabía hacerlo. Los métodos de conquista no eran lo mío, así que la gente no debía tomarme muy en serio cuando decía aquellas cosas... Siempre me destaqué por llevar una galán nula en mi sangre, y si alguien llegaba a interesarse en mi no era nada más que por mi ligero sentido del humor.

Y claro... La noches era nuestra. Hasta cierto punto. No sabía si las cosas que iban a desgastar antes de tiempo, o si nuestra inspiración sanvalentinesca se iba por la borda sin que las cosas tomaran un mínimo de calor, pero estábamos ahí para arriesgarnos, así como "todo" podía pasar en un par de horas, "nada" también era opción. - Pues no son mi grupo favorito, pero algo de ellos sé... - respondí sonriente cuando habló de "This love", y sí, por supuesto que era un clásico, de hecho, ahora mismo que lo había mencionado, automáticamente había comenzado a rondar mi cabeza y de seguro no me abandonaría hasta la mañana siguiente.

Entramos a la zona de tragos y baile, lo cuál había sido una elección muy prudente por parte de O'Donell, pero como dicen... La curiosidad mató al gato, y mientras íbamos camino a la zona correspondiente, esforcé mi mirada hacia la sección Erótica pero no fue mucho lo alcancé a divisar... A lo más un muchacho de cabello castaño bailando en un caño... Llevaba una tanga muy pequeña y se notaba que tenía una gran elasticidad en su cuerpo... Llevaba en su pecho una "G" muy grande, pintada quizás con chocolate y crema... Quién sabe, tal vez más tarde, si entrábamos, podría ver a los bailarines y el lugar en sí, en todo su esplendor.

Seguimos a aquel hombre que más que ángel parecía un payaso en pañales, lo cuál me hizo gracia, al igual que el chiste de mi acompañante - Querido, hay otras formas de llegar al cielo... Y no precisamente a través de la muerte - aseguré con picardía, meneando las cejas de arriba hacia abajo con completa gracia. Aunque aquello él debía saberlo a la perfección... Sabía de su fama de mujeriego, no había quién no hubiese escuchado en algún momento en su paso por Brown aquellos rumores de que Leonarth coqueteaba con todas... De cierta forma me sentía halagada de tenerlo completamente para mi.

Realmente no había de qué quejarse... El sitio era espléndido, el trago, exquisito, la música que se mezclaba perfectamente con el tema se volvía deliciosa para mis oídos. Nos levantamos y comenzamos a bailar... Más bien le seguí el paso, pues eso de los pasos medios brasileños no lo había intentado jamás - Hey, te falta un poco ah... Se nota que llevas tiempo sin bailar - dije inclinándome hacia su oído para que lograra escucharme sin complicaciones. Sonreí de oreja a oreja y rápidamente agregué para que no se sintiera mal - Nah, estoy bromeando... Lo haces de lujo - reí tomándolo de las manos, dejándome llevar por el ritmo de la música y con rapidez que me alejaba y acercaba de su cuerpo. La música comenzaba a cambiar de pista en pisa, debíamos seguir sirviéndonos tragos para no dejar que la cosa se apagase... No solía beber demasiado, aunque Alonso últimamente llevaba bastante tiempo tentándome para que saliéramos a beber juntos, pero con él abría terminado quizás arriba de algún árbol sin darme cuenta... Porque ya salir con él estando sobrios era todo peligro. - Dime O'Donell... ¿Aún te queda alguna fantasía sin concretar? - pregunté sin vergüenza alguna mientras seguíamos una música un poco más tranquila, nadie deseaba que las parejas bailarinas se cansaran tan rápidamente, así que a momentos nos daban un descanso. Como había dicho él, la noche era nuestra, lo cuál me daba a entender que podíamos decir, hacer o hasta pensar lo que en un día común y corriente no nos atreveríamos.