I'm Glad To Meet You {Savannah E. Lyon}

Como una noche cualquiera de sábado, decidí ir a algún local para divertirme, quizás con alguna mujer bonita. Eso el azar lo diría. Pero ni loco me iba a quedar en casa de mi padrastro, como estaba deseando largarme de allí. Como siempre, los sábados llegaron unos socios suyos a ocupar toda la casa con sus trajes caros, sus coches caros, sus acompañantes caras y sus modales fríos y caros, por supuesto. Ese sábado tuve la enorme suerte de poder escabullirme por la puerta de la cocina, sin ser visto por nadie que pudiera decirme nada. Las cocineras estaban ocupadas, los camareros más de lo mismo y el servicio no tenía ninguna inquietud en hacerme quedar, aunque sabían que al dueño no le gustaba demasiado que me fuera.

De todas formas, estaba aparcando el coche en el centro de Nueva York, para posteriormente entrar al primer bar que encontré. Me escabullí hasta la barra, dónde me senté y esperé que el camarero me atendiera. Dos asientos a mi derecha se sentaba una preciosa chica que también esperaba turno para el camarero. La miré de reojo y sonreí para mi mismo, era atractiva, no se le podía negar algo tan evidente. Tenía un aire de chica buena, pero que se veía contrarrestado por algo que la hacía ver un poco rebelde, me gustaba.

El camarero me atendió, con frivolidad. -¿Qué te pongo? -Hice un gesto con la mano, señalando elegantemente a la chica de mi derecha. -Ella estaba primero. -El camarero rodó los ojos y le tomó el pedido a ella, la cual me miró un momento antes de ordenar. Sonreí de medio lado y la miré un momento más, antes de apartar la mirada al camarero, que había tirado un vaso al suelo. -Creo que estará algo más en traerte lo que pediste. -Le comenté a la morena, sonriendo de medio lado.

Hace poco más de dos semanas que llevaba en este nuevo lugar, todo el tema de la adaptación, el buscar a mis hermanos, había tenido suerte y encontré a uno de ellos. Pero hasta ahora solo conocía este lugar como Savannah, no le había dado la posibilidad ni la opción a Elise, pero la verdad ya me había acostumbrado a ambas, ya que eso no era un trastorno de personalidad ni mucho menos, si no que era la forma en la que podía ser una chica normal, sin que el entorno que rodeaba a mi padre se enterase, ya que si salí a mis andanzas y daba el nombre de Savannah, lo más probable es que tarde o temprano termine arruinando todo.

Así que ese era el día en que saldría como cualquier chica universitaria, solo que escogería bien el sitio donde ir, cosa de que no sea posible encontrar a nadie de Brown, la gente allí me conocerá como Sav, pues ellos también pueden tener contacto con mis hermanos y no quiero que sepan nada de esto. Así que busque en mi closet algo sencillo para la noche, aprovechando que no hacía frío hice mi elección de ropa una vez lista, me miré al espejo del tocador de mi cuarto dando el visto bueno, tome mi bolso pequeño y salí a ver que es lo que me daría la noche en aquel lugar.

Encontré un bar que llamo mi atención y fui directo a la barra, el lugar esta un poco saturado de gente, pero me agradaba, algunas miradas se posaron en mi pero hice caso omiso y espere a que el barman se acercará a tomar el pedido, pero paso de mi directo a alguien a mi lado, solo rodee los ojos, pero cuando aquel hablo lo miré - Vaya alguien con modales - acto seguido miré al frente, reprochando mi actitud, ese sería un comentario de Sav, no mio, no podía hacer que las dos se parezcan - un Tequila margarita- dije al tipo sin pedirlo pro favor y con una mirada de superficialidad y superioridad para luego mirar al chico a mi lado iba a hablar cuando siento que se rompe un vaso y volteó a ver al tipo con mal gesto por haber tirado mi bebida - Así veo - giro mi rostro para encarar al chico, era guapo, y al parecer era de aquí, por lo menos eso vi en su desplante, pero luego mire a ambos lados buscando a su banda, pero no vi a nadie - Tus amigos aun no llegan - hice el comentario de la nada y volví mi vista al frente cuando mi pedido llego, dadno un gran sorbo sintiendo esa familiar quemada por mi garganta que tanto añoraba...

La noche prometía, en el local había buen ambiente y la chica con la que me había encontrado parecía bastante agradable y era posible que consiguiera que hablara conmigo, aunque por las formas diría que sería complicado. Todavía lo hacía más interesante, cuanto más reto más interés tenía, conseguir algo demasiado fácilmente es aburrido y monótono, y uno tiene que ingeniárselas para salir de la monotonía como sea, ya sea encontrando a alguien difícil con el que entablar conversación o bien meterte en algún tipo de lío, depende de la situación.

Sonreí de medio lado, con tranquilidad. A primera vista no me lo pareció, pero se ve que la chica de mi derecha era decidida y bastante altiva, sonreí aún más divertido, me gustaba que la gente fuera segura de si misma, es mucho más fácil entablar una conversación mínimamente decente. Pero algo me decía que no sería tan fácil como solía serlo. El camarero le dio su bebida y atendió mi pedido. -Un daiquiri. -Me giré a mirar a la chica, sin perder mi sonrisa encantadora. -No estoy esperando a nadie. -Evidentemente ella no era de por aquí, se la veía decidida pero de todas formas se notaba que ese no era su ambiente, el camarero regresó con mi bebida y dejé el dinero correspondiente a mi bebida y a la suya. -¿Permites que te invite? A no ser, que estés esperando a alguien. -Volví a sonreírle, con absoluta tranquilidad. Dudaba que estuviera esperando a alguien, más que nada por la manera en la que se desenvolvía, pero uno siempre puede equivocarse y llevarse una sorpresa.

Me quede mirando al chico a mi lado, veamos que nos traía la noche de por medio, al parecer el primero de la noche había caído, pero no me interesaba absolutamente nada el día de hoy, sería el primero que mandaría de vuelta a revolotear con alguna otra chica que seguro le abre las pierdas en dos segundos, ya que el chico es bien guapo, además de tener buen gusto para la ropa. Pensándolo bien, mejor dejare ver que pasa con los efectos del alcohol encima de mi. Por ahora solo me interesaba una conversación amena y ya esta - Como quieras - me encojo de hombros al comentario de que quería pagar mi trago - solo no creas que me compras a mi con ello - el comentario había salido, pero no me arrepentía de ellos, es mejor dejarle al chico las cosas claras desde el principio pues si se quiere ir por allí no lo detendré.

Luego de un momento me giro a mirarlo bebiendo un poco de la copa - salud entonces - dijo alzando mi vado para chocarlo con el de él y beber otro trago - Si sonó mal lo anterior, es solo para aclarar que no por comprar una copa me vas a tener en tu cama - le guiño un ojo, aclarando el tema anterior, era directa para decir las cosas y me importaba nada si le gustaba o no, no necesitaba de nadie para pasarla bien una noche - Vengo sola - asiento y luego me preocupo un poco por mis palabras, estoy en un lugar desconocido haciéndole saber a un desconocido que una chica de apariencia frágil va por allí de noche sola - Pero es cosa de que marque mi móvil y enseguida bien en por mi - claro eso no lo haría, sería la última opción a la que recurriría, pero solo por si el tipo se quería pasar de listo conmigo o robarme o algo así - ¿Es normal para ti salir solo? - pregunto con curiosidad para también cambiar de tema, pero a la vez sonriendo un poco mirando fijamente a mi interlocutor - ¿y tú eres? - añado, hasta ahora ni idea de su nombre.