Hasta que te encuentro // Anthony J. Lyon

La fatiga me estaba ganando, había postergado la hora de la comida por terminar un trabajo, simplemente no podía dejarlo para después, cuando comenzaba algo tenía que terminar con ello, así no durmiera o el hambre molestara, guarde mis cosas de trabajo en mi cajonera apartada especialmente para eso. A penas y había entrado a la universidad y ya estaba hasta el cuello con trabajo, eso me pasa por llegar a mediado de semestre, pero no era importante ya que me había adaptado rápido, no se me hacia complicada ninguna materia, pero vamos que al parecer eso lo llevaba en la genética, era igual de perfeccionista que mi padre, no soportaba que nada este en desorden, ni si quiera mi closet. Justamente era eso en lo que estaba ahora, tenía perfectamente ordenado todo separado por colores, un cajón para las faldas, otro para la ropa interior, otro pasa los pantalones, otro para las playeras y blusas, el resto, vestidos, chamarras y polerones estaban colgados en percheros, y abajo los zapatos ordenados por temporada. Saque una chamarra que hacia juego con mi vestimenta y salí de mi habitación dejando todo hermoso, aún me faltaba acomodar cosas para que parezca un verdadero cuarto mió. Pero eso lo iría arreglando con el tiempo, lo bueno era que no compartía habitación, creo que eso era influencia de mi padre, estaba casi un 100% segura.

Camine pasando por unas cuantas fraternidades, para luego pasar los jardines del campus, la cafetería estaba bien lejos para mi gusto de los dormitorios y eso. Pero en fin seguí mi camino, miré el reloj en mi muñeca, las 16.00 Hrs, a esta hora seguro no había nada contundente para comer, como una buena ensalada, seguro tendría que comprar un zumo y un emparedado. Abrí la puerta del local, para mi fortuna no estaba lleno, solo unas cuantas personas, pero con el hambre que llevaba no me fije en nadie, camine al mesón hice mi pedido y una vez que me lo entregaron, me puse a mirar a todos lados con mi bandeja en las manos, entonces a lo lejos un chico de espaldas llamo mi atención, un nudo en mi estomago se produjo al instante, no sabía si el hambre estaba causando esto o era cierto o era alguien muy parecido, camine con paso firme pero a la vez delicado, como era típico de mi y rodee aquella mesa, él chico estaba entretenido con nos papeles por lo que no se percato de mi presencia, entonces me senté con todo cuidado dejando la bandeja en la mesa con suavidad - Por fin de encuentro Jeremy - Sonrió dulcemente, mientras cruzo una pierna por sobre la otra y mi espada recta, dejando mis brazos descansar con mis manos apoyadas en mis rodillas a la vez expectante a su reacción, no estaba enterada si él sabía que estaba allí en ese continente...

No estaba al tanto si alguien más que yo llamaba a Anthony "Jeremy" como lo ahbía bautizado desde pequeños, era el distintivo con el que podría reconcoerme en cualquier parte al alzar la voz, sin tener que gritar para llamar su atención, ya que todo el mundo lo llamaba por su primer nombre, así que así era como él podía darse cuenta que era su pequeña hermana quien le solicitaba.


Me quede mirando fijamente a mi hermano con una sonrisa en mis labios, su sorpresa me confirmaba que nuestro padre no les había informado nada acerca de mis traslado a esta universidad. Me quede allí sentada todo el tiempo observando su reacción, pero luego fruncí el ceño levemente al escuchar lo siguiente que ha dicho, sabía que la relación con él era un tanto frío, pero él había sido como un padre para mi y ciertamente me molestaba esa actitud suya, él sabía sacarme de mis casillas, pero jamás perdía la compostura en su totalidad, tener la educación que tenía a veces jugaba en contra, pero Elise me había enseñado a guardar las apariencias y a seguir el prototipo en el que estaba encasillada - Hermano, a que te refieres con esa seña que haces - La sonrisa seguía en mis labios, la ingenuidad a veces fingida era parte de mi, pero quería saber de que se trataba esa "L" figura que había hecho con los dedos antes de responder lo que me había peguntado, entonces se levanta y por fin veo lo que esperaba, me levanto con cuidado y le abraza en respuesta sonriendo ampliamente por el beso en la mejilla, para luego pararme un punta de pies y hacer lo mismo a él para luego tomar asiento delicadamente cruzando las piernas y bebiendo un poco de mi zumo.

- ¿que hago aquí? - hago un gesto pensativo tocando mi mejilla con un dedo mientras mi vista esta en la nada, para luego volver a mirarlo - Me he enterado que mis hermanos se han venido a este país, esta universidad y le he pedido a papá que me envíe a estudiar aquí, al principio no quería, pero me dejo bajo una condición - Eso último no lo expreso con felicidad, ya que la condición era que debía estudiar medicina mientras que mi elección personal hubiera sido algo ligado a las artes - ¿Que hago en esta cafetería? - vuelvo con el gesto pensativo - Estaba en mi habitación, terminando un trabajo y me dio hambre, cosas básicas del ser humano - digo encogiéndome de hombros diciendo eso último con un poco de sarcasmo en el mismo tono que había utilizado Jer antes, pero luego mi expresión se torna más seria - No quería quedarme sola allá, sabes que estar con el papá es igual a estar sola para mi - bajo la mirada, tomo mi zumo y bebo otro poco para volver a dejarlo en la mesa y mirar a Jer. Eran solo dos de mis hermanos los que me interesaba encontrar, el que estaba en frente de mi, prácticamente me había criado, y mi mellizo...

Me imaginaba que se iba a sorprender al verme aquí, ya que siempre ha estado enterado de los movimientos de cada uno de los integrantes de la familia, pero le pedí encarecidamente a nuestro padre que no le mencionara nada, que quería que fuera una sorpresa, que ya me sabía su número de móvil y que de última instancia le mandaría un mail, pero claro no fue así, me lo tuve que encontrar de casualidad deambulando por las instalaciones de la universidad.

- Pero yo quiero saber -le hago un pequeño puchero, pues la verdad sabía desenvolverme muy bien con mis hermanos y con chicos en general, de algo que me haya servido crecer con puros hombres y cada uno diferente del otro. Quizá eso fue lo que me dio valor de salir de noche y ser tan independiente y hacer las cosas por mi misma. Era cierto que fui criada por institutrices y amas de llave, pero también el pelearme con los chicos desde pequeña para defenderme me había hecho un poco ruda, cosa que claramente ocultaba suerte que salí inteligente, pero creo eso es algo de los genes.

- Claro, yo voy donde ustedes van, no se librarán de mi tan fácil - con mucho cuidado y muy delicadamente tomo mi vaso de jugo para beber un poco sin dejar de observar a Jer - Ya lo se, ya me he dado cuenta que aquí todo es distinto, la gente es más mal humorada y cosas así, pero es un nuevo desafío, a ver que tal salgo de esta - rió suavemente ante mi comentario que en si era totalmente cierto, era un total alivió por un lado que mi apellido no fuera tan respetado como allá, pues así podía mesclar un poco a Elise y Sav, no como haya, que al saber quien era la gente se hacia a un lado y siempre te alagaban y cosas así. Pero igual debía de guardar las apariencias, pues mis hermanos estaban muy cerca y acá también habían muchos estudiantes de allá.

- Eso es lo mejor de la genética -rió suavemente, era muy buena para comer, desde pequeña y desde los 18 años había mantenido mi figura, además que siempre hacia deportes. Alzo una ceja al ver la expresión de mi hermano, pues sabía que le detestaba que algún chico me anduviera "cortejando" como funcionaba en la clase alta con las señoritas de familia, pobre del chico que se atrevía a querer algo conmigo, se las tenía que ver con mis hermanos y padre, este último como que no hacia mucho, pero mis hermanos, especialmente el mayor y mi mellizo eran terribles con el pobre chico, reí al recordar aquello, una sonrisa melodiosa que me caracterizaba. Ante el comentario de que no me aburriría decidí pasarlo por algo, ya me había dado cuenta que no lo haría, acá parecía que nadie dormía nunca, no como haya que era todo tan protocolizado, una hora cada cosa, acá eso les daba lo mismo, al principio me sorprendió mucho, pero ahora ya no tanto - Wow tantas preguntas Jer - susurre para morder mi pan de una forma delicada y luego ocupar la servilleta para eliminar posibles restos de mis labios - Llegue hace un par de semanas, no te avise ya que no tengo los números de aquí, mi móvil algo le pasa que no quiere tomar nada de aquí y se me olvido mandar un correo, ya que recordé que no los lees - sonrío dulcemente, cuando me acerca el asunto niego - No gracias, sabes que no son de mi agrado las cosas dulces, digo no de mi preferencia - lo miro fijamente - ¿hacer algo para que todos sepan quien es la señorita Lyon? - pregunto con curiosidad en mi rostro y tonó de voz.