¿No puedo disfrutar de algo de tranquilidad? ~ Zephyr

-Buenos días gente, van siendo las 8:00 de la mañana ya va siendo hora de levantarse.-Fué lo primero que escuché de mi despertador, me revolví en la cama y alcé mi mano para apagarlo. ¿Ya eran la 8 de la mañana? Que pronto se me pasaban ultimamente las noches ya que estaba muy cansada y no paraba de hacer cosas y eso era algo bueno...¿No? Me quedé pensativa unos minutos en la cama disfrutando de la comodidad de esta pues la verdad es que no deseaba levantarme pero por suerte era Sábado y no había clase. Me levanté destapandome de la sabana blanca que me cubría mientras me estiraba bostezando levemente. Me incorporé de un salto mientras me dirigía al baño para ducharme y prepararme. Encencí el grifo del lavabo y me eché agua por la cara para despertarme un poco, y luego lo cerré. Después de darme una ducha y lavarme el pelo salí al cuarto para ver que me pondría hoy. Como tenía pensado ir a bailar un poco pues me pondría cómoda. Busqué en el armario hasta que encontré un conjunto cómodo para el día de hoy: unos short negros de deporte con dos frangas blancas a los lados vérticales, una camisa blanca y una chaqueta similar a los short. Saqué una pequeña bolsa de deporte donde metí algo mas arreglado ya que luego me cambiaría y tal vez quedaría con alguna amiga. Metí en dicha bolsa unos jeans claros y una camisa bonita color rojo. Cogí la bolsa y una pequeña radio y cuando ya había preparado todo cogí las llaves del cuarto y salí de el cerrando la puerta y dirigiendome hacia fuera de la residencia. Me paré al salir y pensé donde podría ir a bailar un poco.

Caminé sin saber aun donde ir pero cuando pasé delante de unos chicos miembros del club de futboll se me ocurrió el sitio ideal: el gimnasio. Me dirigí hacia el gimnasio casi corriendo ya que no quería que nadie pillara todo el gimnasio y que yo no pudiera bailar tranquila. Al llegar abrí la puerta casi de un empujón ya que era una de esas típicas puertas pesadas. Al llegar al centro de la pista solté un gran suspiro ya que estaba vacio. Solté mi bolsa en una de las gradas de madera y puse mi radio para encenderla y subir el volumen todo lo que pude. Empezó a sonar la canción "Titanium" y me dirigí estirando mis brazos hasta el medio de la pista más o menos. Estiré mis piernas y empecé a realizar algunos pasos al ritmo de la música. La verdad es que desde que había llegado aquí, había bailado ya varias veces ya que para mi era una forma de escaparme para los problemas, dejé que la música me guiara y que mis pies se movieran...

No era el tipo de chico que se levantaba temprano, ni siquiera los días que debía acudir a clase lo hacía, siempre estaba corriendo y llegado tarde a todos lados ya que prefería quedarse durmiendo hasta la hora del almuerzo; así que ver a Zephyr Van Kässer despierto por la mañana solo podía significar que tenía algo que hacer.

Esa mañana había decidido darse una vuelta por el gimnasio, quería reírse de aquellos que planeaban adelgazar antes de que llegara verano, una tarea imposible a su parecer. Casi no había dormido y ya estaba un poco cansado de estar dando vueltas por la universidad cuando llegó a su destin0, el joven Van Kässer reprimió un bostezo de aburrimiento antes de ver a Brook. El gimnasio estaba completamente vacío a excepción de la morena que se movía al ritmo de la música en el centro de la pista. - ¡Oh! ¡Maravilloso, maravilloso! - exclamó con sarcasmo al verla bailar. En realidad le tenía envidia ya que él no había dado clases de baile en su vida y cuando le veías intentarlo parecía un pato mareado en vez de una persona, pero eso ella no lo sabía, ni siquiera podía imaginárselo.

Yo simplemente escuchaba la música, pues estaba concentrada y por eso no había escuchado el sonido de la puerta del gimnasio abrirse. Tampoco me había percatado de que alguien estaba allí observandome, no es que yo fuera una persona despistada si no que con el sonido de la música el cual estaba muy alto no me había dado cuenta de nada. Escuché una voz masculina la cual me feliciaba con algo de sarcasmo, yo me paré de seco, algo sorprendida pues la verdad es que había estado tan tranquila que la verdad es que deseaba estar sola por un rato más, pero eso no iba a ser posible por que a unos metros de mi se encontraba un chico alto y rubio. Tras estar unos segundos sin saber ni si quiera como responder a aquel sarcasmo me dirigí hacia la pequeña radio de la grada le bajé el volumen ya que no deseaba estar gritando. Aquel rubio ya era conocido por mi, pues me habían hablado de él y no es que fuera uno de los chicos preferidos por mi, sería al contrario pues era casi todo lo que odiaba por lo que tenerlo allí era una incomodidad.- Gracias.- Dije mirandole, pues yo sabía que aquel alago no era de verdad pero aun así yo no iba a ser por ahora cortante con él. Pase mi mano por algunos mechones de pelo apartandolos de mi cara y volví a mirar al rubio.-¿Quieres algo de mi o del gimnasio?- pregunté pues aunque la primera opción era muy poco probable la segunda era seguramente la razón por la que él estaba allí pues quizás había quedado para entrenar aunque no tenía muchas pintas por su ropa de entrenar hoy.

Deseaba cruzar muy pocas palabras con aquel chico pues era demasiado serio pero la verdad es que sentía algo de curiosidad pues algo de él me era familiar pero no sabía el que. Aun parada junto a las gradas escuchando levemente la canción de la radio, esperé la respuesta del rubio pues aunque conocía su nombre nunca me acordaba o sabía pronunciarlo ya que era un nombre poco común.

Aquella mañana sus ojos que normalmente eran de un hermoso tono azulado se abrieron de forma perezosa revelando una mirada de un grisáceo apagado. La leyenda decía que el joven jamás dormía en camas ajenas. Aunque la chica fuera muy guapa, aunque le hubiera echado un buen polvo, aunque ella le necesitara. Él no era de esos. Él no mentía. Él no daba falsas esperanzas. Tan solo se dejaba llevar por sus instintos más primarios y eso fue exactamente lo que hizo la noche anterior. Se enrolló con una peliroja solo por despecho. Zephyr nunca había tenido una pareja estable porque no sabía lo que significaba la palabra amor y por eso utilizaba como quería a todas las mujeres, excepto a una.

Brook Harlie no se había dejado enamorar. Parecía que a la muchacha no le interesaba la sonrisa irresistible que el chico había usado más de una vez contra ella, ni tampoco las palabras bonitas con las que desarmaba los corazones de otras jóvenes. No había forma de engatusar a Brook. Y eso le molestaba y a la misma vez le aceleraba el corazón. Nadie le había rechazado hasta que apareció ella. - Lo quiero todo de ti, Brookie. - le dijo sin miramientos. Hacía mucho tiempo que no la veía, ya casi no la recordaba cuando se volvió a cruzar con ella al llegar a la universidad, pero aún así su imagen se abrió paso desde el fondo de su memoria. No la reconoció en un primer momento pero más tarde fue dándose cuenta de aquella bella morena era en realidad su Brookie, la primera amiga que tuvo en el colegio.

Se acercó con lentitud a la joven, con miles de pensamientos revoloteando por su cabeza, esperando que reaccionara a sus palabras, evitando hacer gestos bruscos para que no se asustara.

Hubo un momento de silencio entre nosostros dos, un poco incomodo por lo menos para mi. Solo podía observarlo, como si algo me impiediera apartar la mirada de él. Siempre había sido objeto de sus bonitas palabras, de sus bonitas sonrisas, y aunque había que admitir que Zephyr era atractivo, nunca había podido caer en sus atractivos ojos ya que Zephyr era un chico de los cuales no le gustaban a ella, de esos que desearía aporrear hasta que se dieran cuenta de que el mundo no era suyo. Si era honesta, más de una vez había deseado caer en los brazos del chico pues más de una vez por lo menos había deseado terner a alguien que la comprendiera y la mimara aun que fuera solo unos segundos pero claro, aunque lo hubiese deseado muchas veces sabría que al final no se podría traicionar a si misma.

Una voz grave, la cual conocía me bajó de la nube que eran mis pensamientos, la gran nube. Lo miré de nuevo, a aquellos ojos claros que había tantas veces pasar y que extrañamente desde la primera vez que los vió sabía que los había visto antes.Al escuchar aquello fue como si alguien me tirara un jarro de agua fría a la cara. Yo desde siempre había sabido que el quería que callese en sus brazos y aunque su contestación me descolocó , no fue lo peor de aquello. Lo que me desconcertó fue aquel "Brookie", pues me era muy pero que muy familiar. Lo miré por unos segundos, indecisa, desoncertada y muy sorprendida pues todo encajaba en mi cabeza como un puzzle recién terminado. ¿Como había sido tan tonta? Lo vi acercarse lentamente, tranquilamente, yo solo estaba parada pensativa mirandole sorprendida. Él, siempre había sido Zeph, mi amigo de toda la vida, aquel que dejé atrás hace mucho tiempo..pero él había cambiado mucho con el tiempo.

Lo vi poco a poco más cerca de mi, no estaba asustada, estaba deseando tirarle lo que sea para empezar a discutir pero decidí esperarme y dedicarle unas palabras.-¿Y te crees lo suficiente bueno para mi?.-Dije mirandole, intentando parecer indiferente, intentando que mi corazón no latiera lo rápido que latia pero la verdad es que no pensaba aquello, seguramente en lo más hondo de su corazon Zeph era bueno para ella.-¿Por que has cambiado tanto Zeph..?-Dije dejando de lado la frialdad, pasando un poco a la ternura. Deseaba saber el por que de su cambio, deseaba saber si había el mismo Zeph de antes, pues aunque aquel Zeph fuera atractivo, nunca podría estar con él ¿Verdad?.