2013
Ahora mismo si estas planteándote en inscribirte en esta prestigiosa universidad es por que has pasado esta etapa, pero bueno, ¡eso cosa del pasado! Olvídalo, pon eso en un rincón de tu memoria.
Ahora estás viviendo el año 2013 en la Universidad de Brown, situada cerca del corazón de Nueva York.
¿Estás aquí por elección propia, por el sueño de convertirte en alguien famoso en la vida? ¿Por qué tus padres tienen una cuenta bancaria muy grande? ¿O tal vez por obligación?
Sea la razón que sea el resultado es el mismo, estas en una de las mejores universidades de América, pero aquí no te daremos 'la comida masticada' lo cual si de verdad deseas llegar a ser alguien en la vida tendrás que currártelo, aquí no regalamos nada.
¡Casi lo olvido! Tal vez exijamos mucho, pero tampoco descartes la idea de tener un poco de diversión. Fiesta, alcohol, sexo, drogas.
En resumen, el libertinaje total.
Para Algunos, la diversión significa dormir en tantas camas como sea posible, para otros, las compras y manicura son las cosas más importantes en su vida y siempre habrá los -por su padres- tienen dinero y reputación.
Pero dejando todo eso atrás, en la oscuridad de Brown se esconden varias personas que pertenecen a una especie de secta, un grupo donde su intenciones no son exactamente buenas. Se hacen reconocer por 'la logia', una panda de personas donde jugarán con cualquier persona que les apetezca. Les gusta ver sufrir a los demás, viven a costa de ellos. ¿Que pasa? ¿A caso tienes miedo de ser su próximo elegido? Tranquilo, como en los cómics y películas de Stan Lee donde hay un villano, hay un super héroe, e aquí nuestros super héroes se hace llamar anti logia, un grupo donde quieren la paz en la universidad y acabar con toda esa crueldad.
Y dime, ¿quien eres tu? ¿Eres un becado? ¿Un estudiante normal? ¿O tal vez te guste la idea de pertenecer a la logia? Otra posibilidad es que quieras cumplir el sueño de todo niño, ser un super héroe y pasar a ser miembro de la anti logia pero...
Seas lo que seas, se bienvenido a Brown University.
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La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
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La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
Brianna había tenido un día tranquilo. Como siempre habría que decir, en realidad. Algunas clases, tiempo de descanso en su fraternidad, porque ese día no había pasado por su departamento, y encuentro con algunos amigos. Bri no se rodeaba de mucho de ellos pero los que tenía eran suficientes para la morena. Generalmente los verdaderos amigos se contaban con los dedos de una sola mano, el resto eran puros acompañantes o así era como lo veía ella. No era, tampoco, que no fuera simpática, pero la chica sabía como elegir con quien estar. No era ninguna tonta ingenua que se dejara pisar por cualquiera que viera la oportunidad. No era de ese tipo de persona y algunos se llevaban con ella un gran disgusto en ese aspecto. Pero la mayoría en la universidad ya la conocía, y muchos habían pasado sobre ella -en otro sentido totalmente distinto- por lo que no se extrañaban de nada, de ninguna actitud o reacción que pudiera tener.
Después de pasarse media hora tirada en el sofá de la fraternidad mirando el techo, recordó que debía ir a la biblioteca por unos libros para un trabajo que debía entregar en unos días. Si, faltaba bastante según su consideración, pero la verdad quería sacárselo de encima para no andar corriendo luego y pasar mas tiempo con su Tri Pi favorita. Subió hasta su habitación, porque a pesar de tener un departamento yacía aún un lugar ara ella en ese edificio, y tomó su mochila que había dejado en el suelo de lo pesada que se encontraba. Antes de llevársela, la vació y dejó con ella el dinero, su móvil y un par de útiles, entre ellos su cuaderno porque se quedaría allí haciendo los deberes. Seguramente estaría todo tranquilo y eso era lo que ella necesitaba: pura tranquilidad. No quería que nadie la molestara, a menos que fuera realmente importante, y cuanto mas silencio tendría mas rápido podría terminar. Pensaba salir esa noche y nada la detendría. Brianna no podía decirle "no" a ninguna fiesta, a ninguna disco. Ella tenía que salir costara lo que costara y sin importar ninguna consecuencia. Le gustaba estar de ligue y, dependiendo a donde fuera, elegí entre hombre o mujer. Aun que ahora no podía darse ese gusto. Tenía novia. Aun que nadie lo supiera, y realmente nadie lo sabía, ella estaba en pareja. Era completamente secreto pero era suficiente que ella y su novia lo supieran. Mientras las dos lo disfrutaran y Brianna se encontrara feliz con ello, eso estaba perfecto. Ni en su familia tenían idea, pero en algún momento debería decirlo. Sería chocante, y mas para su padre teniendo en cuenta que Brianna era su niñita, pero con ambos separados tal vez sus mentes estaban mas abiertas y podrían soportar una noticia como esa.
Camino con paso tranquilo, sin apuro y como si nada le importara. Sonrió a quienes la saludaban y ni se gastó en mirar a aquellos que no conocía o simplemente la observaban de arriba a abajo con desprecio. Generalmente se trataban de puras mujeres cuyos hombres habían pasado por Brianna. Llevaban bronca y rencor dentro por lo que se les hacía inevitable mirarla de esa forma aun que Bri se preguntaba como hacían para no querer lanzarse sobre ella Estando la morena en su lugar, la hubiese golpeado a la primera sin importar el lugar y el momento. Bueno, al menos debía agradecer que fueran tan niñitas y no tuvieran su carácter. Ya no faltaba mucho para que llegara y estuvo aun mas cerca cuando vio la enorme puerta que indicaba que esa era la biblioteca. Ya era una vieja amiga, había que decir. Y no era que fuera una nerd pero siempre se necesitaba un libro de allí y los diccionarios que ese lugar albergaba habían sido de gran ayuda para ella. Caminó estante por estante en busca de un libro que tuviera el texto que la profesora les había dictado en italiano. Tenía que corregirlo porque sabía que algunas palabras estaban mal escritas y habían varios espacios en blanco. Era un idioma fácil, pero era en el que mas errores tenía y no entendía el porque. Una vez que lo encontró se llevó, también, un par de grandes diccionarios que podían ayudarla. Esos siempre iban con ella los necesitase o no aun que eran mas las veces que los abría para corroborar palabras que otra cosa.
Con todo ese peso se fue al primer lugar que vio vacío. El asiento daba al contrario de la entrada del lugar, osea que Brianna le daba la espalda a la puerta por lo que no sabía quien entraba a menos que girara a ver. Cosa que también le importaba muy poco. Como había dicho, quería tranquilidad y no se preocuparía por quien iba y venía. Largó la mochila y sacó su cuaderno. Lo abrió en el texto y comenzó a reescribirlo en una hoja nueva. Al final no tenía tantos errores de escritura pero había dejado muchos espacios sin escribir así que era mejor que volviera a hacerlo. No quería que quedara un mamarracho luego. Podía decir que se encontraba realmente concentrada, tanto que casi ni escuchaba o podía llegar a reaccionar tarde si alguien se le ponía al lado. Por lo que esperaba que nadie se aprovechara a asustarla. Siempre estaban los desubicados que veían el momento para molestar a alguien y Brianna no estaba en condiciones para aguantarse las bromas.
Después de pasarse media hora tirada en el sofá de la fraternidad mirando el techo, recordó que debía ir a la biblioteca por unos libros para un trabajo que debía entregar en unos días. Si, faltaba bastante según su consideración, pero la verdad quería sacárselo de encima para no andar corriendo luego y pasar mas tiempo con su Tri Pi favorita. Subió hasta su habitación, porque a pesar de tener un departamento yacía aún un lugar ara ella en ese edificio, y tomó su mochila que había dejado en el suelo de lo pesada que se encontraba. Antes de llevársela, la vació y dejó con ella el dinero, su móvil y un par de útiles, entre ellos su cuaderno porque se quedaría allí haciendo los deberes. Seguramente estaría todo tranquilo y eso era lo que ella necesitaba: pura tranquilidad. No quería que nadie la molestara, a menos que fuera realmente importante, y cuanto mas silencio tendría mas rápido podría terminar. Pensaba salir esa noche y nada la detendría. Brianna no podía decirle "no" a ninguna fiesta, a ninguna disco. Ella tenía que salir costara lo que costara y sin importar ninguna consecuencia. Le gustaba estar de ligue y, dependiendo a donde fuera, elegí entre hombre o mujer. Aun que ahora no podía darse ese gusto. Tenía novia. Aun que nadie lo supiera, y realmente nadie lo sabía, ella estaba en pareja. Era completamente secreto pero era suficiente que ella y su novia lo supieran. Mientras las dos lo disfrutaran y Brianna se encontrara feliz con ello, eso estaba perfecto. Ni en su familia tenían idea, pero en algún momento debería decirlo. Sería chocante, y mas para su padre teniendo en cuenta que Brianna era su niñita, pero con ambos separados tal vez sus mentes estaban mas abiertas y podrían soportar una noticia como esa.
Camino con paso tranquilo, sin apuro y como si nada le importara. Sonrió a quienes la saludaban y ni se gastó en mirar a aquellos que no conocía o simplemente la observaban de arriba a abajo con desprecio. Generalmente se trataban de puras mujeres cuyos hombres habían pasado por Brianna. Llevaban bronca y rencor dentro por lo que se les hacía inevitable mirarla de esa forma aun que Bri se preguntaba como hacían para no querer lanzarse sobre ella Estando la morena en su lugar, la hubiese golpeado a la primera sin importar el lugar y el momento. Bueno, al menos debía agradecer que fueran tan niñitas y no tuvieran su carácter. Ya no faltaba mucho para que llegara y estuvo aun mas cerca cuando vio la enorme puerta que indicaba que esa era la biblioteca. Ya era una vieja amiga, había que decir. Y no era que fuera una nerd pero siempre se necesitaba un libro de allí y los diccionarios que ese lugar albergaba habían sido de gran ayuda para ella. Caminó estante por estante en busca de un libro que tuviera el texto que la profesora les había dictado en italiano. Tenía que corregirlo porque sabía que algunas palabras estaban mal escritas y habían varios espacios en blanco. Era un idioma fácil, pero era en el que mas errores tenía y no entendía el porque. Una vez que lo encontró se llevó, también, un par de grandes diccionarios que podían ayudarla. Esos siempre iban con ella los necesitase o no aun que eran mas las veces que los abría para corroborar palabras que otra cosa.
Con todo ese peso se fue al primer lugar que vio vacío. El asiento daba al contrario de la entrada del lugar, osea que Brianna le daba la espalda a la puerta por lo que no sabía quien entraba a menos que girara a ver. Cosa que también le importaba muy poco. Como había dicho, quería tranquilidad y no se preocuparía por quien iba y venía. Largó la mochila y sacó su cuaderno. Lo abrió en el texto y comenzó a reescribirlo en una hoja nueva. Al final no tenía tantos errores de escritura pero había dejado muchos espacios sin escribir así que era mejor que volviera a hacerlo. No quería que quedara un mamarracho luego. Podía decir que se encontraba realmente concentrada, tanto que casi ni escuchaba o podía llegar a reaccionar tarde si alguien se le ponía al lado. Por lo que esperaba que nadie se aprovechara a asustarla. Siempre estaban los desubicados que veían el momento para molestar a alguien y Brianna no estaba en condiciones para aguantarse las bromas.
Brianna C. Lewis- Fecha de inscripción : 30/03/2012
Re: La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
Era un día bastante normal, de esos que decías ''oh díos mío, que aburrido es esto''. Yo era mujer de mundo, necesitaba acción, movimiento, adrenalina. Era un culo inquieto, un rabo de lagartija que siempre estaba al acecho de buenas aventuras, por pequeñas que fueran, que te esperaban a cada esquina, preparadas para pasar a los anales de tu historia. Porque las anécdotas más memorables salían de cosas pequeñas, cosas que no te propones y luego acabas haciendo y te quedas en plan de ''OH DIOS MÍO, LO HICE, ¿COMO PUDE HACERLO? ¡LO HICE!''. Había ido a clases y tampoco había pasado cosa digna de mención, aparte de que había empezado a hacer un dibujo de un narwal en clase de zoología. Sí, supongo que pensaréis que tendría que prestar más atención, pero eh, era aburrido y nada importante, y además, un narwal era un animal marino así que dentro de lo que cabe estaba haciendo algo relacionado con la asignatura, ¿o no?
Pero afortunadamente, hoy tocaba salir de fiesta, y eso significaba dos palabras: desfase total. Me había portado bien desde mi vuelta de Londres por vacaciones, merecía pasármelo bien. Bueno, en Londres me lo había pasado bien. Muy bien. No sé qué habría acabado siendo de aquel maniquí que robamos de aquella tienda, igual acabó en un vertedero, o en el fondo del Támesis, quién sabe. Pero en territorio americano era otra cosa. Los yanquis no eran muy amigos de la fiesta en la calle (en Londres tampoco pero...¿ y lo bonito que era pasear por el río con tus colegas medio borracha con una botella de champagne? Insuperable.) pero siempre encontrabas ambiente y los locales no estaban nada mal.
Pero yo ya no iba de caza, estaba retirada. Porque tenía novia. Yo, la chica que nunca había tenido novia, que no le gustaba las ataduras, me había unido con una chica. Y lo mejor de todo es que por esa chica había aceptado llevar nuestra relación en secreto. Ella aún no había salido del armario, y aún no estaba preparada, pero pese a que yo era una persona que aceptaba libremente mi sexualidad y estaba orgullosa de ella, estaba con una persona que aún no se lo había dicho a nadie. Si me vieran mis amigos de la comunidad LGTB londinense... Pero me importaba, y no la podía sacar del armario si ella no quería aunque quisiera ir por las calles tranquilamente, y darle un beso, o cogerle la mano, sin temor a que nos vieran.
Entré a la biblioteca, y después de soportar la mirada de reproche de la bibliotecaria porque siempre pedía prologas en el préstamo de los libros, me fui a buscar ''Estudio de la fauna marítima mamífera en la costa americana'', un libro que era como una enciclopedia del cual tenía que extraer información para un trabajo. Saludé a un par de personas que me encontré allí, y tuve que soportar algunas miradas de chicos babosos y arrastrados. Me encantaba la cara que se les quedaba cuando veían que no tenían posibilidades conmigo, y encima les quitaba a un bombón en sus narices. Ah sí, era épico.
Busqué en la estantería que me había indicado la bibliotecaria y lo cogí. Afortunadamente, había sido la primera en llegar de mi clase, así que sería la que tendría la información que el profesor querría, los otros tendrían que recurrir a fuentes menos predilectas, entre otras porque el libro que tenía en mis manos estaba escrito por el mismo profesor, así que (se supone) era palabra de Dios. Entonces levanté la vista y la vi. Esa chica con un pelo negro como el azabache que había conseguido que yo pudiera soportar no ir luciendo a un bombón como ella. Me acerqué con sigilo, me agaché detrás de ella y apoyé la cabeza sobre su hombro.-Hola Bri, ¿qué haces?-Le pregunté como si fuera una amiga tan normal y no mi novia.
Pero afortunadamente, hoy tocaba salir de fiesta, y eso significaba dos palabras: desfase total. Me había portado bien desde mi vuelta de Londres por vacaciones, merecía pasármelo bien. Bueno, en Londres me lo había pasado bien. Muy bien. No sé qué habría acabado siendo de aquel maniquí que robamos de aquella tienda, igual acabó en un vertedero, o en el fondo del Támesis, quién sabe. Pero en territorio americano era otra cosa. Los yanquis no eran muy amigos de la fiesta en la calle (en Londres tampoco pero...¿ y lo bonito que era pasear por el río con tus colegas medio borracha con una botella de champagne? Insuperable.) pero siempre encontrabas ambiente y los locales no estaban nada mal.
Pero yo ya no iba de caza, estaba retirada. Porque tenía novia. Yo, la chica que nunca había tenido novia, que no le gustaba las ataduras, me había unido con una chica. Y lo mejor de todo es que por esa chica había aceptado llevar nuestra relación en secreto. Ella aún no había salido del armario, y aún no estaba preparada, pero pese a que yo era una persona que aceptaba libremente mi sexualidad y estaba orgullosa de ella, estaba con una persona que aún no se lo había dicho a nadie. Si me vieran mis amigos de la comunidad LGTB londinense... Pero me importaba, y no la podía sacar del armario si ella no quería aunque quisiera ir por las calles tranquilamente, y darle un beso, o cogerle la mano, sin temor a que nos vieran.
Entré a la biblioteca, y después de soportar la mirada de reproche de la bibliotecaria porque siempre pedía prologas en el préstamo de los libros, me fui a buscar ''Estudio de la fauna marítima mamífera en la costa americana'', un libro que era como una enciclopedia del cual tenía que extraer información para un trabajo. Saludé a un par de personas que me encontré allí, y tuve que soportar algunas miradas de chicos babosos y arrastrados. Me encantaba la cara que se les quedaba cuando veían que no tenían posibilidades conmigo, y encima les quitaba a un bombón en sus narices. Ah sí, era épico.
Busqué en la estantería que me había indicado la bibliotecaria y lo cogí. Afortunadamente, había sido la primera en llegar de mi clase, así que sería la que tendría la información que el profesor querría, los otros tendrían que recurrir a fuentes menos predilectas, entre otras porque el libro que tenía en mis manos estaba escrito por el mismo profesor, así que (se supone) era palabra de Dios. Entonces levanté la vista y la vi. Esa chica con un pelo negro como el azabache que había conseguido que yo pudiera soportar no ir luciendo a un bombón como ella. Me acerqué con sigilo, me agaché detrás de ella y apoyé la cabeza sobre su hombro.-Hola Bri, ¿qué haces?-Le pregunté como si fuera una amiga tan normal y no mi novia.
Emily H. Valentine- Fecha de inscripción : 19/01/2013
Re: La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
Se había concentrado tanto en su tarea que ni sabía que sucedía a su alrededor. No por que fuera una adicta a los libros, si no que la necesidad por sacarse ese deber de encima la llevaba a estar atenta. A Bri con tener notas buenas le alcanzaba. No se mataba por ser la estudiante de honor ni nada por el estilo. Mientras en la Universidad fuera conocida por su gran historial de chicos, lo demás no le importaba. Aun así tenía una especie de orden estricta por que le vaya bien. A su padre no le gustaba tener hijos mantenidos y, si bien Brianna era su niña mimada, no le perdonaría dejar los estudios. Ella era la heredera de esa cadena de hoteles. No quería que su hija viviera solo de eso y no supiera nada mas. Con suerte la había dejado estudiar idiomas, pues su padre quería que se dedicara a las empresas para poder manejar con perfección el trabajo que él le dejaría después.
Pegó un saltito en su asiento cuando sintió la cabeza de alguien a su lado. Mas bien en su hombro. Largó el lápiz que tenía en su mano y se giró rápidamente para ver quien era. Ni siquiera había esperado a escuchar su voz que, si lo hacía, no habría tenido que darse vuelta para encontrar a su novia. Para ver esos ojos que la enamoraban una y otra vez. Se habían encontrado en todo los lugares habidos y por haber, pero nunca habían coincidido en la biblioteca jamás, no con tanto alumnado junto, y seguramente debía esconderse una vez mas como solía hacerlo. Le dedicó una sonrisa e intentó darle un beso en la mejilla que pasó a ser un beso en la comisura de los labios. No se percató de si alguien la estaba viendo y, una vez que había alejado su cara de la de ella, lo pensó deseando que todos estuvieran sumergidos en sus libros y no mirando esa escena. Aun que no fuera la gran cosa y no estuvieran dando un espectáculo, cualquiera podía insinuar lo que quería y que se supiera lo de Brianna mediante rumores era tirar su reputación totalmente abajo. Parecía trágico pero, si nadie lo aceptaba, debía irse de Brown. Aun que tenía ganas de decirlo a los cuatro vientos, quería esperar al momento indicado y que no fuera un golpe para mucha gente. Sobre todo para con los que se había acostado. Ellos podrían pensar que Bri lo hacía solo para satisfacer sus necesidades, en una actitud totalmente fría, pero no se les pasaba por la cabeza esa situación. Pensar en Brianna como homosexual.
-¿Tu en la biblioteca? ¿Decidiste hacer los deberes?- Bromeó con Emily como solía hacer. Siempre que podía largaba bromas a sus amigos; en este caso a su novia. Le sacó la lengua y cerró uno de los diccionarios volviendo la vista a sus libros y sacándola del rostro de Emi. -Puedes sentarte si quieres- Levantó uno de sus hombros con la intención de que se sentara con ella. Dejaría todos los libros por estar un rato con su chica, sin importar las horas que pudieran pasar juntas. Es que una no siempre tenía la oportunidad de verse con su pareja secreta en tranquilidad. La admiraba y no podía dejar de contemplarla. Se preguntaba si hubiese encontrado a alguien mejor que ella. Es que Emily para la morena era única y sabía que no habría mas chicas de ese estilo; es que no podía haberlas. Tenía un aire tan especial que la hacía perfecta a sus ojos, por lo que estaba realmente agradecida por haberla conocido y sentía culpa de mantenerla escondida. Ella era homosexual abiertamente pero Bri no podía disfrutar de eso mismo, por lo que tenía suerte de que la acompañara en sus pasos por aceptarse y estar con ella aun que a todo el mundo le dijera que era su amiga. Sabía que le debía mucho. Es que no había encontrado tanta seguridad nunca y con Emily se sentía totalmente libre de hacer y decir lo que quisiera. Definitivamente debía recompensarla de alguna forma y esperaba poder gritar su condición sexual lo mas pronto posible. Solo necesitaba sentirse preparada y sabía que ella podía ayudarla.
-Me alegra verte, la verdad. Como siempre- Le dedicó una sonrisa sincera. Es que cada vez que pasaba tiempo a su lado sentía que era únicamente su momento. No parecía, pero Brianna podía ser romántica o sentirse totalmente enamorada. El amor podía ser su vulnerabilidad y cuando lo sentía de verdad se convertía en otra Brianna; desconocida para muchos. Tenia un semblante totalmente distinto, se la veía cambiada.. Era esa Bri con sentimientos verdaderos, nada de interés, deseo y fachada fría. Digamos que era persona, y eso podía lograrlo Emily en ese momento.
Pegó un saltito en su asiento cuando sintió la cabeza de alguien a su lado. Mas bien en su hombro. Largó el lápiz que tenía en su mano y se giró rápidamente para ver quien era. Ni siquiera había esperado a escuchar su voz que, si lo hacía, no habría tenido que darse vuelta para encontrar a su novia. Para ver esos ojos que la enamoraban una y otra vez. Se habían encontrado en todo los lugares habidos y por haber, pero nunca habían coincidido en la biblioteca jamás, no con tanto alumnado junto, y seguramente debía esconderse una vez mas como solía hacerlo. Le dedicó una sonrisa e intentó darle un beso en la mejilla que pasó a ser un beso en la comisura de los labios. No se percató de si alguien la estaba viendo y, una vez que había alejado su cara de la de ella, lo pensó deseando que todos estuvieran sumergidos en sus libros y no mirando esa escena. Aun que no fuera la gran cosa y no estuvieran dando un espectáculo, cualquiera podía insinuar lo que quería y que se supiera lo de Brianna mediante rumores era tirar su reputación totalmente abajo. Parecía trágico pero, si nadie lo aceptaba, debía irse de Brown. Aun que tenía ganas de decirlo a los cuatro vientos, quería esperar al momento indicado y que no fuera un golpe para mucha gente. Sobre todo para con los que se había acostado. Ellos podrían pensar que Bri lo hacía solo para satisfacer sus necesidades, en una actitud totalmente fría, pero no se les pasaba por la cabeza esa situación. Pensar en Brianna como homosexual.
-¿Tu en la biblioteca? ¿Decidiste hacer los deberes?- Bromeó con Emily como solía hacer. Siempre que podía largaba bromas a sus amigos; en este caso a su novia. Le sacó la lengua y cerró uno de los diccionarios volviendo la vista a sus libros y sacándola del rostro de Emi. -Puedes sentarte si quieres- Levantó uno de sus hombros con la intención de que se sentara con ella. Dejaría todos los libros por estar un rato con su chica, sin importar las horas que pudieran pasar juntas. Es que una no siempre tenía la oportunidad de verse con su pareja secreta en tranquilidad. La admiraba y no podía dejar de contemplarla. Se preguntaba si hubiese encontrado a alguien mejor que ella. Es que Emily para la morena era única y sabía que no habría mas chicas de ese estilo; es que no podía haberlas. Tenía un aire tan especial que la hacía perfecta a sus ojos, por lo que estaba realmente agradecida por haberla conocido y sentía culpa de mantenerla escondida. Ella era homosexual abiertamente pero Bri no podía disfrutar de eso mismo, por lo que tenía suerte de que la acompañara en sus pasos por aceptarse y estar con ella aun que a todo el mundo le dijera que era su amiga. Sabía que le debía mucho. Es que no había encontrado tanta seguridad nunca y con Emily se sentía totalmente libre de hacer y decir lo que quisiera. Definitivamente debía recompensarla de alguna forma y esperaba poder gritar su condición sexual lo mas pronto posible. Solo necesitaba sentirse preparada y sabía que ella podía ayudarla.
-Me alegra verte, la verdad. Como siempre- Le dedicó una sonrisa sincera. Es que cada vez que pasaba tiempo a su lado sentía que era únicamente su momento. No parecía, pero Brianna podía ser romántica o sentirse totalmente enamorada. El amor podía ser su vulnerabilidad y cuando lo sentía de verdad se convertía en otra Brianna; desconocida para muchos. Tenia un semblante totalmente distinto, se la veía cambiada.. Era esa Bri con sentimientos verdaderos, nada de interés, deseo y fachada fría. Digamos que era persona, y eso podía lograrlo Emily en ese momento.
Brianna C. Lewis- Fecha de inscripción : 30/03/2012
Re: La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
La idea era aparecer por sorpresa como quién no quería la cosa, y lo había logrado. Bri botó de la silla, tanto que se le cayó el lápiz que tenía y todo. Alargué el brazo y lo cogí al vuelo, como Karate Kid en versión rubia. ''Dal cela, pulil cela'', como habría dicho el sensei de Karate Kid. Afortunadamente, de normal era bastante rápida de reflejos, excepto cuando me acababa de levantar, que iba hecha un maldito zombi. Incluso cuando iba algo borracha, me controlaba bastante. La de veces que había ido por la calle de vuelta a casa, y de repente mis amigos me decían ''¡Cuidado!'' porque estaba a punto de chocarme con una farola, y en ese momento en el que mi cara estaba a punto de besar el hierro, lo esquivaba como una jefa. Y me ganaba algún que otro aplauso por la parte de mis amigos, los cuales me vitoreaban y no se creían que tuviera tanto control.
Nos dimos dos besos, que se acercaron peligrosamente a la boca. Por mí no había problema, consideraba que en el siglo XXI la libre expresión de cualquier tipo de sentimiento se podía llevar a cabo en cualquier sitio, siempre y cuando no acabarás violándole la cara a tu pareja, que eso daba grima y se volvía incómodo para la gente de alrededor, pero Bri no pensaba igual. Había escuchado las historias sobre ella en la universidad, y la verdad es que no lo entendía. A mi parecer, era mil veces más sencillo admitir tu homosexualidad que tenerte que ir acostando con hombres que ni siquiera te gustan para mantener tu reputación heterosexual. De todos modos, no tenía por qué ser una salida del armario a lo grande, en plan concierto de Metallica, sino que ya con poder ir juntas de la mano en público sería suficiente. Pero no quería presionarla, porque yo de adolescente había tenido que pasar por eso. Al menos en Brown eran más liberales, y aparte cuando te haces mayor te van importando menos las cosas de la gente. pero yo lo pasé un poco mal en Londres. En verdad las chicas no eran el problema, sino sus madres. Las señoras de la alta sociedad de Chelsea consideraban a mi madre una fresca que se iba divorciando cada dos por tres, y a Connor y a mí como desechos de la sociedad. Y claro, la hija de la zorra de Lily Hans encima salía lesbiana, para que querías más, estabas alterando los pilares inamovibles de la alta sociedad.
Levanté una ceja y me senté donde me indicó.-Oye, aunque no lo parezca, yo soy muy buena estudiante.-Dejé el libro encima de la mesa y puse los pies en la silla de enfrente, que estaba vacía. Buena estudiante, lo que se dice buena... A ver, no sacaba malas notas, de hecho eran bastante buenas, pero no llegaba a la excelencia que a lo mejor otros llevaban, pero es que aparte a mí se me hacía muy difícil seguir las reglas. En el instituto fui más de una vez a la dirección por asuntos varios: insultos, peleas, lanzamiento de bombas fétidas al equipo de fútbol, iniciar una guerra de comida en el comedor... Y claro, pues por eso me quitaban nota. Aunque me suspendieron alguna vez con eso, nunca llegué a repetir, supongo que porque vieron que lo mejor que les podía pasar es que no estuviera allí más tiempo del necesario. Pero vamos, pasaron los años y no he cambiado tanto, pero ahora soy más madura, más reflexiva... planeo las bromas.
Le sonreí cariñosamente. Que me dijera que se alegraba de verme era algo que me gustaba, ya que no sabía si se podía sentir incómoda o no entre tanta gente. Pero aparte de eso, ella me quería. Yo lo sabía, ella lo sabía, y para mí era suficiente con eso, por eso había aceptado mantener su secreto. Me estimaba más tenerla a mi lado en secreto que lejos y que todo el mundo lo supiera.-Antes me he pasado por la fraternidad y no había nadie, podríamos irnos allí, para estar más cómodas y tranquilas...-Dije con una mirada algo socarrona. Básicamente lo que proponía era que fueramos a la fraternidad aprovechando de que no hubiera nadie a montarnoslo, hablando en plata. Me levanté y cogí mi libro.-¿Vienes?-Le guiñé un ojo.-
Nos dimos dos besos, que se acercaron peligrosamente a la boca. Por mí no había problema, consideraba que en el siglo XXI la libre expresión de cualquier tipo de sentimiento se podía llevar a cabo en cualquier sitio, siempre y cuando no acabarás violándole la cara a tu pareja, que eso daba grima y se volvía incómodo para la gente de alrededor, pero Bri no pensaba igual. Había escuchado las historias sobre ella en la universidad, y la verdad es que no lo entendía. A mi parecer, era mil veces más sencillo admitir tu homosexualidad que tenerte que ir acostando con hombres que ni siquiera te gustan para mantener tu reputación heterosexual. De todos modos, no tenía por qué ser una salida del armario a lo grande, en plan concierto de Metallica, sino que ya con poder ir juntas de la mano en público sería suficiente. Pero no quería presionarla, porque yo de adolescente había tenido que pasar por eso. Al menos en Brown eran más liberales, y aparte cuando te haces mayor te van importando menos las cosas de la gente. pero yo lo pasé un poco mal en Londres. En verdad las chicas no eran el problema, sino sus madres. Las señoras de la alta sociedad de Chelsea consideraban a mi madre una fresca que se iba divorciando cada dos por tres, y a Connor y a mí como desechos de la sociedad. Y claro, la hija de la zorra de Lily Hans encima salía lesbiana, para que querías más, estabas alterando los pilares inamovibles de la alta sociedad.
Levanté una ceja y me senté donde me indicó.-Oye, aunque no lo parezca, yo soy muy buena estudiante.-Dejé el libro encima de la mesa y puse los pies en la silla de enfrente, que estaba vacía. Buena estudiante, lo que se dice buena... A ver, no sacaba malas notas, de hecho eran bastante buenas, pero no llegaba a la excelencia que a lo mejor otros llevaban, pero es que aparte a mí se me hacía muy difícil seguir las reglas. En el instituto fui más de una vez a la dirección por asuntos varios: insultos, peleas, lanzamiento de bombas fétidas al equipo de fútbol, iniciar una guerra de comida en el comedor... Y claro, pues por eso me quitaban nota. Aunque me suspendieron alguna vez con eso, nunca llegué a repetir, supongo que porque vieron que lo mejor que les podía pasar es que no estuviera allí más tiempo del necesario. Pero vamos, pasaron los años y no he cambiado tanto, pero ahora soy más madura, más reflexiva... planeo las bromas.
Le sonreí cariñosamente. Que me dijera que se alegraba de verme era algo que me gustaba, ya que no sabía si se podía sentir incómoda o no entre tanta gente. Pero aparte de eso, ella me quería. Yo lo sabía, ella lo sabía, y para mí era suficiente con eso, por eso había aceptado mantener su secreto. Me estimaba más tenerla a mi lado en secreto que lejos y que todo el mundo lo supiera.-Antes me he pasado por la fraternidad y no había nadie, podríamos irnos allí, para estar más cómodas y tranquilas...-Dije con una mirada algo socarrona. Básicamente lo que proponía era que fueramos a la fraternidad aprovechando de que no hubiera nadie a montarnoslo, hablando en plata. Me levanté y cogí mi libro.-¿Vienes?-Le guiñé un ojo.-
Emily H. Valentine- Fecha de inscripción : 19/01/2013
Re: La paz y tranquilidad que necesitaba {Emily}
Largó una risita con el comentario de su novia. Decirlo y pensarlo así le sonaba bastante bien. Sabía que Emily era su novia y de nadie mas; que la tenía solo para ella. Pero en el fondo temía perderla. Es que si Brianna no salía rápido de ese closet Em podría cansarse y dejarla, y la morena no podría hacer nada al respecto por que la rubia tendría toda la razón del mundo. ¿Podría ser tan cobarde?. Es que no parecía ser toda una complicación cuando estaba soltera. Se dedicaba a coquetear a todo mundo y le parecía simplemente divertido; lo disfrutaba. Pero luego había aparecido Emily y nunca se hubiese imaginado que podía sentir cosas semejantes por una persona. Eso no lo tenía en sus planes y mantener una relación no era nada fácil, mucho menos cuando era en secreto. Las mentiras tenían patas cortas y, seguramente, no faltaba mucho para que alguien las encontrara in fraganti en algún lado. Pero cada vez que Bri lo pensaba, a la hora de hacerlo, no tenía las agallas para confesar cuanto le gustaban las mujeres o simplemente darle un beso a Emi en público.
Contempló todo de ella. Sobre todo su rostro. Es que no podía creer a la mujer que tenía a su lado. ¿Quien se hubiese aguantado una relación a escondidas y que, para colmo, tu novia tuviera que fingir estar con hombres?. Ya hasta le daba miedo pasarse de coqueta por lo que pudiera pensar la rubia. Pero sentía que también había una cierta confianza como para que ésta no se enojara o se le pusieran los pelos de punta; algo que no quería conseguir que pasara. -Eso lo se. Pero eres mucho mejor novia- le guiñó un ojo y se aguantó las ganas de besarla. Es que cuando quiso hacerlo, mas alumnos entraban y pasaban por su mesa, lo que la hizo retroceder como toda una miedosa. Corrió los ojos de ella y se dispuso a cerrar todos los libros y cuadernos que tenía abierto. Sabía que estando ella allí no leería ni medio y mucho menos escribiría, así que era en vano tener todo desparramado por allí. Además eso ya era un completo desastre; casi ni sus brazos podía poner encima. Cada que podía la miraba de reojo y notaba esas sonrisas que le dedicaba. Un segundo mas así y ya de verdad no le impotaría donde ni con quien se encontrara.
Solo le quedaban pocos libros que ordenar cuando volvió a escuchar esa voz tan angelical; una total dulce melodía para Brianna. -Antes había gente por esos lares, por eso me vine para la biblioteca- Comentó despreocupada. Es que, si bien no estba repleta, la fraternidad contenía gente en el momento en que Brianna había querido tomarse un descanso y la idea de los deberes pendientes se le había ido a la cabeza. -Me alegro que ya este vacía. ¿Hace cuanto que no podemos disfrutarla tranquilas? Dijo refiriéndose siempre a la fraternidad Tri Pi. Las veces que creían encontrarse solas, siempre solía aparecer alguien por allí que las agarraba desprevenidas pero sin hacer nada; pareciendo solo dos compañeras de universidad. No sabía si alguien sospechaba, y eso la tenía sin cuidado. Podría demostrar todo lo contrario si lo quisiera, así que no importaba con que chismes se iban aun que a veces esperaba a que saltara uno para ver si ella tambien era capaz de abrirse ante todos.
La observó levantarse, dispuesta a salir de allí. La verdad no iba a desaprovechar esa oferta y, visto y considerado que ya había decidido a no hace nada, cerró el último cuaderno y tomó todo lo que le pertenecía. El resto de los libros los dejó arriba de esa mesa. Segundos después ya estaba preparada para seguir a su novia. -Vamos- Dijo y sonrió a Em antes de cruzar la puerta de ese lugar.
Contempló todo de ella. Sobre todo su rostro. Es que no podía creer a la mujer que tenía a su lado. ¿Quien se hubiese aguantado una relación a escondidas y que, para colmo, tu novia tuviera que fingir estar con hombres?. Ya hasta le daba miedo pasarse de coqueta por lo que pudiera pensar la rubia. Pero sentía que también había una cierta confianza como para que ésta no se enojara o se le pusieran los pelos de punta; algo que no quería conseguir que pasara. -Eso lo se. Pero eres mucho mejor novia- le guiñó un ojo y se aguantó las ganas de besarla. Es que cuando quiso hacerlo, mas alumnos entraban y pasaban por su mesa, lo que la hizo retroceder como toda una miedosa. Corrió los ojos de ella y se dispuso a cerrar todos los libros y cuadernos que tenía abierto. Sabía que estando ella allí no leería ni medio y mucho menos escribiría, así que era en vano tener todo desparramado por allí. Además eso ya era un completo desastre; casi ni sus brazos podía poner encima. Cada que podía la miraba de reojo y notaba esas sonrisas que le dedicaba. Un segundo mas así y ya de verdad no le impotaría donde ni con quien se encontrara.
Solo le quedaban pocos libros que ordenar cuando volvió a escuchar esa voz tan angelical; una total dulce melodía para Brianna. -Antes había gente por esos lares, por eso me vine para la biblioteca- Comentó despreocupada. Es que, si bien no estba repleta, la fraternidad contenía gente en el momento en que Brianna había querido tomarse un descanso y la idea de los deberes pendientes se le había ido a la cabeza. -Me alegro que ya este vacía. ¿Hace cuanto que no podemos disfrutarla tranquilas? Dijo refiriéndose siempre a la fraternidad Tri Pi. Las veces que creían encontrarse solas, siempre solía aparecer alguien por allí que las agarraba desprevenidas pero sin hacer nada; pareciendo solo dos compañeras de universidad. No sabía si alguien sospechaba, y eso la tenía sin cuidado. Podría demostrar todo lo contrario si lo quisiera, así que no importaba con que chismes se iban aun que a veces esperaba a que saltara uno para ver si ella tambien era capaz de abrirse ante todos.
La observó levantarse, dispuesta a salir de allí. La verdad no iba a desaprovechar esa oferta y, visto y considerado que ya había decidido a no hace nada, cerró el último cuaderno y tomó todo lo que le pertenecía. El resto de los libros los dejó arriba de esa mesa. Segundos después ya estaba preparada para seguir a su novia. -Vamos- Dijo y sonrió a Em antes de cruzar la puerta de ese lugar.
Brianna C. Lewis- Fecha de inscripción : 30/03/2012
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