2013
Ahora mismo si estas planteándote en inscribirte en esta prestigiosa universidad es por que has pasado esta etapa, pero bueno, ¡eso cosa del pasado! Olvídalo, pon eso en un rincón de tu memoria.
Ahora estás viviendo el año 2013 en la Universidad de Brown, situada cerca del corazón de Nueva York.
¿Estás aquí por elección propia, por el sueño de convertirte en alguien famoso en la vida? ¿Por qué tus padres tienen una cuenta bancaria muy grande? ¿O tal vez por obligación?
Sea la razón que sea el resultado es el mismo, estas en una de las mejores universidades de América, pero aquí no te daremos 'la comida masticada' lo cual si de verdad deseas llegar a ser alguien en la vida tendrás que currártelo, aquí no regalamos nada.
¡Casi lo olvido! Tal vez exijamos mucho, pero tampoco descartes la idea de tener un poco de diversión. Fiesta, alcohol, sexo, drogas.
En resumen, el libertinaje total.
Para Algunos, la diversión significa dormir en tantas camas como sea posible, para otros, las compras y manicura son las cosas más importantes en su vida y siempre habrá los -por su padres- tienen dinero y reputación.
Pero dejando todo eso atrás, en la oscuridad de Brown se esconden varias personas que pertenecen a una especie de secta, un grupo donde su intenciones no son exactamente buenas. Se hacen reconocer por 'la logia', una panda de personas donde jugarán con cualquier persona que les apetezca. Les gusta ver sufrir a los demás, viven a costa de ellos. ¿Que pasa? ¿A caso tienes miedo de ser su próximo elegido? Tranquilo, como en los cómics y películas de Stan Lee donde hay un villano, hay un super héroe, e aquí nuestros super héroes se hace llamar anti logia, un grupo donde quieren la paz en la universidad y acabar con toda esa crueldad.
Y dime, ¿quien eres tu? ¿Eres un becado? ¿Un estudiante normal? ¿O tal vez te guste la idea de pertenecer a la logia? Otra posibilidad es que quieras cumplir el sueño de todo niño, ser un super héroe y pasar a ser miembro de la anti logia pero...
Seas lo que seas, se bienvenido a Brown University.
¿Quién está en línea?
En total hay 16 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 16 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 107 durante el Jue Nov 21, 2024 7:27 am
Omega Chi
0 puntos
Kappa Tau
0 puntos
Delta Nu
0 puntos
Zeta Beta Zeta
0 puntos
Tri Pi
0 puntos
Sigma Alpha Epsilon
0 puntos
Gamma Phi
0 puntos
Profesores y empleados Brown
0 puntos
Ciudadanos
0 puntos
Universitarios
0 puntos
Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
2 participantes
Página 1 de 1.
Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
-Ok ahí te va, por favor se puntual- le colgué a Ariadna un poco molesto si bien esa mujer me sacaba de mis casillas tambien me encantaba de sobremanera se podía decir que era adicto a su cuerpo pero nada más a eso, su forma tan frívola de hacer me desesperaba y después de jugar conmigo de esa manera y de “chantajearme” tan ruin pero a la vez tan astuta y la verdad es que debía darle crédito por eso su chantaje constaba en que le diera una “beca” o si no abría la boca y seamos sinceros lo que yo menos necesitaba ahorita era otro escándalo más, las cosas se iban calmando poco a poco y todo parecía indicar que por fin Brown seria lo que siempre debió ser , una institución en la cual no pasara nada grave y lo más fuerte sería que hubiera tríos amorosos, pero para mí mala fortuna aquí había puro loco y controlador, un ejemplo Ariadna, esa mujer la cual era imposible ignorar, su rostro, su cuerpo, ese cabello y esos ojos, esa manía que tenía para engatusarme con el roce de su mano por mi pecho , su mirada de perra y esa gentileza que solía escapársele de repente, sé que su pasado fue un poco turbio y es por eso que tambien le ayudo otras mujeres solo me hubieran chantajeado para obtener dinero y nada más que eso, ella quería ser alguien en la vida una bailarina reconocida y con anterioridad había visto su trabajo en clase y tenía esa fuerza como si la música la poseyera y fuera una bestia cazando pero lo hacía de una forma tan agraciada que era hipnotizante, estaba liado, por un lado en verdad me frustraba su comportamiento y como me tenía en sus manos solo por callar esos deliciosos encuentros que solíamos tener, pero por otro lado me agradaba saber que le estaba ayudando en su futuro.
Tome las llaves de mi auto y Salí de mi casa con un atuendo casual y cómodo pues solo iríamos de compras, el por qué?, simple después de todo era mi “protegida” por así decirlo y si se le vería conmigo se le vería bien vestida y como una muchacha de la alta sociedad, no como cualquier pelagatos con suerte de estudiar en una escuela prestigiosa, aparte a una mujer siempre se le tenía que tener feliz y una forma fácil de hacerlo era comprándole cuanto quisiera, con el dinero que obtenía siendo director lo haría, era bastante y aparte no tenia de que preocuparme pues con los viñedos y las escuelas ecuestres que tenía mi familia estaba nadando en dinero y a veces no tenia en que gastármelo y gastarlo en ella era fácil y conveniente, unas cuantas faldas, blusas, pantalones y vestidos Asi como zapatos y joyas hasta el maquillaje que me pidiera serian suyos, se podría decir que estaba en busca de quien sustituyera a Sileny pero no era Asi iba más allá de eso ahorita yo quería ser libre y era un hombre detallista y puede que con esos detalles la hermosa rubia que me daba dolor de cabeza dejara de ser Asi conmigo y se volviera más suave aunque lo veía bastante difícil. El auto se deslizaba de forma tranquila y en silencio y en la radio se escuchaba un poco de blues iba tranquilo pues sé que cuando la viera me alteraría un poco, era natural tenía esa facilidad para estresarme.
Aparque el carro en la tienda en donde la había dicho que la vería, no sé en donde estaba y no quiso decirme así que por eso quede de verme con ella allá, baje del carro y me puse los lentes de sol, entre a dicha tienda y fui atendido por una linda señora muy cortes la cual me ofreció un café en lo que esperaba a Ariadna, dicha señora me mostro unas cuantas prendas como vestidos y blusas, elegí unas cuantas y las deje a mi lado pues esas serían las que yo le compraría, sé que igual y a ella no le gustaba vestir tan elegante pero su chantaje tambien tenía un precio y ese era acatar su vestimenta cuando estuviera conmigo y hoy no solo compraríamos cosas si no que tambien nos escaparíamos a comer algo, vaya forma de mimar a una chantajista pero tambien era un pequeño regalo para mí, el verla con esos atuendos y saber que se los quitaría despeus es lo que me hacía sentir cómodo – a ver a qué hora apareces niña- dije mirando mi reloj levantando mi brazo y cruzando mi pierna para despeus darle un ligero trago a el café que a decir verdad estaba delicioso.
Tome las llaves de mi auto y Salí de mi casa con un atuendo casual y cómodo pues solo iríamos de compras, el por qué?, simple después de todo era mi “protegida” por así decirlo y si se le vería conmigo se le vería bien vestida y como una muchacha de la alta sociedad, no como cualquier pelagatos con suerte de estudiar en una escuela prestigiosa, aparte a una mujer siempre se le tenía que tener feliz y una forma fácil de hacerlo era comprándole cuanto quisiera, con el dinero que obtenía siendo director lo haría, era bastante y aparte no tenia de que preocuparme pues con los viñedos y las escuelas ecuestres que tenía mi familia estaba nadando en dinero y a veces no tenia en que gastármelo y gastarlo en ella era fácil y conveniente, unas cuantas faldas, blusas, pantalones y vestidos Asi como zapatos y joyas hasta el maquillaje que me pidiera serian suyos, se podría decir que estaba en busca de quien sustituyera a Sileny pero no era Asi iba más allá de eso ahorita yo quería ser libre y era un hombre detallista y puede que con esos detalles la hermosa rubia que me daba dolor de cabeza dejara de ser Asi conmigo y se volviera más suave aunque lo veía bastante difícil. El auto se deslizaba de forma tranquila y en silencio y en la radio se escuchaba un poco de blues iba tranquilo pues sé que cuando la viera me alteraría un poco, era natural tenía esa facilidad para estresarme.
Aparque el carro en la tienda en donde la había dicho que la vería, no sé en donde estaba y no quiso decirme así que por eso quede de verme con ella allá, baje del carro y me puse los lentes de sol, entre a dicha tienda y fui atendido por una linda señora muy cortes la cual me ofreció un café en lo que esperaba a Ariadna, dicha señora me mostro unas cuantas prendas como vestidos y blusas, elegí unas cuantas y las deje a mi lado pues esas serían las que yo le compraría, sé que igual y a ella no le gustaba vestir tan elegante pero su chantaje tambien tenía un precio y ese era acatar su vestimenta cuando estuviera conmigo y hoy no solo compraríamos cosas si no que tambien nos escaparíamos a comer algo, vaya forma de mimar a una chantajista pero tambien era un pequeño regalo para mí, el verla con esos atuendos y saber que se los quitaría despeus es lo que me hacía sentir cómodo – a ver a qué hora apareces niña- dije mirando mi reloj levantando mi brazo y cruzando mi pierna para despeus darle un ligero trago a el café que a decir verdad estaba delicioso.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Colgué antes que él como si fuese aquello una competición, era una manía tonta que ya había adoptado. Parecía que lo hiciera por puro orgullo, colgar antes que él. Me había citado en una tienda que semana tras semana me hacía visitar, la ropa estaba bien, sí, no me puedo quejar pero la mujer que había allí me sacaba de quicio. Pues, a mis ojos, parecía que elegía lo peor de la tienda para mi estrecho cuerpo y en cambio, Vlad siempre escogía algo que iba con mi estilo, era un hombre muy detallista y ese hecho se lo agradecía muchisimo. Emprendí entonces mi camino hacia esa lujosa tienda, saliendo de la boutique en la que estaba gastando con una tarjeta oferida por él mismo, Vlad. Metí las cosas en el maletero cuidadosamente y conducí hasta el lugar citado. Sin mucho reparo aparqué justo en la puerta, con esa agilidad para conducir con la que no me podían tomar como inútil en el volante como a la mayoría de mujeres, salí aireosa algo nerviosa por lo que me esperaría en aquel salón y tomé una bocanada de aire sacando de la parte trasera mi bolso, adecentandome un poco: labial, cabello, mangas de la americana bien colocadas, bolso en su sitio, etc. A él le gustaba la perfección y ya que le sacaba todo aquello cuanto quería lo mínimo que podía hacer era "gustarle" y acercarme lo más posible a aquel concepto de perfección.
Desde fuera ya podía ver su nuca y cabello, estaba sentado en un sillón tomando café por lo visto y dialogando con aquella mujer que tanto odiaba. Rodé los ojos y miré mi reloj. No habían pasado ni diez minutos desde la llamada, y, normalmente no solía ser yo la que llegaba tan temprano, siempre era él el que esperaba mi llegada porque yo siempre llegaba pasados más de treinta minutos. Mojé mis labios en saliva pensando si hacer pasar esos veinte minutos o si entrar y comerme el orgullo ante las palabras que me dedicaría de vacilación completa, pero bueno, lo soportaría. Pasé una mano a modo de tenedor por mi cabello, tirandolo hacia atrás y toqué el timbre de aquella tienda, me abrió la mujer asquerosa y entré sin tan siquiera mirarla. Caminé con lentitud hasta Vlad, notando como unas mariposas me recorrían el estómago intentando salir por mi boca. "Maldita sea" pensé para mi misma, siempre me pasaba lo mismo; me ponía atacada de nervios al verle. Esos labios, esos perfecta espalda caída en forma de 'v' bien fornida, musculada, sus brazos, sus ojos... me recordaba todas esas sensaciones a mi adolescencia, a aquel acontecimiento que marcó mi vida. El corazón me palpitaba, pero era muy buena actriz así que pude disimular todos esos nervios. La distancia se terminó y estuve atrás de él, le dí mi bolso a la mujer odiada y deslicé mis manos en una caricia atrás de él, una por la mejilla y otra por su cuello hasta apoyar ésta última en su hombro. -Buenos días Sr Karkarov. -Solté en un susurro lentamente acercando mis labios a su oído y después dejando un beso en su mejilla. Pues sabía que esos tipos de acercamientos no le agradaban demasiado, o si sí le agradaban actuaba bien como que no le gustaban.
Aparté entonces mis manos de su cuerpo, rodeando el sillón donde se encontraba y me fuí directa hacia las prendas que ya sabía que estaban elegidas para mí. Palpé con mis manos el tacto de las prendas, pues las prendas tenían que ser muy suaves para que cuando las llevara apenas las sintiera, era muy maniática y con la ropa más. -¿Me lo parece a mí o esque siempre quedáis ambos para elegirme lo peor que hay? -Murmuré girándome después de ver las ropas tipo abuela que no sabía quién las había elegido pero no me detuve a pensarlo, les acusé directamente con mi dedo de uno a otro. Eran camisas anchas con muchas flores, lo único que se salvaba eran los zapatos, los pantalones y los vestidos que sí me gustaban, pero las camisas eran horrendas para mi gusto. -Esto sí que está bien... -Murmuré casi para mí al ver los zapatos y demás cosas que sí me gustaban. -¿Por dónde quieres que empiece? -Susurré girándome a Vlad con lentitud.
No sabía el por qué pero ese día me encontraba incómoda con la mirada de Vlad, se le veía distinto, no me miraba igual que siempre...parecía ¿cabreado? Éso me preocupaba, así que pronto debería averiguarlo. Miré a la mujer apartando mi mirada de Vlad. -¿Hoy no tenemos una sala privada como otras veces? - Pues normalmente nos metían en una sala como en la de las tiendas de los vestidos de novia, en las que habían sillones y un pequeño vestuario para ir provandose la ropa. Ésta asintió, dijo que sí y entonces miré a Vlad, ¿por qué no habría ido hoy ahí? La mujer se dispuso a ir a la sala para prepararla y me quedé mirando a Vlad esperando una reacción ante mi mirada. O él era el que estaba extraño ese día o era yo.
Desde fuera ya podía ver su nuca y cabello, estaba sentado en un sillón tomando café por lo visto y dialogando con aquella mujer que tanto odiaba. Rodé los ojos y miré mi reloj. No habían pasado ni diez minutos desde la llamada, y, normalmente no solía ser yo la que llegaba tan temprano, siempre era él el que esperaba mi llegada porque yo siempre llegaba pasados más de treinta minutos. Mojé mis labios en saliva pensando si hacer pasar esos veinte minutos o si entrar y comerme el orgullo ante las palabras que me dedicaría de vacilación completa, pero bueno, lo soportaría. Pasé una mano a modo de tenedor por mi cabello, tirandolo hacia atrás y toqué el timbre de aquella tienda, me abrió la mujer asquerosa y entré sin tan siquiera mirarla. Caminé con lentitud hasta Vlad, notando como unas mariposas me recorrían el estómago intentando salir por mi boca. "Maldita sea" pensé para mi misma, siempre me pasaba lo mismo; me ponía atacada de nervios al verle. Esos labios, esos perfecta espalda caída en forma de 'v' bien fornida, musculada, sus brazos, sus ojos... me recordaba todas esas sensaciones a mi adolescencia, a aquel acontecimiento que marcó mi vida. El corazón me palpitaba, pero era muy buena actriz así que pude disimular todos esos nervios. La distancia se terminó y estuve atrás de él, le dí mi bolso a la mujer odiada y deslicé mis manos en una caricia atrás de él, una por la mejilla y otra por su cuello hasta apoyar ésta última en su hombro. -Buenos días Sr Karkarov. -Solté en un susurro lentamente acercando mis labios a su oído y después dejando un beso en su mejilla. Pues sabía que esos tipos de acercamientos no le agradaban demasiado, o si sí le agradaban actuaba bien como que no le gustaban.
Aparté entonces mis manos de su cuerpo, rodeando el sillón donde se encontraba y me fuí directa hacia las prendas que ya sabía que estaban elegidas para mí. Palpé con mis manos el tacto de las prendas, pues las prendas tenían que ser muy suaves para que cuando las llevara apenas las sintiera, era muy maniática y con la ropa más. -¿Me lo parece a mí o esque siempre quedáis ambos para elegirme lo peor que hay? -Murmuré girándome después de ver las ropas tipo abuela que no sabía quién las había elegido pero no me detuve a pensarlo, les acusé directamente con mi dedo de uno a otro. Eran camisas anchas con muchas flores, lo único que se salvaba eran los zapatos, los pantalones y los vestidos que sí me gustaban, pero las camisas eran horrendas para mi gusto. -Esto sí que está bien... -Murmuré casi para mí al ver los zapatos y demás cosas que sí me gustaban. -¿Por dónde quieres que empiece? -Susurré girándome a Vlad con lentitud.
No sabía el por qué pero ese día me encontraba incómoda con la mirada de Vlad, se le veía distinto, no me miraba igual que siempre...parecía ¿cabreado? Éso me preocupaba, así que pronto debería averiguarlo. Miré a la mujer apartando mi mirada de Vlad. -¿Hoy no tenemos una sala privada como otras veces? - Pues normalmente nos metían en una sala como en la de las tiendas de los vestidos de novia, en las que habían sillones y un pequeño vestuario para ir provandose la ropa. Ésta asintió, dijo que sí y entonces miré a Vlad, ¿por qué no habría ido hoy ahí? La mujer se dispuso a ir a la sala para prepararla y me quedé mirando a Vlad esperando una reacción ante mi mirada. O él era el que estaba extraño ese día o era yo.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Me tense cuando las suaves manos de ella me acariciaron una por el cuello y la otra por la mejilla, se notaba mi incomodidad pero no porque no me gustara si no precisamente porque me encantaba era que me ponía de esa forma –Buenos días Ariadna, me sorprende verte tan...- mire el reloj- vaya! Puntual que novedad- hice mi cuerpo hacia adelante para separarme de ella y me levante acomodándome la camisa y el pantalón aclarando mi garganta y mirando de rejo como la señorita me miraba y después a Ariadna y yo me lleve los dedos a la frente y frote esta misma cerrando los ojos – Prefiero que uses “lo peor” a que uses tus prendas…antiguas- la mire de arriba para abajo- ya sabes que hacer simplemente escoge lo que prefieras- dije tomando mi taza de café y dándole un ligero sorbo ,me recargue en una estantería y vi como tomaba los zapatos y decía que esos si le habían agradado- al menos le di tino a algo- di tres pasos hacia adelante y tome uno de los vestidos uno lindo el cual era blanco y ceñido al cuerpo con ligeros detalles- Con los vestidos quiero que comiences- dije serio y sin mirarla, mire a la chica la cual nos atendía y abri mi paloma para que Ariadna pasara hacia aquel vestidor privado – anda- dije y por arco reflejo pose una de mis manos en su cintura baja para empujarla ligeramente dentro de aquella sala. Esta estaba decorada de una forma muy elegante, los sillones eran color blanco y las paredes color arena, del lado izquierdo se encontraba el vestidor y del lado derecho había una plataforma redonda y 8 espejos de cuerpo completo posicionados de forma circular para que al probarte la ropa pudieras ver varios ángulos.
La señorita le ofreció algo de tomar a Ariadna y yo solo me limite a mirarla de arriba para abajo imaginando como seria que se le vieran aquellos hermosos vestidos, las blusas que le había elegido antes solo eran para molestarla pues si en verdad flores enormes y tela rara no era lo mío – Piensas esperar a que yo te cambie? O puedes comenzar de una buena ves?- le dije a Ariadna, si habían veces en al que era muy grosero con ella cuando no debería serlo pero es que me sacaba de mis casillas su forma tan frívola e igualada de ser conmigo –No es la única tienda que visitaremos y no es tan temprano así que si me harías el honor de meterte ahí, desudarte y reprobarte la ropa que tú quieras te sería muy agradecido- levante la vista hacia la otra mujer que estaba esperando mis indicaciones pues mientras él hablaba a Ariadna yo revisaba mi celular algunos correos que me habían llegado – Seria tan amable de traer la demás ropa?- dije mirando a la chica con una sonrisa linda y sincera girando lentamente la taza del café – y después se puede retirar y el hablaremos si es que necesitamos algo- yo si estaba acostumbrado a este tipo de tratos , ser reconocido y tratado como un rey, mandar a los empleados de forma agracias a retirarse del cuarto , hablarles con propiedad y el respeto que se merecía cualquier persona, para mí era muy importante eran signos de una educación buena y decente, la chica se fue por la ropa contoneando su cuerpo y mi mirada por fin se fijó en Ariadna- Llegaste en carro?- le dije despreocupado y un tanto frio- la chica llego con un perchero con ruedas lleno de vestidos y otro tipo de ropa Asi como zapatos y lo dejo ahí disculpándose para retirarse- adelante- dije asintiendo con la cabeza dejando que la mujer nos dejara solos.
Me levante y camine hacia ese perchero pasando al lado de Ariadna aspirando su perfume y antes de seguir mi camino le sonreí – Hoy te ves muy bien por cierto- la mire de arriba abajo y tome su barbilla con dos de mis dedos- me encanta ver que traes puesta la ropa que te compro- acaricie su labio inferior con mi dedo pulgar y la solté caminando de nuevo hasta aquel perchero y comencé a ver la ropa tomando una blusa azul marino con unos toques morados y sin pensarlo la deseche aventándola hacia uno de los sillones y segui mirando aquella ropa, se podría decir que la ignoraba un rato y después le ponía atención, no era porque quería ser grosero si no porque si me mantenía mucho tiempo cerca de ella seguramente terminaría explotando en desesperación por su peculiar forma de ser –muy aseñorado…muy vulgar… -dije aventando una que otra prenda que a mí no me gustaba y que a mi parecer y si mis manso recordaban bien no se verían bien en el cuerpo de Ariadna- Este si- me gire y me puse frente a ella poniendo ese vestido pegándolo a sus hombros para ver cómo se vería por encima , la mire a los ojos – No tengo idea de lo que estoy haciendo pero este vestido me agrada, pruébatelo tambien- dije sonriéndole un poco y era verdad yo no era como ellas que veían detalles a mí me gustaba lo simple y elegante, para mí un vestido vulgar eran de esos que tenían que tener escotes por todos lados. Mire a Ariadna- y hazlo rápido que en verdad faltan muchas tiendas que visitar…entre ellas…Victoria- me separe de ella mirando su cuerpo de abajo hacia arriba fijándome en sus ojos por último y reanude mi caminata hacia los sillones para sentarme
La señorita le ofreció algo de tomar a Ariadna y yo solo me limite a mirarla de arriba para abajo imaginando como seria que se le vieran aquellos hermosos vestidos, las blusas que le había elegido antes solo eran para molestarla pues si en verdad flores enormes y tela rara no era lo mío – Piensas esperar a que yo te cambie? O puedes comenzar de una buena ves?- le dije a Ariadna, si habían veces en al que era muy grosero con ella cuando no debería serlo pero es que me sacaba de mis casillas su forma tan frívola e igualada de ser conmigo –No es la única tienda que visitaremos y no es tan temprano así que si me harías el honor de meterte ahí, desudarte y reprobarte la ropa que tú quieras te sería muy agradecido- levante la vista hacia la otra mujer que estaba esperando mis indicaciones pues mientras él hablaba a Ariadna yo revisaba mi celular algunos correos que me habían llegado – Seria tan amable de traer la demás ropa?- dije mirando a la chica con una sonrisa linda y sincera girando lentamente la taza del café – y después se puede retirar y el hablaremos si es que necesitamos algo- yo si estaba acostumbrado a este tipo de tratos , ser reconocido y tratado como un rey, mandar a los empleados de forma agracias a retirarse del cuarto , hablarles con propiedad y el respeto que se merecía cualquier persona, para mí era muy importante eran signos de una educación buena y decente, la chica se fue por la ropa contoneando su cuerpo y mi mirada por fin se fijó en Ariadna- Llegaste en carro?- le dije despreocupado y un tanto frio- la chica llego con un perchero con ruedas lleno de vestidos y otro tipo de ropa Asi como zapatos y lo dejo ahí disculpándose para retirarse- adelante- dije asintiendo con la cabeza dejando que la mujer nos dejara solos.
Me levante y camine hacia ese perchero pasando al lado de Ariadna aspirando su perfume y antes de seguir mi camino le sonreí – Hoy te ves muy bien por cierto- la mire de arriba abajo y tome su barbilla con dos de mis dedos- me encanta ver que traes puesta la ropa que te compro- acaricie su labio inferior con mi dedo pulgar y la solté caminando de nuevo hasta aquel perchero y comencé a ver la ropa tomando una blusa azul marino con unos toques morados y sin pensarlo la deseche aventándola hacia uno de los sillones y segui mirando aquella ropa, se podría decir que la ignoraba un rato y después le ponía atención, no era porque quería ser grosero si no porque si me mantenía mucho tiempo cerca de ella seguramente terminaría explotando en desesperación por su peculiar forma de ser –muy aseñorado…muy vulgar… -dije aventando una que otra prenda que a mí no me gustaba y que a mi parecer y si mis manso recordaban bien no se verían bien en el cuerpo de Ariadna- Este si- me gire y me puse frente a ella poniendo ese vestido pegándolo a sus hombros para ver cómo se vería por encima , la mire a los ojos – No tengo idea de lo que estoy haciendo pero este vestido me agrada, pruébatelo tambien- dije sonriéndole un poco y era verdad yo no era como ellas que veían detalles a mí me gustaba lo simple y elegante, para mí un vestido vulgar eran de esos que tenían que tener escotes por todos lados. Mire a Ariadna- y hazlo rápido que en verdad faltan muchas tiendas que visitar…entre ellas…Victoria- me separe de ella mirando su cuerpo de abajo hacia arriba fijándome en sus ojos por último y reanude mi caminata hacia los sillones para sentarme
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Se sorprendió con mi puntualidad, hasta yo misma me sentía orgullosa de mí misma. -No quería hacerte esperar y tener que ver con una cara larga todo el tiempo que estuviera contigo... -Dije sinceramente, pues hoy quería tragarme todas las sonrisas posibles por su parte. Lucharía por ellas, o almenos eso intentaría con mi forma de luchar. Observé las ropas que había allí y el comentario que siguió al mío por parte de Vlad. -No son prendas "antiguas" -Acentué con mis dedos índice y corazón semi girandome para que viera mi perfil. -sino de otro estilo al que acostumbras ver. No todos disponemos del dinero que tú... -Dije a la defensiva y recordé mi objetivo del día; comerme todas las sonrisas que pudiera de él, así que aguanté. -El azar es lo que te hace dar tino. -Semi sonreí separando en otro perchero aquellas prendas y complementos que me gustaron
Quería que comenzara por los vestidos y así lo haría tras entrar en la sala privada. Allí dentro me ofreció la mujer algo de tomar he hice un gesto de negación mirando a Vlad por un momento escuchando sus palabras bordes y bruscas, sin tacto, algo a lo que me acostumbré años atrás. -Sería una mala idea...me desvestirías pero no volverías a vestir. -Le guiñé un ojo entrabriendo mis labios y escuché lo siguiente con atención. ¿No sería la única tienda que visitaríamos? Tenía la idea en mente de que pasar el día conmigo, no me parecía mal pero tampoco me parecía bien. Me quedé mirando las prendas que entré conmigo, tirándolas sin cuidado encima de un sillón, cruzandome de brazos y apoyando mi peso sobre una pierna mientras esperaba las demás prendas, pues quería comenzar por las de fuera. -Sí, en coche, cogí las llaves del Mercedes el otro día. -Otra ventaja de tener esa 'confianza' con un chico adinerado como era Vlad, cogía las llaves del coche que quería. -Está fuera, Y -Alcé la voz con ese "y" antes de que me riñera, pues sabía que le tenía un amor preciado a ese coche. - sí, está bien cuidado, no lo he rozado ni nada por el estilo. Huele a mi perfume y no ha entrado ningún hombre ni entrará. -Desvié mi mirada de él mirando como la mujer entraba las prendas y las dejaba frente a mí, no pudiendo evitar fijarme en éstas.
Me hizo semi girarme cuando me tomó desprevenidamente de la barbilla, haciendo que obligatoriamente mi mirada se frenara en sus ojos a pesar de mi baja altura respecto la de él. -Gracias. A mí también me encanta ver lo mismo. -Toqué su camisa, pues esa se la compró conmigo y sonreí con lentitud para después separarme y observar como elegía un vestido con el que comenzar, lo tomé con ambas manos y me dirigí al vestidor tras escuchar lo de Victoria. Cerré tras de mí y rodé los ojos desde dentro. -Ya tengo bastantes corsés y lencería preciosa para mostrarte, podemos saltarnos esa. -Bromeé soltando varias carcajadas mientras me desnudaba y ponía ese vestido poniendome algunos adornos que la mujer me había dejado dentro del provador y unos tacones un poco más bajos que los que llevaba, lo que me hacía más pequeña de lo que era. Me miré al espejo contorneando mi cuerpo con mis manos para sacar las arrugas. Salí y camine por ese mini pasillo hasta subir a la plataforma redonda observandome a los espejos sin todavía mirar la cara de Vlad. -Me gusta, pero ¿cuando quieres que me ponga ésto? No me lo pondré por la universidad. -Giré entonces sí para observar su cara y parecía que disfrutaba de las vistas. Coloqué mis manos a modo de jarras sobre mi cintura y bajé la plataforma dando los pasos que había de distancia hasta él, quedando a uno aproximadamente. -Es demasiado corto, si me agacho... -Me agaché un poco y el vestido se arremangó sólo hasta quedar pegado en mi trasero, si me agachaba más se me vería todo. -¿Es para tí? -Giré deslizando mis manos por los muslos para bajarlo y dejarlo conforme lo había puesto y sólo pude suponer que sí, que ese vestido era para ponermelo sólo cuando estuviera con él, pues no elegía cosas tan cortas normalmente.
Volví caminando como una modelo en línea subiendo la plataforma, girando para verme en esos espejos la espalda y trasero. -Uhm, me hace buen culo. -Solté arqueando mi espalda un poco, fijándome más. Giré el cuello y le miré. -¿No? -Sonreí poniendo una mano en un cachete mientras daba vueltas, movía mi cabello y hacía poses en el espejo como si estuviera sóla en aquella sala. -Éste me lo quedo aunque no sea para tí. -Solté y me metí en el vestuario de nuevo, no sin antes agarrar unos vaqueros y una camisa de tirantes que de seguro no era ni mi talla y me pararía de vestido. Sali de nuevo con eso, hice mi pase de modelo, pedí su opinión y no me convencía. -¿Esto es una camisa o un vestido? -Dije elevando una ceja, sacándome los vaqueros, acercándome al perchero y agarrando un cinturón fino. Lo apreté en mi cintura y quedaba mejor así que con los vaqueros. -No sé, parezco una adolescente de instituto. No me gusta.
Y así estube por un rato, escuchando y dando comentarios con la ropa que me provaba hasta que me cansé un poco de tanto cambio y salí con un albornoz sentándome en un sillón. -Dame cinco minutos. -Apoyé mi cabeza atrás y cerré los ojos. Pues había pasado ya aproximadamente unos cuarenta y cinco minutos.
Quería que comenzara por los vestidos y así lo haría tras entrar en la sala privada. Allí dentro me ofreció la mujer algo de tomar he hice un gesto de negación mirando a Vlad por un momento escuchando sus palabras bordes y bruscas, sin tacto, algo a lo que me acostumbré años atrás. -Sería una mala idea...me desvestirías pero no volverías a vestir. -Le guiñé un ojo entrabriendo mis labios y escuché lo siguiente con atención. ¿No sería la única tienda que visitaríamos? Tenía la idea en mente de que pasar el día conmigo, no me parecía mal pero tampoco me parecía bien. Me quedé mirando las prendas que entré conmigo, tirándolas sin cuidado encima de un sillón, cruzandome de brazos y apoyando mi peso sobre una pierna mientras esperaba las demás prendas, pues quería comenzar por las de fuera. -Sí, en coche, cogí las llaves del Mercedes el otro día. -Otra ventaja de tener esa 'confianza' con un chico adinerado como era Vlad, cogía las llaves del coche que quería. -Está fuera, Y -Alcé la voz con ese "y" antes de que me riñera, pues sabía que le tenía un amor preciado a ese coche. - sí, está bien cuidado, no lo he rozado ni nada por el estilo. Huele a mi perfume y no ha entrado ningún hombre ni entrará. -Desvié mi mirada de él mirando como la mujer entraba las prendas y las dejaba frente a mí, no pudiendo evitar fijarme en éstas.
Me hizo semi girarme cuando me tomó desprevenidamente de la barbilla, haciendo que obligatoriamente mi mirada se frenara en sus ojos a pesar de mi baja altura respecto la de él. -Gracias. A mí también me encanta ver lo mismo. -Toqué su camisa, pues esa se la compró conmigo y sonreí con lentitud para después separarme y observar como elegía un vestido con el que comenzar, lo tomé con ambas manos y me dirigí al vestidor tras escuchar lo de Victoria. Cerré tras de mí y rodé los ojos desde dentro. -Ya tengo bastantes corsés y lencería preciosa para mostrarte, podemos saltarnos esa. -Bromeé soltando varias carcajadas mientras me desnudaba y ponía ese vestido poniendome algunos adornos que la mujer me había dejado dentro del provador y unos tacones un poco más bajos que los que llevaba, lo que me hacía más pequeña de lo que era. Me miré al espejo contorneando mi cuerpo con mis manos para sacar las arrugas. Salí y camine por ese mini pasillo hasta subir a la plataforma redonda observandome a los espejos sin todavía mirar la cara de Vlad. -Me gusta, pero ¿cuando quieres que me ponga ésto? No me lo pondré por la universidad. -Giré entonces sí para observar su cara y parecía que disfrutaba de las vistas. Coloqué mis manos a modo de jarras sobre mi cintura y bajé la plataforma dando los pasos que había de distancia hasta él, quedando a uno aproximadamente. -Es demasiado corto, si me agacho... -Me agaché un poco y el vestido se arremangó sólo hasta quedar pegado en mi trasero, si me agachaba más se me vería todo. -¿Es para tí? -Giré deslizando mis manos por los muslos para bajarlo y dejarlo conforme lo había puesto y sólo pude suponer que sí, que ese vestido era para ponermelo sólo cuando estuviera con él, pues no elegía cosas tan cortas normalmente.
Volví caminando como una modelo en línea subiendo la plataforma, girando para verme en esos espejos la espalda y trasero. -Uhm, me hace buen culo. -Solté arqueando mi espalda un poco, fijándome más. Giré el cuello y le miré. -¿No? -Sonreí poniendo una mano en un cachete mientras daba vueltas, movía mi cabello y hacía poses en el espejo como si estuviera sóla en aquella sala. -Éste me lo quedo aunque no sea para tí. -Solté y me metí en el vestuario de nuevo, no sin antes agarrar unos vaqueros y una camisa de tirantes que de seguro no era ni mi talla y me pararía de vestido. Sali de nuevo con eso, hice mi pase de modelo, pedí su opinión y no me convencía. -¿Esto es una camisa o un vestido? -Dije elevando una ceja, sacándome los vaqueros, acercándome al perchero y agarrando un cinturón fino. Lo apreté en mi cintura y quedaba mejor así que con los vaqueros. -No sé, parezco una adolescente de instituto. No me gusta.
Y así estube por un rato, escuchando y dando comentarios con la ropa que me provaba hasta que me cansé un poco de tanto cambio y salí con un albornoz sentándome en un sillón. -Dame cinco minutos. -Apoyé mi cabeza atrás y cerré los ojos. Pues había pasado ya aproximadamente unos cuarenta y cinco minutos.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Que es lo que más detesto en la vida? Tener atadas las manos sin cuerda alguna, como es eso? Pues al mirar a Ariadna salir con aquella prenda me hizo sentir Asi, no pude evitar apretar mis puños y la mire de abajo para arriba. Un sinfín de veces le había. dicho a Steven lo que esta mujer provocaba en mí y no me daba pena admitir este hecho, sé que mi carne es débil y que ante esos jugueteos caigo rendido como una abeja con la miel – Sabes que mientras cuides esos carros puedes tomarlos claro y agradezco que no andes metiendo a cualquier imbécil a mis autos- le dije aun mirándola de arriba para abajo, no había echo ningún comentario antes porque tenía ansias por verla cambiada o mejor dicho quería ver como se cambiaba pero no me permitió verlo y se encerró en aquel probador, tenía un cuerpo escultura, buena altura y sus facciones agradaban a todos y por lo mismo lo que se pusiera se le veía increíblemente bien y más cuando se inclinaba de esa manera. Se notó como mi cuerpo se tensó y estire mis brazos a lo largo del sillón sacando el aire lentamente siguiendo con mis ojos la lineado su cuerpo y como aquella curvatura hacia resaltar sus atributos- Si, para mí , crees que permitiría a otros que te vieran Asi?- dije en un tono grave y tranquilo aunque en verdad no lo estaba, parecía que odiaba a esta chica y no la odiaba simplemente me desesperaba de sobremanera su actitud, pero esa maldita actitud como me gustaba – No te lo hace linda, lo tienes- dije cuando ella se refirió a su culo y yo sonríe de lado, enseguida se puso otro vestido más que mas parecía un Blusón y su comentario me dio muchísima risa – No pareces Ariadna, eres una chica de instituto ,tendrás cuerpo de mujer pero sigues estando verde- dije bromeando pero jodiendola a la vez , fuera de la escuela podía ser una hombre normal y bastante jodon y más con ella ,con Ariadna no me sentía intimidado para ser como soy y bueno si ella me jodia yo igual la joderia sin pensarlo .Era divertido hasta cierto punto ver como ella modelaba toda esa ropa ,como si fuera una niña pequeña emocionada y como todas sus curvas se acentuaban , podía ver que a ella le gustaba este tipo de tratos y a mí me gustaba saber que toda esa ropa en algún momento dado acabaría tirada en el suelo ,pero no solo era eso, a pesar de que ella me mostraba su frialdad en cierto punto podía notar su tranquilidad, no como cuando la conocí ya era muy diferente su ánimo cambio totalmente .
Steven decía que ella había sido mi obra de caridad del año y que era buen gesto lo que había echo aunque lo hubiera conseguido por medios un tanto desalentadores, pero venga, digo que tiene de malo disfrutar del talento escénico de las chicas?, sé que como ella otras chicas mas sufren lo mismo pero desgraciadamente aunque tenga mucho dinero ninguna me intereso tanto como esta rubia extranjera.
No sé cuánto tiempo paso en verdad y no quería ni saberlo pues entre cada cambio de ropa yo me estaba quedando dormido, fue en un momento en el que no me percate que me acomode poniendo mi codo sobre el respaldo del sillón y que relaje mi cuerpo que me pedí en un sueño profundo y como seguramente la muchacha que tenía enfrente le prestaba más atención a la ropa que a mí ni cuenta se dio y no fue hasta que ella se sentó que desperté sobresaltado por el ligero contrapeso que hizo en el sillón. Abri los ojos rápido y me enderece acomodando mi camisa y mi cabello- Lo lamento , no sé en qué momento – bostece y me tape la boca parpadeando – Todo te queda fantástico , hermoso- comente evitando verme somnoliento – yo creo que esa ropa es más que suficiente, bueno al menos aquí en esta tienda-me quede mirándola de reojo en lo que mi vista se acostumbraba y enfocaba bien de nuevo -debo estirar mis piernas – dije levantándome y estirando mi cuerpo tirando de este hacia arriba levantando tambien los brazos y dejando ir mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados- te tardaste mucho la verdad ,que tan difícil puede ser quitarte la ropa?- dije mandándole una indirecta al momento en que bajaba mis brazos y mi cabeza y la miraba de arriba abajo -Yo lo hago rápido en la próxima tienda yo te ayuda a probarte la ropa- me acerque a ella a paso lento y me pare justo enfrente de ella- quieres tomar algo antes de irte? Te pido una soda?- me senté a su lado dejando caer todo mi peso sentándome doblando mis piernas en escuadra y recargando mi brazo izquierdo sobre el respaldo de la mesa- oh si, se me olvidaba, entre todas las compras debes elegir un vestido de noche, sobrio y elegante no quiero vulgaridades, estas invitada a una cena con los directivos de Brown, les conté que eras mi obra de caridad del año y decidieron que querían conocer a la cenicienta de Brown - le sonreí viéndome un tanto altanero y soberbio , no era por ser pesado pero era la verdad , tenían un especial interés en mi protegida y no les diría que la cuidaba porque su cuerpo era una droga para mi, según ellos les había dicho que ella era una joven promesa de la danza y que por eso me interés era muy grande en ella
Steven decía que ella había sido mi obra de caridad del año y que era buen gesto lo que había echo aunque lo hubiera conseguido por medios un tanto desalentadores, pero venga, digo que tiene de malo disfrutar del talento escénico de las chicas?, sé que como ella otras chicas mas sufren lo mismo pero desgraciadamente aunque tenga mucho dinero ninguna me intereso tanto como esta rubia extranjera.
No sé cuánto tiempo paso en verdad y no quería ni saberlo pues entre cada cambio de ropa yo me estaba quedando dormido, fue en un momento en el que no me percate que me acomode poniendo mi codo sobre el respaldo del sillón y que relaje mi cuerpo que me pedí en un sueño profundo y como seguramente la muchacha que tenía enfrente le prestaba más atención a la ropa que a mí ni cuenta se dio y no fue hasta que ella se sentó que desperté sobresaltado por el ligero contrapeso que hizo en el sillón. Abri los ojos rápido y me enderece acomodando mi camisa y mi cabello- Lo lamento , no sé en qué momento – bostece y me tape la boca parpadeando – Todo te queda fantástico , hermoso- comente evitando verme somnoliento – yo creo que esa ropa es más que suficiente, bueno al menos aquí en esta tienda-me quede mirándola de reojo en lo que mi vista se acostumbraba y enfocaba bien de nuevo -debo estirar mis piernas – dije levantándome y estirando mi cuerpo tirando de este hacia arriba levantando tambien los brazos y dejando ir mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados- te tardaste mucho la verdad ,que tan difícil puede ser quitarte la ropa?- dije mandándole una indirecta al momento en que bajaba mis brazos y mi cabeza y la miraba de arriba abajo -Yo lo hago rápido en la próxima tienda yo te ayuda a probarte la ropa- me acerque a ella a paso lento y me pare justo enfrente de ella- quieres tomar algo antes de irte? Te pido una soda?- me senté a su lado dejando caer todo mi peso sentándome doblando mis piernas en escuadra y recargando mi brazo izquierdo sobre el respaldo de la mesa- oh si, se me olvidaba, entre todas las compras debes elegir un vestido de noche, sobrio y elegante no quiero vulgaridades, estas invitada a una cena con los directivos de Brown, les conté que eras mi obra de caridad del año y decidieron que querían conocer a la cenicienta de Brown - le sonreí viéndome un tanto altanero y soberbio , no era por ser pesado pero era la verdad , tenían un especial interés en mi protegida y no les diría que la cuidaba porque su cuerpo era una droga para mi, según ellos les había dicho que ella era una joven promesa de la danza y que por eso me interés era muy grande en ella
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
En efecto, ese vestido nada más era para él...sólo para él. Cómo me gustaba complacerle hasta cierto punto...parecía mi alimento del día a día y literalmente era él el que me lo proporcionaba con su dinero, podría estarle agradecida por el resto de mis días por el gesto que hizo de sacarme del mundo en el que tenía que vivir para subsistir, fuera o no con mis chantajes si él no hubiera querido no hubiera salido de allí, pues si yo contaba aquello que pasó un día ¿quién lo creería? Nadie. Así, me sentía plenamente agradecida a que hubiera aceptado ese tipo de chantaje, pues de haber sido otro hombre no hubiera manipulado la situación de esa manera, es más, ni me hubiera planteado llevar a cabo mi plan. Pero con Vlad... ¿quién no querría poder chantajearle? ¿quién no querría pasar días enteros con él? ¿quién no querría desnudarse delante de él? Tenía ese carácter tan peculiar, esas facciones tan duras pero a la vez tiernas, ese cuerpo; espalda en “v”, brazos bien recreados en el gimnasio, tableta de chocolate con leche... Era perfecto a los ojos de cualquier mujer y a los míos era más que perfecto, aunque a veces era un poco insoportabe y gruñón, pero todos tenemos nuestros defectos y así podía yo aguantarle, ya que tenía más cosas positivas que negativas. Era difícil de explicar, difícil de describirle, pero ambos sabíamos que bajo las fachadas que nos poníamos mutuamente había una atracción magnética contra el otro, algo peculiar, muy peculiar.
Aquel vestido que ya sabía que sería para cuando estuviera a solas con él o cuando fuéramos a algún sitio marcaba mi trasero más de lo que los vestidos y jeans normales lo hacían, sería porque era de color blanco y me hacía parecer algo más ancha de curvas, cosa que me gustó y cosa que le gustó a él también. Le encantaba joderme pero yo pocas veces le seguía el juego, así que ante su intento rodé los ojos concentrandome en el saco de patatas que llevaba ahora mismo en ese momento; la camisa que me venía de vestido. Seguí provandome por un largo rato y como cada vez que salía del provador echaba una mirada a Vlad para ver como se encontraba o las caras que ponía cuando me veía con la ropa, y en una que salí lo ví con los ojos cerrados acomodado en el sillón, todo feliz él. Se me ocurrió molestarle, pero me lo pensé mejor y seguí con la ropa, total después se dormiría de nuevo y habría perdido tiempo nada más. Escogí varias camisetas, pantalones, vestidos y complementos apartados en otro armario andante y ya cansada me tiré en el sofá sin mucho cuidado, sin preocuparme mucho por si despertaba el tierno Vlad. Se despertó y le miré de reojo sin tener ganas apenas de mover la cabeza del sitio. -Claro, fantástico...claro. -Murmuré en forma de burla para mi misma ya que no me había prestado atención desde la décima provatura que es cuando cerró los ojos, así que clavé mi mirada en él elevando una ceja. -Ai, pues a mi me ha encantado el vestido de color azul eléctrico. Creo que me lo llevaré a la próxima discoteca que vaya, total, me has dado tu aprobación y creo que hasta lo llevaré a la universidad. -Sonreí con malicia, como si esa fuese mi venganza por no haberme estado atendiendo, pues, el vestido del que le hablaba parecía el de una streaper y me resultó raro que en esa tienda se encontrara algo así pero me lo quise probar aún así. Llevaba rajas por los lados, por el ombligo y era super ajustado de tela elástica. Miré hacia ese vestido de reojo para que Vlad divisara donde estaba y volví a mirarle cuando se puso frente a mí. Era más enorme visto desde donde estaba, me sentí más enana de lo normal. -Soy rápida con lo que quiero, y no quiero nada de tomar, a saber lo que le haya echado la mujer esa a la soda, capaz que me envenena. -Dije con un tono gruñón como una niña pequeña. A veces no podía controlar que ese tono infantil saliera. Se sentó Vlad, entonces, a mi lado y le miré acercándome a él para pegar mi costado al de él como pude solo por joderlo, mientras depositaba algunos besos en su mejilla y mandíbula mientras me contaba lo de la dirección de la Brown. Me gustaba ponerlo nervioso y que muriera en asco con mis besos, me gustaba ver como hacía ese intento de rechazarme sin poder conseguirlo. -Bueno, -Coloqué mis piernas desnudas tapandolas con el albornoz que llevaba sobre las de él quedando más pegada a él. - tiene buena pinta eso de la cenicienta de Brown, lo de la obra de caridad me parece una grosería, aunque...podré soportar esa frase por una cena, eso sí, te aviso, -Le indiqué con mi dedo índice y cejas alzadas. - yo voy contigo, no con ningún hombre más. Me dejas sola y me marcho por donde vine. -Puse los puntos sobre las ies con algo de gracia en mis gestos y habladurías. - ¿Sí? -Posé una mano en su nuca, acercando mi rostro hasta el suyo para joderle no más y darle un beso fugaz en la parte que había entre su nariz y labio superior. Reí tras hacer ésto quitándome de encima de él, volviendo al lugar que antes ocupaba, apoyando uno de mis brazos en el reposabrazos y sobre la mano mi cabeza, estirando mis piernas y moviendo los pies como si saludaran, mientras mis ojos seguían los movimientos de éstos. -Dos minutos más y nos vamos si quieres.
Aquel vestido que ya sabía que sería para cuando estuviera a solas con él o cuando fuéramos a algún sitio marcaba mi trasero más de lo que los vestidos y jeans normales lo hacían, sería porque era de color blanco y me hacía parecer algo más ancha de curvas, cosa que me gustó y cosa que le gustó a él también. Le encantaba joderme pero yo pocas veces le seguía el juego, así que ante su intento rodé los ojos concentrandome en el saco de patatas que llevaba ahora mismo en ese momento; la camisa que me venía de vestido. Seguí provandome por un largo rato y como cada vez que salía del provador echaba una mirada a Vlad para ver como se encontraba o las caras que ponía cuando me veía con la ropa, y en una que salí lo ví con los ojos cerrados acomodado en el sillón, todo feliz él. Se me ocurrió molestarle, pero me lo pensé mejor y seguí con la ropa, total después se dormiría de nuevo y habría perdido tiempo nada más. Escogí varias camisetas, pantalones, vestidos y complementos apartados en otro armario andante y ya cansada me tiré en el sofá sin mucho cuidado, sin preocuparme mucho por si despertaba el tierno Vlad. Se despertó y le miré de reojo sin tener ganas apenas de mover la cabeza del sitio. -Claro, fantástico...claro. -Murmuré en forma de burla para mi misma ya que no me había prestado atención desde la décima provatura que es cuando cerró los ojos, así que clavé mi mirada en él elevando una ceja. -Ai, pues a mi me ha encantado el vestido de color azul eléctrico. Creo que me lo llevaré a la próxima discoteca que vaya, total, me has dado tu aprobación y creo que hasta lo llevaré a la universidad. -Sonreí con malicia, como si esa fuese mi venganza por no haberme estado atendiendo, pues, el vestido del que le hablaba parecía el de una streaper y me resultó raro que en esa tienda se encontrara algo así pero me lo quise probar aún así. Llevaba rajas por los lados, por el ombligo y era super ajustado de tela elástica. Miré hacia ese vestido de reojo para que Vlad divisara donde estaba y volví a mirarle cuando se puso frente a mí. Era más enorme visto desde donde estaba, me sentí más enana de lo normal. -Soy rápida con lo que quiero, y no quiero nada de tomar, a saber lo que le haya echado la mujer esa a la soda, capaz que me envenena. -Dije con un tono gruñón como una niña pequeña. A veces no podía controlar que ese tono infantil saliera. Se sentó Vlad, entonces, a mi lado y le miré acercándome a él para pegar mi costado al de él como pude solo por joderlo, mientras depositaba algunos besos en su mejilla y mandíbula mientras me contaba lo de la dirección de la Brown. Me gustaba ponerlo nervioso y que muriera en asco con mis besos, me gustaba ver como hacía ese intento de rechazarme sin poder conseguirlo. -Bueno, -Coloqué mis piernas desnudas tapandolas con el albornoz que llevaba sobre las de él quedando más pegada a él. - tiene buena pinta eso de la cenicienta de Brown, lo de la obra de caridad me parece una grosería, aunque...podré soportar esa frase por una cena, eso sí, te aviso, -Le indiqué con mi dedo índice y cejas alzadas. - yo voy contigo, no con ningún hombre más. Me dejas sola y me marcho por donde vine. -Puse los puntos sobre las ies con algo de gracia en mis gestos y habladurías. - ¿Sí? -Posé una mano en su nuca, acercando mi rostro hasta el suyo para joderle no más y darle un beso fugaz en la parte que había entre su nariz y labio superior. Reí tras hacer ésto quitándome de encima de él, volviendo al lugar que antes ocupaba, apoyando uno de mis brazos en el reposabrazos y sobre la mano mi cabeza, estirando mis piernas y moviendo los pies como si saludaran, mientras mis ojos seguían los movimientos de éstos. -Dos minutos más y nos vamos si quieres.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Al momento en que la señorita se le ocurrió hacer la broma del vestido con colores eléctricos una mueca de desagrado se me formo en los labios – No te saque de ese lugar solo para que busques volver- dije en un tomo más bajo acercándome a ella – Y no se te ocurra pensar que yo te andaría vendiendo por ahí- dije molestándome por aquel comentario de que no la dejara sola ni con algún otro hombre – Lo último que quiero es que te pongan la vista encima, pero debo de seguir guardando apariencias y si te llevo es para que vean que no eres nada más que mi acto de buena fe y que mi interés contigo es meramente académico- si en cuestión de segundos esa chica me podía poner de malas con tan solo algunas palabras, claro palabras y caricias pues sus labios hacían un recorrido digno de enchinar la piel y aunque i voz sonara molesta mi cuerpo era mansito como un cachorro pues para mi desgracia ella sabía perfectamente cómo y qué puntos tocara ya fuera para amansarme o ponerme de malas y aquellas caricias me encantaban pero ese echo me ponía de malas- Ya basta, tomate el tiempo que quieras pero…- apreté los ojos y me aclare la garganta- Ya basta Ariadna- me aleje de ella levantándome y acaricie toda mi cara con una de mis palmas – dos minutos nada más y hazme el favor de juntar las cosas que te querrás llevar- la mire a través del espejo y seguía embelesado con aquella mujer, aún seguía sin entender como era que una chica como ella había terminado bailando para cerdos los cuales no tenían en que gastar su dinero y si me incluyo en esos cerdos pero a la ves era bueno que y hubiera estado ahí ese día, ese preciso día en el que ella acepto estar conmigo. Pensé todo aquello y me le quede mirando a través del espejo, entrecerré mis ojos y mire su cuerpo desde los pies que se movían jugueteando hasta su ultimo cabello platinado – Como acabaste en aquel lugar?- directo y podría parecer que hasta infantil pues solté la pregunta como si estuviera preguntando la hora, sé que era un tema difícil pero me gustaba tener las cartas sobre la mesa- Si no hubiera ido aquella ves seguirías ahí?, desnudándote y moviendo tu cuerpo para excitar hombres y mujeres? O hubieras buscado un futuro mejor? Digo- camine subiéndome a aquel circulo elevado de madera y comencé a ver mi ropa, revisando mis mangas, al espalda, el cuello así como mi pantalón, que estuviera de un largo adecuado, que el cinturón se vieran bien a la par de los zapatos y pequeños detalles los cuales podían poderme hacer ver petulante y soberbio- Todavía me acuerdo como estabas vestida aquella vez, un vestido lila con escotes muy…muy marcados- dije sonriéndole a través del espejo – Te acercaste y nos ofreciste un privado, te dije que no y tu insististe hasta que termine revolcándome contigo- me gire sobre mis talones mirándola- No sabe cómo agradezco que no seas una prostituta como tal, imagínate si me hubieras pegado alguna enfermedad- la mire un poco burlón y baje de aquel circulo y camine haca el perchero – Pero, me agrado encontrarte ahí, yo creo que si no hubiera estado ahí ahora serias una estrella porno muy reconocida- seguía jodiendola, ella sabía que su toque y sus besos me jodia y yo lo hacía jugando con su pasado si muy bajo pero era un placer que debía soportar si quería seguir siendo patrocinada por mí, no dudo que otro le daría todo lo que pidiera pero nadie como yo . Tome un vestido plateado muy sencillo y lindo entre mis manos y me acerqué ella tomándole la mano y levantándola levemente- Pero mírate ahora, puedes pasar hasta por una dama con clase, una señorita de alta sociedad, es más podría presentarte ante la junta de directivos y serias una esposa trofeo perfecta- hice bola el vestido y lo avente a un lado dejándola parada- Pero no lo eres, te falta educación y al final el verdadero yo siempre sal a flote- fui a tomar otro vestido ahora color rojo el cual era un poco más elaborado pero sin llegar a o vulgar- Serias capaz de dejarte instruir?, digo no es que me desagrade tu forma de ser- levante la mirada y encontré la de ella y levante una ceja después de dibujar una sonrisa en mis labios –Dejar de ser solo la buenorra que al menearse consigue lo que quiera y empezar a ser la dama que obtiene lo que desea con cualidades únicas- puse el vestido frente a ella imaginando como se le vería- Rojo es de putas- Lo hice bola de nuevo y lo avente igual al sillón, me dirigí de nuevo hacia donde había mas vestidos y vi un azul con mangas y cuello de tortuga pero con un escote muy prominente en la espalda- Pruébate este- le acaricie la barbilla y como ella antes había jugado conmigo me acerque y le bese los labios lentamente, si tuve que apretar mi ser para no lanzarme sobre ella y arrancarle la ropa pero era divertido hacia cierto punto jugar a jodernos, ella sabía muy bien como molestarme y yo , yo solo jugaba a ser un poco hartante – que te quiera elegante no quiere decir que quería que pierdas tu sensualidad- camine hacia uno de los sillones y me deje caer de nuevo estirando mis brazos hacia atas, la mire y espere a que se dirigiera hacia el vestidor pero algo me decía que no iba a dejar que mis palabras se quedaran así al viento sin dar lucha alguna.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Sus palabras de autoridad resonaron en mis tímpanos cuando se puso a la defensiva. Interés académico... sí... no me largué a reír en carcajadas por respeto hacia él, pero sí dibujé una fina línea en mis labios, sonriente, viendo como sólo me quería para él. -Yo sólo te aviso, que como algún viejo asqueroso se me acerque y tú no pongas los medios para que se separé de mí la liaré allí mismo y pasarás vergüenza. -Y lo más seguro sería que luego la que sufriría si hacía aquello sería yo. -Y luego, me iré. -Concluí. Cómo disfrutaba viendo como le jodían mis caricias y “afectos”, era divertido pues siempre buscaba apartarse de mí y esa ocasión no iba a ser la excepción, así que cuando supe el punto cuando se iba a separar lo hice yo al igual, separándonos a la vez. Y comenzó con su venganza... como siempre: más radical. Preguntaba qué hacía en el aquel lugar, si seguiría allí si él no me hubiera rescatado, describiéndome el vestuario que llevaba, y todo esto tan sólo causó que me tensara en el sillón, que mis pies se detuvieran, que mi rostro se torciera en una mueca de enfado y que mis ojos quisieran fusilarle, clavados en su espalda. Tan sólo esperaba que terminara de humillarme para responderle, pues mi sangre hervía, él sabía que no me gustaba hablar de todo aquello y siempre que quería lo sacaba para lo ya dicho; joderme, causar que me enfadara. Mis ojos le seguían a cada paso, a cada movimiento que hacía apretando mis músculos contra el sillón para no agarrar lo primero que tuviera cerca y lanzárselo. Maldito Vlad... quién iba a pensar que tendría esa personalidad.
Me tomó levantándome de mi sitio mientras seguía hablando con esa asquerosa actitud tan irritante que me ponía histérica, poniéndome vestidos por encima, haciéndolos nudos y lanzándolos. No podía hablar, no todavía, me sentía pequeña entre tantas palabras y tantos hechos que eran más que ciertos. Sólo cuando se sentó, acomodándose en el sillón fue cuando me giré hacia él, enrabiada. -No tuve la suerte de como tú nacer en una cuna de oro, me ofrecieron ese trabajo cuando no tenía ni donde dormir y ¿por qué no aceptarlo? Cuando te ves que no tienes nada que llevarte a la boca, que te puedes tirar una semana perfectamente comiendo una vez al día y, de hecho, los restos de comida que otras personas tiraban, ¿por qué no aceptarlo? -No quería que saliera ese tono de amargura que me había salido y tampoco quería contarle eso que acaba de decir, pero los impulsos me llevaron a hacerlo. Miré en mi interior y saqué fuerzas para sonar más dura, férrea. -A ti nunca te ha faltado de nada, siempre has tenido lo que has querido y ahí me incluyo porque si no recuerdo mal, no sólo fui yo la que se acerco a ti sino que tu también buscabas esa noche conmigo, porque aquella vez no fue la primera que fuiste a aquel local, y ¿estás seguro de que fui yo la que te buscó? ¿O eras tú el que me buscaba a mí? Yo también recuerdo esas miradas de “si te cojo, te mato”, cuando te sentaste en aquella mesa justo la más cercana a donde yo me encontraba bailando. Estabas esperando que fuera a tu mesa, y estoy segura de que si no hubiera ido yo habrías venido tú, porque me buscabas, -Sonreí con malicia, disfrutando de aquello, pues no podía callarme, era un tema delicado todavía para mí y que él me acribillara con él me parecía infantil. - buscabas esa noche conmigo...en la habitación de la última planta, reservada por ti -Le señalé con mi dedo. -cuatro días antes de ese día. ¿Seguro que sólo fui yo la quiso esa noche? -Le dediqué una sonrisa, recobrando el aliento unos segundos para continuar. -Cómo lo gozaste... -Susurré mordiendo mi labio inferior, dejando escapar una sonrisa hablando ahora como una serpiente, silenciosa y tranquila, acercándome a éste. Me acuclillé y apoyé mis manos en sus rodillas. -...oooh...sí... -Le miré a los ojos, chocándome con su mirada de golpe, todavía silenciosa, sin alzar la voz. -...no pares... -Comencé con lentitud a ascender, rozando mi cuerpo por sus piernas, inclinándome hacia él. -...eres la mejor... - Sabía lo que le molestaba y aquello esperaba que le jodiera lo suficiente como para que la venganza quedara cobrada. -...ooooh...sí... -Ronroneé como una gata acercándome cada vez más a él, subiendo mis rodillas al sillón. -...mmmm.... -Solté ya a la altura de su oído, jugando a seducirlo. Todos mis movimientos al igual que mis “gemidos” fingidos eran lentos y bajos, quería engatusarlo aunque sólo fuera unos segundos que me dejara. Terminé quedándome encima de él, rozando mi cuerpo con esa sensualidad que no podía evitar por su cuerpo. -Ahora dime... -Una de mis manos subió hasta su perfil, acariciando con una uña el hueso de su garganta, mientras mi rostro seguía teniendo aquella proximidad con el de él. -...dime que te arrepientes... -Un beso fugaz quedó en su mejilla, dejando mis glúteos pegados a sus muslos. - que fui ese error de una noche, que bajo la máscara que me pones no hay un hombre muriendo por mí... -Le besé entonces, jugando con sus labios, asegurándome que eran los de él. -porque no te creeré, porque tanto tú como yo sabemos que si no hubieras querido no me hubieras adoptado. -Dejé mi rostro frente a él acariciando una de sus cejas. -Y...no hablemos de elegancia porque no sé quién tiene más aquí, si tú por perderte en las sábanas con una bailarina que deseabas o yo por tirarme al director de una prestigiosa universidad. -Le di en los hombros un empujón para levantarme, agarré el vestido con desaire y me metí al probador. Venganza cobrada.
Me tomó levantándome de mi sitio mientras seguía hablando con esa asquerosa actitud tan irritante que me ponía histérica, poniéndome vestidos por encima, haciéndolos nudos y lanzándolos. No podía hablar, no todavía, me sentía pequeña entre tantas palabras y tantos hechos que eran más que ciertos. Sólo cuando se sentó, acomodándose en el sillón fue cuando me giré hacia él, enrabiada. -No tuve la suerte de como tú nacer en una cuna de oro, me ofrecieron ese trabajo cuando no tenía ni donde dormir y ¿por qué no aceptarlo? Cuando te ves que no tienes nada que llevarte a la boca, que te puedes tirar una semana perfectamente comiendo una vez al día y, de hecho, los restos de comida que otras personas tiraban, ¿por qué no aceptarlo? -No quería que saliera ese tono de amargura que me había salido y tampoco quería contarle eso que acaba de decir, pero los impulsos me llevaron a hacerlo. Miré en mi interior y saqué fuerzas para sonar más dura, férrea. -A ti nunca te ha faltado de nada, siempre has tenido lo que has querido y ahí me incluyo porque si no recuerdo mal, no sólo fui yo la que se acerco a ti sino que tu también buscabas esa noche conmigo, porque aquella vez no fue la primera que fuiste a aquel local, y ¿estás seguro de que fui yo la que te buscó? ¿O eras tú el que me buscaba a mí? Yo también recuerdo esas miradas de “si te cojo, te mato”, cuando te sentaste en aquella mesa justo la más cercana a donde yo me encontraba bailando. Estabas esperando que fuera a tu mesa, y estoy segura de que si no hubiera ido yo habrías venido tú, porque me buscabas, -Sonreí con malicia, disfrutando de aquello, pues no podía callarme, era un tema delicado todavía para mí y que él me acribillara con él me parecía infantil. - buscabas esa noche conmigo...en la habitación de la última planta, reservada por ti -Le señalé con mi dedo. -cuatro días antes de ese día. ¿Seguro que sólo fui yo la quiso esa noche? -Le dediqué una sonrisa, recobrando el aliento unos segundos para continuar. -Cómo lo gozaste... -Susurré mordiendo mi labio inferior, dejando escapar una sonrisa hablando ahora como una serpiente, silenciosa y tranquila, acercándome a éste. Me acuclillé y apoyé mis manos en sus rodillas. -...oooh...sí... -Le miré a los ojos, chocándome con su mirada de golpe, todavía silenciosa, sin alzar la voz. -...no pares... -Comencé con lentitud a ascender, rozando mi cuerpo por sus piernas, inclinándome hacia él. -...eres la mejor... - Sabía lo que le molestaba y aquello esperaba que le jodiera lo suficiente como para que la venganza quedara cobrada. -...ooooh...sí... -Ronroneé como una gata acercándome cada vez más a él, subiendo mis rodillas al sillón. -...mmmm.... -Solté ya a la altura de su oído, jugando a seducirlo. Todos mis movimientos al igual que mis “gemidos” fingidos eran lentos y bajos, quería engatusarlo aunque sólo fuera unos segundos que me dejara. Terminé quedándome encima de él, rozando mi cuerpo con esa sensualidad que no podía evitar por su cuerpo. -Ahora dime... -Una de mis manos subió hasta su perfil, acariciando con una uña el hueso de su garganta, mientras mi rostro seguía teniendo aquella proximidad con el de él. -...dime que te arrepientes... -Un beso fugaz quedó en su mejilla, dejando mis glúteos pegados a sus muslos. - que fui ese error de una noche, que bajo la máscara que me pones no hay un hombre muriendo por mí... -Le besé entonces, jugando con sus labios, asegurándome que eran los de él. -porque no te creeré, porque tanto tú como yo sabemos que si no hubieras querido no me hubieras adoptado. -Dejé mi rostro frente a él acariciando una de sus cejas. -Y...no hablemos de elegancia porque no sé quién tiene más aquí, si tú por perderte en las sábanas con una bailarina que deseabas o yo por tirarme al director de una prestigiosa universidad. -Le di en los hombros un empujón para levantarme, agarré el vestido con desaire y me metí al probador. Venganza cobrada.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
La verdad no quería llegar a eso en esos momentos, pero es que Ariadna tenía tanta facilidad para hacerme explotar sin siquiera quererlo, era algo químico entre nosotros , era una forma curiosa de verlo pero sentía que éramos como Tom y Jerry , no se podían ver o eso aparentaban pero no Vivian el uno sin el otro, siempre jodiendose y buscándose por todos lados, algo así era lo que me pasaba con esta rubia y aunque me desesperaba se perfectamente que sin ella algunos aspectos de mi vida se verían demasiado aburridos, no es que le faltara acción a mi vida pero me agradaba estar con ella, claro aunque peleáramos cada 5 minutos. Miré a la chica y como esta estaba notoriamente molesta, si como dije no me gustaba llegar a esto pero no solo lo hacía por joder, cundo una persona se guardaba cosas fuertes de su pasado normalmente no podía tener un futuro prometedor por todos los demonios de ese pasado pues siempre estaban jodiendo ahí, el hablar con los demás de cómo te sentías en ese entonces era bueno para desahogar todo lo que te perturbaba, pero claro muchos jovenes y adultos prefieren no hacerlo y hacerse los fuertes o simplemente le dolor es tanto que necesitan olvidarlo y su única forma de hacerlo es evitando el tema, pero esos traumas quedan por siempre y por más que luchemos para hacer que desaparezcan no se puede, todos necesitamos ser escuchados y a veces uno tiene que hacer este tipo de comentarios para que la gente hable sin darse cuenta de aquello que le molesta y casi siempre el hablarlo logra liberar tensión, yo lo sabía bien , Steven siempre me hacía aquello y si no quería hablar me hacía enojar para que soltara todo y me descargara, es lo que quería con Ariadna, sé que había sufrido mucho y sé que su vida no fue fácil, así que cuando ella empezó a decir todo aquello sentí como en realidad estaba avergonzado, si ella tenía razón, yo lo había tenido todo, todo lo material, si , casa, caballos, juguetes, educación, salidas, pero tenía una madre con cáncer en etapa terminar y un padre que me detestaba por recordarle a esa señora la cual paso a mejor vida con un estado deplorable, si tenía todo lo material pero no tenía por qué disfrutarlo , no sé si Ariadna en su niñez gozara tan siquiera de un poco de amor por alguna persona, no tenía idea y nunca habíamos llegado ahí pues a mí tampoco me gustaba mucho recordar ver como mi madre se ponía sus pelucas y se tenía que poner plastas de maquillaje para verse un poco más viva, tampoco quería recordar como en mis mochilas no Habai juguetes si no pastillas y pequeños tanques de oxígeno para cuando ella se sintiera mal, eran cosas que yo ya había habado con alguien y se había aminorado el dolor pero aun así el recuerdo quedaba como algo desagradable pero ya n me quitaba el sueño o alteraba mi estado de humor como antes.
Quería decirle que lo sentía , que no quería tocar ese tema así que no era mi intención recordarle de mala gana aquellos malos momentos, pero su actitud cambio de un segundo para otro, podía verse angelical y al parpadear ya era toda una maldita perra, se notaba en su mirada, había entrado en terreno peligroso sin tentarlo antes y ahora seguramente ella buscaría la forma de molestarme y la encontró, se hinco frente a mí y puso su manos en mis rodillas, todo lo que había dicho me hizo sentir mal y ahora su tacto me hacía sentir peor, como podía jugar con mi mente de esa manera? Sus gemidos y las palabras que daba me hicieron reaccionar, u movimiento y su cuerpo sobre el mío hizo que me perdiera, puse las manos sobre su cadera y escuchaba cada palabra que ella decía. Claro que no me arrepentía y si ella tenía toda la razón , desde el momento en que la vi bailando me quede prendado de ella, quería que fuera mía, quería tomar ese cuerpo y saber lo necesario de ella para pasarla bien, necesitaba tomarla y hacerla mía y lo hice y jamás le negaría que había aparecido ahí varias veces con la intención de encontrarla – yo …- titubee y sus labios me callaron, le segui el beso por unos instantes y despeus se levantó dejándome en aquella posición , con las piernas entre abiertas y mis manos abiertas en la posición en donde había tocado su cadera, tomo un vestido y se metió al probador, no sé cuantos segundos me quede así, perplejo pero de nuevo aquel coraje porque me había echo sentir nada a su lado me invadió y me levante de forma rápida peinando mi cabello y bajando la mano de forma rápida y fuerte con un enojo incontenible, camine por el lugar di unas 3 vueltas y mire hacia el probados ,ella seguía ahí, esa mujer que pensaba que podía hacer conmigo lo que le diera en gana estaba saboreando sus palabras dentro de ese lugar. Comencé a caminar hacia el probador y abrir la puerta de un jalón viendo su espalda desnuda pues aún no se había puesto el vestido en sí, la mire a través del espejo y me acerque a ella girándola para que quedara frente a mi pegándola a ese frio vidrio, una de mis manos de poso en su espalda baja y con la otra le tome la barbilla- Nunca he negado el por qué fui a buscarte cada jueves- dije con esa molestia en mi voz y mirándola firmemente a sus ojos , no había notado que las tiras del vestido estaban sueltas y que su cuerpo estaba siendo cubierto por aquella tela la cual sostenía mi cuerpo pegado al de ella – Te desee y te tuve, te deseo y te tendré de nuevo, eso no es novedad- abri un poco mis ojos con esa última palabra y sin tener un poco de tacto mis labios se pegaron a los de ella buscando su respuesta, sus labios tersos y suaves estaban rígidos al principio pero esperaba que siguiera aquel beso pues si no lo hacía me vería en la necesidad de yo hacerlo, no quería decir que tenía derecho sobre ella por que la compraba cosas, aunque así lo vieran muchos – Eres mía- le dije contra sus labios y volví a besarle lentamente y ahora con más pasión y un tanto de ternura, mis palabras habían hecho que esa chica actuara así y yo no era nadie para hablarle así, me había equivocado pero no se lo haría saber. Tome las tiras de su vestido aun siguiendo el beso y comencé a amarrarlas en su cuello de forma delicada, mis dedos de ambas manso bajaron por el escote del vestido de una forma suave pues solo las yemas de mis dedos estaban acariciándola, mis labios atrapaban los de ella rozándose y sintiendo aquella humedad que hasta la fecha seguía poniéndome mal.
Quería decirle que lo sentía , que no quería tocar ese tema así que no era mi intención recordarle de mala gana aquellos malos momentos, pero su actitud cambio de un segundo para otro, podía verse angelical y al parpadear ya era toda una maldita perra, se notaba en su mirada, había entrado en terreno peligroso sin tentarlo antes y ahora seguramente ella buscaría la forma de molestarme y la encontró, se hinco frente a mí y puso su manos en mis rodillas, todo lo que había dicho me hizo sentir mal y ahora su tacto me hacía sentir peor, como podía jugar con mi mente de esa manera? Sus gemidos y las palabras que daba me hicieron reaccionar, u movimiento y su cuerpo sobre el mío hizo que me perdiera, puse las manos sobre su cadera y escuchaba cada palabra que ella decía. Claro que no me arrepentía y si ella tenía toda la razón , desde el momento en que la vi bailando me quede prendado de ella, quería que fuera mía, quería tomar ese cuerpo y saber lo necesario de ella para pasarla bien, necesitaba tomarla y hacerla mía y lo hice y jamás le negaría que había aparecido ahí varias veces con la intención de encontrarla – yo …- titubee y sus labios me callaron, le segui el beso por unos instantes y despeus se levantó dejándome en aquella posición , con las piernas entre abiertas y mis manos abiertas en la posición en donde había tocado su cadera, tomo un vestido y se metió al probador, no sé cuantos segundos me quede así, perplejo pero de nuevo aquel coraje porque me había echo sentir nada a su lado me invadió y me levante de forma rápida peinando mi cabello y bajando la mano de forma rápida y fuerte con un enojo incontenible, camine por el lugar di unas 3 vueltas y mire hacia el probados ,ella seguía ahí, esa mujer que pensaba que podía hacer conmigo lo que le diera en gana estaba saboreando sus palabras dentro de ese lugar. Comencé a caminar hacia el probador y abrir la puerta de un jalón viendo su espalda desnuda pues aún no se había puesto el vestido en sí, la mire a través del espejo y me acerque a ella girándola para que quedara frente a mi pegándola a ese frio vidrio, una de mis manos de poso en su espalda baja y con la otra le tome la barbilla- Nunca he negado el por qué fui a buscarte cada jueves- dije con esa molestia en mi voz y mirándola firmemente a sus ojos , no había notado que las tiras del vestido estaban sueltas y que su cuerpo estaba siendo cubierto por aquella tela la cual sostenía mi cuerpo pegado al de ella – Te desee y te tuve, te deseo y te tendré de nuevo, eso no es novedad- abri un poco mis ojos con esa última palabra y sin tener un poco de tacto mis labios se pegaron a los de ella buscando su respuesta, sus labios tersos y suaves estaban rígidos al principio pero esperaba que siguiera aquel beso pues si no lo hacía me vería en la necesidad de yo hacerlo, no quería decir que tenía derecho sobre ella por que la compraba cosas, aunque así lo vieran muchos – Eres mía- le dije contra sus labios y volví a besarle lentamente y ahora con más pasión y un tanto de ternura, mis palabras habían hecho que esa chica actuara así y yo no era nadie para hablarle así, me había equivocado pero no se lo haría saber. Tome las tiras de su vestido aun siguiendo el beso y comencé a amarrarlas en su cuello de forma delicada, mis dedos de ambas manso bajaron por el escote del vestido de una forma suave pues solo las yemas de mis dedos estaban acariciándola, mis labios atrapaban los de ella rozándose y sintiendo aquella humedad que hasta la fecha seguía poniéndome mal.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Entré en aquel probador lo más precipitada que pude, haciéndose notar mi enfado. Lo odiaba, odiaba que hiciera aquello, pero no me sorprendía y tampoco me hería demasiado , estaba acostumbrada a palabras peores, lo de él no era nada comparado con lo que la vida me había dado para soportar pero, en parte, que salieran esas palabras de él, esa terquería por hundirme me molestaba tanto que llegaba a herirme pero no directamente…sino que lo hacía poco a poco…a cada frase que daba. Pues sabía mis puntos débiles, sabía de lo que me gustaba hablar y de lo que no, y ahí estaba el fallo: que ambos sabíamos como jodernos mutuamente. Tal vez, si no hubiéramos sabido la manera de fastidiarnos ni nos dirigiríamos la palabra, ni compartiríamos días como aquellos…pero es que todas esas terquerías por parte de los dos era lo que hacía que quisiéramos pasar el rato juntos, cada pelea aumentaba el deseo, al menos por mi parte, otra de las razones por las que en momentos así llegaba a odiarlo, porque aumentaba mi deseo por él. Y sabía perfectamente que aquello no quedaría así, pues su palabra siempre debía ser la última y como había imaginado no tardó demasiado en entrar en el probador donde permanecía cambiándome. “Mierda” le miré por el espejo denotando mi enfado por los ojos. –Pero qué hac… -No pude terminar, pues me giró de una manera casi salvaje pegándome al espejo trasero y pegándose él a mí. Un escalofrío me recorrió el cuerpo por los cambios de temperatura: del espejo a sus brazos, tan frío uno y tan ardientes otros. Sorprendida por cómo me miraba, notando la molestia en su tono de voz, estaba cabreado al parecer también. Esos ojos, la pérdida de cualquiera, maldito…más que maldito… hacía que mi carácter cambiara radicalmente a cada segundo que pasaba con él, podía estar cabreadísima, luego sentirme dolida, luego querer morir entre sus brazos, era un misterio lo que me depararía con él, nunca sabía qué pasaría a continuación. Y lo inesperado ocurrió, habló con ¿sinceridad? ¿o era una manera de engañarme? “Te deseé y te tuve, te deseo y te tendré de nuevo, eso no es novedad” Palabras que marcaron lo que pasaría a continuación, siquiera pude responderle, pegó sus labios a los míos y por más que quisiera evitarlo era casi imposible resistirse a fundirse con él en un beso, por lo que apreté mis labios con algo de fuerza para que no pudiera darme un beso bien dado, mientras mi cabeza intentaba moverse, pero el espejo de atrás no me lo ponía fácil. –Pa… -Pretendía decirle que parase pero con aquello sólo conseguí que me pillara mejor la boca y me besara casi a la fuerza. Arg.... Se separó unos segundos de mis labios, todavía con su pecho pegado contra el mío, cosa que agradecía mentalmente ya que estaba cubriéndome, pues, aún después de todos los cabreos que teníamos me tenía respeto y seguía siendo un caballero…pero sólo para las cosas que quería. Y pronunció esas palabras que me pusieron nerviosas, que transtornaron mi carácter, esas palabras de posesión… y seguidamente aquel beso que por cómo lo estaba manejando me causó mil sensaciones, dejándome, por mas que no me gustara, llevar por él. No se separó de mi boca, por lo que yo tampoco podía por el estrecho hueco que tenía para mover el cuello, cuando comenzó con sus caricias por mi escote… Mis brazos que hasta el momento no había contado con ellos, se posaron contra los hombros de él ejerciendo una presión débil, que capaz que ni sentiría, consiguiendo separar mis labios de los de él para hablar. -¿Tuya? –Dije arrugando el ceño levemente. –Todas las mujeres son tuyas… -Solté como si me diera celo. -…no seré la primera ni la última a la que le digas esto, pero conmigo prefiero que te lo ahorres, porque yo no soy una propiedad , ni una pertenencia… Si estoy en tu lista de mujeres es por puro interés. –Dije firme, sonando ruda, pues aquello no era verdad…no era por interés del todo, pero así quería que él lo creyera para que en ese momento me dejara. Aunque otra parte de mí quería seguirle, pero lo justo por lo que había hecho sería no hacerlo… Intentaba sin mucho esfuerzo escapar de sus manos, pero me resultaba imposible, por una parte porque yo quería que me tocara de aquella manera y por otra porque mi fuerza era muchísimo inferior a la de él. –Suéltame. –Ordené fiera y terca mirando sus ojos por unos segundos para luego llevarla hasta la mano que seguía la línea del escote del vestido, agarrándola y frenando el movimiento, intentando consecuentemente apartar la otra de mi cintura, pero esa si que estaba bien agarrada ahí y era imposible moverla. –Que me sueltes. –Repetí alzando la voz, sabiendo que a lo mejor obtendría lo que quería y que a lo mejor no.
Me volvía a sentir pequeña…atrapada en aquel poderoso brazo y pegada entre el espejo y él. Maldito hombre y todo lo que me relacionaba con él. A veces odiaba aquella relación odio-deseo-odio que habíamos tomado, ya que en algunas ocasiones no sabía como actuar y eso me hacía sentir insegura, y lo que mas odiaba era sentirme de aquella manera, pues, al sentirme así las cosas no salían como yo quería y normalmente se jodía todo más. –No tienes derecho a cogerm… -No sé cómo lo hice pero mis labios se rozaron con los de él y ya no sabía ni lo que iba a decir. Mis manos se movieron solas, desde sus hombros hasta sus mejillas, quedándome perdida un momento en su mirada, relajándome. –Eres tan jodidamente asqueroso que no sé al final qué termino diciendo, me confundes con esa manera de mirarme y tocarme… -Cerré mis labios unos segundos y los entreabrí para largar en un susurro: -Te odio. –Estaba mirándole fijamente, sin pensar en nada…tan sólo fijándome en cada rasgo del iris de su ojo como una niña pequeña, perdiéndome en su mirada como una jodida tipa enamorada. Fue entonces, cuando me dí cuenta de que aquello estaba siendo demasiado intenso y aparté mi mirada a la vez que mis manos de él, girando el cuello hacia la derecha, negando con lentitud y echando un suspiro. Dejé mi cabeza apoyada en el cristal de atrás esperando fuera lo que fuera a hacer.
Me volvía a sentir pequeña…atrapada en aquel poderoso brazo y pegada entre el espejo y él. Maldito hombre y todo lo que me relacionaba con él. A veces odiaba aquella relación odio-deseo-odio que habíamos tomado, ya que en algunas ocasiones no sabía como actuar y eso me hacía sentir insegura, y lo que mas odiaba era sentirme de aquella manera, pues, al sentirme así las cosas no salían como yo quería y normalmente se jodía todo más. –No tienes derecho a cogerm… -No sé cómo lo hice pero mis labios se rozaron con los de él y ya no sabía ni lo que iba a decir. Mis manos se movieron solas, desde sus hombros hasta sus mejillas, quedándome perdida un momento en su mirada, relajándome. –Eres tan jodidamente asqueroso que no sé al final qué termino diciendo, me confundes con esa manera de mirarme y tocarme… -Cerré mis labios unos segundos y los entreabrí para largar en un susurro: -Te odio. –Estaba mirándole fijamente, sin pensar en nada…tan sólo fijándome en cada rasgo del iris de su ojo como una niña pequeña, perdiéndome en su mirada como una jodida tipa enamorada. Fue entonces, cuando me dí cuenta de que aquello estaba siendo demasiado intenso y aparté mi mirada a la vez que mis manos de él, girando el cuello hacia la derecha, negando con lentitud y echando un suspiro. Dejé mi cabeza apoyada en el cristal de atrás esperando fuera lo que fuera a hacer.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Aquel comentario que hizo de que todas las mujeres eran mías me robo una sonrisa y un poco de gratitud, pues si , cada muejr con la que estaba y me interesaba de verdad se me volvía más que un imple deseo una obsesión y que pensar que algo por lo que yo estaba “ pagando” otro se atreviera a disfrutarlo no lo soportaba, Ariadna era mía no solo porque le daba cosas materiales, eso cualquier vejete de pensamiento pervertido podría hacerlo, si no era tambien mía porque me interesaba como persona, como posible bailarina profesional, como una protegida, no era cualquier chica que solo tenía ahí para darme placer y ya, no era algo más pues d no ser así ya le había mandado muy lejos por nuestras constantes peleas , como se dice, relación amor-odio, pero en nosotros parecía der solo odio . En su mirad veía el coraje reprimido, juro que podía leer todas las palabras altisonantes que quería decirme , juro que veía todos los golpes que quería darme , pero aun así no lo hacía –No , no eres cualquier propiedad , eres … MI …propiedad- le conteste a eso antes de volver a rozar sus labios, ella decía que era asqueroso y que o podía simplemente tomar su cuerpo, por lo cual yo levanté una ceja ante aquel comentario y lleve mi dedo pulgar a sus labios sin soltar con la otra mano su cuerpo – Educación, compórtate como una dama y si no puedes al menos di “follar”- le sonreí no burlándome pero si se podría interpretar así , pero así como aquel comentario me dio algo de gracia el otro no me agrado tanto “ te odio”, eso era una palabra la cual jamás me Habai gustado y me incomodaba mucho, por eso cuando sus ojos se fijaron en los míos yo tambien me le quede viendo en sus ojos , esos hermosos y malditos ojos, esa jodida nariz que me volvía loco, esas mejillas y esos labios que eran el mismísimo paraíso cuando se lo proponían. No me di cuenta de cuando su mano y la mía estaban tomadas, no me di cuenta de cómo al incomodaba mi mirada hasta que ella corto con eso y miro hacia arriba , mire su cuello , ese largo y delicado cuello el cual me pedía a gritos que lo besara y que lo recorriera con mis manos , pero al subir mi mirada a su rostro vi que estaba incomoda, así que le tome la barbilla y me acerque para darle un beso delicadamente sobre sus labios , la solté y la mire a los ojos y me inclina a un lado de ella diciéndole al oído- Vístete- roce mi mejilla con la de ella y aspire su aroma tan embriagado y me gire para salir de ese probador e ir a pagar o mejor dicho poner en su tarjeta una cantidad aproximada y que de ahí ella comprara lo que se le diera la gana, pero en vez de ir con la otra señorita y págale me quede ahí parado en la puerta del probador, que carajo había sido todo eso?, esa mirada?...esas palabras, antes solo me tensaba y me calentaba que se pusiera así y si lo segui haciendo pero esta vez me había frenado por que me incomodo saber que no quería y que el molestaba aquel trato ,ella parecía estar más que incomoda con aquello y por la manera en la que miro hacia el techo hizo que eso de “ eres asqueroso” me afectara mucho, n algún momento pensé que podía yo jugar con ella que tenía un atractivo irresistible y con eso mi gran ego se vino abajo, camine por aquel cuarto vip y me serví un poco de café que había en una mesita, tome la taza y comencé a beberlo – Ay niña…- dije muy bajo para que solo yo lo escuchara y me quede viendo al espejo con la taza en las manos , me mire e hice una mueca de desagrado ante aquello, que tenía? Que Habai echo? solo se había molestado por mis comentarios?, sé que su pasado es complicado y no le gusta hablar pero de un momento a otro había dejado de ser solo eso – Te odio...- repetí recodando como me lo dijo ella y levante una ceja – Tu no me odias- dije más fuerte dirigiéndome hacia ella – Tú no puedes odiarme – dije de nuevo esperando que en verdad ella no me odiara como había dicho y que lo otro que había dicho que la confundía no fuera más que … no sé , seguía preguntándome que como era que yo al confundía si ella era la experta en sacarme de mis casillas y de juguetear conmigo como se le diera la gana.
-Ese es un juego nuevo?...un juego de sumisión?- dije abriendo de nuevo la puerta del probador, pero esta vez no pase si no solo me quede ahí mirando cómo se cambiaba – que fue eso de que te confundo con esa manera de mirarte y tocarte?...confundirte con que?- me quede pensando estúpidamente y en verdad no comprendía- Discúlpame por no entender pero lo único que a ti te podría llegar a confundir es saber cómo gastarte el dinero que te doy – dije separándome de la puerta aun dejándola abierta – Y por qué dices que me odias?- eso en verdad no me gustaba, y menos al ver como paso todo y como ella miraba al techo, ya se había cansado de mí?, el decirme que la confundía con mis miradas tacto era una forma de decir “ me das asco”- te doy asco …- si lo había dicho antes, ella había dicho que le daba asco –por qué?- Tal vez ella no entendía que tenían mis preguntas y por qué las hacia así tan repentinas pero todo era fácil de entender, me había herido el orgullo al poner resistencia y no solo eso, si no al mirarme así pues me había preocupado su comodidad cuando nunca antes me interesaba si ella lograba o no esta comoda .Me acerque ella y le abrace por los hombros dejándola a ella de frente al espejo pegando su espalda contra mi pecho , mire sus hombros desnudos y después su hermoso rostro por el espejo y entrecerré los ojos – Dime porque soportas que te toque si no te gusta- bese sus hombros de forma delicada rosando con mis labios esa parte- Dime que pare si en verdad lo quieres, no hablo de venganza, no hablo de ver quien cae en manos de quien , solo…- segui besando sus hombros y con mis dedos acaricie sus brazos-No eres un objeto , eres una mujer la cual me importa, lamento lo de hace un rato- le dije de forma “sincera” pues si estaba siendo un poco hipócrita, no lamentaba haberle dicho aquello pues para mí era la verdad pero había visto que en verdad aquel tema y no era tan soportable como antes, Asi como yo no había soportado sus palabra de hace un momento . Tenía, si coraje pues aún seguía escuchando aquellos de “eres asqueroso y te odio” pero ya no tocaría ese tema solo si ella lo tocaba. Seguí mirándola por el espejo , justamente a los ojos quería decirle que no tenía idea de nada y de ser posible quería hundirla por haberme hecho dudar de mí, pero no, no era una forma madura y civilizada de pelear una guerra de egos , primero era levantarle el ego a ella – Tengo tanta suerte de haberte encontrado – y ya que su ego se elevara mucho sería más fácil hacerla caer con un comentario , pero aun no – Lamento que te de asco y confundirte, ya no pasara- apreté sus hombros y deje de besarla – No pasara- no sonreí y no mostré ninguna reacción en mi cara, no tenía por qué sonreír o porque enojarme ya ella lo había dicho sé que no se marcharía una interesada como ella jamás perdería la oportunidad de seguir siendo mantenida y yo?, pues con mi trastorno de señor caridad no podía evitar darle a quien me lo pedía.
-Ese es un juego nuevo?...un juego de sumisión?- dije abriendo de nuevo la puerta del probador, pero esta vez no pase si no solo me quede ahí mirando cómo se cambiaba – que fue eso de que te confundo con esa manera de mirarte y tocarte?...confundirte con que?- me quede pensando estúpidamente y en verdad no comprendía- Discúlpame por no entender pero lo único que a ti te podría llegar a confundir es saber cómo gastarte el dinero que te doy – dije separándome de la puerta aun dejándola abierta – Y por qué dices que me odias?- eso en verdad no me gustaba, y menos al ver como paso todo y como ella miraba al techo, ya se había cansado de mí?, el decirme que la confundía con mis miradas tacto era una forma de decir “ me das asco”- te doy asco …- si lo había dicho antes, ella había dicho que le daba asco –por qué?- Tal vez ella no entendía que tenían mis preguntas y por qué las hacia así tan repentinas pero todo era fácil de entender, me había herido el orgullo al poner resistencia y no solo eso, si no al mirarme así pues me había preocupado su comodidad cuando nunca antes me interesaba si ella lograba o no esta comoda .Me acerque ella y le abrace por los hombros dejándola a ella de frente al espejo pegando su espalda contra mi pecho , mire sus hombros desnudos y después su hermoso rostro por el espejo y entrecerré los ojos – Dime porque soportas que te toque si no te gusta- bese sus hombros de forma delicada rosando con mis labios esa parte- Dime que pare si en verdad lo quieres, no hablo de venganza, no hablo de ver quien cae en manos de quien , solo…- segui besando sus hombros y con mis dedos acaricie sus brazos-No eres un objeto , eres una mujer la cual me importa, lamento lo de hace un rato- le dije de forma “sincera” pues si estaba siendo un poco hipócrita, no lamentaba haberle dicho aquello pues para mí era la verdad pero había visto que en verdad aquel tema y no era tan soportable como antes, Asi como yo no había soportado sus palabra de hace un momento . Tenía, si coraje pues aún seguía escuchando aquellos de “eres asqueroso y te odio” pero ya no tocaría ese tema solo si ella lo tocaba. Seguí mirándola por el espejo , justamente a los ojos quería decirle que no tenía idea de nada y de ser posible quería hundirla por haberme hecho dudar de mí, pero no, no era una forma madura y civilizada de pelear una guerra de egos , primero era levantarle el ego a ella – Tengo tanta suerte de haberte encontrado – y ya que su ego se elevara mucho sería más fácil hacerla caer con un comentario , pero aun no – Lamento que te de asco y confundirte, ya no pasara- apreté sus hombros y deje de besarla – No pasara- no sonreí y no mostré ninguna reacción en mi cara, no tenía por qué sonreír o porque enojarme ya ella lo había dicho sé que no se marcharía una interesada como ella jamás perdería la oportunidad de seguir siendo mantenida y yo?, pues con mi trastorno de señor caridad no podía evitar darle a quien me lo pedía.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Y su voz se alzó por su garganta hasta que su lengua terminó el trabajo alzando aquella palabra precisa que buscaba: “Vístete”. Mis ojos se entornaron por la profundidad de su voz en mi tímpano, notando como las vibraciones de éstas todavía me recorrían el oído una vez que se había salido de la habitación. Tomé una bocanada de aire y me giré sobre mi propio eje mirándome al espejo. -30, 29, 28... -Seguí la cuenta regresiva mientras me desnudaba y volvía a vestir con la ropa que llevaba, mirando de reojo la puerta y moviéndome con agilidad para que no llegara el segundo 1, abriera la puerta y me viera de nuevo casi sin ropa. Pero no llegó ni el número 6 cuando lo escuché fuera “Tú no puedes odiarme”, ¿enserio le había afectado eso? Qué interesante. -5, 4... -Cerré mis labios de golpe cuando entró, viéndome vestida con el pantalón y la parte superior de mi ropa interior al descubierto, me faltaba la camiseta pero estaba demasiado lejos y no me dió tiempo a ir a agarrarla, pues me quedé boba mirándole por el reflejo del espejo mientras me acribillaba a preguntas poco elocuentes, se le podía ver como si estuviese realmente fastidiado por aquello que le había dicho, cosa que me hizo disfrutar internamente y que en otro momento habría expresado exteriormente, pero en ese momento no me salió hacerlo. Pronto sus brazos volvieron a atraparme, sin poder evitar dejar que me acariciara. -Me da asco ser tocada por manos que pasan por otras mujeres. -Comencé a explicarle interrumpiendo sin querer uno de sus argumentos. -Soy única, y como tal me gusta sentirme así en manos de un hombre... -Torcí mi cuello para mirarle por un ojo atrás mía, llevando uno de mis brazos hacia atrás, dejandola reposada en uno de sus muslos. -...llámame egoísta, pero si yo soy de alguien ese alguien también es mío, y tú no lo eres... -Sonreí con algo de picardía en la mirada volviendo a mirar al frente, viéndole por el reflejo. - no al completo. ¿O acaso sí lo eres? -Pronuncié esa pregunta en un susurro mojando mi labio inferior con lentitud mientras mi mirada estaba clavada en la de él a través del espejo. Despegué mi mano de su cuerpo y subí por la parte delantera el vaquero por la manía aquella que tenía de que no se viera la cicatriz de mi abdomen y le miré después de aquello de nuevo cuando volvió a hablar, diciéndome que había tenido suerte de haberme encontrado y demás...palabras que no eran nada creíbles de él y menos con la situación que había ocurrido minutos atrás. Pues...ahora que lo pienso, creo que jamás he escuchado por parte de él nada “plenamente” sincero, o almenos no sonaban creíbles. Tampoco había compartido con él ni siquiera una hora de estar bien, sin peleas, sin tensión, pues siempre todo eran peleas y ¿por qué?, no lo comprendía del todo y ahí...en ese momento me propuse que la proxima vez que lo viera sería pacífica, que me tragaría mi orgullo y todo mi ego, pero esa vez no sería. -Uhm... -Gruñí y giré sobre sus brazos y los tomé haciendo que se reposaran en mi cintura, elvandome un poco sobre mis puntillas para besar sonaramente una de sus mejillas. -¿Es un nuevo juego? ¿Juego de sumisión? -Solté en un intento de imitar su voz nulo, riéndome después de aquello besando sus labios antes de que me empezara a decir cualquier cosa. -Anda...déjame vestirme ya, amor. -Dije lo último con un tono dulce nada creíble colocando mis manos sobre las suyas donde las había dejado anteriormente para quitarlas. Me separé de él caminando hasta donde se encontraba la camiseta y me dispuse a arreglar mi ropa interior superior para después colocarme aquella sofisticada blusa, después me senté abrochandome los enormes tacones en mis tobillos. Me miré al espejo una vez compuesta y giré despacio sobre mis pies para mirarme como siempre lo hacía y asegurarme que iba perfecta. -No te odio al completo pero a veces es imposible no hacerlo, y tampoco te tengo asco, sólo un poco de repujnancia. -Sonreí con una sonrisa ladeada y rodé los ojos antes de salir dando pequeños pasos bien resonantes por los tacones en el parqué, saliendo del probador y viéndome de nuevo en aquella sala algo desordenada. Me acerqué hasta las grandes perchas y comencé a elegir la ropa que quería, cargándola entre mis manos. -Qué asco... -Murmuré tirando hacia atrás el vestido eléctrico con el que había intentado joderlo, me probé algunos tacones para ver la talla y después de elegirlo todo, tras unos cinco minutos aproximadamente, fuí hasta los sofás arreglando éstos de su posición, sin percatarme si Vlad estaría por la habitación o no, estaba en mi mundo pensando en si llevarme o no un largo vestido que tal vez ni me pondría, veía en mi cabeza los pros y los contras, y tenía esa cortina en mis ojos que no me dejaba ver alrededor, sólo veía las combinaciones posibles de aquel vestido. Entonces me incorporé después de arrastrar los sillones hasta su posición y alcé la voz. -¡He terminado! -Tomé de la mesa un caramelo y me lo llevé a la boca esperando una respuesta por parte de él sin todavía haberme fijado si estaba por allí.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Su voz , sus movimientos, todo de ella me ponía tenso en muchas formas .Mi rostro seguía con aquellas facciones serias la escuchaba , sus burlas y esa mirada de diversión que reflejaba me molestaba aún más, pero lo que me tenso más fue aquella palabra “ amor” seguida de aquel fugas beso que me robo, la mire por el espejo y vi su espalda desnuda , esa perfecta espalda la cual estaba siendo cubierta por la ropa que se había quitados, se abrocho los tacones con agilidad y sensualidad, me ponía mal, quería tomarla ahora mismo pero eso era aceptar que me había ganado en todo sentido y mi orgullo no me lo iba a permitir – repugnancia…- repetí aun mirándola por el espejo y en segundos ella salió de el probador dejándome ahí solo, me mire en el espejo y note como estaba respirando con fuerza tratando de apaciguar mi coraje , no la segui enseguida solo escuche sus tacones resonar por aquella sala y me quede otro momento ahí, poniendo en claro lo que quería. Por qué no simplemente nos llevábamos bien, yo le compraba cosas así que esperaba gratitud y reconocimiento de su parte pero en vez de eso lo único que me daba era burlas y corajes, tal parecía que adoraba de sobre manera ponerme los pelos de punta con cada comentario y gesto que hacía, si ella quería podría ser tratada bien por mi parte pero siempre encontraba la forma de fregarme a cada segundo - No sé cómo te soporto- dije en un susurro y acomode mi ropa notoriamente molesto, Salí de aquel probador y vi que estaba eligiendo la ropa que quería y algunos zapatos, menos mal que en ese no se tardó mucho pues si no ya habría explotado- Bien- dije acercándome a ella y tome las cosas del sillón - trae los zapatos- no dije nada , estaba serio y en verdad sentido “ repugnancia?” a que se refería y a que se refería con eso de que ella no era una más? Había mencionado que le daba asco ser tocada por manos que ya habían tocado a otras mujeres, perdón? Dios de eso vivía antes, antes de que yo la sacara de aquel espantoso lugar se dedicaba a ser el objeto de fantasías de muchos hombres y al sentarse en sus piernas para hacer que gastaran más su dinero después de verla bailar era ser tocada por manso que ya habían tocado otras mujeres más , tambien había mencionado que le gustaba sentirse única y que le pertenecía a alguien así como alguien le pertenecía a ella y que yo no era ese ser, pero si ella quisiera dejaríamos de lado todo este juego sequen manipula a quien y podríamos llegar a ser algo más que solo una “protegida” mas , pero era inútil, desgraciadamente la forma de ser de ella me molestaba y me estresaba no sé cómo sería si en algún momento llegara a tener una relación con alguien como ella, era absurdo y era difícil de entender, ella orgullosa y petulante y yo orgulloso y dictador, como que era algo que no iba mucho de la mano .
-Esto sería todo- dije poniendo la ropa sobre el mostrador para pagar, la señorita que nos había tendido antes comenzó a hacer la cuanta y yo saque la tarjeta de crédito, me recargue en el mostrador y vi como Ariadna puso los zapatos igual – Todo en la misma cuenta y abona 5.000 a la cuenta de la señorita Ariadna para futuras compras- me sobe las sienes con mi dedo pulgar y mi dedo incide poniendo un poco de presión ignorando por completo que aquella bella dama que me acompañaba estaba presente, estaba molesto por su juego, estaba furico por que le daba repugnancia pero ahí seguía ella, interesada? Sí, pero yo sabía que no solo era eso o tal vez ella sentía la necesidad de pagarme todo lo que yo le daba con su cuerpo, eso era lo que ella sabía hacer, dar placer a cambio de unos cuantos billetes. Me gire un poco y vi un vestido muy lindo color crema en uno de los maniquíes , fruncí la boca e imagine a Ariadna con ese vestido puesto y acompañándome a aquella velado con el consejo escolar – ya encontré el vestid perfecto- dije al aire sin importarme si Ariadna me escuchaba, a decir verdad no tenía un mal gusto yo y aquel vestido era hermoso y muy elegante – Tambien cóbrese es vestido y todo lo necesario que conlleve el atuendo – por fin mire a Ariadna con un rostro más calmado – Ese vestido te pondrás para la gala- le dije y entregue la tarjeta de crédito a la señorita, esta cobro y me paso el recibo para firmarlo, entregue la pluma y el recibo y ella nos entregó 6 bolsas enormes – Gracias- le dije y sin decirle nada a Ariadna tome las bolsas y comencé a caminar hacia la salida- Iremos a comer algo antes de seguir- abri la puerta y espere a que ella pasara primero para ir a algún restaurante , tenía pensado ir a un restaurante francés el cual me encantaba y si ella no le apetecía bien podía verme comer a mí – vamos a dejar esto- camine hacia el auto y abri la cajuela metiendo todas las bolsas acomodándolas, aún faltaba que yo me comprara algunas cosas para dicha gala y otras solamente porque se me antojaba , pero con lo que había pasado se me habían quitado las ganas, tal vez con la comida me calmaría y tendría ganas de comprar. Tome la mano de ella y la pose en mi brazo, aun aunque estuviera molesto no la dejaría a ella caminando tras de mi, iba con ella y me regresaría con ella escoltándola y claro está aparte de que yo era un celoso y Ariadna era una mujer digna de admirar- Te apetece comida francesa?- dije igual en un tono frio y serio aun no entendía todas sus palabras de antes, pero conforme pasara el día lo averiguaría.
-Esto sería todo- dije poniendo la ropa sobre el mostrador para pagar, la señorita que nos había tendido antes comenzó a hacer la cuanta y yo saque la tarjeta de crédito, me recargue en el mostrador y vi como Ariadna puso los zapatos igual – Todo en la misma cuenta y abona 5.000 a la cuenta de la señorita Ariadna para futuras compras- me sobe las sienes con mi dedo pulgar y mi dedo incide poniendo un poco de presión ignorando por completo que aquella bella dama que me acompañaba estaba presente, estaba molesto por su juego, estaba furico por que le daba repugnancia pero ahí seguía ella, interesada? Sí, pero yo sabía que no solo era eso o tal vez ella sentía la necesidad de pagarme todo lo que yo le daba con su cuerpo, eso era lo que ella sabía hacer, dar placer a cambio de unos cuantos billetes. Me gire un poco y vi un vestido muy lindo color crema en uno de los maniquíes , fruncí la boca e imagine a Ariadna con ese vestido puesto y acompañándome a aquella velado con el consejo escolar – ya encontré el vestid perfecto- dije al aire sin importarme si Ariadna me escuchaba, a decir verdad no tenía un mal gusto yo y aquel vestido era hermoso y muy elegante – Tambien cóbrese es vestido y todo lo necesario que conlleve el atuendo – por fin mire a Ariadna con un rostro más calmado – Ese vestido te pondrás para la gala- le dije y entregue la tarjeta de crédito a la señorita, esta cobro y me paso el recibo para firmarlo, entregue la pluma y el recibo y ella nos entregó 6 bolsas enormes – Gracias- le dije y sin decirle nada a Ariadna tome las bolsas y comencé a caminar hacia la salida- Iremos a comer algo antes de seguir- abri la puerta y espere a que ella pasara primero para ir a algún restaurante , tenía pensado ir a un restaurante francés el cual me encantaba y si ella no le apetecía bien podía verme comer a mí – vamos a dejar esto- camine hacia el auto y abri la cajuela metiendo todas las bolsas acomodándolas, aún faltaba que yo me comprara algunas cosas para dicha gala y otras solamente porque se me antojaba , pero con lo que había pasado se me habían quitado las ganas, tal vez con la comida me calmaría y tendría ganas de comprar. Tome la mano de ella y la pose en mi brazo, aun aunque estuviera molesto no la dejaría a ella caminando tras de mi, iba con ella y me regresaría con ella escoltándola y claro está aparte de que yo era un celoso y Ariadna era una mujer digna de admirar- Te apetece comida francesa?- dije igual en un tono frio y serio aun no entendía todas sus palabras de antes, pero conforme pasara el día lo averiguaría.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Agarré los zapatos como él me dijo y los dejé en el mostrador donde se encontraba la mujer, retirandome hacia atrás unos pasos ya que con sólo ver la cara que llevaba Vlad se podía saber con perfección que si en ese momento ponía alguna queja a lo que dijera o algún comentario a lo que hubiera echo, sus palabras hacia a mí no serían nada tranquilas y todavía no quería hacerle explotar, porque la que luego se sentiría mal sería yo, ya que bajo la coraza que ponía le tenía aprecio. El vestido de color crema era precioso, era cierto, pero con él me vería tan sumamente “Reina de Shaba” que hasta me lo creería cuando me lo pusiera. Era precioso y además los complementos que lo terminaban de colocar le iban al dedo. Miré la espalda de Vlad al girarme mientras la mujer se encargaba de hacer todo lo que Vlad había encargado, apartandola en aquellas veces que parecía que se iba a volver para mirarme, pues no quería que me pillara mirándole, tal vez no le sentaría bien. Solté un suspiro apretando mis labios cuando tomó todas las bolsas y las dejó en el coche que él llevaba, yo le seguía atrás como un perro hasta que me su mano agarró la mía con esa delicadeza tan elegante, enredando mi brazo con el suyo, gesto que me sorprendió. ¿No estaba enfadado conmigo? Porque en ese momento no lo pareció. -Claro. -Me limité a asentir a su pregunta, pues parecía que iba enserio aquello de pasar el día entero juntos y comencé a caminar con él por la acera mirando a la gente pasar por nuestros costados, cruzando a otras, etc. Habían pasado aproximadamente cerca de unos dos minutos y ninguno había dirigido palabra al otro así que decidí romper hielo mientras este me dirigía como si fuera una ciega sin bastón por la calle. -¿Estás cabreado? -Ya no pretendía joderlo más, ahora sólo sería yo misma relajada, olvidando aquello del chantaje y todo lo que nos hacía pelearnos y procuraría no molestarlo con nada. -Siento el numerito de la tienda, sabes que no lo hago a propósito. -Y lo último era mentira pero no sabía de qué manera disculparme, pues jamás lo hacía al no ser que lo viera “necesario” para mi egoísta persona. -Y también sabes que si no me jodieras como lo haces yo tampoco lo haría, ¿podemos tener una comida tranquila? ¿sin piques? ¿có...cómo unos conocidos que se conocen de mucho tiempo? -Dije con una niña tonta y caprichosa, mirándole tras terminar de hablar aquel perfil de rasgos tan poco vistos que tenía, sin esperar una respuesta concisa.
No tardamos en llegar demasiado a ese restaurante francés, era la primera vez que me llevaba allí y a decir verdad era un lugar bastante elegante y muy llamativo desde fuera, pero la cosa cambió una vez dentro. No había nadie y arrugué el ceño conforme Vlad y yo pasamos por el portalón. -¿Estás seguro que es un buen restaurante? No hay nadie... -Dije en forma de susurro hacia él, chismorreando. -O esque... es demasiado caro. -Aquello ya era un pensamiento que dije en voz alta, un comentario que alomejor no debería de haber echo. Tenía temor por molestarle más...así que cuando vino el hombre y nos ofreció una mesa tan sólo seguí al que me invitó, mirando la mesa. Como siempre en el lugar más especial del restaurante, siempre me escondía de miradas ajenas y me hacía ver lo poderoso que era con el dinero. Solté un suspiro mirando la mesa, no de desagrado, sino de paz por poder sentarme. Me saqué la chaqueta vaquera y el bolso, dejándolos a ambos sobre una silla que tenía al lado, seguidamente me senté leyendo la carta que había sobre el plato. -Está en francés. -No entendía nada, de todas las lenguas que conocía el francés era la única que ni me había molestado en aprender. -Pideme lo que te vayas pedir tú pero en una ración pequeña, y si lleva picante...o pimiento, o alguna especia si se la quitan mejor, sino luego tendré mal el estómago. -Exigí con tranquilidad cruzando mis piernas y mirando el entorno en el que nos encontrábamos: paredes rojas, losas claras, cuadros antiguos en blanco y negro, lámparas araña, copas, platos muy muy muy clásicos, etc. Parecía que estuviéramos en un palacio, era encantador aquel restaurante. Después de unos segundos de admiración a aquel restaurante le miré a él, frente a mí, mojando mis labios en saliva. -¿Dónde iremos después de comer? -Coloqué mis codos encima de la mesa y un hombre se acercó poniendo vino tinto en nuestras copas más grande, vino blanco en otra mas pequeña y rojo en otra. ¿Para qué tantos vinos? Miré a aquel hombre he hice una especie de reberencia en forma de gracias con el cuello y volví a mirar a Vlad. -¿Más compras? -Solté como si no me gustara la idea y rasqué mi muñeca. -Te acompañaré donde quieras, pero yo ya tengo demasiadas cosas, no me caben en el armario. Con lo de esta mañana ya has cumplido. -Dije entonando mis ojos con un tono de cansancio, agarrando una copa al azar, llevándomela a los labios y mojandolos tan sólo. -Y, ah... -Seguía con aquel tono de rendida agarrando mi bolso y rebuscando en éste. Saqué de ahí una caja cuadrada envuelta y se la tendí. -Soy tan buena cliente y tengo un “marido” -Dije aquello tal cual lo escuché de los labios de la que me lo dió.- que cuida taaaan bien de su “mujer”, que me dieron esto para tí. Supongo que será un obsequio por dejar caer tanto dinero por esa tienda, Armani ¿te acuerdas de la señora regordita, de pelo moreno, así rizado...? -No sabía si me estaba prestando atención o no por lo que metí mi brazo entre las copas y se lo deje frente al plato.- Me lo ha dado esta mañana, no sé que es pero es de Armani. -Resultaba aquello tan extraño que me sentí hasta incómoda y me levanté de la silla. -Voy al baño. -Tragué saliva y me separé de allí, siguiendo las indicaciones hasta los baños. Una vez dentro me apoyé en el lavabo mirándome al espejo y esperando que pasara un tiempo para que se me fuera la incomodidad del cuerpo. Entretanto, recogí mi pelo en una coleta y separando aquellas pestañas que se habían juntado. Retocándome en conclusión. A los 10 minutos salí de allí y volví a sentarme frente a Vlad, guardando silencio.
No tardamos en llegar demasiado a ese restaurante francés, era la primera vez que me llevaba allí y a decir verdad era un lugar bastante elegante y muy llamativo desde fuera, pero la cosa cambió una vez dentro. No había nadie y arrugué el ceño conforme Vlad y yo pasamos por el portalón. -¿Estás seguro que es un buen restaurante? No hay nadie... -Dije en forma de susurro hacia él, chismorreando. -O esque... es demasiado caro. -Aquello ya era un pensamiento que dije en voz alta, un comentario que alomejor no debería de haber echo. Tenía temor por molestarle más...así que cuando vino el hombre y nos ofreció una mesa tan sólo seguí al que me invitó, mirando la mesa. Como siempre en el lugar más especial del restaurante, siempre me escondía de miradas ajenas y me hacía ver lo poderoso que era con el dinero. Solté un suspiro mirando la mesa, no de desagrado, sino de paz por poder sentarme. Me saqué la chaqueta vaquera y el bolso, dejándolos a ambos sobre una silla que tenía al lado, seguidamente me senté leyendo la carta que había sobre el plato. -Está en francés. -No entendía nada, de todas las lenguas que conocía el francés era la única que ni me había molestado en aprender. -Pideme lo que te vayas pedir tú pero en una ración pequeña, y si lleva picante...o pimiento, o alguna especia si se la quitan mejor, sino luego tendré mal el estómago. -Exigí con tranquilidad cruzando mis piernas y mirando el entorno en el que nos encontrábamos: paredes rojas, losas claras, cuadros antiguos en blanco y negro, lámparas araña, copas, platos muy muy muy clásicos, etc. Parecía que estuviéramos en un palacio, era encantador aquel restaurante. Después de unos segundos de admiración a aquel restaurante le miré a él, frente a mí, mojando mis labios en saliva. -¿Dónde iremos después de comer? -Coloqué mis codos encima de la mesa y un hombre se acercó poniendo vino tinto en nuestras copas más grande, vino blanco en otra mas pequeña y rojo en otra. ¿Para qué tantos vinos? Miré a aquel hombre he hice una especie de reberencia en forma de gracias con el cuello y volví a mirar a Vlad. -¿Más compras? -Solté como si no me gustara la idea y rasqué mi muñeca. -Te acompañaré donde quieras, pero yo ya tengo demasiadas cosas, no me caben en el armario. Con lo de esta mañana ya has cumplido. -Dije entonando mis ojos con un tono de cansancio, agarrando una copa al azar, llevándomela a los labios y mojandolos tan sólo. -Y, ah... -Seguía con aquel tono de rendida agarrando mi bolso y rebuscando en éste. Saqué de ahí una caja cuadrada envuelta y se la tendí. -Soy tan buena cliente y tengo un “marido” -Dije aquello tal cual lo escuché de los labios de la que me lo dió.- que cuida taaaan bien de su “mujer”, que me dieron esto para tí. Supongo que será un obsequio por dejar caer tanto dinero por esa tienda, Armani ¿te acuerdas de la señora regordita, de pelo moreno, así rizado...? -No sabía si me estaba prestando atención o no por lo que metí mi brazo entre las copas y se lo deje frente al plato.- Me lo ha dado esta mañana, no sé que es pero es de Armani. -Resultaba aquello tan extraño que me sentí hasta incómoda y me levanté de la silla. -Voy al baño. -Tragué saliva y me separé de allí, siguiendo las indicaciones hasta los baños. Una vez dentro me apoyé en el lavabo mirándome al espejo y esperando que pasara un tiempo para que se me fuera la incomodidad del cuerpo. Entretanto, recogí mi pelo en una coleta y separando aquellas pestañas que se habían juntado. Retocándome en conclusión. A los 10 minutos salí de allí y volví a sentarme frente a Vlad, guardando silencio.
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Seguía molesto? Si! Claro que si no estar molesto con Ariadna era negar una parte muy importante en mí, pero vamos el oraje que me hacia sentir era tan placentero a la vez que molesto que lo buscaba y ella como buena chica que era me hacía caso y me molestaba sin problema alguno . Mientras ella hablaba yo tome la copa de vino tinto, me la lleve a la nariz y lo olí delicadamente, le di un pequeño sorbo y sonreí - ideal'nyy- le dije a él joven y Asi mismo hice con los otros vinos, ella seguía hablando mientras yo me ponía la servilleta en las piernas y no fue hasta que ella se disculpó para ir al baño que por fin hable – No tardes- le dije esperando a que se marchara hacia el baño. Una vez que se fue vi la caja con detenimiento – Esposa?...si claro – negué con la cabeza y tome con una mano aquella caja , cuando la abri me encontré con una hermosa corbata en varios tonos grises, era perfecta en esa tienda ya conocían mis gustos y saben que nunca salía de los colores de siempre, gris, azul marino, blanco , negro y rojo , eran mis colores predilectos y esa ves habían hecho una elección bastante buena deba aceptar , la saque de su pequeña caja y la estire en mis manos viendo los detalles y sintiendo lo bien que estaba confeccionada “- señor desea ordenar ya?-“ me pregunto el mesero de forma muy cortes , tome el vino rosado y le di otro sorbo pequeño – Cordero, término medio sin pimienta y sin picante, acompáñelo con puré de papas y salsa de dátil y agregue algo de espárragos para la señorita y para mi agregue zanahoria, ambas salteadas con mantequilla, no les ponga mucho ajo y procure que las porciones sean adecuadas, no quiero costillas grandes- dije determinante y el chico hizo una reverencia “- alguna crema o sopa señor?-“ el pregunto de nuevo sonriente- Si , que sea una crema de 3 quesos, evite a toda costa el exceso de queso azul, el pan , si nos trae que sea de mozzarella y bien tostado por favor- termine de decir y tome un trago más de vino “- algún postre? Alguna otra bebida?-“ de nuevo pregunto –Postre será después a y tambien traiga dos porciones pequeñas de foie gras Con manzana caramelizada- el asintió y por fin me dejo solo degustando el vino. Ariadna se estaba tardando mucho y me comenzaba a desesperar pero le daría su tiempo y espacio pues si no desesperaría y dejaría todo a la fregada y como dije no dejaría que sus berrinches me arruinaran una muy buena cena la cual había pedido con estricta precaución para que el paladar de ella se fuera entrenando.
Por fin salió de le baño y mis ojos se fijaron en ella- Esposa mía...- sonríe un poco más relajado- debo admitir que tu amiga de la tienda tiene un gusto excelente- le arrime la caja con la corbata ya guardada y tome la copa de vino tinto dándole un pequeño trago exhalando por la nariz para sentir el verdadero sabor de aquel delicioso vino - He pedido ya la cena y sé que te gustara, como pediste ordene porciones pequeñas, Asi que por favor si no bien te acabas la comida si prueba un poco de cada platillo- le dije mirándola a los ojos con un aire un tanto altanero . Mi celular comenzó a timbrar, era mi padre- Permíteme…- me levante y no me aleje mucho de la mesa pues no quería ser descortés y que ella pensara que no quería que me escuchara, me daba pena hablar en ruso estando en estados unidos pero mi padre nunca se habia preocupado cualquier otro idioma - Yesli vy govorite ? –dije peinando mi cabello -Privet Papa, ya na svidaniye, ya pozvonyu tebe pozzhe, yesli ?- me sentía apenado el cortarle Asi al llamada pero como dije se me hacía una falta de respeto aparte si me había marcado sé que pasaríamos horas hablando de tontería y media- Privetstviya i ob"yatiya na Koni- sonreí y me despedí amablemente - Lyublyu tebya papa, na proshchaniye- colgué y me gire – Disculpa, era mi padre- dije sentándome de nuevo y ladee la cabeza viéndola –Te ha gustado el vestido que pedí te llevaran después?- tome el cuchillo para pescado y comencé a jugar con el poniendo la punta en mi dedo pulgar dándole vuelta con la otra mano – El maniquí que lo usaba no tiene tus curvas y se le veía bien, Asi que obviamente en ti se verá aún mejor, el peinado que llegues a usar lo dejo a tu elección, pero para que te luzca el vestido supongo yo que es mejor que leves el cabello recogido- le dije serio aun , no sé por qué me comportaba Asi con ella pero era algo que en verdad no podía controlar, era una de dos, o seguía serio o tiraba todo de la mesa le arrancaba la ropa y en ese instante disfrutaba de ella como tantas veces había echo y nunca me había cansado, pero a pesar de todo yo respetaba y en verdad quería a esa chica, por algo el habia ayudado no solamente para aprovecharme de ella y su perfecto cuerpo, si no la apreciara no haría todo eso por ella, nunca se lo pensaba cobrar pues yo tenía demasiado para dar y ella lo necesitaba, tal vez era mucho lujo y se acostumbraría, pero sé que algún día ella seria reconocida .
Por fin salió de le baño y mis ojos se fijaron en ella- Esposa mía...- sonríe un poco más relajado- debo admitir que tu amiga de la tienda tiene un gusto excelente- le arrime la caja con la corbata ya guardada y tome la copa de vino tinto dándole un pequeño trago exhalando por la nariz para sentir el verdadero sabor de aquel delicioso vino - He pedido ya la cena y sé que te gustara, como pediste ordene porciones pequeñas, Asi que por favor si no bien te acabas la comida si prueba un poco de cada platillo- le dije mirándola a los ojos con un aire un tanto altanero . Mi celular comenzó a timbrar, era mi padre- Permíteme…- me levante y no me aleje mucho de la mesa pues no quería ser descortés y que ella pensara que no quería que me escuchara, me daba pena hablar en ruso estando en estados unidos pero mi padre nunca se habia preocupado cualquier otro idioma - Yesli vy govorite ? –dije peinando mi cabello -Privet Papa, ya na svidaniye, ya pozvonyu tebe pozzhe, yesli ?- me sentía apenado el cortarle Asi al llamada pero como dije se me hacía una falta de respeto aparte si me había marcado sé que pasaríamos horas hablando de tontería y media- Privetstviya i ob"yatiya na Koni- sonreí y me despedí amablemente - Lyublyu tebya papa, na proshchaniye- colgué y me gire – Disculpa, era mi padre- dije sentándome de nuevo y ladee la cabeza viéndola –Te ha gustado el vestido que pedí te llevaran después?- tome el cuchillo para pescado y comencé a jugar con el poniendo la punta en mi dedo pulgar dándole vuelta con la otra mano – El maniquí que lo usaba no tiene tus curvas y se le veía bien, Asi que obviamente en ti se verá aún mejor, el peinado que llegues a usar lo dejo a tu elección, pero para que te luzca el vestido supongo yo que es mejor que leves el cabello recogido- le dije serio aun , no sé por qué me comportaba Asi con ella pero era algo que en verdad no podía controlar, era una de dos, o seguía serio o tiraba todo de la mesa le arrancaba la ropa y en ese instante disfrutaba de ella como tantas veces había echo y nunca me había cansado, pero a pesar de todo yo respetaba y en verdad quería a esa chica, por algo el habia ayudado no solamente para aprovecharme de ella y su perfecto cuerpo, si no la apreciara no haría todo eso por ella, nunca se lo pensaba cobrar pues yo tenía demasiado para dar y ella lo necesitaba, tal vez era mucho lujo y se acostumbraría, pero sé que algún día ella seria reconocida .
off: los que esta en ruso dice...
1:ideal'nyy=perfecto
2:Yesli vy govorite ?=Si diga?
3: Privet Papa, ya na svidaniye, ya pozvonyu tebe pozzhe, yesli ?= Hola papa , que gusto escucharte, pero ahora estoy en una cita , te marco despues si?
4:Privetstviya i ob"yatiya na Kon=Saludos y abrazos a Cony
5:te quiero papa, te marco despues
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
Me senté sin decir nada cuando escuché esa palabra de posesión que tan poco me gustaba. “Esposa”. Me comentó que le gustaba lo que había en el paquete y tan siquiera sabía qué era, así que mientras me acomodaba en la mesa apoyando mis dos codos a los lados de los platos le observé, escuchándole atenta con esa manía que tenía de mirar fíjamente a las personas cuando me hablaban y el tema parecía mínimamente interesante. Me pedía que probara un poco de cada plato porque se imaginaría que con sólo ver la pinta rechazaría el probarlo, ya que era demasiado quisquillosa con la comida y si de primeras no tenía buena vista ni me molestaba en probarlo; como los niños. -Me dijo que... -Y entonces su teléfono se puso a sonar, pidió permiso y se levantó a hablar con quién fuera; seguro que le saldría algún compromiso y esa tarde intensa de compras de la que había hablado se iría a pique. Bufé, tomando una copa de vino llevándomela a los labios, imitando algunos de los movimientos que alguna vez había visto en Vlad; lo olisqueé y después mojé mis labios, para después darle un pequeño sorbo saboreando el vino como él hacía, aunque, para mí esa sensación no eran intensa como él la parecía ver. Lo esperé, terminándome la copa de vino tinto siguiendo con la de vino blanco a eso que terminó más antes de hablar de lo esperado y lo volvía tener al frente. -Tu padre. -Asentí como intentando convencerme de ello, ya que lo que había hablado por teléfono no había entendido nada, pero de todas maneras no me interesaba demasiado con quién hablara. -¿El vestido? -Pregunté entonces mirándole como jugaba con el cubierto, mientras yo sostenía en una mano con algo de elegancia que había aprendido observando a señoras de los restaurantes a los que me había llevado él. -Es precioso, el color coral siempre viste y yo creo que con que me lo deje liso sobrará, un poco de maquillaje suave y listo. -Dije como si no le tomara importancia al asunto, como si estuviese acostumbrada; girando mi rostro hacia el lado donde la copa estaba sostenida, elevando un poco mi mandíbula hacia ésta para terminar dándole un sorbo pequeño. -¿Cuándo es ese evento del que hablas? -Le miré entonces dejando la copa con cuidado sobre las demás, apartándo mis manos puesto que el camarero había traído los primeros platos los cuales me quedé observándo el de Vlad y luego el mío; parecían tener la misma presentación pero el de Vlad tenía menos comida así que le miré señalando su plato con cuidado después de que el hombre presentara el plato y se quedara esperando a un lado de la mesa. -Cámbiamelo anda. -Dije caprichosamente y miré al hombre para que lo hiciera, y así lo hizo; qué poderosa me sentía en esa posición y volví a observar el plato que ahora mismo tenía frente a mí arrugando mi nariz cuando el vapor me pegaba en el rostro. -¿Qué es esto? -Comencé entonces a sacarle puntas al plato como de costumbre, señalando una cosa verde que no sabía qué era. -¿Y ésto? -Señalé otra cosa, sin mirar al hombre. -Y... la salsa, ¿de qué es? -Le miré entonces levantando mi cabeza del plato para mirárle y poder mirárle mientras me explicaba, si esque sabía, de que era. Éste me lo explicó dándome más detalles de los que necesitaba. -¿Entonces no pica, verdad? Vale. -Me autorespondí asintiendo rápidamente agarrando el tenedor. -Gracias. -Nos rellenó las copas y se volvió a marchar. A eso, me puse yo a comer tranquila, como si estuviese sóla en esa mesa, llevánodme el primer bocado a la boca con el que parpadeé muchísimas veces intentando asimilar el fuerte sabor a orégano que tenía. -Esto está muy...muy bueno. -Solté una pequeña sonrisa casi de burla haciendo una mueca de asco, intentando contenerme el ser tan sincera y directa para que el que me había llevado allí no se molestara más de lo que parecía estarlo. -¿Qué llevarás tú para ese evento? -Dije para sacar temas y que comer me fuera más fácil. -El traje negro aperlado me gusta pero sin la corbata dorada con el que lo sueles complementar, podrías ponerte el plateado que no has utilizado apenas una vez porque lo llevaste una hora y eso no cuenta como una vez entera. -Sugerí hablando de la ropa que le había visto y que sabía que tenía, intentando tener una conversación fluida.
- OFF:
- Siento la tardanza o.ó estaba de examenes u know
Ariadna H. O'Vullöus- Fecha de inscripción : 18/01/2013
Edad : 32
Localización : Donde la mierda no llegue.
Re: Si así te tenga callada...a comprar! -Ariadna-
-Con lo que sea te ves bien Ariadna y debo admitir que sin maquillaje te ves aún mejor- le sonreí con caballerosidad y no mentía en verdad está chica era de las pocas mujeres que como se despertaba se veía preciosa sin una gota de maquillaje y cuando se arreglaba se veía tambien en extremo bien y es por eso que me gustaba comprarle cosas para que se viera preciosa – El evento es la próxima semana, tampoco estaremos tanto tiempo solo quiero hacer acto de presencia y no encuentro a nadie mejor que no seas tú para ir a este evento creeme que cuando mis colegas te vean serás la estrella de la noche – sonreí de nuevo y empuje un poco mi plato para que ella lo tomara – Pero te lo vas a acabar? Aún hay más platos y sé que te va a gustar o eso espero que si por ti fuera acabaríamos comiendo alguna chatarra- me reí ya notoriamente más relajado en verdad no sé por qué me había molestado tanto pero parecía que ella tambien quería dejar de pelear por que su tono de voz había cambiado y eso me relajaba mucho, disfrutaba pasar tiempo con ella eso nunca lo pongo en duda , pero de repente era muy difícil llevarnos por el carácter fuerte de los dos – Debo sacarte a comer más seguido mi niña- dije tomando el plato que era de ella y comencé a comer – No pica y lo pedí sin pimienta como me dijiste, debe estar bueno pues el precio que se paga por estos platos no es cualquier cosa asi que disfruta- levante una ceja y me le quede viendo –Eso es salsa de dátil, el dátil es una pequeña fruta dulce y con el puré queda muy bien, me gusta el sabor que le da- tome un poco de ese puré y lo metí a mi boca dejando que inundara aquel sabor tan rico – Oh venga no puede estar tan mal – le dije dejando el tenedor – mira- tome su tenedor y tome un poco de puré con aquella salsa y se la di como si fuera un bebe- rico ves?- me reí un poco y tome la servilleta para limpiar mis labios- Tenía pensado llevarme el traje que acabo de ver y quería comprar, pero si tu dices que ese traje me va mejor confió en ti – asentí aun mirándola y recargue mi mano en la esa- podría usar la corbata nueva aunque es gris- me quede pensando- una corbata negra?- levante los hombros y negué con la cabeza- Oye llevar un traje cansa , si vieras como peleo diario por soportar el traje me entenderías, es como los tacones pero a ti te encanta usarlos y si por mi fuera yo iría a trabajar con mezclilla y una playera de tirantes- reí y segui comiendo un poco – aunque la razón por la que lo use una hora hasta la fecha me sigue gustando – Levante una ceja y no la mire pues yo estaba haciendo alusión a uno de nuestros encuentros. Suspire y solté el tenedor – Lamento lo de hace un momento, no debí ponerme así contigo ni debí decir esas cosas- dije con sinceridad ahora que ya estaba más tranquilo pude notar que la pelea empezó gracias a mí y a mi tonta forma de querer alejarme de ella para no hacer un espectáculo de carácter sexual en esa tienda – Sabes que soy muy estúpido cuando me enojo y digo cosas que no van al caso – ladee los labios y tome de nuevo el tenedor y el cuchillo para cortar un poco de la carne – No quería tocar el tema de tu pasado, no soy nadie para hacerlo y si te saque de ahí es porque tu mereces esto y más cosas- lo decía ahora si con toda sinceridad y esperaba que no le molestara que estuviera diciendo eso – Pero olvidemos el tema y comamos que debes tener fuerza pues las compras aun no acaban, necesitas sabanas nuevas y creo que la despensa de tu apartamento se está acabando así que debemos llenarla, no te gustaría una pantalla en tu habitación?, tu laptop sigue funcionando bien? Aun tienes material para la escuela?- sé que eran muchas preguntas pero ella sabía perfectamente que no le compraba todo eso porque en un principio ella me amenazara, ahora ya lo hacía porque necesitaba las cosas, no diario íbamos a comer juntos, la escuela pedía computadoras pues muchos trabajos ya se mandaban por correo y se entregaban en presentaciones, ya era más que un lujo una necesidad . Ella era una buena niña, una mujer madura y agradecida pues si estaba en la escuela no significaba que yo le cubría todos sus fallos, eso jamás ella sola se hacía de su fama y la verdad es que era de las mejores bailarinas que había en la escuela – Parezco tu papá- gire los ojos y metí ese pedazo de cordero a mi boca y mastique la suavidad de este de forma lenta , una vez que lo trague tome la servilleta y me limpie de nuevo los labios – Dime cariño- deje la servilleta de nuevo sobre mis piernas –Que harás despeus de la escuela, a que te dedicaras?- era mero tema de conversación no tenía ningún rumbo la verdad y esperaba que no se lo tomara a mal, si no quería ser bailarina bien podría trabajar conmigo en la empresa de vinos, como secretaria o como algo más seria cosa de enseñarle, hasta como catadora sería buena pues había notado como copiaba los movimientos que yo había echo antes – Sabes hacer cata de vinos?- pregunte tomando una cucharada de la crema de 3 quesos.
V. Aleksei Karkarov- Fecha de inscripción : 17/05/2012
Temas similares
» ¿Por qué te me acercas? Ajj... {Ariadna}
» Ariadna Hinateë O'Vullöus [ID]
» A drink over here for the Lady (Ariadna)
» Troublemaker girl {Matt & Ariadna}
» raise your glass if you're wrong | Ariadna
» Ariadna Hinateë O'Vullöus [ID]
» A drink over here for the Lady (Ariadna)
» Troublemaker girl {Matt & Ariadna}
» raise your glass if you're wrong | Ariadna
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.