Ariadna Hinateë O'Vullöus [ID]

Ariadna Hinateë O'Vullöus
20 años
Universitaria
Arte.
Heterosexual
Alemana
3 de Septiembre de 1992

GUSTOS
Ariadna es una mujer con gustos claros pero lo que más le gusta sobre todo es el sexo sin compromiso, se podría decir que es una ninfómana aunque éste término no le agrade. Le encanta jugar con las personas haciéndoles creer importantes en su vida, aunque en ésta a lo mejor no es ni un simple moco. Como preferencia en olores, el café molido y el olor a gasolina son sus gustos más exquisitos. Adora a los hombres fornidos de espaldas anchas que caen en forma de 'v' y acompañan con una pelvis bien marcada y unos brazos que dan juego a las situaciones. Como animal las lagartijas son su animal de la suerte y los osos uno de sus 'items'. La ropa le gusta que sea suave al igual que las caricias de cualquier hombre, les vuelve loca. También le gusta vestir con cosas que muestren lo justo para llamar la atención y que el interlocutor tenga ganas de descubrir que hay detrás. Y como último dato le gusta bailar a escondidas mientras escucha obras de Bach. [Etc.]

DISGUSTOS
Odia los caramelos, la suciedad, cualquier bálsamo labial, cualquier insecto volador (fobia) y las cucarachas, los colores oscuros, la naturaleza, que se le rompa alguna uña, los sonidos del crugir de huesos...

MANÍAS

->Apretarse los labios, uno contra otro cuando se pone nerviosa.
->Seducir.


ENFERMEDADES
-
DATOS CURIOSOS

-> Toca el piano con endiablada perfección.
-> Tiene un cofre enterrado bajo una pila de ropa al fondo de su armario en el que esconde todas aquellas cosas que no quiere perder: La sábana con la que su madre (su abuela) le arropaba, el primer diente de leche que se le cayó, una caja hecha de caracolas pequeñas que hizo con su madre (abuela) y un CD con vídeos de cuando bailaba de pequeña.
-> Es totalmente feminista.
-> Posee una extraordinaria capacidad de observación y de adaptación.
-> Si se enfada, su genio es muy vivo y no dudará en dejarse llevar por sus instintos.
-> Tiene una cicatriz en el abdomen debido a una cesárea.
->

"-Hey...¿Si te digo que tienes un cuerpazo impresionante te quitarias las bragas y me las regalarias?
-Tal vez...ven y compruébalo."

Sí, Ariadna es una chica que a primera instancia evoca fragilidad e inocencia pero se caracteriza por ser una chica sensual, siempre provoca al máximo en cualquier situación, no puede remediarlo, ella es así y siempre habla con ese tono provocativo y se mueve con esos movimientos de caderas algo exagerados. Le encanta jugar con los hombres y contrastar cada situación de manera distinta a la anterior, pues siempre que se le presenta la situación -no son pocas- les sigue el juego ya que para ella, los sentimientos de amor -ahora- no existen y si existen, recuerda siempre las experiencias que ha tenido con ellos y le hace recapacitar. Además, tiene esa tendencia a ser un completo misterio para el interlocuror, es como si nunca terminaras de conocerla, pues, guarda sus sentimientos muy en su interior, por lo cual, a más de uno se le hizo bastante complicado entenderla.



"-Dame el bolígrafo...
-¿Por qué?
-Porque lo necesito.
-Cómprate uno, este es mío.
-¿Desde cuando?
-Desde ahora."

Sabe perfectamente como sacar a alguien de sus casillas hasta el máximo de crear un gran conflicto, aunque luego termina ella la jugada. Es muy impulsiva, lo primero que se le pasa por la cabeza lo hace sin pensar y tiene una fuerza increíble para afrontar situaciones, no se deja influenciar por nadie y tiene fama de ser muy cabrona. Por otra parte, es muy lista y astuta sabe calcular todo lo que va a hacer y siempre encuentra una escusa creíble ante cualquier circunstancia. También es muy cabezona si dice que no es que no.
No tiene miramientos por nada ni por nadie, es directa, le importa tres pitos si sus palabras malsonantes hieren a una persona, ella habla como habla y punto. Su gran feminidad física es un duro contraste con su forma de hablar, pero los que la conocen ya no se sorprenden. Sin embargo, todo eso que tiene de bruta al hablar, lo tiene de sincera. Si algo le disgusta te lo va a decir y si le gusta, también.
En cuanto a los modales, tampoco es uno de sus fuertes. Directamente le da absolutamente igual todo, si tiene que tirar tu chaqueta al suelo para poner la suya lo hará. También le divierte ver la expresión de la gente cuando eso ocurre, al igual que hacerle gestos obscenos al del coche de al lado mientras se para en el semáforo.


"-No me grites.
-¡Te grito si me da la gana, payaso!
-Au...pero, ¿por qué me pegas?
-Que no me hables."

Tiene mucha manía de gritar y pegar cuando se enfada, suele salirse de sus casillas y grita sin darse cuenta, dejando ir toda su rabia. Pero por si fuera poco, también tiene tendencia a la violencia física. Es fácil que suelte hostias si has tocado a alguien de su círculo social o a ella misma, sin avisar grita y pega, pues tiene un instinto de protección muy alto.
Su carácter cuando se enfada es totalmente insoportable, parece una niña de párbulos con una rabieta, le saca los cinco pies al gato a cualquier comentario, gesto o cosa que hagas o digas. Sin embargo, cuando pilla un enfado de los 'gordos' puede tirarse días, semanas y meses sin hablar con esa persona, pues su orgullo va siempre por delante de ella y antes de rebajarse ante una persona a pedir perdón prefiere no hablar con esa persona. Aunque si a esa persona le tiene mucho mucho aprecio y piensa que va a perderla, se rebaja al máximo.


"-Fíjate si estoy buena que con guiñarle el ojo a mi comida se calienta sóla.
-Porfavor...
-¿Qué?
-Nada nada.
-Si tienes envidia te inflas a comer lechuga y a ir al gimnasio, que ni en sueños conseguirás este cuerpo."

Totalmente narcista y engreída piensa que no hay nadie por encima de ella, y si intentas hacerle pensar que eres mejor que ella, probaras un poco de su mal humor. Sarcástica, egocéntrica, egoísta y cruel, son otros términos de tu psicología.


"-Corre, corre... ¡Nos van a pillar!
-Voy, voy...
-¡Más rápido! Pásame las botellas, ¡venga!. Esto no va a echarlo de menos nadie, es un puto bar. Tienen de sobras y nosotras lo necesitamos."

Será como será, pero como toda persona tiene su parte buena, pues la diversión no le falta. Tiene ideas descabelladas, dignas de una adolescente o de una niña que no se molesta en evitar llevarlas a cabo. Le gustan las fiestas y pasarlo bien con los suyos, sin importarle los demás en absoluto. Una risa de Ariadna puede ser un milagro, pues solo se ríe cuando algo de verdad le hace gracia. Sus ideas y locuras las suele llevar a cabo sí o sí. Da igual que tenga que hacerlo sola, pero no piensa malgastar esa brillante idea. Tiene un sentido del humor exquisito, aunque a veces le falta aplicárselo en ámbitos de su vida en los que le harían falta.
Es muy comprensiva y adicta a su trabajo: si quiere algo hasta que no lo consigue no para. También es bastante servicial, no tiene problemas en ayudar a quien se lo pida, mas sin embargo, no va por la vida haciendo buenas obras con cada desamparado que se encuentra, sino más bien, con gente confiable de su cículo social.


En conclusión...
Se puede afirmar con seguridad que Ariadna por más mal educada que parezca es una chica que conociéndola es educada y simpática. Tiene un complejo en donde todo tiene que salir como ella quiere y el hecho de que salga mal, la enfada bastante, pues es perfeccionista a más no poder.
Le molesta el silencio y la soledad ya que nunca aprendió a sobrellevarla, pues siempre ha estado rodeada de gente atenta a cada uno de sus movimientos y siguiéndola.
Por lo cual hay que Ariadna es humana, tiene sentimientos aunque no los muestre a primera instancia, así: buenísima amiga de sus amig@s pero como enemiga, la peor. Si no le entras por la vista, date por muerto, sufrirás el típico bulling de la universidad en silencio y sin enterarte de que es ella.

19 de Octubre de 2009

“¿Cómo empezar? Mi vida no ha sido un camino de rosas, pero tampoco lo ha sido de espinas. He tenido suerte en ésta aunque no de la manera que a mí me hubiera gustado…

Supuestamente nací en el seno de una familia acogedora, un 3 de Septiembre de 1992, o eso me quería hacer que pensara mi abuela. Mis padres le cedieron la custodia a mi abuela ya que cuando mi madre se quedó embarazada tan sólo era una cría, tenía 17 años y mi madre no quería saber nada de mí. Sabía que tener un hijo le desquitaría de todas las cosas que hacía, como el instituto, clase de baile, fiestas…pero aún así me hizo nacer. Mi padre tan sólo era un chico sin estudios ni recursos que trabajaba en la leña, cortando árboles y no de los pequeños. Cuando yo nací, él tenía unos 23 años y no le era demasiado fiel a mi madre, por lo que tal vez por ahí tenga alguna hermana o hermano, ¿quién sabe? Así que, podéis deducir que mi abuela me mentía diciendo que ‘nací en el seno de una familia acogedora’ ya que ni siquiera éramos una familia.

Toda la educación que tengo se la debo a mi abuela o en parte, ya que ahora esa palabra para mí no significa demasiado. Ella me daba siempre todo lo que quería y yo cada vez que veía a mis padres mi abuela los señalaba y decía: ‘Ariadna, mira hacia allí’ y yo podía observar como caminaban, como se rejuntaban… pero jamás obtuve una caricia de ninguno de ellos, sólo de mi abuela y eso era realmente lo que quería...una caricia por parte de ellos, pero era normal, había sido su accidente y no querían responsabilizarse de ello y a decir verdad, cuando eres adolescente lo que menos quieres es un hijo y compromiso.

Cuando tuve los tres años comencé a hablar, más de lo que un niño a esas edades puede, hablaba mucho y casi a la perfección por lo que mi abuela se pasaba la mayoría del tiempo llevándome de casa en casa para enseñarles a sus amigas las nuevas palabras tan bien pronunciadas que había dicho ese día su nieta. (Yo de esa etapa no me acuerdo todo lo que sé me lo contó mi madre.)

También comencé a ir al colegio infantil donde comencé a enseñarme los números, letras y cosas básicas. Según me contaba ella, era una niña delicada, era la que recibía siempre todos los palos de los niños traviesos, y aterrorizada por el hecho de que un niño me pegara, lloraba como una descosida. Decía que me encantaba salir del colegio y parlotearle cosas sin sentido, pero que dentro de esas cosas resumía lo que había echo allí.

En esa edad comencé a ir a clases de ballet, un intento por parte de mi abuela de que tuviera algo con lo que poder encariñarme y poder acceder a más cosas, como si fuese otra alternativa por si los estudios no eran lo mío.

En el antepenúltimo curso del colegio comencé a perder la vergüenza, empecé a defenderme y a tomar todo el carácter que en parte tengo, que en parte, mi creatividad bailando me sacaba. Pues hasta la fecha siempre había sido la paleta, tonta que se dejaba pegar y que al salir de las clases lloraba. Tuve un trauma en verdad, pero era una niña y al igual que todo viene se va, así que mi carácter cambió. También pudo ser porque comencé a cambiar también la relación con mi abuela y tal vez me dejé de sentir tan sobreprotegida, porque ella cayó enferma y tuve que empezar a dar la cara por mi misma.

Así poco a poco mi abuela iba desvaneciéndose hasta que después de tres años de su caída en la enfermedad no logró recuperarse y murió. Yo era menor de edad y no tenía más parientes que mis verdaderos padres y por más que a ellos les disgustara tenía que estar con ellos y así mi custodia pasó a mi madre que parecía que había entrado en conocimiento y sabía como tratarme, pero en realidad no sabía. Perdí toda la educación que recibí por parte de mi abuela debido a los pocos cuidados y atenciones que recibía, además de las peleas violentas y demás cosas. Por lo que mi método de defensa pasó a la pelea, al pegar si decían algo de mí por lo que me gané mi lugar entre las malotas del instituto y me hice respetar aunque tuve fama de ‘Guarrilla’ ya que pagaba mi odio con los hombres, jugaba con ellos y terminaba poniéndoles los cuernos o algo por el estilo pero así es como aprendí lo que sé hasta ahora, a ser sensual pero con algo de fragilidad. Al igual que con las chicas, sólo entraban en mi grupo aquellas que tenían algo de maldad y pasaban por un ‘ritual’. Pero todo cambió de repente en el último curso del instituto, cuando menos me lo esperaba apareció él. Mi profesor de Latín. Todavía no sé cómo pasó, sé que pasó y que jamás me lo habría esperado. Fue una verdadera y trágica historia que ha marcado toda mi vida hasta el momento. Me encapriché tontamente de él, fue solo un capricho ni siquiera me enamoré pero el me daba toda la atención que en casa no recibía y un día sin ton ni son me avisó al terminar la clase que fuera a verlo a un lugar muy extraño, y así empezó todo. Con una salida a escondidas con mi profesor que me doblaba en edad. Día a día las salidas fueron incrementándose, nos veíamos más, obtenía notas increíbles pero estaba el típico problema, estaba con un chico para guardar las apariencias y él se ponía celoso y yo lo entendía pero jamás pensé que este chico se diera cuenta por sí mismo de que tenía algo con el profesor y menos que se lo contaría a mis padres para que estuvieran atentos.

Recuerdo esa tarde como si fuera ayer, llegué del instituto y tenía que comer rápido para irme con el profesor y mi padre me soltó tal guantazo de repente que me quedé petrificada, me agarró como si fuera una muñeca y me zarandeó mientras me chillaba y en arrebatos descosidos me pegaba. Terminé dolorida y amoratada y decidí que jamás volvería a esa casa, las hostias de mi padre no eran comparables con las débiles de mi madre. Me fui de allí y entonces me enteré de que estaba embarazada, 16 años y embarazada. Llevaba unos tres meses con retraso pero no lo tomé en cuenta porque todavía no la tenía la regla regulada pero el que me veía siempre era él profesor con angustia antojos tontos y un poco más rellena. En ese momento si que dije que no volvería y él me tomó como una fulana, tenía fama de eso, sí, pero no lo había echo con otro chico nada más que él, pero él no me creía y el chico con el que estaba sabía perfectamente de quién era el bebé y asumió riesgos por tanto que me quería, dijo que el crío era suyo y que se había inventado lo del profesor pero ya demasiada gente sospechaba acerca de esto y no pudimos enmascararlo demasiado, yo me largué y tuve al bebé dejándolo todo de lado por ese crío, porque el profesor volvió con su mujer y por lo visto sólo fui los polvos que no le daba ella, no quería hacerse cargo de nada y huir parecía lo mejor. Dejé mi carrera como bailarina, sólo me quedaban dos años para poder ser profesora y me dediqué a cuidarme agotando los ahorros que tenía para que el bebé viniera en perfecto estado. Y más de una vez se me pasó por la cabeza el aborto pero ya estaba demasiado avanzada y no podía. Terminé teniendo el bebé, sóla, nadie me encontró y no pude mantenerle, le tuve que dar en adopción, era una chica y era clavada a mí sólo recuerdo eso.

Estube por Inglaterra, Rusia, Marruecos, muchísimos sitios hasta que pensé en ganarme la vida con aquello que me apasionaba: la danza, cayendo en New York."


Ariadna seguía su propio estilo, así que movida por ese sentimiento tan fuerte a la danza, con la herencia inesperada de su abuela, se mudó a Nueva York con dieciocho años para dejar atrás toda la mierda de su pasado.

Allí, encontró un trabajo de camarera en locales nocturnos y poco decentes y se afincó en la capital en un modesto apartamento. Conforme los días pasaban, se dio cuenta de que la pequeña herencia de su abuela no daba para mucho, así que además de trabajar en aquel antro, también actuaba en pequeños bares como hot-dancer . En medio de todo eso, tuvo un montón de romances pasajeros que no llevaron a nada, buscando el amor que nadie le había dado en brazos de otros hombres, recordando siempre al maldito profesor. Se hizo una verdadera 'provadora de nectars', iba de hombre en hombre pagando todo su odio con lo que le había pasado en el pasado, tantos hombres han pasado en su corta vida que ahora es una experta en ellos, pues sabe como manejarlos a su antojo.

Todo cambió de repente cuando una noche escucho entre sus compañeras de trabajo que el director de una universidad, Brown, venía allí con unos compañeros. Era su oportunidad. Descabelladamente se las arregló para acabar en su cama, seducir a otros y engañar a otros tantos para conseguir ser becada cuando no lo merecia. De esta manera dejó de trabajar en bares de mala muerte como hot-dancer y bailarina para poder estudiar con gastos pagados y sin tener que preocuparse por los gastos de su apartamento.

Así, actualmente para Ariadna la historia que marcó su adolescencia la tiene algo olvidada aunque siempre tiene ahí ese sentimiento de culpabilidad por haberse dejado llevar por un hombre, por lo que ahora no se fía de ninguno. No le gusta hablar de su pasado y tiene totalmente claro que no se va a desnudar delante de cualquier hombre como lo hacía años atrás para ganar dinero, sólo por el echo de que pasa de ser maltratada en la cama. Ha tenido muchas relaciones pero sólo tres que le han marcado un poco: la del profesor, una con un bailarín del pub en el que trabajaba y otra con el sucursal de un banco. Con el profesor fue el embarazo prematuro, con el bailarín sólo fue por conveniencia por parte de él y con el sucursal fueron malos tratos. No desea encontrar ahora nada, sólo disfrutar de la vida a su estilo, estudiando y haciendo lo primero que se le pasa por la cabeza.

“Así que, hazlo rápido que no duela.”