{Alex Bleu} Do not speak if what you say is more beautiful than silence

Lo más detestable de este sitio era la larga espera que la enfermera te hacia sufrir para ser atendido. Por suerte, Peter había fingido un esguince de tobillo así que no tuvo que suplir con los dolores que esto acarreaba. La razón principal por la que prefirió este lugar a su cotidiana clase simplemente había sido la de saltarse un examen parcial y tener la oportunidad de volver a repetirlo, pues "en su estado" le era imposible realizarlo. Su forma de fingir siempre había sido excelente e incluso sus propios compañeros, los cuales deberías de estar ya acostumbrados, lo creyeron. -Ya puedes volver al examen, gracias. -agradeció Peter a aquel muchacho que lo acompañó hasta a los asientos de la pequeña enfermería. Al no ver a nadie por allí sacó un cigarro y comenzó a fumar tan tranquilo, pero que a los pocos minutos se vio en una situación complicada cuando tuvo que arrojarlo bajo la silla mientras lo pisaba con su zapato impidiendo de ese modo que saliese más humo. -¿Necesitas ayuda para entrar muchacho? -preguntó la dulce voz de la enfermera, la cual pareció oler algo extraño en el ambiente pero que prefirió por ignorarlo. Peter de forma inocente asintió y rodeando la cintura de a mujer mientras cojeaba pasó a la zona de las camillas.

El análisis del supuesto tobillo malherido fue rápido. Unos cuántos quejidos y súplicas para que parase en presionar fueron más que suficientes para que ella cayese también en el anzuelo de su mentira. Le vendó el tobillo y cuando la enfermera iba a realizar un parte de faltas la llamaron por el móvil. -Ahora vuelvo cariño. -sonrió y se marchó. Entonces quedó allí sólo Peter.

Peter se apoyo cómodamente sobre la mesa a sabiendas de que la enfermera se tardaría lo suyo en regresar. Total, siempre lo hacía, era como una costumbre, y en ese momento no le importaba porque si podía cogerse otra hora más sin clases mucho mejor. Así que durante este tiempo volvió a coger un cigarrillo con la certeza de que se lo podría acabar entero a su plena libertad sin verse interrumpido, pues para entrar a este sitió debían de hacerlo con una enfermera que se marchó. Mientras observaba su vendaje, el cual le apretaba pero que en sí no hacía ninguna misión, entró un chico que conocía. Alex, con el cual había tenido algún que otro tonteo, parecía tener tantas prisas por encontrar aquello que quisiese estar buscando que ni saludó ni aún pasando a su lado.

Peter quedó callado, acabando su cigarro, y expectante a lo que su amigo buscaba. Cuando vió las pastillas sonrió. -Oye, ¿eso no esta prohibido? -pregunta tonta porque era obvio que si. Como era normal esas cosas le gustaban así que fue con él cogiendo varios medicamentos y echándoselos en los bolsillos. Ya buscaría la manera para sacar beneficio económico por ello. -Por cierto, ¿que te ocurre?

Cerró el armario de las medicinas mientras pensaba si la enfermera del lugar sospecharía luego de él cuando las echase en falta, pues cogió varios frascos de medicina. -No me llames marujona. Sólo pregunté por cortesía. Sabes que en realidad me importa una mierda. -comentó con el mismo tono desagradable que le pareció la respuesta de Alex. Él era así. Donde las dan las toman. Quizás en otros momentos se había debilitado con este chico pero ahora no sería el caso. Siempre había deseado ser el líder de los Gamma, la fraternidad a la que pertenecía, y andar de buenas con un Omega, más si este le faltaba al respeto, podía hacer que los demás no lo mirasen con buenos ojos.

-No es una excusa, me hice un esguince. -y con eso le mostró el vendaje que cubría su tobillo. Cojeó para irse de nuevo a la mesa y apoyarse de espaldas para quedar de frente a Alex. -¿Vas a quedarte mucho aquí? La enfermera se fue y no creo que regrese hasta dentro de media hora. Al parecer él si estaba de verdad enfermo.

Miró al chico dar su largo discurso que tanto le costó entender y sin comprender ahora su postura de ofendido y de víctima si había sido él quien comenzó a tratarlo de forma desagradable. Cómo siempre conseguía hizo que Peter se sintiese un poco mal, suspirase y a paso normal se acercarse a él para sentarse en la camilla de al lado. -Oh venga, deja ya de intentar darme pena. -se ríe divertido dándole un pequeño puñetazo en el hombro. Le resultaba gracioso verlo sacar de él un poco de compasión si sabía que Peter era un poco concienzudo y mal criado desde varias partes. -Creo que ya sabes lo que te conviene.- le mira con una sonrisa irónica. Obviamente ni la una ni la otra cosa. No era de esos que se encontraba con una persona, hubiesen tenido o no roce, y se dejaba llevar por la pasión.

-Ahora mismo no sé que hacer, si preguntarte que tal tu vida o invitarte a mi cuarto esta noche. -

Ante el largo discurso, de los que se acostumbro ya, de Alex se encogió de hombros bajándose de la camilla. -Cómo quieras. -se bajó de la camilla llevándose las manos en los bolsillos y paseando por la sala abriendo algún que otro armario para ver que había en ellos. -Pero era para cenar o algo, no para que te quedases a dormir. No me gusta llevar a nadie a mi cama para eso. -sonrió acabando en la mesa a la espera de la enfermera, a la cual ahora si que llegaba a echar de menos. Miró la hora un par de veces. -Supongo que aquí se acaba todo por tu estúpida actitud. Entonces un portazo le hizo girar y ver a la mujer con una sonrisa y, como no, un café en la mano. Quizás eso fue lo que le hizo perder tanto tiempo. -Oye, ese vocabulario jovencito. Rodó los ojos y suspiró consiguiendo tener ese papel que lo justificaba de su falta en la clase. -Gracias. -fue a la salida y antes de marcharse se giro y le hizo un corte de manas acompañado de un guiño a Alex.