No sabía que tenía novia...[Emily]

Aquel día Valerie decidió pasar un buen rato en la biblioteca. No había sido su primera opción, pues siempre estaba ahí y había querido variar, pero no había encontrado otro lugar lo suficientemente interesante como para ir. Además, la biblioteca no era un lugar tan malo, de hecho, ella doraba estar ahí. Lo único que le disgustaba un poco del lugar era el hecho de que casi todos los libros eran sobre las distintas carreras que se impartían en la universidad; le gustaría un poco más de literatura moderna o clásica, pero bueno, siempre podía leer un buen libro sobre arquitectura ¿verdad?

Se acerco a uno de los estantes que estaban en el fondo del lugar. Lo conocía de memoria, pues no es la primera vez que estaba ahí, así que solo miro un poco y cuando se encontró con un titulo que llamó su atención no dudo en tomar aquel libro. "Arquitectura a través de los tiempos, por Miriam Cronwell", tenía escrito en la portada. Debió ser colocado ahí hace poco, porque no recordaba haberlo visto antes.

Se sentó en una mesa que estaba sola, pues para leer o estudiar algo prefería hacerlo sin ninguna compañía. Dejo su bolsa en la mesa y abrió el libro, decidida a leerlo y aprender aunque fuera algo que le sirviera cuando estuviera en clases. Estuvo ahí un buen rato, pasando de página en página, no podía negar que la autora tenía una forma increíble de describir todas aquellas magnificas obras arquitectónicas, de tal manera que la enganchaba en la lectura. Suspiro, esperaba tener una casa así, qué decía, una mansión mejor. Una mansión con un bonito jardín y muchas estatuas decorando el lugar. Si, pedía mucho, pero no podía evitarlo, Valerie siempre quería lo mejor, así que se esforzaría en ser la mejor estudiante de su carrera para conseguir un buen puesto de trabajo y conseguir todo lo que tenía en mente

Durante ese buen rato, hubo paz y tranquilidad. Cada quién se encontraba leyendo en su mesa, en silencio sin molestar a nadie, pero lamentablemente tuvo que acabar. Valerie noto como un hombre entró por la puerta de la biblioteca, le había dado una mala impresión así que decidió volver a enfocar su atención en la lectura, pero no pudo porque una sombra se sitúo en frente de ella y le tapo toda la luz. Levantó la mirada y se encontró con él: cabello castaño, ojos azules, alto y delgado, pero tenía una mirada que hizo que la morena se sintiera incómoda.

—Disculpa, pero me tapas la luz, ¿podrías moverte? —preguntó Valerie, educadamente. El tipo en cuestión pareció ignorarla.

—Nena, eres ardiente, ¿no te gustaría ir a dar un paseo? —le guiño el ojo y la chica frunció el ceño asqueada.

—¿A caso parezco una cualquiera? ¡ve y busca a una prostituta en algún bar! —dijo Valerie, y volvió la atención a su libro, esperando que se fuera.

—Linda y con mal carácter...me encanta.

Como era obvio que él no se iría, entonces Valerie lo haría. No iba a soportar comentarios estúpidos de una persona cuyo cerebro tenía el tamaño de una rata. Tomó sus cosas y se levantó, pero el sujeto la siguió. Bien, ahora si se estaba asustando de verdad. Tenía que hacer que dejara se seguirla de alguna forma, e hizo lo único que se le ocurrió.

—Mi amor, te estaba esperando —se acercó a la primera chica que vio y le dio un beso en la mejilla, como si se conocieran de hace mucho, aunque no era cierto, pues la chica la miro completamente extrañada. Valerie rogó que ella le siguiera el juego —¿dónde estuviste?, te extrañe mucho —paso un brazo alrededor de su cintura y dirigió una mirada al chico. Esperaba que con esto la dejara en paz.