Are you kidding me? [Kimberly]

Tenía menos de un mes que me había cambiado de la fraternidad a mi nuevo apartamento, y me encontraba de nuevo en las instalaciones de la fraternidad a al que pertenecía recogiendo lo que quedaba de mis cosas. Estaba en mi antigua habitación, me senté en la cama y recordé lo que había pasado aquí. Las fiestas, los líos, Gregory. Me reí por eso último. Acaricié la cama donde tantas veces dormí y le di el último vistazo a aquella habitación decorada de banderines y trofeos de mi ex compañera de habitación. Salí de ahí con una caja en mis manos, llena de trofeos y unos libros. Llevé la caja hasta el coche me subí y recordé que las llaves las había dejado adentro. Entre de nuevo buscando las llaves, me entretuve hablando con uno de mis compañeros y el tiempo voló entre risas y recuerdos. Vi el reloj y era tarde, necesitaba ir a mi apartamento y terminar de desempacar. Me despedí y salí del edificio.

Caminé escaleras abajo y en la entrada vi que tenía las cintas desabrochadas me agache y comencé a amarrarlas . Vi unos pequeños pies acercándose y cuando me levanté tenía enfrente. Kimberly Miller. Sí la ex de Velkan. Era bajita pero tenía cara de ser dinamita pura, además estaba enojada, y como no si por todo Brown se corría el chisme de que yo le había robado a Velkan y quería sustituir el lugar de Kimberly como madre de Kristen. Cuando en realidad ninguna cosa era cierta. Kimberly había desaparecido. Razones: nadie las sabia. Solo sabia que ahora había llegado y su intento de mirada ponzoñosa me daba risa. Se comportaba como una niña, era infantil y de verdad no me sorprendía que quisiera decirme hasta de lo que me iba a morir.  — Kimberly — le sonreí por amabilidad — creí que habías muerto — le dije sin demostrar ninguna emoción y que le podía hacer a los niños había que tratarlos como niños. Su actitud era hilarante y si me ponía a discutir con ella sería como discutir con un niño.
Intente pasar pero no pude el pasillo era muy pequeño y lo estaba ocupando todo con su diminuto cuerpo, me sentía un monstruo al lado de ella — ¿Me vas a dejar pasar?

-Si, adiós papi, luego nos vemos- seguidamente besé la mejilla de mi padre y salí de la rectoria. Al cerrar la puerta suspiré y miré hacía el lado derecho. Comencé a caminar lentamente por los pasillos de Brown. Era algo agobiante ya que podía notar como todas las miradas estaban posadas en mi, y no por que llevara un vestido nuevo o por que hoy me hubiera quedado el pelo espectacularmente bien. La razón era por mi 'desaparición'. No me arrepentía de haber tenido a Kristen, pero no podía llegar a imaginar que fuera tan difícil tener un hijo. Tras tenerla tuve una especie de depresión severa por el parto, por los llantos de la niña, por el gran esfuerzo que tenía que hacer para mantener a Kristen contenta sin dejar de lado a los estudios. No era feliz, necesitaba escapar y eso fue exactamente lo que hice. Un día hice las maletas y me encaminé a un spa junto con Rebecca, la novia de mi padre. Al volver estaba muchísimo mejor, pero si podía llegar a imaginar lo que se me avecinaba en Brown no hubiera vuelto. Aún recuerdo el día en que fui a saludar a Velkan y vi como este estaba con otra que no era yo, como besaba a otra que no era yo, como abrazaba a otra que... No era yo. Des de ese día he mantenido las distancias tanto con el como con ella. Por unos momentos pensé en escapar de nuevo, pero supongo que mi hija, mi familia y los que podía considerar mis amigos eran la razón por la cual seguía aquí, en Brown.

Gamma Phi no estaba muy lejos de la universidad lo cual en cinco minutos ya estaba frente la puerta. Me paré ante ella y tragué saliva. ¿Como estaría todo? ¿Mis cosas seguirían ahí? Supongo que si. Mi padre sabía la razón por la cual me había ido lo cual seguro que no habrá dejado que nadie tocara nada que fuera de mi propiedad. Abrí las puertas de par en par y miré en el interior, todo seguía exactamente igual des de mi ida. -Por fin en casa -susurre mientras sonreía levemente. La verdad es que había extrañado tanto la universidad como mi querida fraternidad, eran parte de mi vida. Volví a caminar y tras dar varios pasos me di cuenta que había una chica atándose los zapatos. Cuanto más la miraba más odio sentía y ni si quiera sabía el por que, y cuando esta se levantó entendí la razón. No era nada mas ni nada menos que Gabriella Chassier, la nueva novia de Velkan. Pronunció mi nombre y yo únicamente me la quedé mirando por varios segundos tratando de no echarme a llorar y aguantar las ganas de ponerme a gritar hasta soltar todo lo que quería decirle, pero al fin y al cabo fue Velkan el que me engañó, no ella- Gabriella- murmuré mirándola fríamente. "Eso hubieras querido tu, que me hubiera muerto" pensé. -Que me desaparezca un tiempo no significa que estuviera muerta- murmuré desviando la mirada. ¿Por que dijo eso? ¿Sería una broma más o tal vez Velkan le había dicho eso? Bueno, tampoco me importaba mucho lo que ese hubiera dicho de mi. Me hice un lado para que ella pasara y la miré- Claro, ¿a caso no debería hacerlo? -sonreí dulcemente, pero obviamente era una de las sonrisas más falsas que podría haber hecho jamas, ya que en esos momentos lo único que quería era explotar.

La miré, había algo diferente en ella, quizá había madurado. Fijé mi mirada en sus ojos y me di cuenta de que el brillo era por algo más, reflejaba odio y rencor, hacia mi claro. Le sonreí ante su respuesta — pues el tiempo que desapareciste pudo servir para darte por muerta — me encongí de hombros — fué muy maduro de tu parte dejar a tu familia sola — dije con irionia. Sabía que con esa respuesta me podía llevar una contraparte departe de ella pero no me importaba si me quería decir algo aquí me tenía, nunca más se le iba a presentar una oportunidad así.

Desde mi punto de vista fué egoísta irse así por así. Solo porque es una niña aún y no tiene la suficiente madurez para tener un bebé, precauciones hubiera tomado. Vi mucho de mi madre en ella. Anabelle Chassier también nos había abandonado a Rémy y a mi cuando éramos pequeños, no sé sentía con la suficiente madurez para criar a dos pequeños, y el vacío y la falta que nos había hecho no se tapaba con nada. Lo veía en Kimmy había dejado a la pequeña Kristen y a Velkan solos. Sus “vacaciones” no habían servido nada más para que su “novio” o lo que sea que fueran en aquello momento hubiera buscado refugio en otros brazos osea los mios. Porque así fué Velkan busco un consuelo en mi y lo encontró. Yo también había sufrido mucho, y no le vi nada de malo, igual Kimberly con su acciones hacía de cuenta que no le importaba ni él ni su hija. La miré su sonrisa hipócrita no era difícil de reconocer, su mirada lo decía todo aquella niña dulce que era Kimberly en este momento estaba siendo sustituido por algo que en lugar de dar miedo daba ternura — te vez linda enojada ¿te lo habían dicho? — me reí y me hice a un lado intentando caminar y digo intentando por lo que pasaría a continuación.