¿Qué hice? [Jayden]

Hacía más de dos semanas que Rémy había llegado a NY mi abuela estaba mejorando, mi relación con mi hermano también pero no todo era miel sobre hojuelas. Estaba un tanto estresada, entre el trabajo y la escuela. Los profesores no era del todo tolerantes y eran del todo perfeccionistas. Cualquier cosas bien hecha la querían mejor, usaban la tipica frase "puedes mejorarlo". Acababa de empezar una relación, las cosas eran un poco raras, lo que había empezado como una relación casual de " folla y vete había terminado como algo más formal. Abrazos besos y arrumacos. La situacion era rara, el tenía una hija que hasta ahora poco me había ganado, una vida con un pasado obscuro y una ex novia que estaba segura que si no fuera tan menuda ya me hubiera asesinado. El trabajo cosa que odiaba un poco, era un tanto estresante las personas nunca eran amables y sumandolo que mi ahora novio no le gustaba que trabajaba pensasaba seriamente en dejarlo el trabajo claro. Me gustaba trabajar en Starbucks tenía café gratis todos los días y mi ropa siempre olía a panecillo con café. Era el trabajo de mis sueños.

Salí de la escuela y me subí a mi carro, iba directo a mi apartamento hasta que un Carl's Junior se atravezo en mi camino  —¿ Qué es un poco de comida chatarra? — me dije a mi misma. Pasé por el auto servicio y ordene algo que comer. Ahora si iba a casa. El trayecto fué corto, iba cantando y pensando lo que haría en mi casa. Quizá vería una pelicula super romantica acurrucada en una cobija en la comodidad de mi sillón y luego después de quedarme seca de tanto llorar me iría a la cama. Era el plan perfecto para un viernes en la tarde, pero lamentablmente el destino me tenía preparada otra cosa.

Estacione el carro, tome mi bolso mi porta planos y mi comida. Cuando entre al bloque de apartamentos lo vi. Estaba sentado junto a su puera esperando no sé que. ¿Error numero uno? preguntarle que le pasaba. Jayden Cross el hombre más cabellero de todo Nueva York. Aunque si lo llegabas a conocer bien era un cabrón en toda la extensión de la palabra. Era guapo, no lo iba a negar. Habiamos tenido uno que otro encuentro que llevaban la cama de por medio y es me lleva a mi  error numero dos: Invitarlo a mi apartamento. Habia puesto su cara de cachorro me habia dicho que se habia quedado sin llaves estaba esperando al cerrajero y tenía más de una hora sentado ahí. Como yo era tan buena persona le pregunte que si no quería pasar a esperar al cerrajero. Ahora que lo pienso mejor si hubiera podido. Pero ¿Quién se podría resisitir a esa carita?. Error número tres: preguntarle sobre su relaciones. Había dicho algo sobre eso y no sé como pero ahora estaba yo acorralada entre la barra de la cocina y su imponente cuerpo, su cara rozando la mía y nuestros alientos mezclandose. Su mano en mi cadera quemandome y su mirada pasaba de mis labios a mis ojos.  — Mierda ¿Qué hice? — dije bajito.