Siempre hay que mirar al frente (Till)

Antes de salir del departamento me fijé si llevaba la billetera, no quería llegar al supermercado solo para irme con las manos vacías así como así. Listo, allí estaba. Saqué mis anteojos de sol del bolso y me até el pelo sin darle mucha importancia a como había quedado y me salí por la puerta. Repasé mentalmente lo que debía comprar con más necesidad y aquello que podía esperar. Cuando estaba más o menos cerca del auto desactive las puertas, me subí y me puse en camino.

Tenía pensado ir directamente pero en un semáforo en rojo, miré a los costados y vi toda esa extensión de verde y no me pude resistir. Solía ir a correr, pero por mero placer al ocio debía tener su encanto también. Puse guiño y en cuanto el semáforo largo, giré y busqué un lugar para estacionar. Cuando lo hice me quedé unos segundos en el auto mientras buscaba en la cartera mi celular y auriculares. No me gustaba caminar en demasía sin música en mis oídos como acompañamiento. Y digamos que por ser un espacio verde, no dejaba de ser urbano y se escuchaba el murmullo de las personas.

Salí del auto y comencé a andar con paso lento, sin prisa solo caminar despacio con mis brazos cruzados debajo de mis pechos. Si no recordaba mal había un supermercado por las inmediaciones, asique luego de mi caminata podría cumplir con lo que iba hacer al salir de casa. La brisa era tranquila y se podían ver a varias familias en el césped. Entorné los ojos con ternura al ver a los chicos corretear y aparté la mirada dando pasos seguros hacia delante.

Pero de la nada, o eso creo yo, alguien aparece frente a mí y por reflejo di un traspié hacia atrás para no terminar chocando, había estado distraída y no me había percatado del individuo -Perdone- digo por si lo había asustado levantando la mano con gesto de disculpa y fijo la mirada mejor en la persona que estaba parado delante mío.

Vestimenta:

Spoiler:

-Tienes razón ambos lo estábamos- conteste volviendo a cruzar mis brazos luego de sacarme los auriculares y hablándole informalmente ya que al fijarme me percaté que era un chico joven. Lo miré desde atrás de mis gafas oscuras y observé su indumentaria entrecerrando los ojos. Era un tanto peculiar pero en estos tiempos muchos lo eran. Es una sociedad peculiar, pensé. Me fijé en la cámara que tenía colgando del cuello y volví a subir la mirada a su rostro.

-Perdona-le dije curvando ligeramente la comisura de mi labio ya que me había quedado callada perdida en mis divagaciones.- Me estaba fijando en tu cámara -con un gesto de barbilla señalando el objeto-, ¿sos estudiante de fotografía?-. Al terminar de preguntar un grupo de muchachitos de no más de 8 años cruzaron corriendo por nuestro lado, haciendo que dé un paso al costado para que no me llevaran por delante, todos gritando y riendo. Los seguí con la mirada cargada de ternura, pero esta velada por los anteojos, hasta que se alejaron lo suficiente. Volví a girar mi cabeza hacia el joven que tenía delante. Me percaté que me había puesto a preguntarle cosas que no venían al tema, él estaba ocupado por lo que se podía observar y no iba a ser el estorbo de nadie. -Disculpa la interrupción- dije a modo de despedida mientras daba un paso al costado de nuevo para apartarme de su camino y yo seguir con el mío.

Cuando le pregunté por su cámara me la tendió diciéndome que tuviera cuidado. Me sorprendió, ya que ¿Quien daba así como así una cámara como esa?. Las solía ver mucho de niña, algunos amigos de mi madre solían llegar con ella. Automáticamente cuando él me la tiende mis manos se estiran para aceptarla. Pero cuando la tuve en ellas tenía temor que se me caiga, sabía que era torpe pero no me gustaba que el resto se diera cuenta. Por eso solo la tuve unos segundos sin moverla demasiado y se la tendí de nuevo -Muy bonita- contesté escuetamente liberándome de la presión de la cámara de mis manos. Cuando estas estuvieron vacías las dejé caer al costado de mi cuerpo. Había hecho una pregunta estúpida sin percatarme. Por eso agradecí internamente cuando los niños aparecieron desviando la atención.

Al despedirme dando un paso al costado y avanzando al frente dejando al chico unos pasos por detrás escucho que dice que necesitaba hacer una prueba natural y me preguntaba si me gustaría ser su modelo... me giré lentamente para mirarlo de nuevo -...¿Cómo?...-contesté confusa sacudiendo mi cabeza, vamos... estaba segura que estaba despeinada y no ofrecía la mejor vista. -No creo que a tu cámara le guste demasiado tu oferta - enarcando una ceja que se vislumbraba por encima de las gafas. Aunque debo admitir que no es la primera vez que me hacían una propuesta así, y como siempre: las escuchaba un poco incomoda. Lo miré ladeando la cabeza para que no se notara -Además. No te presentaste, como fotógrafo debes hacerlo, sino podrías ser cualquier pervertido que saca fotos a las personas y luego las pega en una pared y ni quiero pensar que hacen con ellas. En otras palabras: Poco confiable- aclaré apoyando mi peso en mi pierna derecha mientras levantaba los brazos a mis costados para dejarlos caer de nuevo con peso muerto.

-Aileen- le respondo cuando me contesta su nombre -Un gusto- tendiéndole la mano con una sonrisa por lo siguiente que dice de los pervertidos y lo que haría con las fotos luego de tomarlas. -Pues mira...si lo fueras tampoco me lo dirías e inventarías alguna cosa. Y para que yo no sospeche me dirías exactamente eso -Ladeo la cabeza con una media sonrisa-. Pero te creo, no tenes cara de ser uno- Miré como tiraba el cigarrillo y fruncí la nariz. Odiaba los cigarrillos.

-Sabes que esos te matan lentamente ¿verdad?- le digo señalando con el dedo el cigarrillo en el suelo. Lo miro y me levanto los anteojos porque se había escondido el sol y no veía con claridad, dejándolos encima de mi cabeza. -Lo siento. El único modelaje mío que te serviría de mí y que con gusto lo haría sería el de pies y manos- no iba a posar para nadie y menos para alguien que recién conozco por más simpático que fuera, me moriría de la vergüenza.

Miré para los alrededores -Pero hay muchas chicas que estarían encantadas, eso te lo aseguro- sonreí mirando a unas cuantas en particular que lo miraban con gana de dejarse sacar fotos y algunas cosas más. enarcando una ceja volví la mirada hacia él.

Bien, a simple vista parecía una persona particular. Estéticamente hablando. Pero cuando hablaba lo era más. Lo escuché con atención a lo que decía; a veces me dejaba un poco descolocaba la manera que tenia de expresarse. Largué una carcajada, mientras comentaba que lo podría publicar en mi blog o Facebook, porque yo no tenía ninguna de esas cosas, para mí solo sacaban tiempo que podría usar en otra más productiva. Pero lo que me llamó la atención es la ligereza con la que dije que estaba enfermo y no le pasaba nada -Si lo estas, ya te pasó algo- le digo como si fuera algo muy obvio alzando las cejas.

Me volvió hacer reír cuando dijo lo de Lady Gaga y lo miro a los ojos cuando me hace la última pregunta. Suspiro hondo y frunzo los labios, con paso lento me acerco a su costado quedando hombro con hombro -Hasta Gaga se vería natural con una buena estilista-le digo hablándole mirando hacia las chicas que cuchicheaban mirándolo de reojo-Y hoy estas de suerte-giro mi cabeza hacia él con gesto confiado-, porque me considero una muy buena-. Era verdad, había crecido con maquilladores alrededor y había aprendido lo suficiente.

Me agarré a su brazo y nos hice avanzar hasta un par de amigas y miré a la que estaba a cara lavada -Disculpá-le digo a la chica en cuestión con una sonrisa-, mi amigo- lo apunté con el pulgar- es fotógrafo y necesita sacar unas fotos y pensamos que no te molestaría posar para algunas tomas -la miro a su amiga también- también vos si queres, claro.- Replican que las esperemos que ellas se maquillan-No no no- repito varias veces negando con la cabeza soltándome del brazo de Till-Yo lo hago, él puede querer capturar el momento-lo miro levantando un hombro.

Me arrodillé en la hierba y siempre llevaba maquillaje en mi cartera, nunca se sabía, asique empecé a sacar algunos suaves que solía llevar conmigo.Inclino mi cabeza hacia atrás mirándolo de nuevo -Yo obraré mi magia y tu la tuya ¿de acuerdo?- volví mi cabeza hacia la chica sonriéndole con confianza, mientras me apartaba algunos mechones sueltos de mi cara.

Mascara de pestaña, y un poco de lápiz de ojos y ya estaba. La chica tenía una cara muy bonita pero se arruinaba cuando hablaba. Lo único que le interesaba era si el “chico de la cámara” tenía novia y la edad, y demás preguntas que no tenía ni idea y tampoco se me ocurriría preguntárselas. Asique mis respuestas eran siempre las mismas “no lo sé”. Pero la única pregunta que no realizó y de la cual sí tenía respuestas era: cómo se llamaba. Pero nunca llegó.

Lo escuché decir algo y me paré del césped para acercarme a él, pidiéndole a la chica que esperara unos segundos. Una vez estuve en su ubicación, apoyo mi peso en una pierna cruzando los brazos -Pues me alegro, porque la vas a necesitar- lo miro unos momentos y luego brevemente a las chicas, había algo que no cuadraba -Tu magia deberá mostrar lo que vos queres mostrar y no lo que es- aclaré un poco ausente, respiré hondo de nuevo y estudie minuciosamente a las mujeres, poniéndome las manos en las caderas-. Tal vez me haga hasta tu fan- Sonreí de lado unos instantes -hay algo...-lo miro como pidiendo que me diera una mano-. Ah ya sé... -sonrío levemente y me acerco de nuevo a las modelos improvisadas.

Era la parte superior lo que no pegaba con el maquillaje. Le pregunté que tenía debajo del suéter y me dice que una musculosa básica, un poco avergonzada. Le insto a que se lo sacara y quedara con la musculosa. Cuando accedió, la miré con orgullo. Al fin y al cabo cualquiera podía fingir lo que no era, por lo menos superficialmente. Disfraces, muchos disfraces.

Me alejé dando unos pasos hacia atrás, llevándome una mano al estómago. Lo miro a Till y le pregunto silenciosamente si era suficiente. No sabía si ya había empezado a sacar fotos o no. Me acerqué a él -Hoy seré tu asistente- la comisura de mi labio se levanta un poco y desvío la mirada hacia el frente.

Me estaba divirtiendo con él, era extraño pero lo hacía. Cuando me estaba dirigiendo a la chica con una sonrisa divertida, escucho que mi celular sonaba -Espera- le digo a Till mientras daba un trote hacia mi cartera y sacar el móvil. En cuanto atiendo era la voz de mi hermano la que llegaba del otro lado de la línea.

-¿Estas en casa?- le pregunto sorprendida, tapándome el oído contrario para escuchar mejor. Asentía aun sin que él pudiera verme con una sonrisa en los labios -De acuerdo, voy para allá- le digo cortando el celular y viendo aun la pantalla con cara de felicidad. Me giro a Till y le digo -Perdona, pero mi hermano volvió a casa y debo volver. Cuídate- le digo mientras retrocedía con una sonrisa. Si bien me estaba divirtiendo, la familia era la familia. Me alejé con paso rápido y subí a mi auto poniéndolo en marcha. Y me dirigí a mi casa. Más contenta que en los últimos días.