Creo que seras mi perdicion -Layla

Llevaba una semana algo más que ajetreada, todo el día yendo de un lado a otro, no es que me molestase porque me había creado en Nueva York, una ciudad realmente estresante, pero necesitaba sentarme, quizás tomarme un chocolate caliente, pero por lo menos respirar sin tener ningún tipo de agobio. Llevaba muchos días metida en la biblioteca, haciendo trabajos y como no con los idiomas, me gustaba, tenía cierta facilidad para aprenderlos, pero ponerme a ello, eso era otra cosa porque era demasiada dedicación. Empecé a jugar enredando el bolígrafo en mi pelo, no me podía concentrar, estaba claro que mi mente había llegado al límite, por lo que guarde todo lo que encontré por mi camino, el diccionario de alemán, los apuntes que había tomado en clase un par de libros y una calculadora... ¿Una calculadora? Me quedé unos segundos pensando por qué tenía una calculadora, en ese momento vi que el chico que tenía sentado al lado se me quedó mirando, mierda, me había vuelto a pasar. Le devolví la calculadora con una sincera disculpa y me fui avergonzada, ¿por qué siempre me tenía que pasar cosas por el estilo?

Salí de aquél edificio, era un día nublado, ahora entendía porque no me podía centrar, siempre que el día estaba así era imposible centrarme, y solo me apetecía estar tirada en el sofá viendo alguna película y que mis acompañantes fueran un bol de palomitas y una tableta de chocolate, viendo alguna película antigua. Pero no, había quedado con Belle para ir a dar una vuelta, por lo que tenía que arreglarme, o por lo menos dejar las cosas de la universidad en casa, no quería pasear los libros por la ciudad, básicamente porque era incómodo. Cuando llegué a casa mi padre todavía no había llegado ¿Dónde estaría este hombre? Pensé mientras iba directa a mi habitación. Entre con cierta dificultad, estaba como una leonera, ropa tirada por el suelo, por la cama, parecía un mercadillo, bueno salvo la mesa de trabajo, que era lo único que utilizaba. Dejé la cartera encima de la silla y empecé a buscar por el suelo el conjunto que había decidido ponerme, algo sencillo, unos vaqueros, un jersey y unas botas. Empecé a buscar el jersey como una loca, ¿Dónde demonios se había metido? Me pregunté buscándolo entre los montones, pero nada, me di por rendida, y pensé en ponerme otra cosa, pero al abrir el armario mis ojos se iluminaron, allí estaba. Me lo puse mientras pensaba que debería buscar las cosas primero en su lugar y luego donde yo creía que estaban, pero nunca lo hacía. Se puso un gorro después del abrigo, cogió un bolso que tenía en el ropero y metió las llaves y el móvil, y se aseguró de que llevaba la cartera dentro.

Saludé al portero con una sonrisa mientras me abría la puerta, no me gustaba que lo hiciese, odiaba que me abriese la puerta, pero él lo hacía porque era su trabajo. Noté el frío en la garganta, por lo que rápidamente subí la cremallera de la cazadora, no quería ponerme mala cuando se acercaba la época de exámenes. Comencé a andar entre la multitud, la calle estaba llena, no es que me molestase, en absoluto, me encantaba ver que la ciudad estaba llena de vida. Minutos después entre en el centro comercial, en teoría había quedado con Belle, pero segundos después mi móvil empezó a vibrar era Belle, ¿qué quería? Al parecer no podía venir, ¿y ahora que iba a hacer? Por muy raro que pareciese no tenía ganas de comprar por lo que me decidí a dar una vuelta. No sé como lo hice pero terminé en el cine mirando la cartelera por si había alguna interesante. Leí todas las que había, sabía de que iba todas y cada una de ellas, pero me decidí por Mamá, me gustaba ese tipo de películas y a diferencia de la mayoría de las chicas no me daba miedo ese tipo de películas, es más la mayoría me hacían gracia. Fui hacia la taquilla, una pareja estaba comprando las entradas para una de esas películas romanticonas, no pude evitar poner los ojos en blanco. -Una entrada para Mamá, por favor - dije con una sonrisa-No para nuestra madre, porque no somos hermanas, para la película, quiero decir- añadí. "Será mejor que te calles Layla", aquél era el típico comentario que decía mi padre intentando hacerse el gracioso y que no soportaba. Pagué la entrada sin poder mirar a la chica de la verguenza que tenía y la dí las gracias cuando me dio la entrada. Me acerqué a la zona de la comida, me estaba muriendo de hambre. Pedí unas palomitas gigantes, una coca-cola pero sin tapa, la odiaba y una barrita de chocolate. Antes de coger las cosas el móvil empezó a vibrar, malditos mensajes. Pagué y cogí la entrada con la boca para poder darla de alguna forma y cogí el bol de palomitas con un brazo, a y la bebida con a otra dejando una mano libre para poder estar con el móvil. Me fui acercando a la fila absorta en la conversación cuando de repente me tropecé con algo... bueno mejor dicho alguien. Alguna de las palomitas salieron disparadas y mi móvil salio por los aires cayendo dentro del refresco. Empezaba bien la tarde...Mierda-musite al ver como el móvil desaparecía en la coca-cola. Después me fijé en la persona que estaba recogiendo y me hizo gracia el verle recoger todo aquello pensando que si sería capaz de recoger todas las palomitas de esa forma. Creo que lo que estás haciendo es una perdida de tiempo, las palomitas no volverán, pero si quieres puedes coger algunas de las mías, total dudo que me las coma enteras-dije encogiéndome de hombros.

Aquél chico se levanto, ¿Que digo chico? Sería más apropiado decir hombre, en aquél momento algo me paralizó, no sabía que era, pero me empecé a poner nerviosa, era algo que no podía evitar, pero no, tenía que disimular, no me podía poner así por un hombre tan atractivo. Al parecer se había percatado de la sumersión de mi móvil en mi refresco, pero era algo que con una mirada suya había hecho que desapareciese de mi mente. Me quedé tan impactada que no me di ni cuenta de que aquél desconocido me había cogido el vaso para intentar recuperar el móvil, y estaba agarrando a la vez mi mano. "Ya está bien Layla, contrólate por favor, tranquilízate o vas a parecer una autentica idiota" me dije antes de articular alguna palabra. Negué con la cabeza ante la proposición de comprarme otro móvil-No pasa nada, de verdad-dije al notar el nerviosismo, parecía ser una buena persona-Tranquilo, de verdad, no hace falta que me compres un refresco y mucho menos que me compres un móvil-dije con una sonrisa.-Es más creo que hasta te lo tendría que agradecer estaba buscando una escusa para comprarme uno nuevo y voilà, además a sí tengo una mano libre para llevar la entrada sin tener que llevarla en la boca para poder llevarla en algún lado-le dije manteniendo la sonrisa para intentar tranquilizarte. Mentira, en realidad el móvil tenía menos de un año, pero no quería que se enterase para que dejase de insistir, ya que me conocía y no podía admitir ese tipo de "regalos".De verdad, no te tienes que preocupar por nada, como te he dicho, en todo caso sería yo la que te tendría que estar agradeciendo que me hubieses librado de esta carga. Pero aquél desconocido no me estaba escuchando, estaba demasiado entretenido desmontando mi móvil, sacando la tarjeta y la memoria SIM y cubriéndolo de servilletas para intentar absorber la humedad.-Deja de disculparte en serio, que la culpa también es mía por haber estado tan centrada en el móvil que no veía ni por donde iba, pero bueno, supongo que me tiraré un tiempo sin volver a hacerlo-dije con sinceridad, ya que seguramente me tiraría algunos días sin aquel aparato. Escuché de forma divertida su proposición de compartir el refresco, hice que me lo pensaba. Creo que es un trato razonable, aunque lo siento no tengo perritos calientes, pero si quieres te puedo comprar ahora mismo uno-dije encogiéndome de hombros.

Aquél hombre se presentó me ofreció la mano derecha, y yo hice lo mismo-Humm... ¿Cómo te llaman normalmente?-le pregunté con curiosidad, pero antes de que pudiese contestar, yo ya estaba respondiendo, era una manía que me tenía que quitar-Bueno, da igual creo que te llamaré... Alek... si, me gusta como suena-dije con firmeza, aunque, claro no sabía si a él le haría mucha gracia.-Encantada Alek, mi nombre es Layla, si, lo sé un nombre ridículo y lleno de musicalidad - mi nombre siempre me había hecho gracia, no por nada en especial, si no que tenía musicalidad, era como tararear una canción. Me preguntó que si yo también iba a ver la película de Mamá- Vaya-dije sorprendida- ¿Nos acabamos de conocer y ya estás leyendo mi mente? Creo que esto está yendo muy rápido- dije a modo broma, pero después pensé, "Vale Layla tus nervios te están jugando una mala pasada, cállate y piensa las cosas bien antes de hablar"

Alek me ofreció mi móvil y me aconsejo que no lo armase todavía.Tranquilo teniendo en cuenta de la trayectoria que ha tenido el teléfono tiene posibilidades de sobrevivir, el otro día sin ir más lejos se me cayó en una fuente y aquí sigue, como un campeón. No preguntes.- dije quitándole importancia al asunto, aunque tenía que reconocer que la culpa no había sido mía, bueno, solo en parte, si no de un perro que lo empujó. Guardé el móvil envuelto en servilletas dentro del bolso para no tener que estar paseandolo de un lado al otro del cine con el en la mano, además tenía miedo de que se perdiese la tarjeta, por lo que era el mejor sitio. Después me dijo que si no me funcionaba le podría encontrar en la universidad de Brown. Empecé a hacer memoria, no podía ser, era él, el era el director, había estado hablando con esa persona que había captado mi atención con una mirada un día y lo estaba volviendo a hacer ¿cómo no había caído en eso?-Es bueno saberlo, aunque es muy improbable que me veas por allí, no me gusta molestar a la gente cuando está ocupada-dije con sinceridad, además él seguramente estaba ocupado todo el día, era el director, y seguramente algunos alumnos le ocasionarían demasiados problemas. La fila comenzó a avanzar y el chico del cine nos pedía las entradas, le tendí la mía mientras escuchaba a Alek preguntándome que si me quería sentar con él. Una sonrisa se dibujó en mi cara, por suerte él no la vio-Bueno, en realidad había quedado con una amiga, pero teniendo en cuenta de que ella al final no va a venir, no me disgusta la idea de verla contigo-dije, no quería que notase que tenía ganas de verla con él, bueno que deseaba verla con él "Bien Layla, muy bien firme"- Eso sí, te tengo que avisar de una cosa. Has cometido un error pidiéndomelo.-dije poniendo mala cara-Tengo un pequeño problema que es comentar las películas, no la película entera claro está, pero si algunas partes. Espero que no te moleste, porque si te molesta, tranquilo, puedo morderme la lengua.-le dije a modo aviso, no quería que se asustase cuando empezase la película.

¿Linda? ¿Había dicho linda? Algo se removió dentro de mi, "No te emociones, seguramente es una forma de hablar y se lo diga a todo el mundo. Sería mejor que no me ilusionase con cosas así, al fin de al cabo no le conocía, por lo que no sabía la forma de actuar que tenía ante las demás personas, y parecía que iba a tardar en saberlo debido a que me daba la sensación de ser una persona misteriosa, es decir, que no le cuenta cosas a la gente así porque sí, reservado, quizás eso hacía que me llamase la atención. Escuché lo que decía Alek ante mi nombre, seguramente sería mentira. Mi nombre no se podría decir que fuese bonito, algo que sonaba como tonto pero a la verdad divertido, supongo que sería por eso por lo que me gustaba llamarme así, era tan... tan yo.

Escuché atentamente lo que me dijo referente a la cena, a pesar de hubiese dicho de broma que íbamos muy rápido, él parecía haberse lanzado a la piscina y decirme que podríamos ir a cenar después ¿de verdad estaba pasando todo aquello? y ¿estaría siguiendo mi broma o sería enserio aquella proposición? Debido a aquella duda tuve que medir bien mis palabras.- Bueno, visto lo visto, si, creo que eso es ir demasiado rápido, pero bueno podemos ir viéndolo, ya que después de los 100 minutos de película quizás termines cansado de mi -le dije como si fuese una carga pesada. ¿100 minutos? ¿Por qué me sabía ese tipo de cosas? Tenía que admitirlo, no veía ninguna película antes de ver la crítica, tenía que ir informada, no se porque, pero así era. Después mientras avanzábamos por el pasillo para ir a la sala después de comentarle mi pequeño "defecto" comento que así le mantendría entretenido, y tengo que admitir que me descolocó, ya que por norma general la gente que iba al cine era precisamente para entretenerse. Me dijo que él también tenía un problema también, lo que me descolocó aún más, seguramente quizás decía eso para que no me sintiese como una tonta. Hizo una pequeña pausa y yo espere su respuesta, tenía que admitir que tenía cierta curiosidad porque dudaba que él pudiese tener algún defecto relacionado con el cine, pero en fin, nadie es perfecto. Escuché su defecto ¿Sólo es eso? Vaya, creía que iba a ser mucho peor-le pregunté haciéndome la decepcionada como si me hubiese estado-Bueno, no pasa nada, todos somos humanos, ¿Quién no se impresiona algunas veces cuando sale una cara horrible de repente?-dije con sinceridad. Debía de admitir que después de lo de mi madre había cambiado en muchas facetas, y esa era una de ellas, normalmente cuando veía las películas de miedo me reía, ahora también lo hacía pero me asustaba algunas veces, ¿forma de reconocerlo? ¿gritando? No, yo no era de esas, simplemente movía ligeramente los hombros como si me diese un pequeño espasmo ¿Por qué? ni idea, era una reacción que no podía controlar.

Encontramos la sala y me dejo entrar primero, caballeroso, un punto a su favor. Empecé a subir lentamente las escaleras para elegir un buen sitio, no sabía donde quería sentarse Alek, pero por la impresión que me dio parecía que se fiaba de mí. Levanté la mirada hacia las butacas centradas de en medio, todavía estaban vacías. En aquél momento me fijé en que las miradas de las personas que estaban en aquella sala se dirigieron hacia nosotros, normalmente cuando iba al cine no me fijaba en las miradas de la gente, pero aquél día no se porqué lo hice, estaban dirigidas hacia nosotros. Comprensible, solo había que ver a Alek, era una persona que llamaba la atención de cualquier persona. Me senté en un sitio y mientras él se sentaba dejé las palomitas en el suelo y me fui quitando el abrigo colocandolo después en la parte de las lumbares por si acaso alguien se quería sentar al lado. En aquél momento pensé en mandarle un sms a mi padre para avisarle de que estaba en el cine y que no sabía si cenaría fuera, pero teniendo en cuenta que el móvil estaba envuelto todavía en servilletas decidí no tocarlo. Noté que Alek me miraba, pero seguramente sería mi imaginación ya que era lo que quería, pero poco después escuché su voz. -Estoy estudiando Turismo.-dije orgullosa, aunque acababa de empezar aquél año me parecía una carrera interesante.-Bueno, supongo que eres una persona demasiado ocupada como para saludar uno a uno a los alumnos de la universidad de Brown, darles la bienvenida y hacerles un tour turístico por todo el campus.-dije mientras ponía las palomitas entre mis piernas. Ya sabes, normalmente los directores y junta de la universidad normalmente solo quiere conocer a gente importante, es decir personas con una mente brillante, con padres importantes o celebridades, por lo que comprenderás en ese grupo no entro-dije cogiendo una palomita, y después de decir esto la introduje en mi boca saboreandola. A pesar de no pertenecer a aquél grupo yo me alegraba ya que no quería tener ningún tipo de prioridad, era de aquellas personas que le gustaba sacarse las castañas del fuego ella sola.