We burn baby, 'cause Im fire | ~ | Luka's #ID {100%}

Nombre completo} Luka Marco Budweiser DiAngelo
Edad} 17 años de rebeldía
Ocupación} ~
Grupo} Marsh's Bad Boys
Carrera} ~
O. Sexual} Heterosexual
Nacionalidad} Alemán / Italiano
Cumpleaños} 31 de Agosto

¿Qué se puede decir de Luka? Bueno, de él se pueden decir muchas cosas es cierto. Muchas más que de una persona común y corriente, ya que esos dos últimos adjetivos jamás figurarán en el expediente y los antecedentes -que por cierto son enormes- del chico. Y no hablamos de que no es así porque es una especie de mutante, sino porque Luka es una de las más grandes basuras que el mundo jamás ha tenido, Hitler queda pequeño a su lado, quizás los "logros", o más bien atrocidades de este último el precedan y hagan parecer que no es cierto que Luka es peor, pero lo cierto es que si. ¿Por qué? Muy simple, Hitler, seguía una lógica, una línea de razonamiento, tenía principios y valores. Desde luego no eran los más adecuados si tu eras un judío, negro o gitano que recorría Alemania por esos días o si eres un humanista no estarás de acuerdo con ellos, Luka tampoco lo está, pero aún así los tenía. Hitler justificaba de algún modo, -correcto o no a nuestros ojos, eso no importa- su modo de actuar. En cambio a Luka, todo le da igual, es impredecible, no le importa nada ni nadie, más que su "bienestar". Es decir, si le roba el dinero del almuerzo a un grupo de los que el llama "inútiles estratosféricos", el entiende que no podrán almorzar, pasarán hambre y que como les saca el dinero todos los días, no almorzarán nunca y eso les puede traer problemas alimenticios y de salud. Además entiende que ese dinero se los dieron sus padres y que trabajaron y se esforzaron para ganarlo. A su vez, entiende que al hacerles bullying puede generarles grandes trastornos y problemas psicológicos a esos chicos. Pero aún así, sabiendo todo esto, le da igual, el quiere el dinero y no justifica los medios, simplemente no le importa.
Es terco y obstinado, siempre quiere llevar la razón, detesta equivocarse. Y aún cuando le muestran que no la tiene el sigue fiel a su versión, a lo que creía, sin darle la razón a nadie. Es soberbio y engreído, disfruta de ser altanero y regodearse de lo que el llama sus "logros" y "virtudes". Es cruel y malvado, ya que disfruta placenteramente de ver sufrir a los demás, lo hace el doble si es por mano propia que lo hacen. Se dedica a hacerle bullying a todos, es muy bueno para eso y se regodea del miedo, la humillación de la víctima.
Es violento y acelerado, no piensa las cosas dos veces y se guía por instinto persiguiendo sus corazonadas deja que sus impulsos lo dominen. Está demente, no mide consecuencias el hace lo que se propone y ya, da igual el medio mientras obtenga el fin. Da igual si alguien muere, si alguien sale muy lastimado física o mentalmente, da igual si alguien cae en desgracia, simplemente da igual...
No le importa nada ni nadie, es mujeriego y seductor por naturaleza, manipulador por diversión engaña y miente, sin remordimientos para lograr acostarse con mujeres, da igual la edad, origen, clase social, religión mientras sea bella y use falda. Es malo, muy malo, una basura lo más loco es que es consciente de quién es, pero no le importa vive con eso, es más, disfruta de ser así. No se guía por reglas, moralidades ni éticas estúpidas, el se dedica a vivir. "Bendito sea el caos..." se repite una y otra vez, "...porque es signo de libertad" culmina la frase en su cabeza.
No se anda con sentimentalismos, no siente nada por nadie, nunca se ha sentido enamorado en la vida. No siente afecto por si patética madre ni por su estúpido padre. Tampoco lo siente por sus pocos amigos, al único que podría decirse que ha llegado a sentir un mínimo ápice de afecto, es Marshall, a quien odia y quiere por igual, y por la misma razón, son jodidamente parecidos. Lo conoce como nadie y sabe que no es lo que aparenta, y por eso es muchísimo más peligroso. No sea anda con remordimientos ni culpas, lo hecho hecho está dice siempre, las consecuencias le dan igual.
Bajo el efecto de las drogas, su violencia, demencia y crueldad se potencian. Al igual que sus ánimos por acostarse con alguien. Aún así, le han dicho que sus sentidos quedan menos afectados que en el resto, aún así el no comprende mucho de lo que sucede y pasa cuando se droga. Para resumir, Luka es un chico sádico, cruel, malvado y egoísta. Que sabe qué quiere, cuándo lo quiere y cómo lo quiere.

Luka nació el 31 de Agosto de 1995 en un hospital público de München. Su madre de origen italiano, había emigrado a Alemania en busca de oportunidades laborales y a causa de grandes oportunidades perdidas, terminó sola y en la calle; por lo que tubo que prostituirse para sobrevivir. Gracias a esto y un condón mal colocado que se rompió nació Luka. Hijo de un cliente de su madre alemán, borracho y golpeador que se dedicaba a conducir camiones de carga.
Al quedar embarazada su madre y su padre, deciden permanecer unidos, ya que se dieron cuenta que solo se tenían el uno al otro. Nunca llegaron a casarse pero si vivieron juntos en una casa destartalada y descuidada en los barrios bajos de München. Su madre continuó prostituyéndose por necesidad, por lo que solo estaba cuando Luka iba a la escuela, y su padre conducía su camión por todo el país por lo que casi no lo veía a el ni a ella. Prácticamente se crió solo, maleducado, impertinente y cabrón, buscaba pelea entre los de su edad siempre que podía y por todo. En el parque donde jugaban los niños, en la escuela, por el barrio.
A los diez años, Luka hacía unos años ya que prácticamente no iba a la escuela, vagaba por la calle todo el día, escapando de un padre golpeador y alcohólico todo el tiempo posible. Con el tiempo, terminó conociéndose München de memoria, junto a todos sus secretos. Aprendió y vio cosas que un niño de diez aún no debería saber, cosas desagradables y morbosas, otras no tanto, y algunas no de ese tipo pero si todas útiles para el difícil oficio que es vivir la vida de Luka.
A sus once años, Luka ya era todo un delincuente, su historial y expediente eran más gruesos que el de todos los chicos de su salón juntos. Su padre lo golpeaba a el y a su madre, se embriagaba cada vez más, y su madre ya sin poder aguantarlo ni por el miedo que le tenía le denunció. Se armó un gran alboroto con la oficina de asistencia social, culminando con la madre de Luka internada en rehabilitación porque consumía, su padre en prisión y el sin ningún pariente cercano, extraditado a Italia con la hermana de su madre, su tía para ser criado por ella. A Luka esto no le afectó demasiado, quería su ciudad, pero no a sus padres, no mucho, tampoco su casa ya que no era precisamente ''su hogar'', el nunca lo había tenido. Tampoco tenía lo que se pueden decir ''amigos'' ya que para el prácticamente todo el mundo eran idiotas y no valían la pena.
En Italia, sin una palabra del idioma, continuó su infancia. Su tía vivía en Florencia, por lo que se mudó allí, soltera y al principio cariñosa con el intentó criarle y llenar ''el hueco que sus padres habían dejado''. A criterio de Luka, ella era una vieja, mal desvirgada y patética. Poco a poco, ella descubrió el demonio que era Luka, criado en las calles, sin decencia ni educación. Grosero y egoísta, sin pensar en las consecuencias de sus actos, Luka la liaba en la escuela, y en la calle, en todos lados. Robaba, era muy problemático, y así engrosaba su expediente e historial. Su tía, terminó teniendole terror al chico y su crueldad, cuando intentaba detenerlo, castigarle este le insultaba, algunas veces había llegado a patearla o golpearla. Sus palabras muy hirientes y crueles le afectaban y mucho. Su relación estaba totalmente deteriorada, ella le odiaba, le temía y no le quería para nada. A los quince años, Luka ya hablaba alemán e italiano fluidamente y un poco del inglés que había aprendido en la escuela, se conocía Florencia al igual que München, de memoria. Sabía cosas que no mucha gente sabía, se enrollaba con traficantes, mafiosos, corruptos, delincuentes y tipos peligrosos. Vivía prácticamente en la calle, y tenía un nombre, siempre peleando de chiquillo, era respetado en los barrios bajos hasta por los traficantes más importantes, no porque les hubiera vencido, un cabrón de quince nunca lo hubiera hecho, pero su historial era más largo que el de cualquiera y era un sobreviviente, había peleado contra tipos de hasta 24 años, armados con navajas, drogados, alcoholizados, ambas dos, dementes, y había sobrevivido, casi siempre vencía por la experiencia más que por la habilidad. No siempre era así, tenía más palizas en su haber que otra cosa, pero la vida que lo educó a los golpes, las bofetadas y caídas, le había dado su experiencia, cosa que todos respetaban en el ambiente que el convivía dentro de la ciudad. Conocía las drogas y el alcohol, desde los trece años. Casi siempre la obtenía gratis, ya fuera robada o regalada, en señal del respeto que todos le tenían. Un respeto que no era el mayor de todos en el lugar, ni el común por temor, sino por conmoción. Luka la basura más basura que habían visto München y Florencia, era lo que devolvía un barrio bajo luego de recibir tanta mierda, como violadores, traficantes, droga, asesinatos y tal. De todo eso, se dice que siempre el barrio devuelve algo, una persona, y que esa persona es una de las peores. Luka era el nombre que decían todos en los barrios bajos de Florencia al explicar esta ''leyenda urbana'' italiana. Luka es lo que escupió München, es lo que decían todos.
Continuó su vida, y a los dieciséis años, su tía ya no lo soportaba más, llevaba chicas al apartamento, se las tiraba allí, consumía allí, hacía todo lo que hacía en la calle, allí también y para alguien "común" como su tía eso era un escándalo. Escuchar los gritos en la noche era malo para una viejesita así, pero despertarse por ellos muchísimo peor. Fue entonces cuando cansada lo echó de la casa, el gobierno italiano de acuerdo con las quejas de esta, considerándola en efecto ''no responsable del niño ni apta ya para criarlo'' se lo devolvió al gobierno alemán que lo deportó a Estados Unidos, donde se ubicaban sus padres emigrados allí. Al parecer al rehabilitarse su madre, su padre salir de prisión, estos se reconciliaron ya sin la carga que representaba para ellos su hijo y decidieron comenzar de nuevo en la tierra de las oportunidades. Entonces Luka viajó a New York y se instauró, en la casa del Bronx en que vivían sus padres. Una casa horrible, mal cuidada, que se caía a pedazos, donde un sujeto igual a su padre, pero con menos pelo y lleno de canas, mucho más gordo y con muchísimas más arrugas; no trabajaba vivía echado en un sofá individual reclinable -sobra decir de mala calidad- mirando televisión todo el día. Y una madre con el pelo entrecano, mucho más arrugada y con una figura descuidada trabajaba doble turno en una lavandería y medio en una cafetería "Dinner 24hs". Cuando dormía ella, era un misterio para Luka, uno que no le interesaba en lo más mínimo resolver, no le importaba, había reparado en esa intrigante, por casualidad.
Si bien de niño, la relación con sus padres no era buena, con su padre era mala, ya que lo golpeaba. De adolescente sería falta, Luka no los quería, les detestaba. Ellos tampoco a el, no lo habían planeado y nunca se molestaron en educarlo, asearlo, siquiera le festejaron el cumpleaños alguna vez y olvídate de regalos para Navidad. De todos modos, ellos con un mínimo de remordimiento, sobretodo su padre quien ya no era alcohólico ni golpeador, comprendía la clase de monstruo que antes era. Intentaron recomponer la relación, saber e interesarse de el. Pero en cambio, al chico no le interesaba en absoluto, los odiaba y no se esforzaba, o más bien no quería disimularlo. El era cruel y sincero, insultaba a sus padres, les decía de todo, no quería que lo jodieran. Su padre, si bien ya no golpeaba, si bebía y bastante, con el tiempo terminaba agarrándose a los golpes con Luka, siempre. Pero ahora, el ya tenía quince, era joven y un cuerpo bien desarrollado en cambio su padre, un viejo gordo y alcohólico no podía como antes. Luka lo apaleaba sin cansarse, ya que su padre estaba muy borracho como para luchar de verdad y la experiencia era mayor en el hijo que en el progenitor.
Pasó el tiempo y ya con diecisiete años, era todo un monstruo curtido en el peor barrio del mundo, el Bronx. Hablaba inglés, un inglés hosco pero dominaba el idioma al fin. Se había hecho un nombre como en München y en Florencia, a los golpes y con instinto de supervivencia. Pero el Bronx no era como en otros lados era un lugar donde la policía ya no quería entrar de noche, el caos era total. Eso para Luka, era el paraíso. Si bien no se ganaba el respeto de las grandes cabezas de allí, por ser un superviviente, por ser "lo que escupe un barrio bajo luego de tragar tanta mierda", como en Europa, muchos le conocían y agachaban la cabeza y cruzaban de acera al verlo. Drogadicto y problemático, Luka ya había consumido todo sentimiento de cariño en su ser y prácticamente había traumado y hecho enloquecer a la puta de su madre, y dominaba y manipulaba al cerdo de su padre.
Un buen día, llegó a casa y los encontró muertos a ambos, se habían suicidado, no lo soportaban más. Llamó a la policía para que no le jodieran a el, y comprobaran que había sido suicidio o al menos el no había sido. Y entonces completamente solo en el mundo, vivió errante hasta que asistencia social vino a buscarle para llevarle a un orfanato, por lo menos durante pocos meses hasta que cumpliera los dieciocho.