Apurada por el estómago {Libre}

Su estómago sonaba como si de una banda de orquesta y cantores se tratara. Y claro, era la hora del almuerzo y el estomago llevaba como un relojito que le decía cuando comer. Era algo que no podía evitar así que la castaña tuvo que dirigirse a la cafetería para callar esa molestia. Hacía poco que salía de su clase y no llevaba una mochila muy pesada puesto que era una maeria práctica pero si tenía algun libro para cursar la que tenia que ver con la historia del arte. Antes había estado practicando para una presentación a mediados de año en donde debía cantar y, la verdad, no quería fallar en lo que mas le gustaba hacer y era lo mas importante de su vida.

No sabía si pasar por su habitación a buscar unas cosas o ir directamente a donde debía. Pero ese molesto ruido le hizo elegir la dirección que tomar. No había puesto ni un pie fuera de la Universidad que ya su estómago la guiaba hasta la cafeteria a donde todos los alumnos ya estaban yendo. Sin dudarlo se unió al grupo grande gente que de seguro estaba tan hambrienta como ella y procedió a hacer la fila para tomar los alimentos. Esa vez comería algo bien potente. Era una chica de buen comer, a decir verdad, y ese día era aún mas especial porque al no haber desayunado, se hacía doble el sentimiento de querer alimentarse. Había estado trabajando con el director desde temprano, llevando papeles de aca para allá y demás, y se había olvidado tomar algún desayuno. No había tenido ni tiempo de pasarse por algun lado a comprar algo para comer y se había levantado tarde por lo que tampoco había podido aprovechar un poco del tiempo para ingerir, al menos, una galleta.

La fila, debía decir, era algo larga. La gente se había amontonad y no lo había notado. Observaba cada tanto si había algun lugar libre. No es que fuera solitaria pero tampoco iria a compartir mesa con gente que no conocía o con la que no había entablado conversación nunca. Quedaría algo desubicada, asi que si no veía a nadie conocido prefería sentarse sola y almorzar tranquila. Cuando llegó a donde quería, sirvió en su bandeja un poco de todo lo que había quedado. Algunas de las cosas mas deliciosas ya no estaban y era de suponerse que eso iba a pasar, pero aún quedaba mas. Una vez terminado de abastecere trató de hacer equilirio con lo que llevaba y no chocar a nadie, sino lindo desastre el que provocaría. Pero al girar no se dió cuenta que iba a encontrarse con un alumno. Por suerte no lo había chocado tan fuerte como para que todo callera pero su bebida y algunos platos se movieron de lugar. -Perdoname- Abrió los ojos al ver el lío que casi provocaba. -¿Te manché con algo?- Preguntó, aun así, para sacarse la duda. Tal vez le había caído alguna gota de jugo y no se había dado cuenta.