¿Cómo suena el paraíso?//Maximiliano A. Vennon

Rondarían las once y algo de la noche cuando el inexorable transcurso de las horas y el olvido de Morfeo hacia mi se fusionaron en un aburrimiento y una dejadez casi mortal. No tenía nada que hacer aquella noche, y aunque lo tuviera estaba prácticamente segura de que lo que mi mente había planeado hace un momento lo superaría con creces.

Mis pies, obedeciendo las órdenes motoras del cerebro que los conducían hacia el auditorio, con ritmo lento y arrastrado cual ánima en pena aunque este caminar no se debía a una vida pasada desastrosa sino más bien a un cansancio producido por las horas de danza sin descanso durante el día. Abrí la gran puerta de la sala sin estar segura del todo de si estaba permitido siquiera presentarse en un espacio común como el ya mencionado a semejantes horas y sin motivo aparente. ¿Y si alguien se percataba de mi presencia? La verdad, me daba prácticamente igual, no creo que pudiera causarme demasiados problemas el hecho de querer pasar un buen rato en un lugar con tal acústica y sin ánimo de lucro.

Me situé justo en el centro del escenario, y si alguien esperaba verme bailar estaba francamente equivocado pues mis planes eran cuánto menos diferentes. Extraje de mi mochila unos dulces y mi Nintendo DS; sí, así de fácil era mi felicidad. Volumen al máximo, el tema de entrada de 'The Legend Of Zelda' se propagaba, rebotando en las paredes del gran salón, pero sin producir eco, simplemente amplificando su potencia, con una sensación sonora inigualable. Definitivamente estaba en el cielo.