En Familia <3 -Natalie de Ryder-

Pasaba por la casa con un cesto de ropa la cual debía de lavar, me había convertido en una mujer tan hogareña que no podía creerlo, pase por la habitación de Marinna que según yo presumía estaba dormida pero para mi sorpresa Aaron estaba con ella, sonreí al verlos reír de esa manera y los deje un rato como siempre a solas donde ellos solos se pudieran divertir. Baje disimuladamente hasta el cuarto de lavado para iniciar una tanda de ropa, mientras bajaba del segundo piso podía sentir en mis labios una sonrisa dibujada en ellos, me sentía tan bien al solo ver ese cuadro, escuchando la risa de Marinna a las cosquillas, gestos y voces graciosas que hacia su papá, era divertido en realidad, bueno en prospectiva era algo muy tierno, era adorable ver a Aaron de esa manera hacia que me llenara de emoción al verlo actuar así era… algo hermoso de ver, nunca me cansaría de ver a papá con su hermosa princesa.

Termine de poner la lavadora y camine a la cocina, la mala costumbre de comer cosas extrañas que contuvieran chile durante el embarazo de mi nena me mantuvo con antojos extraños y ahora era ya costumbre mía, así que el puro antojo fue preparar mango con ese chile en polvo. En eso estaba cuando escuche la voz de Aaron hablándole a Marinna, gire con un pedazo de mango en mi boca viéndolos a ambos acercarse a mí — Ya es hora de bañarte ¿otra vez? — dije asombrada para tomar en brazos a mi pequeña dándole un beso en la mejilla — De acuerdo si necesitas un baño — la mire arrugando la nariz y ella sonrió arrugando la nariz de igual manera, como si supiera lo que estaba haciendo en realidad — Lo sé imita los movimientos de mi nariz mira — arrugue mi nariz nuevamente y ella volvió a hacerlo para inclinarse hacia adelante recargando su barbilla en mi hombro viendo a su papi — Si amor, te ayudo a bañar a la pequeña princesita y no te apures por la comida, solo es un pequeño chiquito snak antes de la comida — Me gire poniendo la mano derecha sobre la espalda de Marinna y le di un beso a Aaron — Vamos—

Le indique que caminara conmigo más bien me seguiría ya que estaba perdido en las graciosadas que hacia nuestra pequeña, era una niña muy simpática y tierna para su edad, e igual muy viva. Llegamos hasta la habitación de Marinna — Prepara su baño mientras yo la desvisto y ya ahí la bañamos jutnos — levante a mi pequeña ojiazul al aire para hacerle una cara graciosa la cual ella rio — Vamos a bañarte mi amor ¡si! Baño, baño, baño — la puse sobre la cama para quitarle su ropita y la cubrí con una toalla especial para ella de color rosa, mientras lo hacia le grite a Aaron — Papi ponme todos mis juguetes dentro de la tina y un jaboncito que huela a rico como a lavanda — sonreí al ver que Marinna intentaba comerse su dedo gordo del pie y la levante ya envuelta en la toalla para meterla a bañar — ¿Ya papi? Tengo friito —

Aun no sabía porque Aaron tenía miedo de bañarla, era complicado si lo sé pero ya lo habíamos hecho varias veces, tal vez era por el hecho de que era una cosita chiquita tan tierna que le daba como temor a romperla, o algo parecido, pero no me negaría a ayudarle, tal vez luego de que pase un poco más el tiempo se animaría a bañarla por su cuenta. Una vez mis mangas remangadas tome a Marinna en mis brazos para meterla en la bañera, en cuanto ella movió las manitas en el agua moviéndola y sacudiéndola, sonreí al verla así de feliz — ¡Si Papi! Si me gusta el agua quedo muy bien —  me senté en el piso recargando mi cuerpo de manera que quedara detrás de ella — Mientras a ella le guste el agua y se ponga a jugar así con sus manitas el agua esta perfecta, así que tranquilo aun no entiendo porque te da miedo bañarla —  tome un baldecito para pasar el agua detrás de su cabecita, cuellito y espalda así bañarla mejor. Mientras Aaron jugaba con ella, así era más fácil bañarla de hecho porque no le llenaba de jabón sus ojitos y se descuidaba más, no andaba de curiosa metiéndose el jabón o las burbujas a la boca.

Una vez ya habiéndole tallado su cuerpecito la deje jugar con su padre y sus juguetes — Oh la gran Diosa Marinna nos ha salvado —   aparecí el barco flotante que estaba ahí detrás de ella solo empujándolo hacia adelante. Mire a Aaron sonriendo de reojo mientras seguía el juego, pasaba aún más agua por la espalda de mi nena mientras jugaba — Marinna… ¿Qué te hace tu papi que te ríes tanto? —  le hable sabiendo que me prestaría atención una vez que me extendía los bracitos para que viera lo que hacía su papá en el juego — Eres muy bueno jugando con ella no sé porque te da miedito, sé que es nuestro tesoro más grande pero no debes sentir temor—  le sonreí para levantarme y darle un besito en la cabeza — Tu papi va a terminar de enjuagarte mientras tu hundes a tu dinosaurio y lo llevas a la extinción —  tenía en sus manitas el dinosaurio y le gustaba tenerlo debajo del agua no sabía porque ni como llego a ser parte de sus juguetes, pero a ella le gustaba. Le di a Aaron la bandejita para que le enjuagara la parte de atrás de su cabecita — Pon tu mano en su frente para que el agua no le llegue a sus ojos y se llene de jabón  —  ahora estaba detrás de Aaron viendo como bañaba a nuestra nena y asentí cuando lo hizo — Y listo, Marinna ya huele rico y el aroma le hace relajarse para dormir por horas y horas —  busque su toallita para sacarla a menos de que quisiera jugar aún más, pero antes, saque mi celular de mi bolcillo trasero y le tome una foto — Aaw pero que cosa tan mas linda, se lo voy a mandar a tu mamá así se la muestra a tu papá —

— No creo tu madre haga eso, ya hubiera puesto fotos más divertidas en el salón — guarde el celular para levantar a Marinna y envolverla en su toallita secando su cabellito, eso no le gustaba, no le gustaba para nada salir de la tina y que le intentara secar de ninguna manera el agua — Pronto volverás al agua mi vida — se la pase a Aaron para que él la secara, la cambiara y todo eso, mientras yo sacaba los juguetes y dejaba ir el agua, técnicamente limpiar todo el salpicadero de agua que había en el piso, cuando lo escuche pedirme ayuda. Me desmangue las mangas y camine hasta donde la princesita estaba acostada esperando por que le cambiaran o saber si volvería al agua — Bien déjame si, yo lo hago— ponerle talco y cremita junto con su pañal no era algo que me gustara hacer exactamente, si igual había veces que si quedaba como polvorón o mazapán — Siempre la relacionas con algo de comida cuando vas a hacer algo relacionada con ella— le puse su pañal y me limpie las manos con las toallitas entonces me acorde — ¡Deje ropa en la lavadora!— sabiendo que mi Aaron podía ponerle la pijama baje al cuarto de lavado para sacar la ropa que había puesto y la metí en la secadora, ahí ya no pasaría absolutamente nada diferente o nuevo, nada en lo más mínimo si olvidaba que estaban ahí. Volví a la habitación y nuestra princesa ya estaba durmiéndose, me pare al lado de Aaron y le tome de la mano para besarlo en la mejilla — Yo no creo que se parezca a mí, duerme como yo eso si lo admito pero creo que se parece mucho más a ti de lo que se parece a mi — recargue mi barbilla en su hombro ahora viendo su cuello por una parte — Así con su cabellito hecho un remolino como el tuyo, el color de ojos azules es como el tuyo no como el mío, el mío es más fuerte y el tuyo un leve tono más claro—

Sonreí para ahora girarme y ver a Marinna dormir tendida sobre su cuna, como un lindo y dulce angelito sobre una nube — Pero no la amo por eso, la amo por ser nuestra, por ser perfecta, linda, es… es solo nuestra Marinna — respire profundamente y luego solté el aire como en un suspiro — Ya tiene 4 meses casi 5… y aun no le hemos bautizado deberíamos hacerlo pronto ¿no crees?— ahora lo miraba a él de una manera de culpabilidad — Digo es algo que es necesario de alguna u otra manera, como lo quieras ver. Así será Marinna Aarlen… no solo legalmente— me separe y recargue ahora mis manos sobre la cuna — Piénsalo y dime si te parece buena idea — con mi mano derecha sutilmente pase mi dedo índice por la parte del dorso y acaricie su mejilla la cual estaba algo rosadita, eso le hacía parecer una muñeca de porcelana.

No me cansaba de ver a Marinna dormir, era encantador ver como su pequeña barriguita se inflaba por la acción de respirar por sus pulmones, y sus bonitos cabellos rubios que tenía en un inicio aparentaban ver que ella no era la hija de Aaron, o que incluso no era mi hija, pero poco a poco esa pelusita de cabello que tenia se fue formando, como su rostro comenzando a tomar forma y parecerse vagamente a mí con algunas características de Aaron como la cabellera rubia cobriza, como la tenía Charlotte, como la tuvo mi amor cuando era aún más chico. Abrace a Aaron ocultando la mitad de mi rostro en su pecho, ahora sintiendo el aroma de él, me relaje yo cerrando los ojos, sus palabras hechas broma me hicieron sonreír e incluso reír por lo que nuestra pequeña se quejó pidiendo que la dejáramos y n la molestáramos, su sueño para ella era sagrado — Salgamos de aquí antes de que se despierte y luego a nosotros no nos deje dormir porque se pone necia —comencé a salir asegurándome de que el intercomunicador estuviera encendido para poder escuchar si lloraba, casi nunca lo hacía pero aun así me quedaba con un pendiente de que comenzara a llorar, pasaran horas y no viniera a tranquilizarla, yo tenía ese miedo. — Vamos a la cocina — cerré la puerta tras de mí y me acomode a su lado — Como se te ocurre poner acaso… ¡no! Aaron espera ¡No! — me tomo de costal sobre su hombro y eso realmente me despertaba — Bájame me voy a caer, — me sujete bien para no caer, en verdad sentía que caería en cualquier momento, las escaleras eran muchas y más para como me movía de arriba hacia abajo como si nada.

— ¡amor! —grite una última vez antes de llegar a la planta baja, me relaje ya una vez ahí, solo viendo como era que terminaba en la cocina y sentada en la encimera — Dejare que me cocines lo que tú quieras amor, lo que sea por mi estará bien — le atrape con mis brazos para besarlo por un rato para luego separándome lentamente — Hasta los macarrones con queso esos instantáneos por mi estarán bien, haz lo que quieras, luego nos relajamos un poco así como dices me gusta mucho tu plan— lo deje libre para que se moviera en la cocina, si quería cocinar que lo haga no le iba a impedir que lo hiciera, pensaba en todo aquello que le podríamos a hacer a Marinna para bautizarla pero no sabía bien que — Para el bautizo… que te parece si hacemos algo un poquito más familiar, ahora con eso de que tu y tu padre están expandiéndose en eso de los hoteles y restaurantes, no quiero que la ceremonia se haga mas política — levante los hombros y medio sonreí — Pero si puedes servir nieve con trozos de oro y regalar ferraris con blanco y rosa o.. ¿Qué carro dijiste? Me perdí en un momento entre las ocurrencias que decías —

Baje de la encimera y camine hasta él para volverlo a besar, olvidando que estaba cocinando no importaba, le atrape las manos para que las pusiera en mi cuerpo, para que lo acariciara, mientras yo acariciaba su cuello y su pecho — Creo que hay queso y uvas, con algunas frambuesas, tomamos algunas galletas, una botella de vino y vamos ya al jacuzzi ¿no? Que la verdad no tengo mucha hambre— me relamí los labios después de decir esto para saber qué opinaba, realmente quería ya ir y sumergirme en las burbujas, tome dos copas y el vino guiñándole el ojo, comencé a caminar sola hasta las escaleras esperando a que me siguiera, cuando llegue a nuestra habitación me quite la blusa y el short que llevaba, al momento que entraba él ya estaba parcialmente desnuda, lo vi de reojo medio sonriendo — Vienes o te quedaras viendo solamente…—