Universidad Brown
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NEW YORK CITY
2013
Dicen que a los trece años es una época donde los niños dejan de ser niños y pasan a ser adolescentes. Se revelan contra el mundo, les salen espinillas, empiezan a interesarse en el amor, en el sexo, a las chicas les viene la menstruación etc. Vamos, una época en que estos pequeños humanos están en pleno crecimiento y comienzan a aprender las verdaderas lecciones de la vida. Dura exactamente cinco años, hasta los dieciocho años, cuando supuestamente pasar a ser adultos.

Ahora mismo si estas planteándote en inscribirte en esta prestigiosa universidad es por que has pasado esta etapa, pero bueno, ¡eso cosa del pasado! Olvídalo, pon eso en un rincón de tu memoria.

Ahora estás viviendo el año 2013 en la Universidad de Brown, situada cerca del corazón de Nueva York.

¿Estás aquí por elección propia, por el sueño de convertirte en alguien famoso en la vida? ¿Por qué tus padres tienen una cuenta bancaria muy grande? ¿O tal vez por obligación?

Sea la razón que sea el resultado es el mismo, estas en una de las mejores universidades de América, pero aquí no te daremos 'la comida masticada' lo cual si de verdad deseas llegar a ser alguien en la vida tendrás que currártelo, aquí no regalamos nada.

¡Casi lo olvido! Tal vez exijamos mucho, pero tampoco descartes la idea de tener un poco de diversión. Fiesta, alcohol, sexo, drogas.

En resumen, el libertinaje total.

Para Algunos, la diversión significa dormir en tantas camas como sea posible, para otros, las compras y manicura son las cosas más importantes en su vida y siempre habrá los -por su padres- tienen dinero y reputación.

Pero dejando todo eso atrás, en la oscuridad de Brown se esconden varias personas que pertenecen a una especie de secta, un grupo donde su intenciones no son exactamente buenas. Se hacen reconocer por 'la logia', una panda de personas donde jugarán con cualquier persona que les apetezca. Les gusta ver sufrir a los demás, viven a costa de ellos. ¿Que pasa? ¿A caso tienes miedo de ser su próximo elegido? Tranquilo, como en los cómics y películas de Stan Lee donde hay un villano, hay un super héroe, e aquí nuestros super héroes se hace llamar anti logia, un grupo donde quieren la paz en la universidad y acabar con toda esa crueldad.

Y dime, ¿quien eres tu? ¿Eres un becado? ¿Un estudiante normal? ¿O tal vez te guste la idea de pertenecer a la logia? Otra posibilidad es que quieras cumplir el sueño de todo niño, ser un super héroe y pasar a ser miembro de la anti logia pero...

Seas lo que seas, se bienvenido a Brown University.
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Mensaje por Emily H. Valentine Vie Feb 15, 2013 4:00 pm

Salió de la biblioteca, bastante satisfecha de lo que había logrado. No solo había encontrado el libro que buscaba, sino que además había encontrado también a su chica. Tal vez tendría que visitar la biblioteca más a menudo. Incluso le había dicho que era buena novia, Brianna, en público. Eso quería grabado en su memoria hasta el final de los tiempos. Probablemente la hubiera besado sino fuera porque las hordas incordiantes de los novatos habían entrado como una estampida a la biblioteca. ¿Es que no sabían respetar las reglas? Ella lo hacía... la mayor parte del tiempo. Hala, ¿ahora quién iba a leerse su libro? Pfffff, sí, claro, Emily leyendo más de cinco minutos sentada y sin moverse o sin hablar. Pero sí hasta cuando leía en su cuarto se iba cambiando de postura cada dos por tres. Y Brianna también se había dado cuenta de que si estaba ella allí tampoco le sería posible concentrarse. Tenía esa facultar de turbar todo lo que se encontraba a su alrededor. Además, no le diría que no a estar solas en la fraternidad, ¿verdad? No, claro que no. En cuanto Bri aceptó en la mente de Emily se formo una mini-yo como las de los dibujos animados que gritaba y saltaba por todas partes. Pero la Emily mayor no saltaba de alegría, aunque tenía una gran sonrisa en el rostro que trataba de disimular.

Caminaron por la bonita universidad hasta llegar a la fraternidad juntas, pero no mucho. A Emily le haría mucha ilusión coger de la mano a Brianna por los caminos de adoquines y baldosas marrones, pero sabía que la morena no estaba preparada. Pero era paciente, y sabía esperar. No se le podía obligar a nadie a salir del armario a la fuerza, porque eso la convertiría en la misma mierda de persona que los critican, y eso no estaba bien. La briznas de césped, verdes, brillaban con la luz del sol, y en las fuentes que había colocadas cada ciertos metros se podía ver un pequeño arcoiris sobre ellas. La gente estaba tumbada en cualquier sitio, solos, en grupo o en parejas, y también se podía ver a unos cuantos chicos jugar a lo que parecía ser fútbol. Honestamente, eran un poco mancos a la hora de jugar al fútbol, porque se caían al suelo y perdían la pelota cada dos por tres. Pero parecía que se lo pasaban bien. Hubo un momento en el que uno de los porteros fue a parar la pelota con el pie, la pisó, se resbaló y cayó en plancha al suelo. Pero luego levantó la cabeza y comenzó a reírse, y sus amigos con él. Incluso a la rubia le sacó una sonrisa.

Llegaron a la fraternidad. Abrió la puerta y entró. Estaba más o menos ordenada, después de que tuvieran que limpiarla ya por necesidad, porque que hubieran pilas de latas de cerveza que se quedaran a la altura de nuestro jugador de baloncesto rozaba lo intolerable, lo antisanitario y lo humano.-¿Hola?-Asomó la cabeza antes de entrar. Aparentemente no había nadie y si lo había nadie contestó, así que eso era una buena señal. Emily cogió de la mano a Brianna, y la llevó escaleras arriba hasta su habitación. Al llegar a la planta superior, se adelantó a la morena y, en un exagerado intento de parecer una espía, se apoyó en la pared y miró a un lado y a otro de la planta. La zona estaba despejada y le indicó con el típico movimiento de las películas de guerra con la mano que podía pasar. Emily era un poco payasa en ese sentido. Se adelantó hasta su cuarto, que quedaba al fondo del pasillo y abrió la puerta. Espero a que Brianna entrara y cuando lo hizo, cerró la puerta tras de sí y echó el pestillo. Se lo había colocado expresamente porque sabía que la gente en la fraternidad entraba en las habitaciones sin llamar ni nada, y eso a ella le molestaba. Cuando le tocaba estudiar o estaba acompañada (como era el caso) lo ponía, pero el resto del tiempo su puerta estaba abierta para todo el mundo.-Siéntate donde quieras... si encuentras sitio.-Se rascó la cabeza. No tenía pensado traer a nadie, por eso tenía las cosas algo desordenadas. En su cama estaba el portátil y hojas de apuntes y en el escritorio más apuntes. Era curioso porque la pared detrás de su cama estaba llena de fotos de grupos, de amigos, de conciertos,posters, una bandera británica gay y la bandera gay universal por excelencia... y por otro lado, enfrente de su cama, y hacia donde miraba el escritorio, una pared completamente blanca, sólo decorada con un corcho donde colgaba sus horarios, sus exámenes...La idea era que así daba igual si estudiaba en la cama o en el escritorio, porque siempre miraría hacía una pared blanca y así no podría distraerse.
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Mensaje por Brianna C. Lewis Mar Feb 19, 2013 8:13 pm

Ya la biblioteca había quedado atrás. Las ideas de Brianna por hacer sus deberes también quedaban en el pasado. Pues una compañía como la de su novia no se podía rechazar. Y, por mas que se pudiera, tampoco se lo negaría. No siempre tenía el tiempo suficiente para pasar el rato con Emi como quisiera. El tema de Bri por, aún, no salir de ese maldito closet les impedía andar con libertad. Por la universidad ni se hablaba de caminar como dos orgullosas homosexuales. A veces, si encontraban algun lugar a solas, ni lo pensaban dos veces y se sacaban las ganas de todo ese tiempo de no verse. Por la fraternidad a veces también se les complicaba, pero ese día era el momento para compartirlo juntas. Brianna había visto muchas Tri Pi por el edificio, pero si Emily le había corroborado que ya no había nadie, debían correr hasta su habitación antes de que cualquiera pudiera arruinarles la idea.

Caminó a su lado durante todo el trayecto, comentando cosas sin importancia. Notaba la alegría, o al menos el gusto, que tenía porque ambas tuvieran ese rato juntas que siempre necesitaban. Brianna, obviamente, se sentía de igual manera. La morena podía parecer de un corazón totalmente frío, pero es que nadie nunca la había visto o conocido enamorada. Y al pasar por ese tipo de sentimiento agradable, cambiaba todo dentro de ella. Aún así no dejaba sus viejas actitudes de lado cuando estaba en público. Seguía siendo la Brianna Lewis a la que las mujeres, con novios, la miraban con ganas de asesinar. La que era temida por algunos. La que podía llegarte a intimidar con solo mirarte o incluso pasarte por al lado. Siempre se había mostrado de esa manera y se preguntaba si alguien había notado un mínimo cambio. Es que a veces no podia evitar demostrar ciertos sentimientos que se apoderaban de su cuerpo y sus acciones, como por ejemplo la felicidad y comodidad que sentía de tener a alguien a su lado, a esa persona especial que la acompañaba, a esa rubia por la que moría de amor todos los días, cada segundo de su vida.

No tardaron mucho en llegar a la fraternidad. Durante el recorrido pudieron contemplar todo el campus de la universidad y algunos deportistas practicando varios tipos de actividades. Tambien muchos alumnos deambulando por allí, tanto solos como acompañados. En las parejas veía tanta sonrisa que Bri quería dejar esa estupidez de no aceptarse como homosexual y besar hasta mas no poder a su novia. Pero todo eso seguía siendo muy fuerte para ella y la cobardía la invadía cada vez que pensaba en eso. Pero, ¿es que podía ser tan difícil?. Conocía gente que no había tenido problemas, desde un principio, gritar a los cuatro vientos su condición sexual, y realmente los admiraba. Pero Brianna había armado, o se la habían armado, tal reputación que tenía miedo que eso se desmorone y pasara a ser una doña nadie en cuestión de segundos. No parecía, pero el estatus era muy importante en una universidad como Brown. Aún así debía confiar en Emi y el apoyo que ella le daría. Pero, por mas que lo supiera dentro de lo mas profundo de su ser, le costaba creer en que eso pudiera pasar. No es que desconfiara en la ayuda de Emily, si no en todo lo demás. En todo lo que pudiera pasar después. Ya bastante se había especulado con anterioridad y no se le había hecho fácil disipar los rumores. Si todo se confirmaba, ¿que tenía que hacer?.

Una vez que el grande edificio de las Tri Pi se hizo visible para ambas, se acercaron y su novia fue la primera en abrir la puerta. A continuación habló asegurándose de que no hubiera nadie. Una vez todo fue corroborado, la rubia tomó la mano de Bri y la llevó directo a su habitación. Antes de entrar, Emi no pudo evitar hacer su acto de gracia actuando como toda una espía. Brianna rió festejandole todo; es qu todo lo que ella pudiera hacer era totalmente perfecto para la morena. Procedió a seguir con el camino cuando vio la señal y así fue como llegó y pudo entrar a su habitación. Escuchó la traba que le ponía pero tampoco le llamó mucho la atención. Estaba bien que pudieran resguardar todo lo que en esa habitación pudiera pasar. Clavó sus ojos en esas dos banderas. No era una novedad, sabía de su existencia en la habitación de Emi, pero era lo que uno podía observar a la primera gracias al gran tamaño y sus colores. -Ahora me hago un poco de lugar- Le sonrió cuando escuchó su comentario. Dio unos pasos y se acercó a los apuntes que se ubicaban arriba de su cama. Los tomó y los acomodó dejandolos encima del escritorio, también ordenando un poco los papeles que había allí. Los dejó en dos pilas, puesto que una se volaría al mínimo movimiento. No se trataban solo de dos finas hojas, a decir verdad. -Ahora no tienes los papeles todos esparcidos por ahí- Se encogió de hombros mientras regresaba a la cama y se sentaba de un salto.
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Mensaje por Emily H. Valentine Dom Feb 24, 2013 5:29 pm

Ahora que estaban en su habitación se sentía a salvo, como si fuera su pequeño refugio. Su habitación para ella era como su santuario, y era donde realizaba gran parte de su vida. Dormía, estudiaba, habitaba la mayor parte del tiempo... Además de que ella hacía muchas cosas en ella, la idea de compartir habitación nunca le había gustado. Ni siquiera cuando era pequeña con Connor. Estaba claro que iban a chocar : él era un chico, ella era una chica. Quitando lo que tuvieran en común no sería una convivencia muy agradable que dijéramos. Así que su madre tomó la mejor solución que podía tomar: darles habitaciones individuales. Desde pequeños, siempre tuvieron ese espacio propio y particular para ellos solos. Y cuando se hicieron adolescentes, lo agradecieron aún más. Emily sabía lo que su hermano hacía cuando cerraba la puerta y ponía música, pero prefería seguir manteniéndose en la inopia. Era su hermano, y lo seguiría queriendo con toda su alma, pero prefería ahorrarse el dinero en psicólogos que le supondría el trauma de encontrarse a su hermano en previo momento de ''auto-placer''. Admitámoslo, eso era como encontrarse a tus padres en pleno acto: tu lo sabes, sabes que hacen ciertas cosas como todos los seres humanos, pero no te apetece verlo. Bueno, a ella nunca le había pasado porque su madre era bastante discreta en ese término con sus maridos, pero vamos, era la típica escena de película que todo el mundo había visto sí o sí.

Le sabía un poco mal tener la habitación como una leonera, y más aún si Brianna estaba en ella. Normalmente, cuando sabía que la morena iba a venir ordenaba un poco para que fuera un sitio agradable, pero claro, el encuentro en la biblioteca había sido totalmente inesperado, así que no había tiempo para prepararse. Tampoco es que ella viviera entre la basura como si tuviera síndrome de Diógenes, pero estaba en época de exámenes, y tenía papeles por todas partes. Era increíble en que condiciones tan infrahumanas podía llegar a vivir un universitario. Eso se merecía una medalla o algo parecido.-Juro que no tengo síndrome de Diógenes, lo juro.-Le dijo a Bri mientras iba a coger bebidas de una pequeña neverita que tenía en su cuarto. Tenía que admitirlo: las neveritas para los cuartos eran el mejor invento que las fraternidades podían haber puesto en sus habitaciones. Eran muy prácticas para guardar cosas como agua, coca-colas, cervezas, polos... Cogió dos bebidas que tenía por ahí y se sentó de un salto encima de su cama. Se puso en forma india y le ofreció la otra bebida a Brianna.-Ten, gracias por ayudarme.-Y le sonrió.

Abrió la lata y pegó un sorbo de ella, mientras observaba de reojo a la morena. Era increíble, era preciosa, pero además de todo ello era inteligente, divertida, cariñosa, amable...¿Y había dicho ya que era preciosa? Sí, claro que sí, para obviarlo. Y quería preguntarle algo, pero no sabía como empezar.-Oye Bri, quería comentarte algo...-Se rascó la nuca, intentando buscar las palabras adecuadas. No quería asustarla, ni que pensara que la estaba obligando o algo parecido a hacer algo que ella no quisiera.-Mi madre viene a Nueva York esta semana para presentar su nueva línea de ropa en un desfile, y me preguntaba si tu me querrías acompañar...-Y ahora venía la parte importante.-...y conocerla.-Ale, ya lo había soltado. Conocer a su madre implicaba ciertas cosas, como que lo suyo ya era una relación seria. Pocas chicas habían conocido a su madre, pero Brianna era más especial que todas las anteriores.
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Mensaje por Brianna C. Lewis Dom Mar 03, 2013 7:10 pm

Ya estaba todo acomodado, todo listo para pasar un rato tranquilas. Estaban alejadas de la multitud, extraña, de la biblioteca y no tenían que preocuparse sus deberes mas que por ellas mismas. Estaba de más decir que le encantaba pasar tiempo con Emily, pero no dejada de recalcárselo a la rubia ni de decírselo a ella misma. Había estado acompañada miles de veces. No era una chica de tener un grupo grande de amigos pero tampoco se había sentido sola como para deprimirse, Brianna no se deprimía, al menos no en público. Siempre mostrando esa seguridad que la caracterizaba. Pero estar con su novia la cambiaba completamente. Se mostraba tal cual era, se comportaba mas transparente que nunca y era una Brianna totalmente distinta a la que todos veían cotidianamente. Totalmente romántica, devota a su pareja; definitivamente la amaba y sabía que ese amor valía la pena, que no podía salir lastimada estando con Emily. Era completamente perfecta para ella.

La observó moverse por la habitación y no pudo evitar reir con su comentario. Sí, tenía la habitación hecha un lío pero era entendible. Bri podía ser un poco mas ordenada pero ella también tenía sus días de estudios que no la dejaban ni siquiera poner un papel en su lugar. Es más, sacaba mas libros y hojas de las que debería; era un tema bastante complejo eso de ser estudiantes. -Gracias- Tomó la bebida y procedió a darle un corto beso para luego decir: -No importa que tan desordenada eres, cada día me gustas más- Imitó la acción de su rubia novia y abrió la lata para dar un sorbo de ella. El trago fué largo, no tanto como el de Emi que ya tenía la boca libre para hablar. Brianna la escuchaba mientras degustaba de esa bebida. -Claro, dime- Despegó, rápidamente, la lata de su boca y pasó la mano por esta para limpiarse un poco. La notaba un tanto nerviosa y eso puso a Bri también de la misma forma. Si estaba incómoda por algo sería, ¿que era lo que quería decirle?. ¿Algo con respecto a ambas?. Solo esperaba que no fuera nada malo y que no tuviera que irse de allí de mala forma. De echo, sería raro e inexplicable puesto que hacía pocos minutos estaban de lo más bien. Aún así la ansiedad no desaparecía en la morena y esperaba a que Emi continuara con lo que debiera.

Asintió cuando comenzó a comentarle sobre su madre y el desfile. El alivio se hizo presente y estaba a punto de gritar un entusiasmado "sí" cuando escuchó lo otro. Su expresión calmada se volvió un tanto seria. Conocer la madre o los padres de tu pareja era un paso demasiado importante en una relación; al menos así lo veía Bri. La morena siempre había tenido miedo de lo que sus padres pudieran decir de sus novias. Su padre aún no sabía de su homosexualidad. El estudio los alejó bastante a comparación del tiempo que solían verse y nunca encontró esa oportunidad para decírselo. Clarisse, su madrastra, lo sabe al igual que su madre biológica. Aun que a ésta última no la ve hace años y tampoco le interesa mucho lo que pudiera pensar sobre ella. Por lo que nunca había llevado una novia a su casa, al menos no con esa etiqueta y que Emi se animara a que su madre conociera a Bri, era algo importante de destacar y admiraba que tuviera la valentía para todo. -Bueno..- Dejó un poco la lata de lado dándola la mas mínima importancia. -Me tomas por sorpresa... Pero claro, te acompañaré- Le dedicó una media sonrisa. No sería un manojo de nervios pero debía admitir que se sentiría así cuando el día llegara. Luego no le costaría entrar mucho en confianza. Pero no sabía como era su madre ni como se abía tomado la condición de Emi en primera instancia, por lo que quería dar una gran impresión. -¿Tu madre lo sabe?. Digo, lo nuestro, ¿o se enterará allí de todo?- Preguntó. La verdad eso nunca lo habían hablado. La verdad nunca comentaban mucho de ambos padres de las chicas y se preocupaban mas por ellas y por esconder la condición de Brianna que otra cosa, por lo que le pareció el momento justo para inquietarse sobre ello.

Off.: Te dejé esperando mucho, perdoname >.< pero el estudio y la inspiración no me ayudan mucho u.u
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Mensaje por Emily H. Valentine Sáb Mar 16, 2013 8:22 am

Al principio su corazón estuvo a punto de pararse cuando escuchó el ''Bueno...'' de la morena. Se reprendía a sí misma por haber ido tan rápido. ''Tonta, que eres tonta. No se lo tendrías que haber soltado tan a la ligera, ¿o acaso a ti te gustaría que te lo hicieran?'', no, la verdad es que no, pero claro, para esas cosas nunca hay un momento perfecto. Aunque sabía que podía ser una petición algo delicada, ya que conocer a los padres de alguien es un gran paso y eso significaba que la relación era seria. Era secreta pero seria. ¿Podía ser las dos cosas a la vez? Bueno, ella raramente presentaba a chicas a su madre si no es que fueran realmente importantes. En sus veinte años de vida a lo mejor le había presentado a dos, pero después de estar muy segura y llevar tiempo juntas. Claro, Emily tampoco presentaba muchas chicas porque no le iba eso de estar con alguien a menos que hubiera algo especial, lo que había reducido mucho el número de potenciales presentaciones a su madre, ya que no le iba a presentar a una cualquiera. Con su hermano era diferente, pero tal vez se debería a que los dos eran muy parecidos y lo compartían todo, tal vez sería el hecho de ser mellizos. El caso es que se lo contaban todo: Connor le hablaba de sus conquistas, ella de las suyas, si una no les gustaba no tenían reparo en decirlo, se ayudaban mutuamente a ligar, prácticamente salían siempre juntos ya que tenían muchos amigos en común... A su hermano no le podía ocultar nada, ni él a ella, en cuanto uno estaba preocupado el otro se daba cuenta y viceversa, o si estaba triste.

Cuando le dijo que sí, tuvo la impresión de que llevaba aguantando la respiración durante toda su vida y soltó un profundo suspiro de alivio. La verdad es que estaba cagada de miedo de que Bri le dijera que no, porque entonces toda la situación se volvería un poco bastante incómoda. Eso habría supuesto que para Emily esta relación era algo serio y para la morena no, y nunca se había visto en esa coyuntura, ya que la rubia era siempre la despreocupada y la que no quería atarse y bla bla bla. Hay que ver como cambiaban las cosas, quién le habría dicho hace dos años que conocería a una chica con la que mantiene una relación en secreto pero se la presentaría a su madre. Pero claro, Brianna no era como las demás, era especial.-Yo no hablo con mi madre de chicas, a menos que sean realmente especiales para mí, y de ti le he hablado, así que ya se habrá hecho la idea de que estamos juntas.-Le dijo para tranquilizarla. No iba a ir como una completa extraña al desfile, aunque tampoco iba a ir como su novia totalmente. Emily detestaba referirse a sus parejas como ''novias'' ya que para ella eran personas, así que las llamaba por su nombre. Había avisado a su madre por teléfono y le dijo que iría con Brianna al desfile. Y ya está, no había dado más detalles.-Brianna Lewis, acabas de hacerme la chica más feliz de todo Nueva York.-Y se tiró encima de ella y empezó a hacerle cosquillas y a darle besos por todas partes. Estaba feliz, eufórica.
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Mensaje por Brianna C. Lewis Jue Mar 28, 2013 2:39 pm

Se acomodó un tanto en su lugar. La noticia o, mas bien, la propuesta la había tomado por sorpresa, de eso no había dudas. Pero no podía rechazarla. Se había dado cuenta de lo importante que era Bri en la vida de Emi y que se lo pidiera ya era otra cosa. Además lo hacía por ella; cualquier cosa haría por ella y eso tenía que saberlo. Terminó por sonreirle. No podía ser malo. Bueno, es que nunca había sido presentada ante los padres de nadie como novia, pareja o "mas que amiga", así que era algo totalmente nuevo para ella. Nunca le había sucedido ni con chicos y mucho menos con chicas. Es que Brianna era catalogada como una chica libre que le gustaba tener a un hombre diferente cada noche y, si bien estaba segura de llevar ese pape, últimamente lo dudaba de sobre manera. Sentía que ya todo el mundo no la veía de la misma forma y que, por mas que lo intentara, no era la misa Brianna coqueta y lanzada como solía ser. Tal vez ya era hora de que se fuera abriendo ante el mundo, pero eso era algo que tampoco quería ver ni admitir.

-Me gusta escuchar que soy especial- Amplió su sonrisa. Había dicho que le hablaba a su madre de las chicas cuando eran realmente especiales y, si sabía de Brianna, era por que sobresaltaba en la vida de Emi. Rió finalmente cuando sintió la primer cosquilla. ¿Podía ser que fuera tan débil con eso?. Y lo peor de todo era que para las demás personas era un juego atacar a Bri de esa forma y sobre todo cuando sabían de tu punto débil. No podía culpar a Emi de conocerla demasiado, y por eso se aprovechaba. Pero, viniendo de ella, todo era perdonado. A penas se tiro encima, y despues de poder librarse de las carcajadas, fue directo a su boca. Era inevitable no querer besarla y mas teniendola allí, pegada junto a ella. Intentó tomarla por la nuca para presionarla un poco mas y poder sentir sus labios con total precisión, pero no duró por mucho; Emi parecía querer seguir un recorrido de besos -y cosquillas, si podía- sin parar.

Si bien ese momento era para pensar en ellas o simplemente dejar la mente en blanco y llevarse por la situación, todo eso del desfile y la madre de Emily le había hecho click en la cabeza. ¿Que tal si aceptaba una vez que era homosexual y tenía una relación normal como cualquier otra?. ¿Cuanto tiempo podía durar con Emily a escondidas?. Agradecía todo el esfuerzo de la rubia, pero no veía mucho futuro manteniendose en secreto por mas que lo intentaran. Además, conocería a su madre, si con eso podía estar bien y segura, ¿por que no podía gritarlo a cuatro voces?. La sonrisa y satisfacción de Brianna habían pasado a un segundo plano y, de a poco, intento que Emi se detuviera para así poder acomodarse y comentarle su inquietud. -Emi...- La llamó, casi en un susurro, y se volvió a sentar. -Todo esto de tu madre me hizo pensar en algo- Comenzó. No sabía como abordar el tema pero, fuera lo que fuera, Emi estaría allí siempre escuchándola y entendiéndola. -Creo que es hora que salga del closet, ¿no?. Digo, estuve mucho tiempo fingiendo ser algo que ambas sabemos que no soy, y vivirlo en secreto no nos garantiza ningun futuro. Creo que tampoco es bueno para mi, así que estaba pensando en abrirme, que Brown y el mundo lo sepa. No se de que forma ni cuando, pero quiero que sepan de ti como mi pareja y que vean realmente lo enamorada y feliz que estoy por esto- Esbozó una media sonrisa. Quería comunicarle su dilema pero también que supiera que lo hacía por ella. Sí, la amaba muchísimo, como nunca había amado a nadie, se merecía todo eso. -No se que piensas- Agregó al ver que Emily no comentaba nada al respecto, algo que la tenía expectante.
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Mensaje por Emily H. Valentine Dom Abr 07, 2013 3:29 am

-Pues te lo diré cuantas veces quieras oírlo: eres especial, eres especial, eres especial.-Sonrió. Le alegraba saber que Brianna se sentía especial al ser mencionada a su madre, pero para ella lo era. En sus veinte años de vida,¿de cuántas chicas le habría hablado a su madre? ¿Dos, tal vez tres? Las relaciones no eran algo que fuera con ella, porque requerían un compromiso especial para con la otra persona, lo cual significaba no estar con otras personas. Emily lo aceptaba, y cuando estaba en pareja era extremadamente fiel (que no celosa) y parecía mentira que fuera la misma chica que soltera se andaba enrollando con todo el mundo. Vaaaaaale, a lo mejor y solo a lo mejor se le podía decir que en ese sentido era un poco ''pendona'', pero tampoco es que se montara ahí una especie de orgía o de estilo parecido. No, ella estaba soltera, salía de fiesta, ligaba (si el material era de calidad) y a veces pillaba y a veces no (mentira, pillaba siempre, lo que pasa es que algunas veces había que decir ''no'' porque las tías eran auténticas bombas). Pero claro, en pareja no iba a hacer eso, de hecho cuando salía con alguien en su mente se encendía un interruptor, llamémoslo ''monogamía mode'' que se ponía on, que daba igual lo borracha, colgada o caliente que estuviera, era imposible que se fuera con otra persona que no fuera su pareja.

Sus labios se juntaban cada dos por tres, pero ella seguía a lo suyo. No había prisa, no la había. Los pequeños besos y cosquillas solo eran un preludio, pero los preludios podían ser tan divertidos y excitantes como lo que antecedía. La piel de la morena era suave, cálida y bronceada, era como nadar en un mar de bronce. Si tenía que elegir su muerte, que fuera ahogada entre estas aguas. Sí, moriría muy contenta y feliz, la dulce muerte. Pero parecía que Bri no quisiera que muriera, al menos aún, qué egoísta por su parte. Paró y se incorporó en frente de la chica, sentada a lo indio mientras le escuchaba. La veía un tanto nerviosa, y no entendía por qué. ¿Qué le tendría que contar? Bueno, empezando con lo de su madre lo habría pensado hará no mucho. Cuando oyó lo de su salida del armario se quedó sin palabras, pero la verdad es que no lo reflejó. Continuó escuchándola, con cara inexpresiva, mientras la joven se seguía explicando. Por lo que ella decía, salía tanto por si misma como por ellas dos. La verdad es que ella pensaba que si en su aquél entonces hubiera tenido novia cuando su salida del armario, habría sido todo mucho más fácil. Después de unos momentos sin hablar, por fin se pronunció.-Guau, me dejas impresionada, la verdad... Creo que nunca había sido ninguno de los motivos por los que alguien había sido del armario, pero vaya, me halagas.-Rió nerviosamente y se rascó el cuello. El caso es que no quería que Brianna se sintiera presionada a hacerlo por ella, aunque ella decía que lo hacía también por si misma.

-Mira Bri, escúchame.-Cogió sus manos y las cubrió con las suyas.-Yo estaré en todo momento contigo, pero aunque esté a tu lado tú serás quién tendrá que dar el paso. Yo te puedo ayudar y aconsejar, pero todo el peso recaerá en ti, porque al fin y al cabo es tu sexualidad.-Y era cierto. Era Brianna quién salía del armario, no ella, así que era la morena quién tendría que hacerlo y confesarse.-Tu salida del armario no tiene por qué ser en plan espectacular, ni mucho menos, no es plan de que lo pregones en un concierto delante de millones de personas.-Río.Yo lo primero que hice fue contárselo a mi hermano. Después se lo conté a mis amigos más cercanos. Así no me costó tanto decírselo a mi madre. ¿Que aún así me costó? Sí. ¿Qué estaba asustada? No te lo puedes ni imaginar. Pero contar con el apoyo de todos ellos me ayudó, y me hizo darme cuenta de que mis verdaderos amigos me aceptarían fuera lo que fuera.-Acarició con el pulgar la mano de ésta.-Créeme que cuando lo saben tus más allegados y te apoyan, todo es mucho más fácil.
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