Al ritmo de la música » {Ocupado » Niurka K. Petrova }

Tic tac .. Tic Tac ..

Miré mi reloj, aún faltaba media hora. Bostecé tapándome la boca con la mano para no parecer grosero y hacerle pensar a la docente que su clase me estaba aburriendo. Al fin el día más anhelado por mi persona había llegado, las ultimas horas de estudio de aquel viernes estaban por finalizar y estaba ansioso por llegar a mi departamento y descansar libremente sin preocuparme de los trabajos y demás. Para mi felicidad mi profesora de televisión termino dejándonos un trabajo corto y simple del cual seguramente me iba a ocupar cuando llegara a mi casa. No me gustaba dejar las cosas para el otro día, además si aprovechaba el tiempo libre que me quedaba del viernes ya luego no me preocuparía más porque había fulminado aquel problema. Cuando se hizo la hora, metí mis libros, mi cuaderno y mi lapicera dentro de mi bolso y me levante dispuesto a salir.
Allí fue donde sentí una mano en mi hombro y di media vuelta, un compañero de clase se puso a hablarme de un lugar para ir esa noche, decía que se ponía interesante por las noches. Cansado por la semana decliné la invitación prometiendole que sería en otro momento, me escabullí entre las persona y me marche.

El viaje a casa fue corto, me gustaba caminar además el día estaba hermoso a pesar de ser ya tarde. Rebusque las llaves dentro del bolsillo de mis pantalones y abrí el cerrojo. Deje mi bolso sobre el sofá que estaba casi en la entrada y me dirigí hacía la cocina a prepararme algo de comer. Había estado todo el día en la Universidad y me había mantenido a base de café y rosquillas. Así que me prepare un trozo de carne al horno con papas azadas, abrí una botella de vino y cene mirando la tele. Luego de dejar lo que había usado en el lavaplatos me di una ducha y me senté en el sofá. Eran las once de la noche y yo metido allí ... Eso no me gusto para nada. ¿Estaría mi amigo en aquel bar? ¿Por que no? Sonreí de lado y me levante, me cambie de ropa algo más acorde para ir a un bar. Tome mis llaves, la billetera, el móvil y salí.

Sin conocer tuve que preguntar un par de veces a dos personas en la calle, amablemente me dirigieron donde debía ir, parecía que conocían bien el bar. La fachada era simple, con luces que eran típicas en los bares de New York. De entrada ya me agrado el lugar. Una música no demasiado fuerte sonaba en el ambiente, algunas mesas, poca gente, un escenario, una pista, la barra y los sillones. Elegante pero simple. Tome posesión de unos sillones, eran cuatro con una mesa en el centro. Había buscado a mi amigo pero no lo había visto, quizás se había arrepentido de ir. Enseguida una camarera se acerco a mi y me dejo una carta para ordenar. La mire por arriba y saque el móvil del bolsillo para mandar un mensaje, si no había ido le iba a decir si quería ir, que había cambiado de opinión. Minutos después se acerco la muchacha y tomo mi pedido: una copa de vino tinto, especial para mi.
Me recosté sobre el respaldo del sillón dejándome llevar por la música tranquila, a lo lejos podía ver como el lugar se llenaba, esperaba que no me sacaran de mi lugar.

Parecia que los dias en esta universidad no se acababan nunca, odiaba la clase de historia de la psicologia me parecia la tipica clase coñazo que solo asistias para subir nota.
Tras varias horas de clase, me fui a mi cuarto para descansar un poco, las horas aburridas como los dias tristes pasaban lentas. Tenia que hacer algo, para matar este aburrimiento progresivo que tenia por minutos y segundos. De pronto me vino una magnifica idea a la cabeza, ira un bar, tomar alcohol y fumar a gusto como siempre queria hacerlo.
Me fui al baño para ducharme, me quite la ropa y me meti en la ducha, cuando puse el agua a mi gusto, empeze a ducharme, tras media hora de ducha me seque lentamente mi cuerpo, me vesti muy casual y me dirigi a las afueras de la universidad.
Cuando me halle fuera de la puerta de la universidad, hize un gesto para parar un taxi, no iria en moto, pues tenia pensado beber y no queria tener un accidente de trafico. Me subi al taxi e indique al taxista donde ir, tras una hora y media de trayecto me baje del taxi,pagando la carrera, por suerte no tendria que pagar en el bar, solo lo que consumia, era lo bueno de los bares que no se pagaba entrada.
Me dirigi a la barra, Un kiwi con vodka-le dije al camarero con media sonrisa, rapidamente me lo sirvio y le di un leve sorbito, mientras observaba a la gente que pasaba por ahí.
La música invadia el local, eso me gustaba, me quede sentada en la barra observando todo, no fije mirada en ningun punto concreto, le pague al camarero mi consumicion, por suerte mi madre me pasaba dinero a mi cuenta corriente, o mas bien era mi padre quien lo hacia por deseos expresos de mi madre. Para mi yo no tenia padre, él no queria saber de mí y yo menos, para ambos, el otro estaba muerto, mejor asi.

Poco me duro la esperanza de que mi amigo me contestara, le había enviado un mensaje a su móvil cuando había llegado y ya hacía pasado media hora y perdí completamente las esperanzas de verlo allí. No me molestaba estar allí solo, realmente la soledad no era un problema para mi, pero llegaba un momento en donde me aburría de estar callado y comenzaba a divagar y eso no era bueno para mi mente. Tome un trago de mi copa y la deposite en la mesa, tenía un sabor dulzón, rico, fresco. Mi madre siempre había sido una gran disgustadora de vinos, no al tope de ser adicta pero siempre poseía una botella de lo mejor, ella y mi padre eran tomadores de años y sabían cual si o cual no. De ahí había aprendido.

Como había predijo anteriormente el lugar se había llenado, algunas personas se habían instalado en alguna de las mesas vacías y otras directamente se habían quedado paradas en la barra. Mire con cierta curiosidad a las personas, buscando rostros conocidos, algo que me diera pie a poder salir de la monotonía de la noche, pero parecía que iba a ser cualquier noche burda de New York .. Me lamente de no haberme quedado en mi departamento.
De pronto sentí que alguien se me acercaba, levante la mirada y observe a dos muchachas acompañadas de un hombre. Una de ellas me pregunto si no me molestaría dejarles la mesa ¿Descares? Quizás pero no me molesto, ellos parecían necesitarla más que yo. Le conteste que no me molestaba para nada, tome la copa entre mis manos y me marche de aquel sector, sintiéndome destituido de los sillones.
La barra a pesar de que era un mundo de personas se desocupaba de vez en cuando, busque un banquillo y me senté allí, apoyando uno de mis codos en la barra y inclinando el cuerpo de costado para tener un panorama general del lugar.

Una castaña me llamo la atención, no era de esos hombres que buscaban mujeres, había dejado de ser así hace mucho tiempo, pero su rostro se me hizo conocido. Tras haber permanecido tanto tiempo aburrido en Ammusmert Bar decidí romper yo mismo con la monotonía de mi noche. Sonreí de lado, algo coqueto, y mire a la joven. Ella había pedido su trago, algo usual en los jóvenes de entonces. - Buenas noches - salude amigablemente para llamar la atención de la joven - Perdona que sea tan entrometido pero simplemente te veo conocida - admití sin demasiado pudor. - New York es gigante pero personalmente me parece un maní - agregue a mi comentario anterior echando con este una pizca de humor -

Estaba jugueteando con mi posavasos mientras tomaba un poco más de la copa que habia pedido.
Observe a la gente que entraba y se movia por el bar, uno de los chicos que estaba alli, se acerco a mi y me pregunto aquello, tenia ganas de contestarle con alguna borderia habitual en mi pero en fin, estaba aqui para ser amigos no enemigos, Buenas noches-respondi educada a sus buenas horas, como me habian educado, despues escuche aquello y no supe como contestarle a ello.
Estudio en la Universidad de Brown igual me abras visto por ahí-comente mirandole con media sonrisa ladeada, deposite mi copa en el posavasos mientras lo observaba, cuando dijo eso de Nueva York me rei, comparado con Rusia, si es un maní-le dice mirandole sonriendo cuando me comento aquello, la verdad es que Rusia era un estado bastante grande y amplio, incluso mas que Nueva York, ademas por mi acento se sabia que yo era de rusia bueno media rusa media india, tenia doble nacionalidad, muchos lo sabian asi que, la india tambien es grande, tengo doble nacionalidad, rusa e india.-le dije mirandole, por cierto me llamo Niurka-me presente extendiendole la mano con la mejor educación del mundo, siempre era bueno presentarse para conocer gente nueva, quien sabia lo que depararia la noche, siempre estaba llena de sorpresas, algunas agradables, otras no, pero eran sorpresas al fin y al cabo.

La muchacha se mostró amable ante mi saludo, agradecí no recibir un insulto ya que algunas personas pensaban que el confrontamiento directo era un poco grosero, y si lo pensaba por lo menos lo había ocultado y eso me complacía en cierta parte. Mi duda fue saldada, seguramente la había visto en la Universidad, aunque Brown era demasiado grande como para recordar todo los rostros que veía a diario, de lo único que me sentía seguro es que no era de ninguna de mis clases de Fotografía o Televisión.
- Oh valla, entonces te debo haber visto de allí. También soy estudiante de ahí - confesé encogiéndome ligeramente de hombros mientras tomaba otro corto trago de mi copa depositandola en la barra nuevamente - Aunque seguramente en los pasillos ya que no te he visto en ninguna clase de Fotografía - agregue casualmente sonriendole de medio lado tratando de ser lo más amable que me permitía la noche. -

Fruncí el ceño tras su comentario - Una nacionalidad algo extraña debo admitir. Aunque no tengo el placer de conocer ninguna de los dos lugares que mencionas - admití torciendo las comisuras de mis labios. Me agradaba viajar pero en esos últimos años había estado allí dedicándome a la carrera por lo que tomarme un año sabático no había sido una opción valida. - Aunque me han dicho que son hermosos, ambos lugares - en la Universidad había personas de diferentes países y me había cruzado con algunos de allí, siempre los rumores eran de lo mejores aunque nada comparado con mi vieja y apasionante Francia. El glamour de esa ciudad no se podía comparar con ningún otra.

La muchacha se presento amablemente extendiendo su mano hacía mi en busca de una respuesta. Tome su mano por debajo, y quizás algo antiguo, me incliné un poco hacía la mano y la bese. Cosas, manías que uno tomaba cuando se juntaba con personas tan .. particulares. Levante la mirada y le sonreí de lado - Mme Niurka goût. Mon nom est Alexader - mi acento francés salió a relucir, sentía que si no lo utilizaba habitualmente se esfumaría rápidamente - Y para los pocos entendidos. Es un placer conocerla - volví a repetir la frase pero esta vez en castellano ya que me parecía grosero hablar así cuando la otra parte no sabía francés. -

No me has visto por allí, por que no estudio eso, si no psicologia-le comente mirándole con media sonrisa ladeada.
Escuche lo que me habia comentado de la India y de Rusia, sonrei ante lo que me habia comentado, sonrei de medio lado, son lindos pero sin duda prefiero Nueva York-le comente sincera mirándole, me tome un poco del kiwi con vodka, mientras lo observaba, me quede algo impactada cuando tomo mi mano asi y la beso, despues me hablo en frances, oh la bella Francia, otro lugar que me encantaba y deseaba conocer, el placer es mio-le comente mirándole, Así que eres de Francia, debo decir que es un pais precioso, me encantaria conocerlo alguna vez, como Italia-le comente mirándole sonriendo de lado, ¿que tomas?-pregunte mirandole, pues lo habia visto con una copa pero no sabia que podia contener, por eso pregunte, era una incondicional del vodka, me encantaba como buena rusa claro esta. Mire a la gente que llegaba parecia que muchos venian a divertirse y pasarlo bien la verdad es que para muchos nos venian bien hacerlo para desconectar de los estudios.
Asi que estudias fotografia, suena una carrera fascinante-le comente mirandole mientras seguia tomando de mi copa. Al menos mi padre por deseos de mi madre me mandaba dinero a mi cuenta asi que no tenia que preocuparme por el dinero.
Seguia mirando al chico medio sonriendo, la verdad es que siempre me gustaba hacer amigos, aunque me viesen de chica dura e inalcanzable en el fondo era como casi todo el mundo, una chica normal, pero las cosas que me habian pasado antes me habia echo así.
Suspire de lado recordando mis cosas pasadas, pero al instante negue con suavidad con la cabeza. Parecia que la noche se animaba poco a poco por mi genial la verdad.