¿Eres tú a quien busco? (M. André Vennon)

Deambule por el puto burdel porque me habían llamado para hacer un puto recado. ¿Quién se pensaban que era la recadera?. Lo cierto es que querían contratar a alguien musicalmente durante unos días paras las fiestas nocturnas. O eso tenía entendido. Lo cierto es que no entendía bien el porque no iba alguien mejor que yo. ¡Oh!, ¡como no!. La encargada de eso estaba de vacaciones. ¿Qué buena suerte no?.
Lo cierto es que no tenía ganas de hacer esos recaditos de mierda, pero no me quedaba de otra, al menos ganaba veinte o treinta euros de propinas de más.
Estos días había ido a unos pocos de lugares a hacer varias cosas y había pillado algo de dinero aparte, la verdad no iba a decir que no y bienvenido era todo. Ya que tenía muchas facturas que pagar y que llevar al corriente.

Hoy me tocaba ir a la casa de ese supuesto músico a buscarlo y decirle que le ofrecían un contrato, que sí lo deseaba. Y lo mejor tenía que convencerle de que firmase. Ya que Valhala (el burdel) cuándo desea algo no para hasta conseguirlo. Era un lugar codicioso, viciado y además lujurioso; donde el dueño la verdad tenía muchos billetes. Aunque a veces era como una familia, una familia de zorras las cuáles no se pueden confiar. En este mundo de la noche no se podía confiar mucho, ya que un día puede ser tú amiga y al otro tu peor contrincante, ya que había que gustar a la gente y quién gustase a la gente se llebaba más clientes, sí te llevas más clientes más pasta, sí tienes más pasta puedes pagar las cosas y poder vivir.

Cuándo llegue allí al burdel me dieron el papeleo con la dirección y todo. Y después me dirigí a la calle donde supuestamente vivía aquel hombre. Un hombre que no conocía de nada y que la verdad no sabía ni como era, ni nada.
Así que sencillamente me limite a mirar la casa corroborándolo bien para no confundirme, y después llame a la puerta y espere que abriera alguien. Escuche unos pasos que venían y me eche un leve vistazo a mi ropa colocándomela bien, debía parecer normal y no una furcia barata, ya que así no iba a convencer a nadie.

Cuándo abrieron la puerta pude ver a un muchacho de mi edad, o eso lo parecía, ya que era joven. La verdad me esperaba a alguien más mayor, aunque bueno quien se sabe lo que desean ahora y quien conoce mejor la música y el estilo de hoy en día.
Así que le mire después sonriéndole y le pregunte mirándole.— ¿Es usted Kenneth Gadiel Vennon?―.le dije y espere a ver su reacción y que me contestaba.

vestuario:

Dolor de cabeza. Eso era lo que tenía. La fiesta de anoche, la celebración con los del equipo de fubol había pasado de ser una noche tranquila a una fiesta fuera de control llena de alcohol drogas y sexo. Sonreí al recordar a la chica con la me había liado ayer, había estado detrás de mi toda la maldita fiesta, era parte del equipo de animadoras y como casi todas era una zorra.

Me levanté de la cama para buscar alguna pastilla o algo que pudiera terminar con mi martirio, fui hacia el baño y me lave la cara tomé un poco y camine hasta la cocina. Busqué en todos los cajones y puertas y no había ninguna pastilla de iboprufeno. Cuando cerré la puerta de uno de los estantantes mi cabeza quería explotar. — Kenneth — grité caminando hacía su habitación — Kenneth — entre a su habitación pero no había nadie, la cama estaba hecha y el cuarto olía a desodorante y perfume. No estaba. Genial. Cerré los ojos con fuerza y me senté en su cama. Abri su cajon de noche y e ahí mi salvacion una caja con solo dos pastillas. Eres un cabrón con suerte Vennon. Las tome junto con el vaso de agua que tenía Kenny en su mesa y me recosté. Puse mi mano en mi ojos y me volví a quedar profundamente dormido.

Desperté exaltado por algun sonido. El sonido de la puerta. Dios mio quien podría ser a estas horas, no estaba de humor para la visitas. Quizá era algun idiota del equipo. Gregory lo más probable. Me levante en solo el boxer con el quehabía dormido, quizá si salia así quien fuera que estaba tocando la puerta al verme en paño menores entendiera que no tenía ganas de atender a nadie. — Voy mierda! — Grite ante el timbre insistente. La abrí de una menara agresiva — Mira francesito más te vale que alguien se haya muerto si no juro que te voy a sacar la mierda — terminé de abrir la puerta y lleve una sorpresa, no era Gregory ni ningun idiota del equipo. Era una mujer, una mujer muy atractiva y hermosa sobre todo "Es usted Kenneth Gadile Vennon" Sonreí ante su pregunta... Mi hermano con una chica así? Levanté un ceja y me recargué en la puerte — Primero que nada disculpe mi lenguaje — dije tratando de sonar arrepentido — Y segundo ¿Qué se lo ofrece bella dama?