Henry Schoonmaker

Henry Damon Schoonmaker
25
Empresario/Multimillonario/Profesor
Profesor
Economista
Heterosexual
Inglés
24 de Mayo

GUSTOS
- Le encanta las bebidas con alcohol, desde un buen whiskey hasta el vino.
- Amante de los autos, le fascina tener el último que ha salido.
- Vestirse y lucir bien en todo momento.
- Las fiestas, la vida nocturna es su motivo de vida.
- La libertad, ser libre es lo que le apasiona.
- El coqueteo.
- Aunque le cueste admitirlo, el dinero.

DISGUSTOS
- La autoridad, le molesta que le impongan las cosas.
- La gente perfeccionista al extremo.
- Las injusticias.
- Las mujeres que aparentan ser más de lo que son.
- La vida sin lujos.
- Irónicamente, los negocios.


MANÍAS
- Morderse los labios cuando le gusta alguien.
- Romper las cosas cuando está molesto.
- Reírse de la gente en sus caras cuando dicen algo ridículo, no lo puede evitar.

ENFERMEDADES

DATOS CURIOSOS
- A veces lee poesía cuando está solo.
- La filosofía le apasiona.
- Embarazó a una chica cuando era muy joven pero perdió el bebé.
- Atropelló a alguien estando ebrio y su papá le pagó la fianza.
- Ha estado en grupos de rehabilitación para alejarse del alcohol.

Henry nació para ser un malcriado de esos que nadie puede soportar. Egocéntrico y sumamente encerrado en una burbuja de cristal a la cual pocos han logrado acceder. Cree que las cosas malas le pueden pasar a todo el mundo menos a él y no pararía de quejarse si algo realmente desafortunado le ocurriera. Terco como él solo, si se le mete algo entre ceja y ceja no hay quién se lo saque, especialmente cuando cree en eso con todo su corazón. Tiene un temperamento difícil que heredó de su padre, cosa que le cuesta admitir. Siempre quiere tener la razón y que se haga lo que él diga, por ello se siente impotente y realmente frustrado cuando las cosas no funcionan a su manera.

Con todo y eso ve la vida como un juego, coquetea con las mujeres que le plazca por que sabe que con una sonrisa suele tenerla a todas a sus pies, tiene muchísimos conocidos, sin embargo sabe que sus amigos verdaderos son pocos. De eso si se cuida Henry, de las personas que lo buscan por su dinero, pues sabe diferenciarlas muy bien. Fiestero hasta el cansancio, la noche es su aliada mientras el alcohol sobre y la música se escuche. Le gusta que la gente lo conozca, estar en la boca de la gente y que las personas lo inviten a todos lados, cosa que siempre pasa. La vida que ha llevado, con tantas comodidades lo ha vuelto demasiado flojo y por decirlo así consentido. No entiende el sentido del trabajo, y más cuando tiene dinero como para vivir durmiendo toda su vida. En el fondo siente pánico por perderlo todo, pues sí, es materialista al extremo.

A pesar de ser mujeriego, hasta él mismo se impresiona cuando está enamorado, cambia por completo, es atento y detallista, sumándole que muchas veces piensa más en esa persona que en él mismo, cosa que para Henry es todo un fenómeno. Estaría dispuesto a dar todo por la persona que ama, aunque eso es un conflicto interno con él mismo. Puede llegar a ser verdaderamente arrogante con su familia, y comportarse con frivolidad. Henry desde pequeño aprendió a manejar sus emociones, a ser un completo títere de la sociedad y del modelo que su papá le impone, sabe que si sigue lo que le pide el viejo entonces el obtendrá todo lo que desea. No obstante, detesta que se metan con sus decisiones, es por ello que frecuentemente pierde los estribos. A la final el joven Schoonmaker es un manipulador de primera, calculador e inteligente, pero con sus defectos, impulsivo, obsesivo, inmaduro.

Cosas que le favorecen, cosas que no, a la final es el hombre que toda mujer desea conseguirse en la calle, en un club o en cualquier lado; encantador, pícaro y respetuoso. El casi soltero de oro de Nueva York.

Henry nació en Londres, Inglaterra. Una cuna de oro rodeó sus días, una vida llena de lujos, millones de viajes y fiestas, para los Schoonmaker todo en la vida del pequeño era una celebración, desde la caída de su primer diente hasta los centímetros que crecía. Él era el heredero de la fortuna Schoonmaker, ya que tan sólo tenía una hermana mayor. Creció en los mejores institutos hasta que la empresa familiar tuvo auje en Nueva York y se mudaron allí cuando Henry tuvo 15 años. Su madre por mala suerte falleció ese Diciembre, para el joven Schoonmaker fué un golpe duro, nunca esperó perder a la única mujer que de verdad le robaba el corazón. Con ella matuvo una relación cercana, era una de las pocas personas que le brindaba sonrisas sinceras y abrazos cálidos, su mamá era la ventana a todos los secretos del joven. Luego de eso la relación con su padre empeoró, el multimillonario era frío y distante, lo único que hacía era exigirle a Henry una buena conducta para con la sociedad. Él se escudaba en las fiestas, bebía a desmedida ya que no tenía nadie que lo controlara, terminó la escuela a punta de pagarle a los profesores, comprar al director, a penas tuvo que abrir un libro en su vida. Tenía todo lo que cualquier chico de su edad podía desear, muchas chicas, autos para cada día, dinero inagotable, bebidas, una mansión de ensueño, libertad y nadie que le dijera que hacer. Cumplió los 20 y empezó a viajar por el mundo, se quedó en Paris en donde estudió Economía, le costó, pero lo logro poco a poco, además prefería salir bien y tener excusas para estar lejos de su padre y todo el caos que él representaba en su vida. Cuando regresó ya el viejo estaba casado con una mujer que apenas tenía dos años más que Henry, Scarlett, siempre le coquetea y le intenta dar ordenes, él solo se burla de como ella intenta robarle el dinero a su padre. No todo fué color de rosa para el regreso de Henry, pues su padre además le anunció que se lanzaría de Alcalde y que necesitaba un hijo digno. El castaño recuerda esa noche como ninguna otra, llovía demasiado, el despacho estaba oscuro, el olor a tabaco y la voz ronca de su padre "Tienes que casarte, con Elizabeth Herondale" . Henry conocía a la rubia, una correcta, una niña de la alta sociedad, la detestaba, de tantas odiaba el hecho de que fuese ella. Intentó quejarse pero el viejo le dijo que si no lo hacía lo dejaría en la calle, no le daría ni un centavo, se encargaría de hacerle la vida imposible, de cerrarle todas las puertas. Le habían tocado su punto débil, el dinero. A partir de allí su vida se convirtió en una pesadilla, no podía salir por las noches por que tenía que dar una buena imagen, tenía que pasar interminables horas con la insoportable de Elizabeth, que lo único que le daba era un trato extremadamente frío. Pero algo pasó, algo que Henry nunca esperó que ocurriera, se enamoró, en el peor momento, en el menos indicado, y de la persona equivocada: Dyanna Herondale. Además, se enteró de que la familia de las rubias lo hace por que ya no tienen dinero y la unión los beneficiaría.

El mundo se le ha hecho un lío, no sabe si renunciar a su vida por algo que él cree que es más grande que él, la ama con locura y se encuentra en un enredo del cual no sabe como salir. Sigue fingiendo y mientras tanto se va olvidando de su felicidad, de no mover ni un dedo tiene que trabajar en la empresa y además impartir clases en la prestigiosa Universidad de Brown, siente que su mente es un caos de pensamientos y emociones. A veces se pregunta si realmente una sonrisa sincera vale más que millones de dolares.