Y si este es mi mundo -Lyanna-

Las palabras de forma rápida y atropelladas salían de los labios de la bella muñeca - Si Maman, je sais- dijo mientras caminaba por la gran avenida rumbo a ver a una de las amigas de su madre en una tienda Prada- je viens, oui, oui- sus ojos azules se mostraron desesperados pues estos rodaron poniéndolos en blanco pero cuando su madre le advirtió que ese no era comportamiento para una chiquilla como ella no tuvo más remedio que parar su andar , respirar hondo y con un tono dulce y gracioso dijo - déjà ... Je suis désolé que tu as raison- sonrió como si su madre pudiera verla a través del teléfono y esta misma le pidió que los bosquejos que le iban a mandar eran muy importantes y que en su tarjeta tenía suficiente dinero para comprarse más ropa la cual le hiciera lucir elegante . Por un instante la hermosa chica pensó que podría elegir ella su propia ropa como todas las chicas “comunes” pero la voz de su madre le arruino el momento cuando esta dijo que la ropa ya había sido previamente seleccionada por ella y que esa ropa era la que el mostrarían- oui maman, je vais vous donner vos salutations – dijo cabizbaja por aquello pero no podía hacer nada, no quería desafiar a su madre ni a su padre aparte la moda era lo único que en verdad los mantenía unidos - au revoir – se le quedo viendo al celular y cerró los ojos un momento suspirando por sentir aquella opresión, se mantuvo así un rato sintiendo como el aire despeinaba su media coleta sujetada en alto con un listón azul del tono de sus zapatos , la gabardina blanca que llevaba hacia que su piel se notara más blanca y sus labios más rozados, el listón y los zapaos hacían juego con su ropa . Giro la cara y se encontró con su reflejo, al verlo se dio cuenta que parecía una mueca viviente y es que Asi era toda la ropa que le enviaban sus padres, siempre tenía que parecer un maldito maniquíes de esos que sus padres usaban para sus bellas creaciones, le entro coraje al verse Asi y en un arranque de ira se quitó el abrigo blanco y lo tiro al piso, si alguien lo levantaba no le importaba , le daba cual si costaba miles de euros, le pesaba, le picaba y le daba asco por eso lo había dejado ahí con desdén y se había apresurado a alejarse de aquel espejo enorme por lo cual llego a la entrada de la tienda en la que se suponía deba entrar.

A pesar de odiar ese trato por parte de sus padres no podía negarles nada, habían hecho tanto por ella y lo único que pedían ellos era que usara la ropa que le habían diseñado especialmente para ella y asi mostrar al mundo el trabajo de sus padres. Por lo tanto dio un pequeño empujón a la puerta y se arregló el cabello alisándolo y dejando que este cayera por sus hombros y la mitad de su espalda enroscándose las puntas de una forma graciosa y linda- Buenas tardes, señorita Le Febre?- pregunto con una tierna y dulce voz pues no se veía a nadie por ahí – Soy Rochelle… Le Roux?-entro como venadito hasta la mitad de la tienda y regreso- mi madre es Genevive Commesse- dijo mirando para todos lados pero no veía a nadie – Me ha mandado por mi ropa… - se quedó callada y se recargo en el mostrador admirando la joyería que se veía ahí.