2013
Ahora mismo si estas planteándote en inscribirte en esta prestigiosa universidad es por que has pasado esta etapa, pero bueno, ¡eso cosa del pasado! Olvídalo, pon eso en un rincón de tu memoria.
Ahora estás viviendo el año 2013 en la Universidad de Brown, situada cerca del corazón de Nueva York.
¿Estás aquí por elección propia, por el sueño de convertirte en alguien famoso en la vida? ¿Por qué tus padres tienen una cuenta bancaria muy grande? ¿O tal vez por obligación?
Sea la razón que sea el resultado es el mismo, estas en una de las mejores universidades de América, pero aquí no te daremos 'la comida masticada' lo cual si de verdad deseas llegar a ser alguien en la vida tendrás que currártelo, aquí no regalamos nada.
¡Casi lo olvido! Tal vez exijamos mucho, pero tampoco descartes la idea de tener un poco de diversión. Fiesta, alcohol, sexo, drogas.
En resumen, el libertinaje total.
Para Algunos, la diversión significa dormir en tantas camas como sea posible, para otros, las compras y manicura son las cosas más importantes en su vida y siempre habrá los -por su padres- tienen dinero y reputación.
Pero dejando todo eso atrás, en la oscuridad de Brown se esconden varias personas que pertenecen a una especie de secta, un grupo donde su intenciones no son exactamente buenas. Se hacen reconocer por 'la logia', una panda de personas donde jugarán con cualquier persona que les apetezca. Les gusta ver sufrir a los demás, viven a costa de ellos. ¿Que pasa? ¿A caso tienes miedo de ser su próximo elegido? Tranquilo, como en los cómics y películas de Stan Lee donde hay un villano, hay un super héroe, e aquí nuestros super héroes se hace llamar anti logia, un grupo donde quieren la paz en la universidad y acabar con toda esa crueldad.
Y dime, ¿quien eres tu? ¿Eres un becado? ¿Un estudiante normal? ¿O tal vez te guste la idea de pertenecer a la logia? Otra posibilidad es que quieras cumplir el sueño de todo niño, ser un super héroe y pasar a ser miembro de la anti logia pero...
Seas lo que seas, se bienvenido a Brown University.
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Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
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Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
Dicen que los ángeles cambian a los demonios
Restaurante | Verano | 12:00 Am |
Generalmente una persona normal invitaría a una chica a comer de noche, bajo la luz de las velas, pero justamente e ahí el pequeño detalle, yo no era una persona normal, cargaba sobre mis hombros demasiado muertos como para ser un ser dulce. Lo bizarro es que estaba detrás de una chica, una Gamma Phi, si era raro que me interesase por alguien que no sea de mi rubro, o sea una loca maniática ninfómana y asesina. Esa chica seria mía aunque deba tirar todo lo que logre hasta ahora, Kim, esa era la chica de la que iba detrás, era hermosa, tierna y hacia salir lados de mi que no pensé que alguna vez saldrían. Me encontraba en el baño, afeitándome, emparejándome bien la barba, tenia una sonrisa perfecta, sinceramente aunque no era por puro ego, era lindo, podría tener lo que deseara en segundos. Cuando termine, salí a mi habitación mirando la ropa ya lista en la cama, me la puse de forma lenta para quedar perfectamente bien arreglado, me puse un poco de perfume y una vez listo, baje las escaleras de la mansión.
Cuando baje las escaleras, mi madre estaba esperándome, me observo de lleno a los ojos, por ende alce una ceja tomando las llaves del auto. Se puso en mi camino para no dejarme salir, frene mirándola para ver que deseaba, la tome del brazo para sacarla bruscamente, la mire antes de salir o que ella haga algo.-Nunca..te pongas delante de mi de nuevo..no intentes hacerte la madre o te corto la lengua.-me miro seria soltándose, se marcho a otra sala, sonreí saliendo de la mansión. Había fuera un agradable sol, mi padre estaba en el jardín, va mi padrastro mi verdadero padre estaba muerto, creo. Sonrío saludándome por ende, seguí mis pasos sin verlo, no tenia ganas de que ese también se quiera hacer el padre. Subí a mi auto para arrancar, mire al de seguridad.-Tienen hasta las cinco de la tarde, quiero a esos dos fuera...-el hombre asintió, mis padres tenían su propia casa, no tenían por que venir a perturbarme en la mía sobre cosas que pasaron en el pasado; mi madre estaba alterada por que sentía la necesidad de meterse en mi vida, tenia miedo que la logia regresara, era un poco tarde si pensaba que ya no habían vuelto. El trafico era lento pero llegaría a tiempo, al parecer a Kim la acompañaría una amiga, eran las 11 de la mañana, teníamos que vernos a las doce en una pizzería, un restaurant elegante donde se comía de todo un poco.-
Miraba siempre al frente, no deseaba tener problemas, bastante ya tuve con ser investigado pero claro nunca encontraron respuesta a nada. Tenia siempre la espalda limpia, la policía era tan solo uno de los peones que la logia aun sigue controlando. Mis ojos miraron la calle, doble con calma para entrar al estacionamiento del restaurante. Frene dejando el auto cerca de la salida, al bajarme guarde las llaves en mi saco. Entre al restaurante, sonriendo al que me preguntaba si hice reservaciones, dije mi nombre y el de mi compañera que llegaría después, el mozo asintió para acompañarme a la parte de afuera donde una mesa estaba reservada para ella y para mi; una gran sombrilla protegía nuestras cabezas del sol.-Una botella de agua mineral sin gas por favor.-pedí mientras la esperaba, aun faltaban 15 minutos para que ella llegara, pero el caballero siempre debe llegar antes que la dama, si ellas llegaban antes que el hombre era una ofensa. Trajeron la botella de agua, la dejaron sobre la mesa después de servirla en un vaso y se marcharon. Tome el vaso entre mis manos, dándole un sorbo suave mientras miraba desde aquella altura a las personas ir de un lado a otro por las avenidas. Mire mi reloj, y después bebí todo el agua del vaso, me levante de mi asiento cuando ella llego, la salude con un tierno beso en los labios, si un beso en los labios, después de todo era la chica con la que "salía" o con la que estaba tal vez "intentando" algo.-Bienvenida.-mire al mozo.-Una pizza grande de muzarrela con jamón, y una botella de coca cola bien fría por favor.-asintió, se alejo de ambos para poder pasar yo mi atención a ella.-¿Encontraste fácil el sitio?.-dije sonriendo cálidamente.-
# Vestimental
# Auto
Ramona © Rachelia.org
Última edición por Velkan N. Asselborn el Mar Mayo 21, 2013 10:29 am, editado 1 vez
Velkan N. Asselborn- Fecha de inscripción : 11/10/2012
Re: Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
Mi mirada pasó a la de Yulia y esta comenzó a gritar a mi alrededor, diciendo que por fin tenía una cita de verdad. Fruncí el ceño y me crucé de brazos sonrojada- Vamos Yulia, no es mi primera cita con un chico-desvíe mi mirada- osea, que no es una cita, quedamos para vernos, para nada más-mi amiga comenzó a reír para luego besarme la mejilla, despedirse de mi y desearm suerte con mi 'no cita'. Realmente no sabía si era una cita o no, no sabía nada. Bueno, tal vez se devía a que solía ser muy tonta y no me daba cuenta de nada. Cuando el me dijo de quedar con el solo me dijo el lugar y la hora, nada más. Suspiré y negué con la cabeza varias veces. Debía irme a arreglar ya si no llegaría tarde, y no me gustaba hacer esperar a la gente. Agarré mis jabones y me fui a la ducha. Allí me encontré con varias compañeras de fraternidad que al parecer también habían quedado. Tras pasar una hora y media ya estaba en mi habitación. ¿Tanto tardaba en ducharme? Claro que no, solamente que mis amigas me habían entretenido. Cuando llegué abrí el armario y miré suspirando. Toda mi ropa era un tanto callejera, nada elegante. Entonces recordé que una vez Ariadna me había regalado ropa que le iba pequeña- Ariadna, como me acabas de salvar el día -murmure mientras sacaba las prendas del armario.
Ya lista me miré en el espejo sonriendo, mientras me mordía el labio inferior. Amaba ese tipo de estilo que las chicas de hoy en día usaba, el típico de ir arreglada hasta para el gym, pero supongo que no me sentía a gusto con tacones, ropa pegada al cuerpo y dejando gran parte de los pechos. -Vaya, si Vlad me viera estaría orgulloso de mi -dije aun mirando mi ropa. Desde que sabía su hija había querido que vistiera como Ariadna o Rebecca, quería que fuera por la vida más 'elegante' y no tan ancha, supongo que quería verme algo más linda. Tras contemplar un rato mi conjunto agarré mi iPhone, dinero y salí de la habitación cerrando la puerta con llave. Luego bajé las escaleras de las escaleras de la fraternidad, tratando de no caerme por culpa de los tacones, no estaba acostumbrada a ellos pero tampoco andaba lo suficiente mal como para parecer una gacela. Al salir a fuera unos cuantos chicos de la fraternidad me miraron impresionados, comenzaron a silbar y yo me sonroje frunciendo el ceño-Ni una palabra de mi ropa que os juro que os dejo de hablar-dije mientras me hacían un pasillo para que pasara por en medio de ellos. Al llegar a la acera me quedé mirando un tanto desconcertada, no había pensando como llegar hasta allí. De repente un coche paró enfrente y sonreí, era Yulia con su coche, abrí la puerta, me senté en el asiento y me abroche el cinturón para finalmente cerrar la puerta.
-Gracias Yulia, de veras, eres una buena amiga-decía mientras ella conducía tranquilamente por las calles de Nueva York. Si no llega a ser por ella ya me hubiera visto a mi con Sam, tacones en mano, aparcando el skate en una plaza para coche del restaurante para finalmente reír de la cara de la gente al ver como una chica arreglada acababa de venir en skate. Al pasar unos quince minutos ya nos encontrábamos ante el restaurante. No pude evita ponerme nerviosa, no quería salir del auto. De repente Yulia puso su mano en mi hombro y yo la miré. Ella sonrió calmada, soltando un delicado 'vamos, sal, te está esperando'. Sonreí ampliamente y asentí, saliendo de su coche pero antes dejando un beso en su mejilla. Arrancó y se fue, y yo seguí con mi mirada como se iba para luego darme la vuelta hacía el restaurante y respirar hondo. Caminé lentamente hasta la entrada y miré al mozo sonrojada, mencionando mi nombre. El asintió y comenzó a caminar, yo lo seguí hasta que mi mirada se fijó en la de Velkan. Caminé lentamente hasta el y sonreí por el beso. En un lugar no tan elegante hubiera corrido hacía el, gritando su nombre lo más fuerte que hubiera podido y finalmente besándolo por toda la cara, pero no, ahora era una señorita, pero a saber cuanto tardaría en ser yo de nuevo. -Gracias Velkan-sonreí apenada. Cuando este pidió la pizza no pude evitar suspirar, amaba la pizza y tenía hambre. ¿Tendría que comerla con cuchillo y tenedor? Miré al chico - Si si, bueno, Yulia lo encontró, ella se conoce toda la ciudad-desvíe mi mirada fijándome en el sitio, era demasiado refinado para mi.
Ya lista me miré en el espejo sonriendo, mientras me mordía el labio inferior. Amaba ese tipo de estilo que las chicas de hoy en día usaba, el típico de ir arreglada hasta para el gym, pero supongo que no me sentía a gusto con tacones, ropa pegada al cuerpo y dejando gran parte de los pechos. -Vaya, si Vlad me viera estaría orgulloso de mi -dije aun mirando mi ropa. Desde que sabía su hija había querido que vistiera como Ariadna o Rebecca, quería que fuera por la vida más 'elegante' y no tan ancha, supongo que quería verme algo más linda. Tras contemplar un rato mi conjunto agarré mi iPhone, dinero y salí de la habitación cerrando la puerta con llave. Luego bajé las escaleras de las escaleras de la fraternidad, tratando de no caerme por culpa de los tacones, no estaba acostumbrada a ellos pero tampoco andaba lo suficiente mal como para parecer una gacela. Al salir a fuera unos cuantos chicos de la fraternidad me miraron impresionados, comenzaron a silbar y yo me sonroje frunciendo el ceño-Ni una palabra de mi ropa que os juro que os dejo de hablar-dije mientras me hacían un pasillo para que pasara por en medio de ellos. Al llegar a la acera me quedé mirando un tanto desconcertada, no había pensando como llegar hasta allí. De repente un coche paró enfrente y sonreí, era Yulia con su coche, abrí la puerta, me senté en el asiento y me abroche el cinturón para finalmente cerrar la puerta.
-Gracias Yulia, de veras, eres una buena amiga-decía mientras ella conducía tranquilamente por las calles de Nueva York. Si no llega a ser por ella ya me hubiera visto a mi con Sam, tacones en mano, aparcando el skate en una plaza para coche del restaurante para finalmente reír de la cara de la gente al ver como una chica arreglada acababa de venir en skate. Al pasar unos quince minutos ya nos encontrábamos ante el restaurante. No pude evita ponerme nerviosa, no quería salir del auto. De repente Yulia puso su mano en mi hombro y yo la miré. Ella sonrió calmada, soltando un delicado 'vamos, sal, te está esperando'. Sonreí ampliamente y asentí, saliendo de su coche pero antes dejando un beso en su mejilla. Arrancó y se fue, y yo seguí con mi mirada como se iba para luego darme la vuelta hacía el restaurante y respirar hondo. Caminé lentamente hasta la entrada y miré al mozo sonrojada, mencionando mi nombre. El asintió y comenzó a caminar, yo lo seguí hasta que mi mirada se fijó en la de Velkan. Caminé lentamente hasta el y sonreí por el beso. En un lugar no tan elegante hubiera corrido hacía el, gritando su nombre lo más fuerte que hubiera podido y finalmente besándolo por toda la cara, pero no, ahora era una señorita, pero a saber cuanto tardaría en ser yo de nuevo. -Gracias Velkan-sonreí apenada. Cuando este pidió la pizza no pude evitar suspirar, amaba la pizza y tenía hambre. ¿Tendría que comerla con cuchillo y tenedor? Miré al chico - Si si, bueno, Yulia lo encontró, ella se conoce toda la ciudad-desvíe mi mirada fijándome en el sitio, era demasiado refinado para mi.
- Ropa:3:
Kimberly M. Miller- Fecha de inscripción : 01/03/2013
Re: Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
Dicen que los ángeles cambian a los demonios
Restaurante | Verano | 12:00 Am |
Sonreí al ver a Kim, era hermosa de la cabeza a los pies, para muchos era un niña que no sabia el sentido de la vida, un malcriada llorona nenita de papito, sin embargo a mi me interesaba. Sin Vlad nunca logro verme en persona tenia el buen agrado de poder manifestarme delante de este siempre que yo deseara, le pisaba los talones desde hace tiempo, después de todo para la logia su presencia en Brown aun era necesaria sabia como dentro de poco lo tendríamos contra la pared, me quede en silencio mirando a Kim. Para después ver como observaba el restaurante que claramente era bastante fino, yo estaba acostumbrado a sitios así por que mis padre me criaron en lugares como estos, iba a fiestas familiares donde cada tenedor estaba hecho de oro, claro estaba que yo era un Asselborn, una de las familias mas adineradas en Alemania y Londres, antigua sin duda pero poderosa en cuanto a lo político. Sin duda toda mi familia se vio afectada por la muerte de Chris, las acusaciones bajo nuestro nivel de poder pero hoy en día somos los mas votados en Alemania, la gente sin duda es mas cruel que amistosa, y mas que nada, en Alemania, donde aun se sigue creyendo en la pereza de la raza.
-Yulia, es una persona muy amistosa, siempre esta contigo sin duda se merece un premio a la amistad por siempre estar presente, creo que le daremos un regalo por traerte aquí sana y salva, no creo que en patineta con ese vestido hubiera sido apropiado venir, el viento dejaría que se te vea emmm muchas cosas y claramente tendría que salir a asesinar gente.-justo en ese momento el mozo trajo la pizza, bien cortada sirvió una porción en cada plato, sirvió las bebidas en cada copa para luego marcharse. Mire a mi costado a un anciano de 70 años mas o menos, me levante estrechando su mano.-Primer ministro, es grato verle por la ciudad, ¿como esta su esposa?, me entere que su nieta gano en las competencias colegiales, la verdad una familia grata.-conversaba con el hombre, elegante y refinado el cual sonreía, claramente mi forma de hablar era increíblemente educado, sabia como acomodar mi dialecto con las personas, después de todo, siempre fui el pequeño de los Asselborn que mejor educado por el abuelo había sido.-Gracias, espero que se quede en la ciudad, seria un placer que cenara con nosotros, claro que si..Cuídese señor.-comente observando como se iba del restaurante, me senté con Kim mirándola con una sonrisa amable.-Es el primer ministro de Londres, es un hombre grandioso, deberías conocer a su nieta, es una niña prodigio, a sus 12 años ya gano tres intercolegiales en matemáticas, lengua y natación, es una niña de oro. Ademas su familia es amistosa, después de comer iremos a un estudio fotográfico ahí trabaja su hija la cual quiere conocerte, te dará puertas para cuando termines los estudios o cuando quieras.-si, en efecto, tenia una amplia gama de contactos en todo el mundo, mi familia, mi padre muerto en especial, la logia nos abría puertas a todos.-
Mi mente estaba centrada en sus facciones, tome la pizza con mis manos para darle una mordida, pecado seria tener que andar comiendo esto con tenedores, mi vista paso a la pantalla de plasma a un lado, las noticias anunciaban que en la tarde el clima estaría lluvioso así que seria perfecto para estar en el estudio fotográfico, bebiendo algunos cafés, dejando que Kim hiciera contactos y que así su carrera fuera mas grata, ademas la chica me gustaba mucho, quería que fuera mía, solamente mía. Por tal motivo mis manos sujetaron la copa para darle un sorbo a la bebida.-Cuando..hablamos la otra vez..si tengo que serte sincero tu boca es una gloriosa perdición, me gustas mucho, así que por ende esta salida que ni yo se si es una cita, es especial para mi; se que apenas nos conocemos pero de ti se todo, no fue difícil averiguarlo, tu amiga Yulia se presto bastante bien a contarme tus gustos, lo que no te gusta, ella accedió feliz mientras que la pases genial, si es cómplice mía y lo siento mucho pero necesitaba saber de ti.-comente volviendo a mi comida pero antes de morder le mire.-Espero que podamos vernos mas seguido, cuando alguien me gusta no paro hasta que sea mía.-comencé a comer de nuevo, sonrojándome un poco.-
Ramona © Rachelia.org
Última edición por Velkan N. Asselborn el Miér Jun 05, 2013 11:51 am, editado 1 vez
Velkan N. Asselborn- Fecha de inscripción : 11/10/2012
Re: Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
Nunca habría llegado a pensar que acabaría estando en un sitio como este, y menos con el gran Velkan Asselborn. Lo había visto cerca de la universidad hablando con otras chicas, seguramente ligando con ellas, y también alguna vez hablando con Augus y Aaron, debían ser sus mejores amigos pero nunca antes habíamos intercambiado palabra. Desde el primer día que lo vi ya me había fijado en el, en sus actos, y al cruzarme con el lo había con la cabeza agachada por vergüenza de que me hablase o que nuestras miradas se cruzasen, y a pesar de todos eso miedos ahí estaba yo, delante de el, después de que llegara y me besara. Bajé la mirada y sonreí apenada, estaba feliz. Digamos que para mi Velkan era como un amor platónico ya que para empezar el no era el típico chico que debería andar con una chica como yo, es decir, una chica infantil y inmadura, un tanto caprichosa ya que si no tiene lo que quiere se pone a hacer berrinches, y sobre todo una chica celosa, resumiendo, una chica insoportable. Velkan parecía el tipo de hombre que le gustaban las chicas ya maduras, con compostura, vamos, una chica con dos buenos melones no con mis pequeñas aceitunitas, lo cual si se me hacía bastante raro que el me hubiera 'elegido', por decirlo de alguna manera ya que el y yo no eramos nada más que dos personas que se veían, tal vez que se gustaban como algo más.
-Yulia es alguien genial, al igual que Ariadna. Ellas son mis mejores amigas, sobretodo Arianda –bajé la mirada seguida de una risa- A Ari le debo muchísimo, es como la madre que he necesitado estos dieciocho años, ¿sabes? Siempre a estado a mi lado apoyándome, animándome y haciéndome reír cuando Cheslav me dejó tirada –lo miré algo impresionada por lo que acaba de decir y seguidamente desvía la mirada, tratando de cambiar de tema- Vamos Velkan, no exageres, ¿comenzar a matar a la gente? –reí para luego mirar al mozo poner una porción de pizza en mi plato, y antes de que pudiera hincarle el diente mi mirada pasó hacía ese viejo hombre, sorprendiéndome por que al parecer era el primer ministro de Londres. ¿Tan importante era la familia Asselborn? Realmente no lo sabía, ¿y si ahora pensaba que estaba saliendo con el por la gran fama y la riqueza? Suspiré negando con la cabeza, no era momento para inseguridades- No me gustaría conocer a su nieta, sería raro ver que una niña a conseguido más cosas en la vida que yo –reí para luego sonrojarme, desviando la mirada- No hace falta Velkan, no quiero molestar a su hija, supongo que tendrá mejores cosas que hacer que conocer a una novata –lo miré aun con sonrojo- ¿No crees? –sonreí tiernamente, esa sonrisa que era tan típica de mi.
Al ver que el chico agarraba la pizza con ambas manos suspiré aliviada al saber que la gente de clase alta también comían como la pizza con las manos. Hace varias semanas, haciendo zapping tratando de encontrar algo con que poder entrometerme me topé con un programa donde salían dos hombres (ya mayores) situados en una refinada pizzeria de Venecia. Cuando les trajeron las porciones estos agarraron cuchillo y tenedor y comenzaron a comer con ellos. A mi punto de visto me pareció una tontería, pero tal vez era así como comían la gente con modales, pero al parecer era mentira ya que Velkan no lo hacía, o tal vez si, no lo se. Yo venía de una familia adinerada y refinada, pero como solía decir mi madre ‘eres la oveja negra de la familia’. -¿Qué? –comencé a temblar al escucharlo, me sonrojé como un tomate, no podía creer lo que estaba escuchando. Las palabras del chico me habían topado por sorpresa ya que no esperaba que el me fuera a decir algo así, y menos que se hubiera tomado la molestia de hablar con Yulia para conocerme más a fondo- Velkan yo… -no tenía palabras, no sabía que decir. Me levante para ir hacía el y me senté encima, tomándolo de las mejillas y besarlo con ternura, cerrando los ojos. Al pasar varios segundos me separé de le y lo miré a los ojos, a esos ojos azules que tan loca que volvían- Cuando quieras podemos vernos, osea yo –desvíe la mirada aun sentada sobre de él, totalmente sonrojada- Me encantas Velkan Asselborn, muchísimo. Me has dejado sin palabras. Hacía tiempo que nadie me decía algo así y yo… No estoy acostumbrada a cosas así, ¿sabes? –lo miré de reojo, esta vez sonriendo tímidamente- Para ser franca para mi esto es como un sueño, es decir, yo te veía patrullar cerca de la universidad, hablando con otras chicas mejores que yo, y pensaba que acabarías con algunas de ellas, y mira, aquí estoy, sobre de ti en un lugar donde tendría que decirte las cosas desde el otro lado de la mesa ya que levantarse cuando uno está comiendo está feo, pero es que me encantas Velkan –lo miré- El día que nos conocimos, que te me acercaste, que tus labios se juntaron con los míos, ese día que pude ver el tono azulado de tus ojos desde cerca, ese día fue para mi increíble, no se, es algo extraño –sonreí tiernamente- Me gustas, muchísimo –me volví a acercar a el para besarle en la comisura de los labios, para luego pegar mi frente con la suya y suspirar sonriendo. Si esto estaba siendo un sueño no me gustaría despertarme.
-Yulia es alguien genial, al igual que Ariadna. Ellas son mis mejores amigas, sobretodo Arianda –bajé la mirada seguida de una risa- A Ari le debo muchísimo, es como la madre que he necesitado estos dieciocho años, ¿sabes? Siempre a estado a mi lado apoyándome, animándome y haciéndome reír cuando Cheslav me dejó tirada –lo miré algo impresionada por lo que acaba de decir y seguidamente desvía la mirada, tratando de cambiar de tema- Vamos Velkan, no exageres, ¿comenzar a matar a la gente? –reí para luego mirar al mozo poner una porción de pizza en mi plato, y antes de que pudiera hincarle el diente mi mirada pasó hacía ese viejo hombre, sorprendiéndome por que al parecer era el primer ministro de Londres. ¿Tan importante era la familia Asselborn? Realmente no lo sabía, ¿y si ahora pensaba que estaba saliendo con el por la gran fama y la riqueza? Suspiré negando con la cabeza, no era momento para inseguridades- No me gustaría conocer a su nieta, sería raro ver que una niña a conseguido más cosas en la vida que yo –reí para luego sonrojarme, desviando la mirada- No hace falta Velkan, no quiero molestar a su hija, supongo que tendrá mejores cosas que hacer que conocer a una novata –lo miré aun con sonrojo- ¿No crees? –sonreí tiernamente, esa sonrisa que era tan típica de mi.
Al ver que el chico agarraba la pizza con ambas manos suspiré aliviada al saber que la gente de clase alta también comían como la pizza con las manos. Hace varias semanas, haciendo zapping tratando de encontrar algo con que poder entrometerme me topé con un programa donde salían dos hombres (ya mayores) situados en una refinada pizzeria de Venecia. Cuando les trajeron las porciones estos agarraron cuchillo y tenedor y comenzaron a comer con ellos. A mi punto de visto me pareció una tontería, pero tal vez era así como comían la gente con modales, pero al parecer era mentira ya que Velkan no lo hacía, o tal vez si, no lo se. Yo venía de una familia adinerada y refinada, pero como solía decir mi madre ‘eres la oveja negra de la familia’. -¿Qué? –comencé a temblar al escucharlo, me sonrojé como un tomate, no podía creer lo que estaba escuchando. Las palabras del chico me habían topado por sorpresa ya que no esperaba que el me fuera a decir algo así, y menos que se hubiera tomado la molestia de hablar con Yulia para conocerme más a fondo- Velkan yo… -no tenía palabras, no sabía que decir. Me levante para ir hacía el y me senté encima, tomándolo de las mejillas y besarlo con ternura, cerrando los ojos. Al pasar varios segundos me separé de le y lo miré a los ojos, a esos ojos azules que tan loca que volvían- Cuando quieras podemos vernos, osea yo –desvíe la mirada aun sentada sobre de él, totalmente sonrojada- Me encantas Velkan Asselborn, muchísimo. Me has dejado sin palabras. Hacía tiempo que nadie me decía algo así y yo… No estoy acostumbrada a cosas así, ¿sabes? –lo miré de reojo, esta vez sonriendo tímidamente- Para ser franca para mi esto es como un sueño, es decir, yo te veía patrullar cerca de la universidad, hablando con otras chicas mejores que yo, y pensaba que acabarías con algunas de ellas, y mira, aquí estoy, sobre de ti en un lugar donde tendría que decirte las cosas desde el otro lado de la mesa ya que levantarse cuando uno está comiendo está feo, pero es que me encantas Velkan –lo miré- El día que nos conocimos, que te me acercaste, que tus labios se juntaron con los míos, ese día que pude ver el tono azulado de tus ojos desde cerca, ese día fue para mi increíble, no se, es algo extraño –sonreí tiernamente- Me gustas, muchísimo –me volví a acercar a el para besarle en la comisura de los labios, para luego pegar mi frente con la suya y suspirar sonriendo. Si esto estaba siendo un sueño no me gustaría despertarme.
Kimberly M. Miller- Fecha de inscripción : 01/03/2013
Re: Dicen que los ángeles cambian a los demonios(Kimberly M. Miller)
Dicen que los ángeles cambian a los demonios
Restaurante | Verano | 12:00 Am |
Escuchaba atento a sus palabras con media sonrisa, era una chica muy dulce la verdad, solo hablaba como si el diablo no tuviese un punto débil para callarlo. Tal vez los nervios le hacían hablar por que me nombro a su ex pareja, note de inmediato como cambiaba de tema. El amor no siempre es lo que parece, muchos te dicen que te aman cuando en realidad esperan solo algo a cambio, en su caso sabia que se trataba de su virginidad. La gente solo pensaba en eso, y aunque era una persona que pensaba que él sexo era importante en una relación nunca obligaría a nadie a hacer lo que uno no quiere; ni estando con la logia viole a una persona menos que menos lo haré ahora. Mis manos sujetaban la comida dejándola sobre la mesa.-Mmm te diré que ella hablo conmigo anoche, le comente sobre tu persona, me dijo que le encantaría verte esta tarde noche, después de todo ella alguna vez fue una principiante, así que no se dice mas, iremos después de comer para que la conozcas, es una gran fotógrafa, se encarga de todas las fotografías familiares, ademas también pinta, es una gran mujer.-comente de forma agradable, refinado en cada palabra o gesto, era un hombre ingles con apariencia de Alemán, era educado como me enseñaron a serlo, era serio y eso tal vez causaba efecto de atracción.-En cuanto a tu ex, tonto debió ser para dejarte ir. Yo escuche en la universidad lo que me decían de ti, que eres la virginal..la niña que todos quieren desvirgar para hacerse saber que no hay mujer en este mundo con dignidad. No me agrado escuchar ese tipo de cosas.-comente mientras dejaba la pizza en el plato, limpiándome la boca y bebiendo un poco de mi bebida.-
-A mi que me importa si eres una sacerdotisa que nunca tendrá sexo en su vida, yo me enamoro de la esencia de las personas. Me enamoro de los gestos que nadie mira, una sonrisa, una caricia o un beso..me bastante para saber que esa persona me ama...pero el sexo aunque es necesario en una pareja no es algo que me desespere la verdad, pase dos años de mi vida sin relaciones, no me interesan por la vida no me dio alegrías la verdad, para pensar en ese tipo de cosas. Ademas no es solo sexo..es mas lindo hacer el amor con quien amas que acostarte con alguien que apenas y recuerda tu nombre.-dije mientras miraba por la ventana en silencio, era un ingles muy conservador, amante de las grandes tradiciones, y aunque en el pasado rompí con muchas ahora en el presente estaba recuperándolas.-No se que hizo tu ex..tampoco me interesa, pero no cometeré su error..no te dejare ir.-pase la mirada sobre ella para sonreírle apenas un poco. Se levanto de donde estaba sentada para venir sobre mi, le permití sentarse y bese sus labios de la misma forma tierna que ella besaba los míos, me quede en silencio mirando sus hermosos ojos cuando abría los labios para decirme cosas que me agradaban bastante la verdad.-
-Esas chicas solo querían saber cuando estaba soltero. Pero no me interesaba ninguna, sean lindas o por sus familias respetables, ninguna de ellas estaba en mi mira. Solo quería saberlo todo de ti, así que cuando tuve la oportunidad de acercarme, hablarte aunque pareciera que te daba vergüenza me acerque. Se que no fue la manera mas correcta del mundo decirte que me gustaba con aquellas bromas pesadas pero...no soy tampoco el hombre mas romántico del mundo...tampoco se expresar mis emociones.-comente rascándome la mejilla para después abrazarla por la cintura, no era el ser mas dulce de este planeta, de todos los Asselborn pese a mi corta edad era el peor, era una persona temida por muchos de los integrantes de mi familia, era un gran mostré. Desde pequeño había nacido con el don para hacer que las personas me tuvieran mido, así fue durante mis tiempos de gloria. Tras la muerte de Christopher empecé a ver las cosas desde otro punto, veía a las personas con ojos diferentes, pase por una gran metamorfosis, ya no era ni la sombra de lo que solía ser, pero mi arma mas fuerte seguía conmigo, "la voz", capas de generar amor y capaz de destruir a quien se me cruzase por delante.-
-Solo me gustas tu...quiero que esto funcione..pero no lo lograre solo...necesito que me ayudes a que pueda demostrar lo que siento...necesito que me ayudes a que esto funcione. Quiero amarte Kim, quiero estar siempre para ti, con tus virtudes o tus defectos, quiero que seas mía..no me importa cuanto deba esperar, ahí estaré...para cuando me necesites...aunque me envíes a la lista de amigos..yo estaré ahí por que me gustas mucho y por que importas demasiado.-comente para luego mirarla fijamente a los ojos, demostrando mi sinceridad total. Me acerque a sus labios, besándolos de forma tierna para pasar a un aire mas apasionado, apegándola mas a mi, al parecer la atracción era mutua pero yo sabia frenar, sabia controlar mis impulsos. Me aleje de sus labios para abrazarla.-No sabes lo feliz que me hace saber que soy correspondido.-sonreí de lado, mirando aun por la ventana y luego tras separarme del abrazo mirar sus ojos.-Me gustas mucho..y siempre estaré cuando mas me necesites.-susurre cálidamente sobre sus labios, sin llegar a besarla.-
Ramona © Rachelia.org
Velkan N. Asselborn- Fecha de inscripción : 11/10/2012
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