Todo lo que nos gusta es ilegal, inmoral, o engorda {Kimberly M. Miller}

Me despertó el sonido de las notificaciones de mi teléfono. Gruñí y me giré sobre mi misma, en la cama, para poder cogerlo y ver que pasaba. Alguien le había dado al like en una foto mía, lo cual me era completamente indiferente, aunque agradecí que me hubiera despertado cuando me di cuenta de la hora que era. Faltaban ocho minutos para que dieran las dos del mediodía.
Me obligué a mi misma a salir de la cama cuanto antes, porque me conocía y si me quedaba en la cama cinco minutítos más me dormiría otra vez, posiblemente hasta las cinco de la tarde, o más.

Me encaminé hacia la ducha, buscando espabilarme, y cuando salí el mundo me parecía un lugar mucho más hermoso. Abrí la ventana y la agradable temperatura me ayudó a elegir un conjunto bastante veraniego. Me vestí rápidamente, pues había perdido casi media hora en la ducha y recordaba haber quedado para comer con Kim. Por suerte, mi buena amiga había tenido la cortesía de recordarme la hora en una colorida nota pegada en la puerta de la habitación que compartíamos. A las 3pm en el McDonnals. Ya casi eran menos cuarto. Me apresuré a comprobar que mi bolso contuviera todos los útiles necesarios para mi supervivencia, y salí de la residencia.

Caminaba rápidamente, y por el camino saludé a un par de compañeros de la fraternidad, que paseaban tranquilamente por la residencia, con toda la relajación que permite un fin de semana. Me aparté el pelo de la cara, que se me pegaba a la frente puesto que no me había dado tiempo a secarlo. Por suerte, tenía el pelo muy liso y aunque me lo dejara secar al natural no se me solía encrespar, de lo contrario llegaría a mi cita con Kim pareciendo que había metido los dedos en un enchufe.

-Libre por fin-dije tras escuchar el timbre de la salida de la clase. 'Señorita Miller, veo que se alegra mucho por acabar mi clase' me giiré y ahí estaba la profesora de historia, creo que me tenía manía ya que últimamente los castigos y las quejas que tenía de profesores eran de ella, solo dificultaba mi relación con mi padre. Amaba tener cerca a Vlad y que el supiera que soy su hija, pero a veces que tu verdadero padre sea el director de la universidad no es tan bueno. -No mujer, yo amo asistir a su clase, es tan entretenida y tan... tan... -hice una pausa y sonreí- lo siento, no puedo fingir que me gusta su clase, es muy aburrida, pero no se lo tome como algo personal es que la historia me aburre-puse mis manos en la cabeza sonriendo. La profesora suspiro y negó con la cabeza para luego señalarme. 'Señorita dile a su padre que tendré una charla con el, creo que necesitara unas clases particulares de historia ya que sus notas han bajado mucho' bajé la cabeza y asentí, otra bronca que me caía de Vlad.

Salí de la universidad con las manos sobre la cabeza suspirando, la verdad es que estaba bastante preocupada por que Vlad me había dicho que si me volvían a reñir me caería una buena. Entonces estiré mis brazos y sonreí -bah, ahora no me va a pasar nada así que a sonreír que he quedado para comer con Yul en Mc Dondalds- sonreí ampliamente, amaba McDonalds, amaba sus hamburguesas, sus patatas, sus muffins.. Lo amaba todo. Sabía que mi primera cita con cualquier chico sería en ese sitio. Tras pasar unos diez minutos llegué y entré en McDonalds y me senté en una mesa. Saqué mi iPhone y miré la hora, llegaba a tiempo. De repente alguien se sentó a mi lado y yo me lo quedé mirando. Era un chico alto, moreno, de pelo castaño y bueno, se podía decir que era bonito. '¿Que hace una chica tan guapa sola por aquí?' abrí los ojos y me señale. El asintió y yo sonreí - pues nada, esperar a mi amiga así que bueno- me lo quede mirando algo sonrojada y el asintió para luego irse. Centré mi mirada hacía el móvil de nuevo esperando a que llegara mi amiga, y esperaba que llegara pronto ante de que se acercara otro buitre.

Vestimenta de la chica :

Cuando entré al McDonnals solo eran casi las tres y cuarto, así que me felicité a mi misma por no haber llegado demasiado tarde. Avancé un par de paso mirando al rededor, buscando a una morenaza que se sentara sola. Tardé un poco en encontrarla, porque había un chico sentado con ella, lo cual me extrañó bastante. Confome me acercaba ví como el chico, que quedaba frente a mi, se sonrojaba, justo antes de levantarse e irse.

-Vaya, vaya...-comenté.-¿Quién era ese?-añadí, sentándome frente a Kim, en el sitio que el chico acababa de dejar libre.

Miré a mi amiga alzando una ceja y sonriendo de medio lado. Me preguntaba si Kimberly tendría algo especial que contarme. Ahora que lo pensaba, hacía mucho que no tenía una verdadera conversación con mi compañera de cuarto, poco más de los típicos saludos y tonterías del estilo "¿Que tal el día?", "¿Cómo ha ido el examen?" o "¿Qué has hecho hoy?" Por el mismo motivo, no tenía claro cual había sido la última vez que nos habíamos sentado a cotillear o a hablar de feelings. No tenía ni idea de si Kim tenía algo con alguien o andaba detrás de alguien o lo que fuera. De primeras, no se había traído a nadie a la habitación, no que yo supiera, pero eso tampoco implicaba nada.

-¿No tendrás nada que contarme, ¿no?-insistí, formulando esa pregunta con tono juguetón.

Justamente al irse el chico apareció Yulia y mi sonrojo aumento tras escuchar sus palabras. Yo me la quedé mirando y negué con la cabeza para luego mirar hacía la mesa donde estaba el chico y el me miró con una sonrisa de lado para guiñarme el ojo. Yo volví a mirar a Yuls y reí nerviosa- realmente no tengo ni idea, se me a acercado y bueno, eso, ya sabes-realmente verla me tranquilizaba bastante, mucho. ¿Que hubiera pasado si ella no hubiera llegado? Osea, el chico se había ido al ver que ella venía, y si me llega a pedir el número de teléfono o algo así yo creo que hubiera acabando cagandola, como siempre. También me sentía a gusto poder estar a solas con ella ya que la echaba de menos, mucho. Hacía tiempo que no quedábamos hablar, lo cual era un poco raro al ser compañeras de habitación, pero entre los exámenes trimestrales, los clubes, los otros amigos y entre otras cosas digamos que al llegar a la habitación lo único que queríamos era dormir para al día siguiente seguir con la misma rutina de siempre. -Bueno, la verdad es que... -bajé mi mirada y tosí. ¿Como se tomaría que yo había tenido algo con alguien? Osea, era raro que yo, Kimberly Misty Miller me hubiera besado con un chico solamente una vez y ya comenzara a sentir algo por el, y más por mi personalidad de chica tímida pero supongo que siempre existía esa pequeña excepción que permitía saltarte todas tus reglas, cambiarlo todo y de más solamente por ser el, por ser como es.

Miré a la chica por unos momentos y me sonrojé de nuevo -si que hay un chico que a pasado algo, un beso -aclaré mi voz y luego tosí- bueno, más de uno, y a pesar de que simplemente fue una vez a mi ya me...-hice una pausa- a mi ya me gusta- volví a tragar saliva y la miré nerviosa. No es que me molestara contarle ese tipo de cosas, sabía que podía contar en ella, solamente que era una chica muy vergonzosa y tímida que hablar de besos, amor o sexo le producía cierto desconcierto, pero bueno, supongo que algún día llegaría a acostumbrarme a ello... o tal vez no. -¿Y tu? ¿Algo que contarme Yuls? -esta vez la sonreí más tranquila ya que ya había soltado lo que tenía que decir, lo demás ya seguiría fluyendo al largo de la conversación.