¿Qué hace una chica como tu en un lugar como este?//Kimberly

La verdad es que no sabía que estaba haciendo exactamente allí,después de arreglar mi cuarto, paseaba por las aulas vaciad hasta encontrarme en el auditorio,mis pies me habían dirigido allí aún sin saber como,pues era nueva en la universidad y no conocía aquello, era tarde y parecía estar sola, así que me dejé llevar y me subí al escenario a cantar,pues,según mi profesor de canto, había de mejorar la proyección de voz, subí, no sin cierta dificultad el gran escalón que separaba el suelo del escenario, una vez arriba, me di cuanta de que al otro lado había escalera y pensé "Daem..."
La verdad es que no sabía mucho de cantar, ni de canciones, pero mi profesor me enseñó una que me gustaba especialmente, se titulaba "Vuelve" de una banda española llamada "La Oreja de Van Gogh", a sí pues, intenté no desentonar demasiado y empecé a recitar de memoria la primera estrofa, al llegar al estribillo, vi a alguien entrar por la puerta-Vuelve,vuelve.Vuelve,vuelve conmigo.Vuelve,vuelve,vuelve a por mi, Te quiero...-Me puse ambas manos ante la boca, noté el rubor en mis mejillas, me había oído cantar, me fijé en la chica, la reconocía de haberla visto en mi fraternidad, era de Gamma Phi, ahora se reiría de mi media fraternidad, bien...-Yo ya me iba...-Digo deslizandome por las escaleras evitando la mirada de la chica.

No se cuantas veces había recorrido la fraternidad, había dado como cinco vueltas. Entraba en otras habitaciones a charlar un rato pero las chicas estaban ocupadas con los exámenes. Intenté ir a las habitaciones de los chicos, pero estos me recibieron tal y como llegaron al mundo. Sabían que yo era muy santa y que al ver alguno de sus aparatos me pondría histérica lo cual salí corriendo. Tras escapar de ser casi violada me dirigí hacía la universidad. Los pasillos estaban vacíos, desiertos. ¿Donde estaba todo el mundo?

No me gustaba estar sola sin nada que tener que hacer. Normalmente quedaba con alguien para ir a algún lugar a hacer locuras pero parece que todo el mundo estaba ocupado con otras cosas... Era la primera vez que me quedaba sin nada que hacer. Recorría los pasillos, tal y como hice en la fraternidad, en busca de diversión. Encontró una lata en el suelo, la pateó. Fue pateando la lata hasta que pasando casualmente por el auditorio escuchó una voz. ¿Era alguien cantando?

Me adentré y pude ver una chica rubia cantando, era realmente bueno. Conocía la canción, me gustaba ese grupo. Recorrí el largo pasillo que llevaba hacía el escenario y me la quedé mirando. Ella al verme se apeno y parecía que para ella era una de esas situaciones que piensas 'tierra, tragame', ¿pero porque pensar eso si tienes talento? -No, espera-le sonreí y le agarre de la muñeca con delicadeza. Me la quedé mirando y entonces fue cuando la reconocí. Era una chica que era nueva en la fraternidad, me la había cruzado alguna vez. -Cantas bonito, ¿nunca te lo han dicho? -le dije con un tono tranquilo, no quería asustarla con alguna de mis locuras ya que a este paso podría darle algo.

Iba a salir apresuradamente por el pasillo,
cuando noté que la chica me tomaba la muñeca y me hacía lo que parecía un
cumplido, me giré para mirarla y le sonreí de medio lado-Gracias,
pero no soy cantante, forma parte de mi formación como actriz-La verdad
es que mi profesor de canto siempre me había dicho que tenía una voz bonita,
pero que al cantar era un desastre, que ahí era donde lo estropeaba todo
desafinando hasta más no poder, aunque por lo que me decía esa chica, por una
vez no lo había hecho tan mal-Perdona, pero no tengo el placer de
conocerte…Soy Pinkie, Pinkie Prinsloo-Digo a la par que extiendo la
mano lo más formal que puedo, pero no puedo, noto como si conociera a la chica de
toda la vida, le sonrío-¿Tu no serás por casualidad de la
fraternidad de Gamma Phi?-Digo sonriendo, estaba bastante convencida de
ello, pero era mejor comprobarlo por si acaso, dejé con delicadeza el bolso en
el suelo-Hoy está todo super aburrido ¿Te apetece ir a hacer alguna
locura por ahí?-Digo mientras se me ilumina la mirada.

La chica después de hablarle tranquilamente pareció que se había calmado y que ya no estar... ¿asustada? No sabía como llamar a lo que pude ver, era como un terror pero a la ver vergüenza. En fin, me alegraba que estuviera se sintiera bien en estos momentos. -¿No eres cantante? Bueno, igual suenas bien-sonreí ampliamente. La verdad es que la chica parecía ser agradable. ¿Como no podía haber conocido antes? Yo solía pasar muy desapercibida en los chicos, ¿pero en las chicas? Lo que más destacaba de mi era la facilidad en hacer amigas, y más si pertenecían a la misma fraternidad que yo, pero bueno, no iba a pensar en eso... El caso es que ahora estaba hablando con ella.

Extendí el brazo y estreché mi mano con la suya, al parecer ella quería ser un poco dura y formal por sus primeros movimientos, pero su sonrisa lograba delatar todo lo contrario -Yo soy Kimberly Miller y si, estoy en Gamma Phi. Soy la compañera de habitación de Yulia Katharina Stöicescu, no se si habrás escuchado hablar de mi, suelo pasar por muy desapercibida-me froté la nuca soltando su mano con delicadeza desviando la mirada hacía otro lado. Al parecer la chica ya se había calmado totalmente y ahora era alguien más segura de si misma. Asentí tras escuchar su propuesta -Claro, ¿por que no? Total, estaba pateando una lata lo cual cualquier plan es mejor que tenía planeado, pasarme la tarde arrastrando esa dichosa lata hasta que alguien me riñiese -dije riendo. ¿Que tenía esa chica que hacía que le agarrara tanta confianza? Supongo que al ser de la misma fraternidad ya nos sentíamos... ¿más unidas?

Miré a la chica y asentí- Claro ¿Te apetece ir a
tomar un heladito? -Dije sonriendo de medio lado a la par que me
apoyaba contra el borde del escenario- Así que… ¿conoces la banda?
-La verdad es que me resultaba francamente extraño, pues la música
española no se llevaba demasiado en estados unidos, si yo la conocía era por la
cultura española que me metió en el coco mi madre antes de “esfumarse” aunque
no sé si esa palabra sería adecuada para expresarlo exactamente, pero es el
termino más cercano, ahora no quería pensar en eso. Volviendo al tema de la
música…Encontrar a un estadounidense que escuche música española es tan
probable como que se me aparezca la virgen María en sueños, pero así era, así
que esperaría mi turno para lo segundo- Y bien Kim ¿Cómo es que no
te he conocido antes pequeña? -Digo con una mueca divertida y
metiéndome una mano en el bolsillo con aire despreocupado.





Finalmente cuando me dio sus explicaciones correspondientes,
me di un poco de impulso con la palma de la mano que tenía fuera del bolsillo y
me enderecé otra vez, recogí mi bandolera que estaba en una silla y noté sobre
el pie el peso muerto de un mamotreto que llevaba dentro ¡Auch! Eso ha dolido
Pensé en un principio, luego vi que se trataba de los tres libros que
acababa de tomar prestados de la biblioteca, los cogí al azar de la sección de
poesía, revisé los títulos e hice una lista mentalmente “Una oportunidad
para amar” Era el primer titulo “Poemas del siglo 17 al 21, toda
la buena poesía de nuestra historia” Catalogué como el segundo y… al
mirar el titulo del tercero emití un ligero grito y se me cayeron los tres
libros otra vez a los pies “Poemas y leyendas marineras al son de las
sirenas”.





Intenté no parecer alterada cuando le espeté a
Kim- Necesito volver a la biblioteca, tengo que…hacer unos
tramites-Mentí descaradamente y esperé y rogué al cielo que no me
preguntase que había pasado con el libro, en mi mente una voz apagada, calmada,
vacía y siniestra me susurraba “No deberías tener ese libro, lo sabes,
lo sabes...”. Me estremecí y un temblor me recorrió las
manos-Ya, después de los tramites vamos a por los helados ¿Te
parece?-Dije con toda la tranquilidad en el rostro que pude aparentar.

¿Un helado? La idea de la chica no estaba mal, nada mal... Pero un helado ahora lo único que haría sería darme un dolor de barriga impresionante, ¿pero como iba a decirle que no? -Bueno, si quieres podemos ir a un bar y mientras tu comes tu helado yo me tomo un café... ¿Te parece?-sonreí mirándola a los ojos. -Si bueno, la conozco entre comillas. He oído hablar de ella algunas veces -dije frotándome la nuca. No era una mala banda, pero no era de mi preferencia. Prefería antes escuchar Papa Roach o Metallica que LOVG. Mis gustos por la música solían ser un tanto extraño, al igual que mi vestimenta, pero me gustaba ser 'rara', me gustaba ser diferente a los demás. - No lo se, la verdad es que es extraño, yo suelo ser muy social y eso -reí levemente. No me consideraba alguien 'popular', pero se podría decir que conocía a mucha gente.

De repente podía ver como esa chica se peleaba con una bandolera, su mano y tres libros. ¿Que estaba pasando? Me habían comentado que esa chica solía ser un poco rara, aun que más que rara la podía etiquetar como 'torpe', ¿pero que podía decir yo? Era igual o más torpe aun incluso me extrañaba que no me hubiera caído aun o algo así. -¿Volver a la biblioteca? Claro, mejor, así puedo tomar prestado algún libro - la última vez que estuve allí vi un libro que me pareció interesante, y por suerte tenía mi carnet de la biblioteca encima. -Me parece bien Pinkie-sonreí y la seguí hasta la biblioteca.

Aquella chica me caía mejor a
cada segundo que pasaba, gracias a su presencia que parecía haberme
influenciado de buena forma, no había roto a llorar al ver el dichoso titulo
del libro, pues, este se trataba del libro de poesías gracias al cual conseguí desarrollar
mi interés y afición por el teatro y por la poesía que tanto me gusta, pero
también es el libro que mi madre me leía cada noche antes de dormir, el mismo
que tiré al interior del foso de tierra donde enterraron a mi madre, el mismo
que me juré y perjuré que nunca volvería a leer.


Intenté tranquilizarme de camino
a la biblioteca y darle algún tema de conversación a Kim, la pobre chica me había
hecho el favor de acompañarme, lo mínimo que podía hacer por ella era no
decepcionarla- Y bien Kim ¿Qué estás estudiando?-Dije girando
un poco el rostro para sonreírle de forma tierna y dulce.


La mortecina luz del sol de media
tarde entraba por las ventanas de cristal llenas de polvo, calándolo todo en la
biblioteca y haciendo el olor a libros viejos y ambiente de silencio y
aburrimiento más intensos, abrí la puerta como pude, entré un poco apresurada,
pues quería pasar cuanto más tiempo mejor, con aquella chica que me había
sorprendido desde primer momento con su peculiaridad, simplemente, me pareció
que era como yo, rara, yo no vestía tan extravagante como ella, pero hacer
puenting colgada del brazo del cristo de Brazil, no es algo muy normal que
digamos, me acerqué a la señora mayor de pelo cano que había tras la mesa y
devolví el libro; Conservé los otros dos.


Me acerqué a Kim y esperé por si
quería sacar algún libro, cuando salimos de la biblioteca solté un fuerte
grito, era una manera de liberar la voz que había retenido en el silencio-Esta
es una de mis costumbres raras, ya te acostumbraras-Dije en plena risa histérica,
tomé de la muñeca con mis dos manos la de Kim y tiré de ella por el campus
hasta llegar a la cafetería Starbucks que había más cercana, la solté y miré la
carta

No sabía que tenía dichoso libro que conseguía que la chica se desesperaba al verlo. Al principio el camino hacía la biblioteca era completamente en silencio, y yo no podía parar de mirar el libro, leyendo el título y buscándole el por que era tan desesperante, que le iba a hacer, era una chica curiosa, entonces las palabras de la chica me sacaron de mis pensamientos y la miré sonriendo- fotografía, ¿y tu?.

Al llegar a la biblioteca vi como ella se alejo rápidamente de mi y yo alcé una ceja, al parecer era más serio de lo que parecía. Yo me acerqué lentamente hacía la sección de 'Psicología y Filosofía' y comencé a releer algunos libros que parecían ser buenos. Sabía que yo estudiaba fotografía pero esos temas también me fascinaban. Luego fui hacía el apartado de poesía y mis ojos se fijaron hacía uno donde parecía ser un recopilatorio de poesías de Pablo Neruda y una sonrisa iluminó por completo mi cara, amaba sus poemas. No dudé en agarrarlo y llevármelo obviamente antes pasando por la bibliotecaria que tanto asco le tenía. Ella me miró con mala cara, yo le sonreí falsamente y seguidamente salimos de ahí y el repentino grito de la chica me asustó y yo no pude evitar echarme a reír -yo no hago nada, no se, tal vez sea rara -me froté la nuca y seguidamente me dejé guiar por ella. Al llegar yo miré a la camarera y pedí un frappuccino (mi preferido) y esperé a que ella se decidiera.

Off:Tengo la manía por poner la ropa que lleva Kim, pero ese día se me pasó por alto :c

Ropa: