We Are, We Suppose To Be Family [Christian]

Algo que pasaba por alto a veces era la familia de mi padre, por el motivo de que nunca nos habíamos procurado unos a otros, siempre habían sido los Ryder y no los Harris, pero ahora quería cambiar las cosas; tenía conocimiento de que uno de los Harris de acuerdo dos Harris estaban en esta universidad igual, Christian Cardew y su hermana estaban estudiando en Brown, sus circunstancias eran más o menos parecidas a las mías, criado por su abuelo después de todo, pero no tenía mucho contacto con él, lo había visto ahora más seguido en la universidad porque comenzaba a importarme esos lazos no sé porque, solo… tal vez sea el embarazo que ponía las hormonas así conmigo y me hacía interesarme, pero era mi familia y él siempre había sido educado, atento y servicial conmigo por lo que ahora creía era correcto decirle. Tenía pensado mantenerlo en secreto pero no importa ya lo saben los Ryder pronto lo sabrán los Harris así que iba a hablar con él se día. Lo cite en la cafetería para hablar dentro de la escuela, quería que fuera una plática normal, casual, pero al mismo tiempo que no se complicara mucho el asunto, después de todos en la universidad se enteraran y si escuchaban de una vez que lo supieran, que mi embarazo era normal, si querían saber sobre el padre tal vez igual se los diría pero eso dependería de lo que lleve la conversación entre ambos. Llegue a la cafetería y mire a todos los que se encontraban ahí, era… extraño después de tanto tiempo entrar a ese lugar, tenía que unos dos años que no iba, si era lo más probable, solo iba ahí cuando estaba en primer año, entonces eran 3 años los cuales no pisaba en ese edificio, me gustaba más comer afuera, tener mi propia comida, no es que fuera mala aquí pero, el ritmo de la escuela cambia al igual que los amigos y personas que convives todos los días, ahora convivía mas en la cafetería del Hospital; algo que terminaría dentro de poco, ahora tendera comida saludable y fresca en casa porque tenía que renunciar a todo eso, adiós universidad, adiós hospital, hola maternidad.

Me senté en una banca y solo lo espere un poco “nerviosa” por llamarlo de alguna manera no recordaba la última vez que hablamos que no fuera por teléfono, puse las manos en el sillón y espere otro rato más, tal vez debería pedir algo dulce, sé que quería algo dulce, un pastel… tal vez un postre, algo con chocolate y fresas, que rico seria eso, me agradaría mucho que algo así pasara en verdad quería algo tan delicioso como eso, los antojos comenzaban a matarme era extraño y poco usual pero… ah… si quería algo dulce pero cuando llegara Christian antes no me levantaría, antes no.

Aquella mañana definitivamente estaban sucediendo cosas demasiado extrañas aunque para bien; era algo abrumador tener esa sensación de no saber porqué todo te salía como esperabas y aún así sentirte poderoso e invencible solo por este mero hecho. Ahora, iba rumbo a la cafetería para cumplir con un compromiso pactado con anterioridad, precisamente con una chica que formaba parte de su familia. ¿Qué podía decir de su familia? En realidad era poca o nula la comunicación que mantenía con los Harris, y de hecho solo conocía a unos cuantos parientes con los que solía intercambiar un par de palabras en aquellas reuniones familiares que se organizaban con motivo de las navidades o acontecimientos importantes, pero ello no significaba que no apreciase a todos sus parientes. Simplemente –Consideraba él, quizás con demasiada razón- era cuestión de tener mucho más trato, ser cordial e ir conociendo los gustos, disgustos y demás cosas relevantes de todos y cada uno de ellos, dejando que también lo conocieran a él. Sin embargo, Cardew consideraba que el hecho de que no fuese tan cercano a los demás, obedecía quizás a lo absorto que él estaba en otras cosas, como la atención que ponía durante las clases, en la escuela misma, con sus amigos y especialmente, con su novia. Luego de ordenar los pendientes que pudiera haber tenido en la clase y en el resto de sus actividades extracurriculares, Christian se dirigió a la cafetería, entreteniendo sus pensamientos sobre la clase de encuentro que tendría esa mañana con una chica de la universidad. Natalie Ryder lo había citado en aquel lugar argumentando que tenía algo especial qué contarle y, siendo que la chica era su prima, no había podido negarse. Después de todo ¿Quién puede decirle que no a una chica que te pide las cosas de buena manera? Ahora que sus pasos iban dirigidos hacia el lugar donde se desayunaba en esa universidad, se preguntaba precisamente el porqué de tanta insistencia en aquella reunión. Antes, había intercambiado unas cuantas palabras con ella y no podía decir que ni él ni su hermana se llevaran mal con Natalie, lo cual era algo bastante alentador tomando en cuenta las contadas ocasiones en que habían sostenido una plática más allá de los formalismos sociales. Apuró sus pasos, pues si algo detestaba era precisamente el ser impuntual y más aún, si eso implicaba tener que dejar esperando a una dama. Cuando por fin entró en la cafetería, se dio cuenta de que faltaban escasos cinco minutos para la hora pactada. Bien, había llegado temprano y no quedaría mal ante ella. Buscándola con la mirada entre tanta y tan variada gente, logró ubicarla sentada en una banca, aparentemente esperándole también. Sin pensarlo dos veces, se acercó hasta quedar frente a ella. -Hola, Natalie.-Dijo, sin saber bien como es que había de dirigirse, así que lo mejor era llamarle por su nombre completo, y si se presentaba la oportunidad, los diminutivos vendrían poco después. -¿Hace mucho que estás esperándome?-La sola idea de que hubiese llegado mucho tiempo antes dejándolo como un impuntual no le gustaba, así que prefería preguntarle y de ser así, ofrecer una disculpa. Dicho eso, tomó asiento frente a la chica y dedicándole una sonrisa, esperó su respuesta.

De mis primos… el más responsable siempre había sido Cheslav, a pesar de que Aleksei y Vicktor eran los mayores, él era más responsable, el más centrado para la edad y sabía que tenía aún más respeto de alguna manera hacia mi aunque tuviéramos la misma edad, era extraño tener esa relación o conversación con él pero estaba segura de lo que quería hacer, quería que él se enterara, Vicktor no creía que le importara mi estado, Aleksei se enteraría por ser el rector y Cheslav siempre había tenido una gran consideración hacia mí, siempre que me veía me saludaba con “prima” me preparaba algún pastel o me daba helado… me sentía como una niña pequeña pero eso demostraba su madurez, si yo era madura imagínense como era él— No importa… bueno lo que te tengo que decir eso complicado— puse las manos sobre la mesa y las junte entrelazándolas entre ellas.

— Veras… Aleksei por ser el rector ya se debió haber enterado pero yo contigo quería hablarlo porque eres el más responsable para mí y si algo llegara a pasar quiero que tú lo resuelvas todo… —suspire sintiéndome tonta, era como si intentara la cosa más importante de mi vida… era la cosa más importante de mi vida, ahora lo era — Estoy embarazada — dije en un susurro y lo mire a los ojos, solo con la intención de que él me escuchara.

— Sé que es extraño escuchar de mi pero… lo estoy —levante los hombros no sabiendo cómo explicarlo con exactitud, mire para otro lado y luego lo mire a él— Tengo dos meses de embarazo soy técnicamente madre soltera porque no quise decirle al padre— por no decir que no podía mencionar nada ya que el padre estaba muerto.