Te debo una.

Después de prepararme un poco de comida italiana, que me pasé con la cocción pues me salió demasiado tierna para mi gusto, recogí la mesa y mi caos en la pequeña cocina de la habitación. Cuanto me alegro de no tener a nadie más conmigo para obligarme a limpiar, aunque es jodiamente amargo vivir solo. Pero me convendría buscarme a alguien para limpiar, no me gusta hacerlo y no lo hago muy a menudo.
Me pasé al baño y me duché y me afeité para apurarme un poco y no salir tan desaliñado en la foto, sé que mi abuela odia que me deje la barba, siempre soy y seré su querido nietecito que vive como Peter Pan. Me preparé y limpié una esquina del dormitorio, vamos que recogí la ropa del suelo, y me fotografíé como pude, y después me senté en la cama para pasar las fotografías al ordenador. Me había resultado muy útil la cámara de Perséfone, pude hacer las fotos, que no eran para tirar cohetes, pero cuando no tienes nada, cualquier cosa sirve, incluso pude grabar un vídeo. Esperé a que se terminara de pasar y mientras me vestí más a mi estilo, me puse un jersey demasiado feo a mi gusto pero que me regaló mi abuelo. He de tenerlos contentos, son los únicos que se interesan por mi.


Recogí la cámara, y su cable y le mandé un mensaje a la chica, apunté su número pero no lo guardé y esperaba no perderlo, sería una lata buscar a alguien en una universidad sabiendo solo el nombre, y eso si era cierto, pero por la simpatía que derrochamos, dudo me mintiera.
Más tarde fuí a dar una vuelta por el campus. Le pedí que viniera si podía a la cafetería, yo iba a estar y si venía le devolvería la cámara y le podría dar las gracias o algo, tampoco es que tuviera otra cosa que hacer esa tarde. La cafetería, donde quedé con la chica, desprendía un aroma a café y chocolate, era la hora de que toodos los estudiantes bajasen a recargar sus reservas de cafeína para no dormir. Yo de joven hacia lo mismo, pero ya en segundo ya no me hacia mucho efecto el café para quedarme estudiando, he tenido que recurrir a pastillas otras veces, pero he optado por dormir de noche, como es debido, y dormir de día, que también me gusta.
Me compré un Capuchino de camino a una mesa libre al fondo, que estaba más cerca de los pasteles, me senté en la mesa y sorbí del recipiente y aparté una silla de la mesa para cruzar al asiento acolchado de la pared y saqué mi móvil y lo puse en la mesa para entretenerme jugando con él mientras esperaba.

Las clases habían ido bien, a pesar de la riña que me lleve del profesor de Kapoeria por llegar tarde, después había tenido clase de Samba y había quedado muy relajada pero me dolía todo el cuerpo y estaba algo cansada. Me di una ducha larga y relajante en los vestuarios y me puse ropa mas cómoda un pantalón largo y un gersey pues hacía bastante frío en la calle. El pelo me lo deje al natural y poco rato después recibí el mensaje de Mike.

Me encamine sin prisa hacia la cafetería allí es donde habíamos quedado pero entonces la profesora de Samba me pero por el pasillo y decidió echarme una charla tranquilizadora, la clase de Kapoeira me había dejado bastante cansada por lo que en la clase de Samba estuve algo distraída y me costaba coger los pasos, escuche lo que me decía asintiendo una y otra vez y mirando el reloj disimuladamente. Me dijo que la beca que me habían dando no era para que me la andara en las nubes en sus clases y que debía prestar mas atención que me había visto bailar antes y que lo hacía muy bien pero no sabía que me había pasado hoy. La verdad es que ultimamente tenía muchas cosas en la cabeza como para bailar como debía entonces ella termino su conversación con que informaría a mi profesora de ballet de Rusia con mi distracción en la clases ya que ella había firmado como tutora mía. Volví a asentir y suspire entonce ella se marcho y yo puede reanudar mi camino mandandole un sms a mi tutora pidiéndole disculpas de antes mano. Parecía que a la de Samba no le caía muy bien. Empezamos bien el curso.

Camine pensando en todo lo que me había dicho la profesora y cuando menos me los espere ya estaba en la puerta de la cafetería, llegaba bastante tarde tendía que pensar una disculpa así que entre con la cabeza bien alta y lo divise en una esquina, sonreí y me senté a su lado- Disculpa la tardanza la profesora de Samba me ha dado la brasa por andar distraída en sus clases- sonreí sonrojándome un poco- todo bien, algún problema para echar las fotos.

Terminé dos niveles de un juego de marcianitos clásicos y como me tocaba jugar contra un Boss bastante chungo decidí dejarlo ahí, pues sabía que me eliminaría y sería peder el tiempo. Cambié el juego, mejor dicho de aplicación del móvil y me puse a trastear para editar viejas fotos. Me quedé mirando tontamente una que tenía de un momento super épico con Sileny, una de mis mejores amiguillas que me aguantaban y podía hablar de todo. Claro que entre una cosa y otra, me había bebido el café, e incluso pedí otro a una de las camareras que iban limpiando mesas, y ese café ya lo tenía por la mitad.
Me gusta el café, es una de mis adicciones, y para tener que esperar, mejor esperar tranquilo y relajado con un café cremoso y con nata, ese sí que estaba bueno, pero nada se le resistía a la mezcla con vainilla. Mis pensamientos sobre el café y los marcianitos se interrumpieron por la llegada de mi salvadora del día, Perséfone.
- Pero si es la reina del Inframundo...¡Quién se quiere morir! - Me atreví a decir con humor de forma sonriente. - Deberías estar más atenta en clase, que si no, luego nos cuesta y no podemos ir de fiesta.- aunque hablé en plural, me refería a mi, que varias veces me tuve que quedar sin participar en una de las fiestas de KT por preparar unas clases que ya debería de haberme sabido.
- Pues no, no he tenido problema alguno con la cámara, es más, se me han pasado muy rápido al ordenata.- Le respondí cuando me preguntó, y también le dejé sobre la mesa la cámara y el cable que me prestó tiempo atrás.- Incluso he podido grabar un vídeo y eso que no entraba en mis planes. Sonreí disimuladamente, de forma casi invisible y cerré mis manos frente a mi sobre la mesa.
- ¿Quieres un café? Te dije que te lo debía, pídete lo que quieras y no mires el precio. - Le guiñé un ojo y levanté el brazo para llamar a alguna de las mismas camareras que me habían atendido rato atrás.

Sonreí ante el chiste y me eche el pelo hacia atrás- bueno si estoy aquí es porque vengo a por ti- dije bromeando también y le guiñe un ojo. Me sentí en el asiento de enfrente de el para poder charlar mejor y asentí sonriendo antes su riña- Pues si que es verdad pero yo no salgo mucho de fiesta- dije encogiéndome de hombro. No tenía ni el suficiente dinero y el tiempo para salir de fiesta, a veces me cogía unas cogorzas de cerveza en casa pero poco mas. A demás de que no tenía muchos amigos para salir de fiesta, hacia meses que andaba por la fraternidad y aun así me costaba mucho hacer amigos.
Parpadeé varias veces para despejar mi mente y sonreí nuevamente- no hay de que Mike es todo un placer servir de ayuda- sonreí nuevamente y asentí cuando dijo que grabo un vídeo. Cogí el cable y la cámara que había dejado encima de la mesa y la guarde en el bolso- si la vuelves a necesitar ya sabes donde buscarme- dije volviendo a sonreír. Andaba ya algo mas relajada después de la carrera para llegar a la cafetería mi corazón había disminuido su ritmo cardíaco. Suspire y mire las dos tazas de café de Mike- es malo beber tanto café puede hacerte daño- dije frunciendo el ceño y moví la cabeza de un lado a otro a modo de desaprobación. ¿Quien era yo para decirle lo que tenía que hacer?. Le mire y asentí ante su invitación- tomare lo mismo que usted señor- dije con educación. El levanto la mano y la camarera acudió enseguida y hasta acalorada sonreí a Mike- Quisiera tomar lo mismo que él- dije mirando a la camarera y esta miro a Mike a mi y asintió y se marcho. Mire a Mike divertida- parece que le has gustado a la camarera no?- dije frunciedo el ceño divertida y sonriendo.