Próximo destino...¿Las Vegaas? (pv)

-Joder, ya voy tarde –grito mientras le lanzaba el dinero al tipo del taxi casi en la cara. El hombre le grito cuando ella estaba por echarse a correr dentro del aeropuerto. –Idiota…-se dijo a sí misma mientras caminaba rápidamente hasta el maletero del auto y extraía de ahí una maleta con lo necesario para pasar una noche y un día en las vegas. El tipo se río mientras arrancaba el vehículo pero la rubia ni siquiera lo noto. Subió las escaleras del edificio lo más rápido que pudo y corrió empujando gente dentro del lugar para poder llegar a donde se suponía que tenía que ver a Joseph. Una apuesta bastante inocente fue lo que la llevo a andar como corre caminos. Aposto a Joseph que él no podía hacer un nudo con el palito de la cereza solamente con la boca. Él perdió y lo que Mallory gano fue un viaje todo pagado a las vegas por un día. La mejor apuesta que había hecho en su vida. Claro que la rubia ya sabía lo caras que eran las cosas en la ciudad que nunca duerme y no iba a salir de la universidad sin dinero. Se llevo la tarjeta para el cajero con unos cuantos dólares dentro por si se presentaba alguna emergencia, aquello no se lo iba a decir a su acompañante, no quería que se confiara demasiado. A tropezones consiguió llegar a la sala de vuelos donde se suponía que salía el de las Vegas. –Hola Joseph –le grito cuando lo diviso a unos cuantos metros. Levanto el brazo y lo saludo enérgicamente con la mano sin dejar de correr. –Lamento la tardanza –se excuso de inmediato. –Me levente tarde y casi olvido la maleta y… -le iba a decir todo lo que le ocurrió aquella mañana pero la voz de una mujer sonó por toda la sala. “Pasajeros con destino a las vegas favor de abordar por la puerta numero siete”. Mallory pestañeo perpleja y sin pensarlo dos veces le tomo la mano a Joseph para que ambos pudieran correr hasta la puerta. –Ya sabes como son estas cosas de los detectores de metales, quítate hasta el cinturón, no vaya a ser que nos dejen sin abordar –se llevo una mano al corazón y soltó la mano de Joseph para abanicarse con ella mientras la fila iba avanzando. No iban a abordar muchas personas pues en esa época del año todos referían ir a la playa. Mallory solamente llevaba puesto un vestido de color lila y no tuvo problemas para que ella o su maleta pasaran por el detector. Espero a Joseph dentro mientras acomodaba su maleta en la banda. Para cuando estuvieran en el aeropuerto de las Vegas sus maletas ya estarían allá.

La rubia recordó el temor a las alturas mientras subía al avión. Trato de no sugestionarse pero le era un tanto difícil teniendo en cuenta que en poco tiempo se encontraría quien sabe cuantos metros sobre la tierra. Solamente esperaba no comenzar a hiperventilar estando con Joseph; ya que sería bastante vergonzoso. No entendía porque si estaban en New York tenían que tomar un avión a las vegas, sería más cómodo –para ella- ir por carretera, peor ya que él iba a pagar no podía ponerse exigente. –Se siente genial que pague otra persona que no sea yo, además fue tu culpa, te advertí que ibas a perder y no me quisiste escuchar –le dio un leve empujón a un lado, como jugando con él. Omitió la parte de que se podía desmayar o ponerse a gritar cuando el avión despegara, con algo de suerte se quedaría dormida o ignoraría la gran altura que pronto tomaría el avión.

-No gracias, creo que prefiero estar sentada a la orilla. No me gusta mucho mirar por la ventana de los aviones –realizo una mueca y relamió sus labios dejándolo pasar para que él se sentara primero. Cuando estuvo sentado, Mallory se sentó a su lado y de inmediato se abrocho el cinturón y se aseguro de que estuviera bien sujeto. Podía verse claramente que estaba nerviosa a pesar de que trataba de disimularlo. –Yo tendría que ser la que te preguntara qué se siente viajar con una acompañante tan linda como yo –se río dejando el cinturón tranquilo y apoyando sus manos sobre sus piernas. –Me gusta estar contigo, la vamos a pasar bien, valdrán la pena los millones que te haré gastar en mí –volvió a reírse con más ganas, no duro mucho su diversión pues por el altavoz anunciaron que pronto despegarían. Se le hizo un nudo en el estomago.

Mallory rio divertida al escucharlo. Era una buena forma de olvidarse de los nervios que suponía estar en un avión a pocos minutos de despegar. –Entonces me siento orgullosa de mi misma por ser de esas pocas personas que te han hecho perder una apuesta –le sonrío de medio lado un tanto petulante, pero por los hoyuelos que se le formaban en las mejillas daba la impresión de ser adorable en vez de una completa pesada. La mirada de la rubia descendió al notar que la mano de Joseph tomaba la suyas, las mejillas de Mallory se ruborizaron levemente y no hizo nada por apartar su mano de la del moreno. Le gustaba como se sentía, más tranquila y con menos miedo por la altura que tendría que enfrentar pronto. Miro de soslayo a su compañero y percibió que había cierto nerviosismo en su semblante. Antes de que pudiera hacer un comentario él hablo de nuevo y ella solamente sonrío un tanto cohibida. –Si, supongo que muchas matarían por estar en mi lugar, ya sabes por tentarte todo un día y mejor aún, en las vegas, y tú probablemente preferirías estar con alguien más –respondió sin ningún tipo de ironía en sarcasmo en sus palabras aunque el tono de su voz así lo denotara. Joseph le caía bien, era un chico interesante a simple vista y estaba segura de que ese viaje serviría para que ambos se conocieran mejor, aunque fuese por apenas sólo un día.

-Te ves algo nervioso ¿Estas bien? –le pregunto inclinando un poco la cabeza al frente para verlo más de cerca. Con su mano libre le palpo la frente, suponía que esas cosas eran las que se realizaban cuando uno esta preocupado por alguien. A mí también me da un poco de miedo esto de estar en un avión. Es la primera vez que me subo a uno –confeso mordiendo su labio inferior al terminar de hablar. Entonces una de la aeromoza indico que todos se abrocharan el cinturón porque el avión comenzaría con el despegue. El corazón de Jigglypuff latía de prisa en cuestión de segundos y respiro hondo para tranquilizarse. –Descuida, si sobrevivimos a esto el regreso lo haremos en auto, no importa que yo deba pagar la gasolina o conducir… te advierto que no sé hacerlo –río algo nerviosa y articulo todas las palabras mientras los motores iban encendiéndose hasta que se sintió la turbulencia de cuando un avión se va elevando. Sin pensarlo, Mallory soltó la mano de Josh y se abrazó a su brazo manteniendo los ojos bien cerrados.

El avión ya había despegado, lo sabía porque se escuchaba el ruido del motor ronronear apenas. Entonces no se habían estrellado, ni el avión había caído en picada ni nada por el estilo, al menos por ahora. Cuando Mallory se sintió segura, comenzó a abrir lentamente los ojos, observando a su alrededor, todos los pasajeros estaban tranquilos, unos leían, otros escuchaban música y un par de los que ella podía ver estaba durmiendo. Suspiro aliviada y desvió la mirada Joseph que seguía ahí, a su lado y aparentemente en calma. Lentamente la rubia dejo de sostener el brazo de Joseph para sentarse adecuadamente y dejar sus manos sobre sus piernas. Río algo nerviosa antes de volver a hablarle. –Lo lamento, es la primera vez que me subo a una de estas cosas y podría decirse que le tengo fobia a las alturas, espero que con esto se quede un poco en el pasado –le explico con vehemencia antes de inclinarse al frente, para poder cerrar bien la persiana ya que si volteaba podía ver un par de nubes que sobrevolaban. –Mejor así –le sonrío ampliamente antes de tomar entre su mano la de Joseph y entrelazar sus dedos con los de él, sus mejillas se ruborizaron pero él el daba la confianza como para hacer aquello. -¿Crees que tardemos mucho en llegar a las Vegas? –le pregunto de pronto mientras recargaba la cabeza sobre su hombro mirando directamente al frente.

Mallory también al escuchar su pequeño relato. Pensaba que ese viaje no solamente serviría como paga de una apuesta perdida por él, sino también para que ambos pudiesen conocerse mejor. Eran amigos pero ahora que la rubia se detenía pensarlo sabía muy poco de él y eso era inaceptable tratándose de ella quien prefería saber lo más posible de sus seres queridos. Los ojos miel de la chica miraron curiosamente un poco más arriba del asiento que tenía enfrente. Ya comenzaban a dar una película. Mallory no tenía idea de cual era, pero ya que estaban en los primeros asientos la pantalla se veía perfectamente. La chica ladeo una sonrisa, dedicada a Joseph mientras él acariciaba su cabello. Desde niña siempre le había reconfortado cuando hacían eso y de pronto dejo de tener importancia el hecho de que estuvieran a varios metros de altura. -¿Sabes cual es la película? –le pregunto removiéndose un poco para poder recargar mejor la cabeza en el hombro del chico. No planeaba quedarse dormida, pero seguramente lo haría si no le seguía la conversación. –Oye…-comenzó a decirle antes de que el pudiera responder a su pregunta. ¿A dónde me vas a llevar cuando lleguemos a las vegas? –quiso saber mientras jugaba con los dedos de la mano de Joseph, los entrelazaba una y otra vez con los suyos, dándose cuenta que los del moreno eran más grandes que los suyos al igual que la palma de su mano. Aun sí su piel era suave, o eso le pareció. –Porque déjame decirte que no recuerdo haber ido a las vegas antes y por ende no conozco de nada el lugar…-aclaro para que él no esperara que ella iba a ser la guía en ese pequeño viaje de un día.

Mallory escucho atentamente pero sin mucho animo la explicación sobre la película que le relataba Joseph. Nunca le habían gustado las películas sobre guerra a menos que fuese tuviese algo que ver con Hitler. Prefería una buena película de miedo a ver a un montón de hombres dispararse sin sentido alguno. Claro que en loa aviones no podía elegirse que ver como en cine, así que no el quedaba de otra más que adaptarse a la película; el actor principal no actuaba nada mal y los efecto especial eran interesantes. –Ya le tomaré el gusto a estas películas, al menos prefiero ver esto a algo tipo Twilight –le sonrío levemente mientras se acomodaba mejor para poder ver desde un mejor ángulo la pantalla. A Mallory le gustaban los libros y películas de vampiros, sin embargo creía que Twilight era un completo insulto a los vampiros, es decir: No podían brillar bajo el sol ni ser vegetarianos, eso era completamente anormal. La rubia resoplo para que en ese suspiro se fuera la frustración que sentía contra Mayer.

-Déjame pensar…-le pidió mientras con su mano libre se frotaba la barbilla, queriendo que su mente le dijera que era lo que en realidad iba a buscar a las Vegas. Eso no tenía que pensarlo dos veces, necesitaba divertirse como nunca lo había hecho en su vida, hacer cosas nuevas y porque no probar algo que la hiciera olvidarse por un momento de si estado actual. Miro de reojo a Joseph, no se veía del tipo que manejaban ese tipo de sustancias. –Pues no sé, podríamos ir a algún casino, ir a bailar y no sé, podríamos casarnos en las vegas con algún desconocido. Ya sabes, en las películas siempre dicen que lo más loco que han hecho ha sido casarse en las Vegas –río divertida de sólo imaginar a un tipo vestido de Elvis y preguntándole si aceptaba a un perfecto extraño como esposo. -Supongo que es básicamente eso lo que me gustaría hacer, claro que escucho más opciones.
Mallory hablaba tranquilamente, ignorando las caricias que el moreno daba a su mano, se sentía bien, Mallory estaba segura de que aquel gesto sólo era propio de un amigo pero no podía evitar que las mejillas se le colorearan de un tierno rosa pastel.

Mallory encogió los hombros avergonzada por lo que iba a decir, peor no le gustaba quedarse con las ideas atoradas en la garganta así que expreso su opinión de la forma menos penosa posible. –La verdad es que yo si vi twilight, solamente la primera, y la vi por equivocación ya que me equivoque de sala al entrar al cine, ese día no fui a la escuela y pensé que en el cine nadie me iba a encontrar –río levemente, recordando esos tiempos donde no asistir a clases era divertido, en la universidad también lo era pero no lo hacía porque ella era quien de alguna forma se pagaba sus estudios y no quería desperdiciar su propio dinero. –En fin, termine de ver la película y salí aturdida de la sala, era pésima. Así que no te pierdes de nada por no haberla visto –le sonrío de medio lado mientras volvía a centrar su atención en la pantalla. Se tallo los ojos con su mano libre, comenzaba a darle sueño, así que se limito a escuchar la película, los disparos y las perecuaciones en conjunción con los diálogos, imaginando las escenas para no dormirse en medio del camino.

-Lo de casarnos ya se vera, tampoco creo hacerlo pero si se llega a dar la oportunidad supongo que no me negaré –la rubia no era precisamente una chica muy aventurera, en ese viaje iba a tratar de sacar ese lado a relucir, total, no podía perder nada, solamente iba a estar en las Vegas un solo día. –Recuerda que lo pasa en las Vegas, se queda en las Vegas –le advirtió apretando su mano. –Por si alguno hace algo vergonzoso tenemos como garantía que el otro no lo dirá –se rio antes de removerse un poco para quedar más juntos de él, acurrucándose a su lado para estar más cómoda. -¿Crees que falte mucho para que lleguemos? –le pregunto pues estaba algo impasiente.

Mallory decidido dejar el tema de las películas del lado. No había visto tantas en su vida como para enfrascarse en ese tipo de temas. Además tenía el presentimiento que sus gustos cinematográficos diferían considerablemente. No creía que Joseph fuera del tipo de películas de Disney, Vampiros, zombies o Harry Potter. La rubia podía sostener una conversación sobre cine si se hablaba de películas de fantasía y no de acción o guerra. Suspiro pensando que para su suerte Joseph no era del tipo que eligiera a sus amistades por el gusto de películas.

Si el viaje seguía su curso, terminaría por dormirse pues escuchaba muy tenuemente la película. No termino de conciliar el sueño cuando la voz de la aeromoza resonó en todo el avión. Súbitamente abrió los ojos al escuchar que por fin iba a llevarse acabo el aterrizaje. –Al fin –casi grito y de inmediato se encogió de hombros evitando miradas de los pasajeros por su repentino efusividad. Estaba emocionada por conocer un lugar nuevo y quizás a personas nuevas, no podía evitar el hecho de sentirse contenta a pesar de estar subida en un avión que con suerte tendría un aterrizaje exitoso. –Yo no diré nada –le guiño un ojo divertida y le tomo la mano también, volviendo a entrelazar sus dedos con los de él en espera de que anunciaran que podían bajar del avión para poder ir de su mano.
Le gustaba eso de los amigos que van de la mano. Aquello no lo hacia ni con Tim. -¿A done creer que sería mejor ir primero? –le pregunto mirando al frente, dándose cuenta que los creiditos de la película iban apareciendo señalando que se había terminado. Mallory no creía haber perdido de mucho con no haber visto la pantalla. –Creo que podemos ir a un hotel a dejar nuestras cosas, comer algo y salir a explorar los casinos y los bares después…-sugirió mientras se levantaba del asiento pues según la voz del piloto ya podían comenzar a bajar. –Que mal servicio del avión, no nos dieron nada de comer –cometo riendo. La aeromoza que daba su vuelta de rutina por el avión la escucho y le dedico una mirada fulminante que Mallory ni siquiera noto.

Un alivio enorme se apodero de la rubia cuando estuvo sana y salva en tierra forme. Por fortuna no había pasado nada lamentable y ambos habían sobrevivido. Ahora le parecía un tanto estúpido el hecho de haber temido al viaje en avión, sin embargo no planeaba volver a subirse a ninguno en mucho tiempo. Sólo esperaba que Joseph quisiera regresar en auto al igual que ella. Iba a ser todo un reto teniendo en cuenta que lo único que llevaban con ellos eran sus maletas. Mallory iba a recoger su equipaje con toda la intención de cargarlo ella, pero cuando Joseph lo tomo con el suyo no pudo quejarse así que se limito a ir de su mano hasta el taxi que los esperaba para llevarlos al hotel.

-Si, eso parece –comento emocionada mientras miraba por la ventanilla del taxi. Observaba atentamente todo lo que pasaba a su alrededor, las personas, los lugares por los que pasaban. Termino por acomodarse mejor en el asiento cuando se mareo por intentar ver todo lo nuevo que le ofrecía aquel lugar. Era realmente impresionante la sensación de estar en un nuevo lugar, suponía que lo sentía todo mucho más vivido al estar embarazada, con eso de las hormonas tan activas.

Apretó suavemente la mano de Joseph cuando el taxi se detuvo, mientras él pagaba, Mallory se bajo del vehículo. El hotel en el que los había dejado no era la gran cosa pero se veía decente. La rubia tenía el presentimiento de que no iban a estar mucho tiempo ahí. Cuando el auto se fue, Mallory tomo la mano de Joseph de nuevo y ambos entraron al lugar. Estaba limpio sin rastros de mujeres fáciles y sus clientes. Antes de que estuvieran cerca de la recepción para pedir habitación, la rubia tiro levemente de su mano para que la mirara.
–Oye…-comenzó a decirle un tanto cohibida.
–¿Vamos pedir una sola habitación o qué? –le pregunto sonrojándose un poco y apartando la mirada de la suya, observo el elevador distraídamente. No tenía problemas con quedarse con Joseph en un mismo cuarto, porque estaba segura que probablemente iba limitado de dinero. Lo que menos quería hacer era exigirle.

Mallory libero una risita divertida al ver como Joseph removía su cabello. Tenía bastante poco y solamente a mitad de la cabeza, ni siquiera era factible poder despeinarlo demasiado a menos que él fuese tan meticuloso como para notarlo, eso estaba muy en duda puesto que no le parecía de ese tipo de personas que se preocupan mucho por los detalles. –Vaya… si que lo planeaste todo –le dijo Mallory dedicándole una tierna sonrisa. No se esperaba que él se hubiese tomado la molestia de reservar previamente una habitación. Se quedo pensando unos instantes, en si aceptar o no la oferta de que pidiera una habitación separada de la de ella, la rubia no tenía ningún problema en dormir en la misma recamara que él, solamente le daba cierto miedo que descubriera –en un descuido de ella- lo que ocultaba bajo las blusas holgadas o los vestidos más grandes que no eran precisamente de su talla.

Ella palmeo el hombro de Joseph para que no se preocupara y asintió decididamente antes de hablarle de nuevo. –No te preocupes, no es necesario que rentemos otra habitación, estaremos bien los dos en una sola. Además casi no estaremos en ella quero pensar que es únicamente para que guardemos nuestras maletas y para dormir un poco antes de regresar a la universidad –le explico con vehemencia para qué no se sintiera incomodo pensando que ella lo estaba. –Entonces nos da las llaves de la habitación que ha reservado el joven Bristov con anterioridad, por favor –se dirigió a la recepcionista, quien busco en sus registros la reservación y al encontrarla les dio la espalda para darles la llave con el numero 75. Mallory la tomo, pues Joseph llevaba sus maletas. –Gracias –le dijo a la mujer de cabello oscuro antes de girarse de nuevo al pelinegro. –Vamos –le sonrío de medio lado antes de que ambos comenzaran a caminar hasta el elevador.

Con el dedo meñique la rubia presiono el botón con el dibujo de una flecha con dirección abajo y el botón se encendió automáticamente manteniendo el color azulado aun cuando ella lo soltó. No paso mucho tiempo antes de que el las puertas del ascensor se abrieran para que ellos pudieran entrar. No había nadie así que solamente ellos podían escuchar la música de fondo. –Me imagino que vamos al segundo piso –comento con cierto sarcasmo pues solamente tenía dos pisos el edificio.