Anhell A. Hönher (I.D)

Nombre completo: Anhell Abir El Jarmakani Hönher Elnesser
Edad: 20 años.
Ocupación: Estudiante.
Grupo: Universitarios.
Carrera: Ciencias Políticas.
O. Sexual: Bisexual.
Nacionalidad: Libanesa.
Cumpleaños: 20/05/1992

GUSTOS
#. Joyas.
#. Armas.
#. Naturaleza.
#. Bailar.
#. Comida árabe.
#. Una buena conversación.
#. Las fresas.
#. El mar.
#. Leer con una taza de café.
#. Días lluviosos.
#. Las flores, especialmente las orquídeas.
#. BDSM.
#. El vodka.
#. Fumar.

DISGUSTOS

#. El coco.
#. Cualquier tipo de orden o imposición sobre su voluntad.
#. Personas demasiado religiosas.
#. Los animales rastreros.
#. Demasiado sol.
#. Días calurosos.
#. Ropa muy conservadora.
#. Fingir que alguien le agrada.

MANÍAS
#. Mira demasiado su reloj cuando desea irse.
#. Arreglar su cabello cuando se siente nerviosa.
#. Rodar los ojos cuando algo le parece repetitivo.
#. Preguntar lo que le interesa dos veces o más para confirmar la respuesta.
#. Arquear una ceja cuando duda de algo.

ENFERMEDADES:
#. Es demasiado alérgica.
#. Su audición por el oído izquierdo es bastante defectuosa, no es sorda del todo pero escucha todo demasiado bajo.

DATOS CURIOSOS
#. Por su religión contrajo matrimonio cuando sólo tenía 15 años.
#. Actualmente es viuda.
#. Ama su religión y su cultura aunque falte a la gran mayoría de las reglas.
#. Le gustan mucho los tatuajes pero le aterra la idea de hacerse alguno.
#. A menudo tiene pesadillas que le recuerdan las cosas por las que pasó.

Señorita perra desgraciada en todo el amplio y hermoso sentido de ese cumplido que recibe en forma más constante de lo que desearía. Es odiosa por nacimiento con las personas que no son de su agrado a primera vista y con todos aquellos que se lo ganan luego de caer de su gracia. Es prepotente a más no poder, insensible y fría en ciertos casos, orgullosa, manipuladora nivel experto, indiferente, desafiante y demasiado pretenciosa para el gusto de algunos.

Vengativa y rencorosa hasta su muerte, no da segundas oportunidades porque su concepción de la vida, el mundo y lo que sea no se lo permiten, no descansa hasta ver hecho pedazos a quien osa meterse con alguien que ella considera de su propiedad. Adora desafiar a las personas para hacer que se cuestionen sobre sus ideales, totalmente franca a la hora de decir algo sobre alguien sin temor a quien sea y si le duele o no. Irreverente, irrespetuosa cuando le provoca y muy maleducada cuando quiere hacer pasar a alguien un mal rato. Caprichosa y excesivamente mimada además de ser una ególatra con complejo de superioridad.

Entre toda maleza siempre hay una flor por lo que todo en ella no es malo, cuando se le conoce bien es una chica dulce, atrevida quizá demasiado para el gusto de algunos, ama las fiestas y la diversión, se burla de todos y todo incluyéndose, ama en sobremanera hacer reír a sus amigos, es espontánea y sobre todo libre, le gusta hacer lo que desea cuando quiere y sin que nadie la obligue, celosa y sobre protectora con quienes le importan, siempre buscando el bienestar de los suyos y cuidándolos de todo lo que ella considere un peligro. Ama ser cursi cuando alguien lo merece, le gustan los detalles como a toda mujer y unas rosas u orquídeas pueden volverla loca.

Es una mujer sexy, le gusta probar cosas nuevas sin temor a lo que sea siempre y cuando haya protección de por medio, ya que a pesar de que parezca totalmente loca es muy cuerda en muchos sentidos. Luego de su repentina e inexplicable viudez no ha tenido ninguna relación seria por temor a las responsabilidades que eso implica y sobre todo a que vuelva a sucederle lo mismo. No le gusta rendirle cuentas a nadie, detesta que la controlen y no ha encontrado una persona que le tenga la suficiente paciencia.

Adora ser provocativa, sensual y le encanta ser el centro de atención, adora sentir las miradas sobre ella en forma buena o mala. Es de mucha paciencia aunque no lo parezca y tiene buenos consejos que sólo da cuando mejor le place.

"¿Aún falta mucho, doctor?... ¿Ellos están bien?" Eran algunas de las pocas cosas que podía decir aquél padre primerizo con su voz llena de una evidente preocupación por su amada esposa y su pequeño descendiente tan ansiado. La labor de parto acababa de alcanzar las quince horas y aún el pequeño no nacía, según el doctor se trataba de una labor de parto normal en una primeriza quien aunque no lo dijera denotaba dolor, cansancio y preocupación en su mirada. La familia de aquél matrimonio esperaba ansiosa en la planta inferior por la llegada de el nuevo integrante de la familia quien era ese tan ansiado y deseado varón que llenaría de orgullo el pecho de su padre porque como todo el mundo sabe, los varones son el orgullo de todo integrante de la raza árabe. Luego del transcurso de un par de horas más empezaron a caminar personas ansiosas de un lado a otro mientras que aquella adolorida madre comenzaba a traer a el mundo a el pequeño niño, el ansioso padre entró a la habitación mientras veía el nacimiento de su primogénito. Luego de haber salido al fin del interior de su madre fue tomado por enfermeras para limpiarlo y comprobar que su estado de salud era perfecto. "Felicidades por su pequeña" comentó una de las enfermeras mientras le entregaba la niña a su padre, quien al escuchar horrorizado aquellas palabras comprobó que era una pequeña niña y se la entregó de inmediato a la madre entre gritos e insultos. Anhell, fue el nombre que aquella mujer emocionada le dio a su niña quien luego sabría que era más suya que de nadie.


La pequeña y habilidosa Anhell era una apasionada por las artes, amaba cada una de las veces en las que podía hacer sus torpes y poco refinados dibujos en cualquier tipo de superficie pero en los que dejaba según su madre y el profesor de artes una parte de su explosiva personalidad, además de ello era relativamente buena para el ballet y todo tipo de bailes relacionados a su cultura, es decir, efectuaba muy bien cada uno de los movimientos pero le costaba bastante mantenerse quieta. Crecía como una niña muy amada por su madre y la familia de ella pero con demasiadas carencias por parte paterna, no en cuanto a lo económico porque estaba en una posición elevada socio-económicamente sino en lo afectivo.

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Anhell había llegado temprano del hogar de su abuela y corrió a la habitación de sus padres para presumir sus notorios avances en la escritura árabe, su sorpresa al abrir la puerta y ver a su padre sentado junto a su madre con fotos de un chico totalmente desconocido para ella entre sus manos, Abir, su madre la llamó con dulzura y ella sólo obedeció tomando asiento y jugueteando con sus dedos en forma nerviosa, luego de una larga charla por parte de su padre a la que realmente no prestó demasiada atención escuchó que ese hombre llamado Ashraf sería su esposo en sólo un par de años más. Horrorizada sólo alcanzó a ir a su habitación y quedarse tendida en su cama quién sabe por cuánto tiempo.



Ostentosa, esa es la palabra más adecuada para describir lo que fue la boda de Anhell y Ashraf, no se escatimó en absolutamente nada, comida y bebida por todas partes, lujo y elegancia en cada detalle de la decoración, un novio excesivamente guapo que podía ser el príncipe de cualquier chica y la novia, hermosa, tanto como una verdadera princesa de cuentos con sus vestidos llenos de pequeños detalles, los tatuajes hechos con muchísima paciencia que adornaban sus manos y pies, las joyas que parecían mínimas en comparación con su joven belleza. Los festejos duraron una semana completa al ser ambos novios de un estatus alto de la sociedad. Para Anhell la boda fue agradable a pesar de no conocer a su novio en absoluto, lo realmente traumante para ella fue el hecho de tener que consumar el matrimonio, todo el proceso del pañuelo blanco y demás fue una tortura para ella.



Se podía decir que el matrimonio de Anhell iba bien, ella era una buena ama de casa, atendía a su esposo en todo sentido siempre cuidando de él y de su hogar, en ningún momento le faltó el respeto ni él a ella aunque en múltiples ocasiones se hacía lo que Anhell quería por el simple hecho de que ella sabía cómo persuadir a su esposo para que lo hiciera.

Ashraf nunca le tocó un sólo cabello a Anhell aunque eso no era raro en la cultura árabe, él estaba siempre al pendiente de ella pero ella supo mediante algunas amigas que él se veía con varias mujeres mientras que con ella había dejado de tener intimidad hacía mucho por la falta de interés de Anhell quien con toda sinceridad no se sentía atraída en esa forma por su esposo. Anhell aguantó tranquila hasta que un día en su propia casa se encontró a un Ashraf borracho teniendo una escandalosa sesión de sexo con una desconocida. Hirviente de celos esperó a que varios días pasaran ya que Ashraf se había ido de viaje a Siria por cuestión de negocios, al volver a casa se encontró con una cena muy romántica y Anhell se aprovechó de el cansancio de su esposo para emborracharlo, lo dejó en la bañera la cual había preparado con esencias y prometiéndole que volvería al cabo de poco, pasó un breve rato cuando Anhell dejó caer el teléfono de su esposo a la bañera mientras el mismo se encontraba cargándose muy cerca de la misma. Ella esperó pacientemente a que él cesara de gritar por las corrientes eléctricas que llenaban su cuerpo y luego salió sin más a hacer una visita a casa de sus padres donde su madre la esperaba.

Al tercer día de estar allá la pobre viuda Anhell recibió la noticia de la muerte de su esposo por parte de su suegra y ella en una magistral actuación digna del Oscar le hizo creer lo muy afectada que se encontraba, pocos minutos luego de recibir la llamada ella ya se encontraba en su casa donde lloró amargamente la "lamentable" pérdida de su marido. Luego de aquello todos los bienes de su marido pasaron a sus manos y ella decidió irse del país con destino a Francia donde pasó una larga temporada mientras se re descubría y empezaba a cuestionarse todo sobre lo que había sido su vida antes de ser viuda optando por romper todas las reglas que la habían mantenido atada.



Anhell viajó sola a Estados Unidos donde estuvo alrededor de tres meses antes de aplicar para entrar a la prestigiosa Universidad de Brown, luego de ser aceptada se instaló en el lugar y dejó que su vida universitaria diera inicio.