Me dicen que eres dura de roer: Primer encuentro (Blair McFord)

Esa tarde me encontraba en la enfermería, estaba sentado en una silla con la enfermera hablando de la vida pues mucho no tenia que hacer, la mujer era muy amable se podía estar tranquilo con ella. Era un persona que me gustaba pasar tiempo con gente como ella para pasar la tarde, bebía tranquilo de mi tasa de té cuando un chico entro con herida a la sala, me levante, estaba tan acostumbrado a ese tipo de cosas desde las cosas que pasaron en mi pasado. Por tal motivo deje la tasa de té ayudando a la enfermera a sanar la herida del chico, no era grave aunque un poco mas y tendríamos que llevarlo a un hospital. Me senté a su lado limpiando la herida con un poco de agua oxigenada, después de todo el aire estaba contaminado, las heridas de este tipo solían infectarse rápidamente. Puse un polvo sobre la herida, el chico puso cara de dolor, si ardía es por la herida estaba en malas condiciones, por ende ella me miro asintiendo, me levante para tomar el teléfono marcando el numero del hospital de la ciudad.-Buenas tardes, me comunico desde la universidad Brown, tengo un caso de un alumno con una herida en el brazo derecho de mas o menos tres centímetros de profundidad, al parecer no necesita saturación pero con el polvillo desinfectante hay dolor, solicito una ambulancia por favor.-la operadora identifico los datos que le pasaba, corte el teléfono.-Vienen en camino, lo llevaran al hospital privado al cual la universidad esta aliada, por favor véndele el brazo me encargare de esperarlos en la recepción.-comente amable, caminando al hall de entrada sin rechistar.-

Una vez llegue ahí solo habían un par de alumnos, entre ellos una chica de lo mas hermosa, no la había visto antes o puede que si, pero nunca le hable, cosa que era extraño sinceramente pues yo era amigo de casi todo el mundo. Observe como una ambulancia estaciono en el parking, me sonreí de lado recibiendo a los doctores, mirando a esa chica a los ojos antes de caminar de nuevo a la enfermería. Cuando entraron fueron a con el chico el cual fue revisado, en efecto debían llevarlo a un hospital, le enfermera se levanto para irse con ellos, de paso debían avisar al director.-Me encargare de informarle, descuide.-comente al verla irse, suspire tomando los utensilios para desecharlos, así como las cosas que se ensuciaron. Me acerque al lava manos para desinfectar las manos de la sangre que tenia. Cuando me seque las manos me encamine hasta donde estaba antes sentado, tome mi tasa de té la cual estaba medio fría para beberme lo que quedaba en mi tasa, sonreía de lado recordando a la chica, por ende le mande un sms a una amiga para ver si sabia quien era, me respondió al sms como "Blair McFord", sonreí de lado así que ella era la Delta Nu de la que todos hablaban, era una chica dura como la cascara de una nuez, sin duda no pensaba que fuera tan hermosa, venga que ya me quede embobado, debo dejar de tener esa debilidad.-

Salí de la enfermería no sin antes levar la vaguilla, dejando todo impecable, camine hacia donde había visto a esa chica la cual se llama Blair. Me hice el distraído chocando suave contra ella pero lanzando su libro al piso.-Lo siento mucho, la verdad.-me agache para darle su libro, en si sabia como aparentar ser un niño bueno, pero no era bueno con eso de las citas o encarar a una chica para salir. Tuve una sola novia en mi vida la cual me encaro para pedirme e salir, así que era un desastre con esto de tener una novia. Pero cuando la tenia esa persona era mi centro del universo para mi. Me sonreí un momento saludando a dos amigos que pasaban por nuestro lado, miraron a Blair dejando de sonreír, me dijeron al oído que tenga cuidado con ella, era muy sádica o cosas que sinceramente no quería saber. Alce una ceja cuando se marcharon.-Dudo que tengas apariencia de sádica.-comente mirándola para sonreírle.-Me llamo Fausto Bachtel.-sonreí de lado, mirándola con un gesto educado, siempre a los ojos, me incline hacia adelante como un saludo, típico en la gente de clase alta pero ya casi no habían caballeros así, mi padre me había educado para ser uno.-

Note como esquivo olímpicamente mi comentario sobre ser sádica, pero lo acepte después de todo no era un comentario muy ameno que digamos, yo era un caballero pero algunas veces tenia los ataques de mi madre donde mi boludez o torpeza incrementaban el doble. Mis ojos miraron a la chica que se presento, ademas de agradecer por haber levantado su libro, pero cuando se sentó le costaba sacar la mugre del mismo. Hice un gesto de regreso en un segundo, corrí como nadie correría en su vida hasta mi habitación, regrese a su lado como si hubiera caminado, era un Omega Chi, es tan normal tener deportistas buenos en esta fraternidad, si vamos al caso la mayoría de los Omega tenia novias en Delta Nu. Me senté a su lado para pedirle el libro.-Confía..-comente al tiempo que lo recibí, puse un liquido transparente sobre un paño limpio y después lo empecé a pasar sobre la tapa y lomo del libro; observando como las manchas desaparecía, el libro quedaba mas brilloso como si tuviera vida y un agradable aroma a hierva buena, era una persona que sabia como solucionar estas cosas, mi padre y sus inventos para limpiar los libros que yo ensuciaba cuando era mas pequeño con mis manos sucias, ante la curiosidad y necesidad de leer todo lo que me encontrara. Mire el mismo en cada parte notando su limpieza total, ademas de una agradable suavidad sobre la tapa.-

-Aquí tienes, lamento mucho lo de tu libro pero con ese tónico quedara mejor que antes, se nota que le tienes mucho aprecio.-sonreí de lado, escuchando como gritaban, me levante rápido poniendo el pecho para que una pelota impactara contra mi pecho, la tome con mis manos para verlos a todos de reojo.-Hey, idiota, ¿qué no ves?, la próxima te mato.-lance la pelota a los chicos que pedían disculpas, no sabían donde meterse, mas bien estaban algo alterados por que yo enojado no era nada hermoso. Negué con la cabeza sentándome de nuevo al lado de la chica, mis manos se entrelazaron entre si mientras miraba a otro lado observando a las personas pasar por nuestro lado con calma, siempre con calma después de todo era una universidad pacifica por ahora. Me recordaba a Oxford, donde las personas eran amables, donde todo había pasado en el pasado, un mundo de oscuridad azotado por una logia oscura. Mi espalda era acreedora de los tormentos que pase, los latigazos que la logia marco en mi piel como castigo, me salve solo por que dios estuvo conmigo en ese momento; era fuerte mas de lo que una persona podría creer. Era listo pero siempre carismático, pese al dolor mas grave, siempre sonreía, era algo normal en mi persona.-

Me centre en ella, la chica que llamaba mi atención, de hermosos ojos verdes, una perfección de chica que para colmo era dura con el carácter, pero creía que no era así de dura por que nació así, creo que era así de dura quizás por algunos problemas. Alce mi mano para guardar en la mochila que traje conmigo aquello que contenía el liquido junto con el paño; pase mis manos por mis piernas mirando a Blair.-En fin, creo que ya te saque demasiado tiempo, espero que tu lectura sea agradable.-me levante colgándome la mochila a la espalda, empezando a caminar mire al frente, me estire haciendo que la medalla de un ángel saliera de entre mi camiseta, se notaba su perfección en cada detalle, era una joya especial para mi, era de mi madre, era como si con ella pudiera tenerla siempre a mi lado. Frene cuando mire la azotea donde Asselborn había caído, recordaba lo que había visto aquel día, entre las personas que estaban a mi alrededor, oculto entre los demás mirando al cielo como el rubio caía, mis ojos parecieron perder brillo total en ese momento, sonreí de medio lado. Eran recuerdos interesantes, su muerte nos libero a todos pero aun faltaba uno, el peor. Me gire cuando sentí pasos detrás pero no vi a nadie, por ende seguí mis pasos hasta la fuente de la universidad, de un segundo a otro la gente desapareció; entonces me sentí de nuevo como antes, solo, mire a todos lados alterado para girarme y chocarme con ella de nuevo, se me congelo el alma pensando que eran ellos.-Lo siento.-me senté en el borde de la fuente, tenia los nervios de punta, estaba sudando de forma helada, volver a ese tormento de nuevo, no podía estar pasándome ahora.-¿Blair?.-alce la mirada para verla.-