#Jade A. Pinnock.

Nombre completo: Jade Amelia Pinnock.
Edad: 18 años.
Ocupación: Estudiante.
Grupo: Universitaria.
Carrera: Creación y expresión musical.
O. Sexual: Heterosexual.
Nacionalidad: Rusa.
Cumpleaños: 18 de mayo.

GUSTOS
Dios, ama la música y la danza más incluso que su propia vida. No exagera cuando dice que mataría por llegar a ser cantante o bailarina. Ama dibujar, dormir sobretodo, comer, aunque nunca engorde. Llamar la atención, sea con lo que sea. Por eso se tintó el pelo de azul eléctrico; para llamar la atención. Le encanta jugar con los colores de su cabello o llevarlo diferente cada día, liso, ondulado o simplemente, rizado.

DISGUSTOS
La gente con la misma personalidad que ella. Si te quieres llevar bien, debes ser completamente opuesta, y si eres un chico, simplemente estar bueno. No es que sea homofóbica pero no le gusta nada ver a dos personas del mismo sexo haciendo algo más que abrazarse. Que no respeten su decisión de hacer lo que quiera y que le lleven la contraria en cosas muy importantes para Jade.

MANÍAS
Siempre, repito, SIEMPRE, la verás enroscándose el dedo índice de la mano izquierda en un mechón de su azulado cabello. Es muy nerviosa, por lo tanto, tiene que mover algo de su cuerpo para poder estar más "relajada", pero eso es sólo imaginación suya. Posiblemente la veas también haciendo caras raras mientras camina; cosas suyas. Por una parte, le encanta hacerlo.

ENFERMEDADES
Tiene una enfermedad de corazón. Se le suele acelerar, le duele el pecho y se marea hasta el punto de perder el equilibrio y caer al suelo.

DATOS CURIOSOS
Los payasos, les tiene un miedo terrible, no los aguanta y no sabe por qué. Si tienes confianza, puedes llamarla Jay o Poopey. Muchas veces, cuando encuentra a gente en bares, se dedica a mentir sobre su edad y ponerse un año más. Su enfermedad es de nacimiento, y no sabe exactamente qué es lo que tiene.

Por el aspecto físico de Jade, una persona supone que es lo más dulce que existe, una persona frágil, simpática, divertida… Pero es todo lo contrario. Es muy fría, atrévete a tocarle un sólo pelo de su azulada cabeza y sufrirás como nunca antes podrías haber sufrido. Callada, borde, egoísta y arrogante. Pasota completa, pero reza para que te ignore y no te suelte un guantazo. A decir verdad, es un poco egocéntrica. Se siente incapaz de querer a alguien más que a si misma, le da asco pensar en todo eso de estar enamorado. Es una chica muy, muy, muy problemática, y aunque no se enfada con facilidad, a la mínima de cambio te soltará algún insulto o golpe, al menos, si te pasas de listillo.

Odia que la gente se crea mejor que ella, pero ama sentirse superior que los demás. Es un saco de sorpresas, apenas la conozcas, te darás cuenta de que es alguien con el que no se puede conversar sin borderías de por medio, ni sin algún insulto si le sacas el tema de su personalidad. Y pensar, que con su familia o amigos de la infancia, es toda una angelita. Simpática y más cariñosa, pero a parte de eso, sigue llevando la misma personalidad. Para ella es todo un reto llevarse bien con alguien. Un poco despistada y muy tranquila, menos cuando va a comenzar a dar cachetadas. Es el propio demonio en persona.

En pleno mes de diciembre, Naiara tuvo a su hija a quien decidió llamar Jade. Lo tenía pensado desde hacía meses y meses. Dejaron atrás Rusia por conflictos políticos y, a pesar de todo, la pareja siempre quisieron vivir en una ciudad pequeña y tranquila, sin dejar de hacer lo que hacían; repartir justicia y bailar. A eso se dedicaban los padres de Jay, a defender a los inocentes y a entretener a los cultos con ballet, a pesar de que ambos eran muy, muy perezosos. Nueva York era simple y bonito, por no decir que fue al azar que escogieron la ciudad.

Con todo el entusiasmo del mundo, los rusos se instalaron en Nueva York y se nacionalizaron, ya que estaban seguros de que nunca jamás volverían a Rusia a quedarse de nuevo. En aquel entonces, Jade tenía ocho años años. La pequeña niña dormía plácidamente en su habitación y un olor desagradable y asfixiante la despertó. Era humo. De fuego, del espeso. Mantuvo la calma y salió a ver. La casa estaba en llamas y las salidas eran arriesgadas y escasas. ¿La causa? No se sabe. Pero sí se conoce que no dejó rastro del edificio. Bien, Jade consiguió escapar gracias a un hombre, bombero, que la salvó.

Unos días después Jade se mudó con sus abuelos paternos, los cuales vivían en esa gran ciudad también. Allí Matthew y Lucy le contaron a su única nieta viva lo que sus padres eran en realidad; traficantes. Ella nunca se lo imaginó, pensaba que era una de esas jóvenes con una vida normal, aunque claro, de normal poco... Días más tarde, su abuela murió de un ataque cardíaco, y su carácter cambió de forma radical. Desde entonces, su relación con los que eran sus amigos se fue enfriando hasta desaparecer por completo.