Hey , que tal ayúdame D: {Courtney}

El cómo me sentía en ese momento era tan difícil de explicar estaba feliz por saber que sería padre, yo Aaron Flynn Ryder Carrick sería el padre del bebé que esperaba Cassandra, estaba vuelto loco y feliz como nunca, nunca había podido pensar en algo así, en que a mis 23 años pudiera ser ya padre y por el otro lado tenía miedo pues no solo ella estaba embarazada de mi hijo o hija si no que tambien Nat estaba embarazada, esos niños no eran míos yo estaba más que seguro pero como si lo fueran pues Nat mas que mi prima es mi hermana y no la dejaría con los dos niños Asi botados como Asi no, me había encaminado ya por una senda de buenas acciones y el mantener a esos bebes con una vida plena y feliz se había vuelto mi principal meta, no cabía de la felicidad al imaginarme a mi sosteniendo a mi hijo y arrullándolo, viviendo junto con Cass amándonos como siempre debió ser, era un sueño tan bello y que yo había visto tan lejano que no comprendía realmente la magnitud de felicidad y emoción que manejaba. Como era de esperarse mi ánimo estaba al cien por ciento y se notaba hasta en mi voz, mi madre y Cherry Asi como todos en caso no lo comprendían y no era que me diera vergüenza decírselos pero primero quería arreglar todo con Cass , quería que ella se sintiera segura conmigo y que ella entendiera que yo vivía para ella y ahora para mi hijo –Vengo ya , debo hacer unas compras- dije despidiéndome de todos y Salí en mi auto para las tiendas, que quería comprar? No tenía ni idea pero simplemente sabía que quería comprarle algo a ese niño a Cass, a Nat, estaba furico por todo esto pero debía calmarme. No tarde mucho en llegar a la quinta avenida y como era de esperarse aparque el auto en un sitio en el que no tuviera problemas por hacerlo, comencé a caminar por la calle mirando todas las tiendas, había trajes hermosos y por más que quisiera gastar mi dinero en mí no lo haría, pero lástima que no tenía ni idea de que le podría comprar a Cass, pase por afuera de una joyería y mire las gargantillas y aretes, sonreí eso sería perfecto , pensé en meterme a la tienda para comprar unos pequeños diamantes que había visto pero mi vista se fijó en algo, anillos, bellas sortijas con incrustaciones de piedras preciosas me les quede viendo y hubo uno en peculiar que me gusto, quería hacerlo ahora si bien, quería que Cass fuera mía y no solo en cuerpo y alma si no tambien por todas las de la ley , pero sería muy precipitado hacer, eso aunque no estaría mal digo debía aprovechar ahora que había resurgido nuestro amor o tal vez sería la peor idea que se me hubiera ocurrido. Me quede viendo ese escaparate y di un paso hacia atrás chocando con alguien pegándole con mi espalda , me gire rápido estirando mis brazos para ver quien había sido la desdichada persona que había tenido la genial idea de pasar detrás de mí cuando estaba pensando tan a fondo – lo lamento- dije mirando a la chica de cabellera rubia tomando su brazo para evitar que cayera al suelo o que sus cosas se cayeran al piso – No me fije en verdad, lo lamento, ni el reflejo de esta ventana me ayudo- me reí un poco y ladee la cabeza – Estas bien?- le ayude a incorporar sus cosas lentamente borrando de mi cabeza aquel pensamiento de “el compromiso”

De se río el que estuviera en el lugar de ella ya hubiera pegado el grito en el cielo y el pobre tipo que choco conmigo ya estaría en el suelo besándome los pies, no ,no era tan exagerado pero si mi temperamento era un tanto explosivo, aunque últimamente ya podría controlarme más en algunas cosas y ya no parecía una niña de 13 años entrando a la adolescencia – Entonces bien – dije asintiendo levemente .Le sonreí a la chica y me hice a un lado – pensabas entrar a la tienda?- dije mirando de nuevo el escaparate con todas esas joyas, no entendía el por qué el gusto por esas pequeñas piedras y cosas, igual y para ellas las joyas eran como para mí un auto, una botella de alcohol, no era el valor monetario si no el sentimental, vaya hasta eso sonaba estúpido que valor sentimental podría tener una botella de alcohol?, pero en fin eso era algo irrelevante, pero si algo había aprendido bien de muchas mujeres, no todas, pero si muchas una piedra preciosa vale más que un perdón sincero- adelante por favor, yo tambien pensaba entrar- dije sonriéndole y abriéndole la puerta tomando el picaporte para que ella entrara primero, había algo n ella, estaba seguro que la conocía de algún lado o simplemente debía admitir que en verdad era linda y bueno uno no es cegó y como que hacerse el loco o va tampoco, ella sabía cómos e veía y sabía que lucía bien y era un cumplido para ella el que pensara que era hermosa – Puedo preguntarte algo?- le dije al momento en que caminaba tras ella dejando que la puerta se cerrara tras de mi - Siento que te conozco , de donde nos conocemos o mejor dicho nos conocemos?– pero de dónde? quién sabe, tal vez y en algún momento nos conocimos en un bar terminamos ebrios y liados y ahora no lo recordamos, tal vez en algún viaje , o simplemente de vista, era joven hasta podía estudiar en Brown y ni cuanta me había dado y es que en verdad era un tanto complicado recordar cada rastro- Soy Aaron , Aaron Ryder- estire la mano en manera de saludo aun sin darme cuenta de todas las joyas que tenía por delante.