2013
Ahora mismo si estas planteándote en inscribirte en esta prestigiosa universidad es por que has pasado esta etapa, pero bueno, ¡eso cosa del pasado! Olvídalo, pon eso en un rincón de tu memoria.
Ahora estás viviendo el año 2013 en la Universidad de Brown, situada cerca del corazón de Nueva York.
¿Estás aquí por elección propia, por el sueño de convertirte en alguien famoso en la vida? ¿Por qué tus padres tienen una cuenta bancaria muy grande? ¿O tal vez por obligación?
Sea la razón que sea el resultado es el mismo, estas en una de las mejores universidades de América, pero aquí no te daremos 'la comida masticada' lo cual si de verdad deseas llegar a ser alguien en la vida tendrás que currártelo, aquí no regalamos nada.
¡Casi lo olvido! Tal vez exijamos mucho, pero tampoco descartes la idea de tener un poco de diversión. Fiesta, alcohol, sexo, drogas.
En resumen, el libertinaje total.
Para Algunos, la diversión significa dormir en tantas camas como sea posible, para otros, las compras y manicura son las cosas más importantes en su vida y siempre habrá los -por su padres- tienen dinero y reputación.
Pero dejando todo eso atrás, en la oscuridad de Brown se esconden varias personas que pertenecen a una especie de secta, un grupo donde su intenciones no son exactamente buenas. Se hacen reconocer por 'la logia', una panda de personas donde jugarán con cualquier persona que les apetezca. Les gusta ver sufrir a los demás, viven a costa de ellos. ¿Que pasa? ¿A caso tienes miedo de ser su próximo elegido? Tranquilo, como en los cómics y películas de Stan Lee donde hay un villano, hay un super héroe, e aquí nuestros super héroes se hace llamar anti logia, un grupo donde quieren la paz en la universidad y acabar con toda esa crueldad.
Y dime, ¿quien eres tu? ¿Eres un becado? ¿Un estudiante normal? ¿O tal vez te guste la idea de pertenecer a la logia? Otra posibilidad es que quieras cumplir el sueño de todo niño, ser un super héroe y pasar a ser miembro de la anti logia pero...
Seas lo que seas, se bienvenido a Brown University.
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Hopeless | C. Bloo Adkins
2 participantes
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Hopeless | C. Bloo Adkins
Hay pocos alumnos que no salen en la época decembrina, Keiran es uno de ellos, dado que sus padres ni siquiera celebran navidad y cuando debería irse a festejar con ellos por ejemplo el Rosh Hashaná o Iom Kipur, tiene multitud de tareas y generalmente lo usa como pretexto, aunque se queda en la sucursal de su padre de la ciudad para guardar las apariencias, así no tiene que dar mayores explicaciones. Por suerte tuvo la oportunidad de no tener que ir a Israel para festejar el Januca, aunque si hubo videoconferencia con su familia, lo que distrajo bastante cualquier regaño, una ventaja que no volvería a utilizar, así que, si no encontraba una buena excusa para el siguiente año, tendría que ir a su país al menos por unos días.
Llegó hasta la fraternidad después de la primera fecha de las fiestas cristianas, misma en la que acompañó a algunos de sus amigos, más por respeto que por otra cosa, de cualquier forma es una forma de festejo para él. Nada más. De alguna forma no esperaba encontrarse con nadie y de hecho no se encontró a nadie en el vestíbulo, una inusual quietud y silencio le hizo sentirse cómodo, por lo que avanzó hasta la estancia y observó con detenimiento el lugar, ciertamente tiene detalles bastante curiosos, unos adornos que de cierto modo se han ido modificando con el paso de los años, más por propia mercadotecnia que por verdadera tradición, uno asunto por demás cuestionable para quienes profesan esa fe.
Avanzó hasta sentarse en uno de los sofás, no sabía qué hacer ahora, no tenía muchos ánimos y tampoco una idea clara, después de todo sería un crimen tener que estudiar en las vacaciones, miró su reloj, por décima vez en el día, pues el tiempo se pasaba más lento de lo que lo siente en temporada de estudio. Entonces decidió sacar el móvil y empezar a mirar algunos números de a quienes podría hablar, pero ninguno pareció realmente buena idea, pues seguro estarían en sus propias actividades, así que soltó un bufido de frustración. No pasó mucho tiempo para que se decidiera a jugar en el móvil, nada extremo difícil, aunque tal vez hubiese estado más cómodo en un ordenador, pero no tuvo ganas de más, no le veía sentido. De pronto el sonido de pisadas lo hizo girarse con rapidez.
Llegó hasta la fraternidad después de la primera fecha de las fiestas cristianas, misma en la que acompañó a algunos de sus amigos, más por respeto que por otra cosa, de cualquier forma es una forma de festejo para él. Nada más. De alguna forma no esperaba encontrarse con nadie y de hecho no se encontró a nadie en el vestíbulo, una inusual quietud y silencio le hizo sentirse cómodo, por lo que avanzó hasta la estancia y observó con detenimiento el lugar, ciertamente tiene detalles bastante curiosos, unos adornos que de cierto modo se han ido modificando con el paso de los años, más por propia mercadotecnia que por verdadera tradición, uno asunto por demás cuestionable para quienes profesan esa fe.
Avanzó hasta sentarse en uno de los sofás, no sabía qué hacer ahora, no tenía muchos ánimos y tampoco una idea clara, después de todo sería un crimen tener que estudiar en las vacaciones, miró su reloj, por décima vez en el día, pues el tiempo se pasaba más lento de lo que lo siente en temporada de estudio. Entonces decidió sacar el móvil y empezar a mirar algunos números de a quienes podría hablar, pero ninguno pareció realmente buena idea, pues seguro estarían en sus propias actividades, así que soltó un bufido de frustración. No pasó mucho tiempo para que se decidiera a jugar en el móvil, nada extremo difícil, aunque tal vez hubiese estado más cómodo en un ordenador, pero no tuvo ganas de más, no le veía sentido. De pronto el sonido de pisadas lo hizo girarse con rapidez.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
Se entretuvo por mucho tiempo, el suficiente para empezar a sentirse un completo inútil, pero no podía detenerse, no tenía nada qué hacer, se supone que tendría al menos una actividad o eso dijo a sus padres, pero ahora que tiene el tiempo, ni siquiera sabe por qué empezar. Ganó por tercera vez su juego, pero ya ni siquiera la causó satisfacción, así que rindiéndose se echó hacia atrás dejando escapar un largo suspiro, luego arrojó con cierto cuidado el móvil a la mesa del centro. De pronto una voz familiar lo hizo girarse y levantarse con relativa rapidez, encontrándose con el líder de la fraternidad, alguien a quien es difícil no conocer dada su reputación.
-Cedric… -dijo en voz baja, jamás ha tenido al líder en una situación similar, pues de hecho sólo le ha escuchado de lejos alguna que otra actividad con respecto de todos los miembros. –Bueno, no soy muy asiduo a festejar estas fiestas. –dijo como si nada, desdeñando un poco las fiestas. –Soy judío. –agregó, con un dejo también de desdén, el hecho de que profese esa religión tampoco significa que no tenga nada qué hacer, muchos otros judíos aprovechan esos días para visitas familiares. –Aunque la principal razón es que no tengo muchas ganas de ver a mi familia. –admitió como si nada, dispuesto a ser sincero con quien los lidera en la universidad.
-También puedo preguntar lo mismo, pero no sé si sea de mi incumbencia. –profirió, volviendo a su lugar y guardando el móvil en el bolsillo. – Para ser honesto estas fiestas no tienen sentido para mi… así que no las festejo, tengo las propias, que tampoco festejo. –sonrió con ironía, cruzándose de pies y entrelazando sus manos. – Supongo que la mayoría lo ve como un perfecto escape para perder el tiempo. –esto último lo dijo con un claro dejo de menosprecio, pues para él, el despilfarro y la pésima administración de quienes abusan de estas fechas solo deja por el suelo la dignidad de las personas.
-Cedric… -dijo en voz baja, jamás ha tenido al líder en una situación similar, pues de hecho sólo le ha escuchado de lejos alguna que otra actividad con respecto de todos los miembros. –Bueno, no soy muy asiduo a festejar estas fiestas. –dijo como si nada, desdeñando un poco las fiestas. –Soy judío. –agregó, con un dejo también de desdén, el hecho de que profese esa religión tampoco significa que no tenga nada qué hacer, muchos otros judíos aprovechan esos días para visitas familiares. –Aunque la principal razón es que no tengo muchas ganas de ver a mi familia. –admitió como si nada, dispuesto a ser sincero con quien los lidera en la universidad.
-También puedo preguntar lo mismo, pero no sé si sea de mi incumbencia. –profirió, volviendo a su lugar y guardando el móvil en el bolsillo. – Para ser honesto estas fiestas no tienen sentido para mi… así que no las festejo, tengo las propias, que tampoco festejo. –sonrió con ironía, cruzándose de pies y entrelazando sus manos. – Supongo que la mayoría lo ve como un perfecto escape para perder el tiempo. –esto último lo dijo con un claro dejo de menosprecio, pues para él, el despilfarro y la pésima administración de quienes abusan de estas fechas solo deja por el suelo la dignidad de las personas.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
Se encontraba completamente agradecido de no ser el único en esa casa, de que hubiera alguna otra excusa para atrasar su salida, miró al chico de arriba a bajo, su cara le sonaba, aunque vaya eso era obvio ya que Vivian en la misma casa, pero por más que lo intentaba no lograba recordar su nombre, entrecerró los ojos para poder hacer memoria de todos los nombres que se sabía de la fraternidad, la verdad con tantas personas en la casa ya no podía recordar si quiera quien era un hermano y quien era un aspirante de primer año, al final se dio por vencido y solo encogió los hombros, no se iba a matar pensando el nombre, solo se lo preguntaría en algún momento de la conversación o si no llegaba a hacerlo no había de que preocuparse, lo vería de nuevo después de las fiestas, conocer su nombre no era la mayor prioridad en aquel momento, veía una forma de evadir el compromiso familiar, algo que había querido hacer desde que se levanto de su cama esa fría mañana, no iba a dejar pasar la oportunidad que se le había presentado.
Gire un poco la cabeza, escuchando con detenimiento las palabras que salían de la boca del chico, en mi boca se dibujo una sonrisa cuando escuche que la razón por al cual seguía en aquella casa solitaria era la misma que me obligaba a escuchar lo que tuviera por decirme, al parecer no soy el único bicho raro que no disfruta de la compañía de la familia en las fiestas decembrinas, camine para poder verlo de frente, así poder verlo con más detenimiento, su cuerpo debajo de la ropa parecía bien formado, un atleta sin duda, aunque no me sorprendía en lo mas mínimo ya que los requerimientos para estar en nuestra facultad era la excelencia académica así como la deportiva, me tire a un lado de él en el sofá – espero no te moleste que me siente aquí, y no realmente no es de tu incumbencia, pero aun así no veo la razón por la cual no decirte el por qué sigo aquí, la razón es que no quiero ver a mi padre ni a su esposa, es realmente deprimente, como quiere formar un lazo padre e hijo con sus regalos costosos – dije riendo un poco, recordando todas aquellas navidades en las cuales me había regalado coches, consolas, celulares, relojes – como si comprara el tiempo perdido – gire la cabeza para ver de frente al chico que se encontraba conmigo, sabia que había hablado de mas, que a el podría interesarle o no mi vida, pero no había hablado con alguien en ya bastante tiempo, no era de los tipos que hacía muchos amigos, no me habían elegido líder por mi forma de socializar si no por la forma en la que tomaba decisiones para la casa.
No podría estar más de acuerdo contigo, es solo una fecha absurda creada por la mercadotecnia para que las familias se junten con regalos que simbolizan su hipocresía hacia los demás – estire el emparedado que tenía en la mano ofreciéndole un poco de el – realmente odio estas fechas, por cierto como celebran ustedes Januca, siempre eh sentido curiosidad por su tipo de festejo, no entiendo bien de que va.
.
curiosa casualidad
ϴ
Cedric B. Adkins- Admin
- Fecha de inscripción : 08/03/2011
Edad : 34
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
De alguna manera la actitud del líder le pareció adecuada, muy diplomática, aunque claro, no es tan sorprendente, después de todo está frente a alguien digno de la fraternidad, no un mequetrefe de alguna otra que no merece ni ser mencionada. Se sintió satisfecho, pudo ver en aquel chico alguien interesante que sin duda vale la pena conocer más, ni siquiera se sintió ofendido por empezar a tomar más confianza, de hecho, le pareció idóneo y sin duda adecuado para empezar a conocerse un poco más.
La confianza que mostró después al contarle la razón del porqué de su desprecio hacia estas fechas fue parteaguas a una comodidad esperada luego de la ligera tensión que sintió al ver que no era el único en la fraternidad. –Tu historia es muy común, mucho de nuestros padres así tratan de compensar su indiferencia de tantos años. –él tenía sus propios traumas, pero no se atrevería a contarlos, no tiene la suficiente confianza, así que sólo hizo un gesto de desdén acomodándose en el sofá y alejándose un poco la extrema cercanía lo puso nervioso.
-Tú lo has dicho. –respondió, entrelazando sus manos mientras recargaba su codos en sus piernas; entonces le ofreció de su emparedado, uno que ni siquiera había notado antes y que por extraño que le pareciera, se atrevió a aceptarlo. Iba a comerlo cuando se detuvo en seco. –Jamón… los judíos no comemos jamón. –dijo con tranquilidad regresándole el alimento con respeto y lentitud, sonriendo un poco pues de hecho no es la primera vez que le pasa. –Ni nada que venga de los cerdos. –agregó, decidiéndose a hablar un poco de sus viejas costumbres, tradiciones que acata aunque sea renuente a otras reglas.
-¿Mahí Januca? –preguntó de pronto. -¿Qué es Jánuca? Esa es la pregunta que se hace antes de todo, así que, si quieres saber lo que significa, antes debo decirte que nosotros mismos nos hacemos la misma pregunta cada año. –sonrió con cierta ironía, pero decidió continuar. –Se hace un recuento histórico de todo lo que nos representa y si algún día has leído el antiguo testamento, sabrás que hablo de Moisés, Abraham, David, etcétera. –movió la mano sin darle mucha importancia. –Hay un relato muy interesante, uno que sólo nosotros conocemos y del que hablamos durante esa noche, claro, otros también lo conocen, pero no la mayoría del mundo. –de alguna forma le dio gusto contar un poco de él. –Pero no quiero aburrirte, lo demás se trata de renovación, paz, amor, etcétera, etcétera. –se volvió de lleno a él y sonrió con amabilidad.
-Creo que soy aburrido. –dijo después, levantándose de su asiento y caminando hasta el librero de enfrente y mal mirar algunos títulos, creyendo que hablar de esa forma sólo acarrearía burla o algo parecido, avergonzándose por hablar de más.
La confianza que mostró después al contarle la razón del porqué de su desprecio hacia estas fechas fue parteaguas a una comodidad esperada luego de la ligera tensión que sintió al ver que no era el único en la fraternidad. –Tu historia es muy común, mucho de nuestros padres así tratan de compensar su indiferencia de tantos años. –él tenía sus propios traumas, pero no se atrevería a contarlos, no tiene la suficiente confianza, así que sólo hizo un gesto de desdén acomodándose en el sofá y alejándose un poco la extrema cercanía lo puso nervioso.
-Tú lo has dicho. –respondió, entrelazando sus manos mientras recargaba su codos en sus piernas; entonces le ofreció de su emparedado, uno que ni siquiera había notado antes y que por extraño que le pareciera, se atrevió a aceptarlo. Iba a comerlo cuando se detuvo en seco. –Jamón… los judíos no comemos jamón. –dijo con tranquilidad regresándole el alimento con respeto y lentitud, sonriendo un poco pues de hecho no es la primera vez que le pasa. –Ni nada que venga de los cerdos. –agregó, decidiéndose a hablar un poco de sus viejas costumbres, tradiciones que acata aunque sea renuente a otras reglas.
-¿Mahí Januca? –preguntó de pronto. -¿Qué es Jánuca? Esa es la pregunta que se hace antes de todo, así que, si quieres saber lo que significa, antes debo decirte que nosotros mismos nos hacemos la misma pregunta cada año. –sonrió con cierta ironía, pero decidió continuar. –Se hace un recuento histórico de todo lo que nos representa y si algún día has leído el antiguo testamento, sabrás que hablo de Moisés, Abraham, David, etcétera. –movió la mano sin darle mucha importancia. –Hay un relato muy interesante, uno que sólo nosotros conocemos y del que hablamos durante esa noche, claro, otros también lo conocen, pero no la mayoría del mundo. –de alguna forma le dio gusto contar un poco de él. –Pero no quiero aburrirte, lo demás se trata de renovación, paz, amor, etcétera, etcétera. –se volvió de lleno a él y sonrió con amabilidad.
-Creo que soy aburrido. –dijo después, levantándose de su asiento y caminando hasta el librero de enfrente y mal mirar algunos títulos, creyendo que hablar de esa forma sólo acarrearía burla o algo parecido, avergonzándose por hablar de más.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
Era raro que Cedric se llegase a interesar por alguien, regularmente no ponía mucha atención a lo que las personas le decían, solo ponía su mejor cara y al final asentía para parecer atento a la conversación, no siempre le salía bien hacer eso, pero la plática del joven había captado su atención haciéndolo poner atención en cada una de las palabras que salían de su boca, tal vez se debía a que si perdía a su compañero se quedaría solo y sin razón para seguir atrasando todo, pondría todo su empeño para no perder su excusa aunque eso conllevara que fuera bastante amable, atento y agradable, tal vez al final no resultara tan mal como pensaba, estaba agradeciendo por dentro que la plática con él se diera bastante fluida, no era muy bueno buscando temas de conversación y aun menos con las personas que apenas conocía.
Asentí con la cabeza, el tenia razón era una historia bastante común en la familias de clase alta, los padres casi no tenían tiempo alguno para estar con sus hijos, sintiéndose obligados a compensar su amor de la única forma que conocen, comprar regalos – tienes razón, ahora no hay razón por la cual me sienta especial, a la mayoría le pasa lo mismo que yo - dije con una sonrisa dibujada en el rostro, volví a tomar el emparedado que había regresado a mis manos intacto – lo siento, no lo sabía si quieres puedo preparar otro de pavo, no sería ninguna molestia, solo no le digas a los demás que te prepare comida, no quiero que piensen que te doy trato especial o algo – ofrecí, señalándolo con el emparedado que estaba entre mis dedos – así que tendremos que comprar menos embutidos de cerdo y más de pavo para que comas, es una lástima que no comas cerdo, el tocino es lo mejor de este mundo – le sonreí un poco, note como se alejaba de mi en el sillón, pero no le tome mucha importancia, tal vez había invadido su espacio personal.
Escuche con atención su explicación acerca de lo que había preguntado hacia apenas unos momentos antes, no entendía del todo, le gustaba aprender cosas de las que no tenía conocimiento, era una de las cosas que le provocaba placer – pensé que solo era como la Navidad pero con otro nombre pero al parecer estaba completamente equivocado, tiene al parecer mucho mas contexto que la Navidad – seguí con los ojos el movimiento de mi compañero, su queja hizo que se me arqueara una ceja, solté una pequeña risa – tranquilo, no me aburres, si lo hicieras ya me hubiera levantado de este sofá y me hubiera encerrado en mi habitación – termine mi emparedado de una mordida, saque de mi pantalón una cajetilla abriéndola para tomar uno de los cigarros del interior, acerque el pequeño cenicero que estaba en medio de la mesa de la sala acercándola a mí para poder tirar la ceniza con mayor comodidad, prendí el cigarro con el encendedor que se encontraba al igual que los cigarros dentro de la cajetilla, el humo resbalaba por mi garganta, me encantaba sentir ese calor cremoso por mi garganta – ¿gustas uno o tampoco está permitido que fumes? – dije deslizando la cajetilla por la mesa en dirección hacia el – por cierto, no esta permitido fumar en la sala de esta casa, pero esta vez romperé la regla solo por que no hay nadie, y nadie se enterara de esto, ¿quieres una copa o algo? Hay vino en la cava, puedes tomar cualquier botella que quieras.
curiosa casualidad
ϴ
Cedric B. Adkins- Admin
- Fecha de inscripción : 08/03/2011
Edad : 34
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
No tuvo muchas ganas de hondar en el detalle de los padres, pues para él tampoco ha sido algo feliz, la relación con su padre ha sido muy complicada, aunque de vez en cuando ha demostrado cierto cariño, mismo que se ha reflejado en el respeto a las decisiones que tome en su vida, una cosa alentadora, pues así tendrá la oportunidad de expandir sus propias ideas dentro de su realidad, lo que es claro también es que ya empiezan a pedirle alguna mujer, algo que ha tratado de evitar, aunque no sabe por cuánto tiempo más.
-Tenemos ciertas razones por las que no comemos cerdos, pero bueno, a veces creo que es algo exagerado. –desdeñó ese dilema, mismo que lleva a cabo a pesar de todo. –No sé si el cerdo en cualquiera de sus formas sea agradable, pero tengo mis propios gustos en comida que no son nada despreciables. –sonrió con tranquilidad. Luego volvió al tema del Jánuca y la comparación con la Navidad cristiana. –Bueno, en realidad creo que la Navidad que la mayoría del mundo celebra también tiene un contexto mucho más complejo que como una simple fiesta… he investigado un poco y también tiene un sentido espiritual muy trascendente, pero claro, a muchos no les interesa. –decir aquello fue de completo respeto hacia las creencias que Cedric tuviera.
Le dio gusto escuchar que no lo aburría con sus comentarios, aunque nada fuera de lo natural, es un Omega Chi, ahí están por muchas cosas y si es el líder, seguro goza de una sabiduría poco natural en un chico de su edad, como casi todos los que son aceptados en esa fraternidad. Observó cómo prendía su cigarro y empezaba a fumarlo, agradeció que lo hiciera en la lejanía. –El cigarrillo no es lo mío, más por gusto que por otra cosa. –habló, sin criticar su gusto por él. –Pero aceptaré una copa con todo gusto. –sin muchos problemas y sabiendo dónde encontraría las botellas fue hasta allí y empezó a mirar, es claro que la selección de bebidas es muy elitista, así que no tardó mucho en escoger.
-Pensé en un poco de vino tinto, pero creo que no es el momento, así que… un Whiskey. –mostró la botella, un Whiskey de Malta. –Yamazaki, yo mismo doné esta botella, aunque creo que tienen sus reservas para probarlos. –empezó a decir buscando un par de copas. –Debo decir que no pueden estás más equivocados, Escocia se ha quedado atrás y otras naciones han logrado superarles… no es que me dé gusto, pero vale la pena comentarlo. –sirvió entonces una copa a su líder y luego a él. –Picante, dulce, sencillo, absolutamente delicioso. –levantó la copa al chico y luego se llevó la suya a la garganta, disfrutando del sabor.
-Y Dime… ¿tienes planes para el año que viene? –la pregunta podría llevar una carga significativa de intriga, pero la hizo con el ánimo de conocer un poco más de él, chicos como ellos siempre hacen planes de vida, algún objetivo especial para el año o pequeñas ideas que también podrían realizar.
-Tenemos ciertas razones por las que no comemos cerdos, pero bueno, a veces creo que es algo exagerado. –desdeñó ese dilema, mismo que lleva a cabo a pesar de todo. –No sé si el cerdo en cualquiera de sus formas sea agradable, pero tengo mis propios gustos en comida que no son nada despreciables. –sonrió con tranquilidad. Luego volvió al tema del Jánuca y la comparación con la Navidad cristiana. –Bueno, en realidad creo que la Navidad que la mayoría del mundo celebra también tiene un contexto mucho más complejo que como una simple fiesta… he investigado un poco y también tiene un sentido espiritual muy trascendente, pero claro, a muchos no les interesa. –decir aquello fue de completo respeto hacia las creencias que Cedric tuviera.
Le dio gusto escuchar que no lo aburría con sus comentarios, aunque nada fuera de lo natural, es un Omega Chi, ahí están por muchas cosas y si es el líder, seguro goza de una sabiduría poco natural en un chico de su edad, como casi todos los que son aceptados en esa fraternidad. Observó cómo prendía su cigarro y empezaba a fumarlo, agradeció que lo hiciera en la lejanía. –El cigarrillo no es lo mío, más por gusto que por otra cosa. –habló, sin criticar su gusto por él. –Pero aceptaré una copa con todo gusto. –sin muchos problemas y sabiendo dónde encontraría las botellas fue hasta allí y empezó a mirar, es claro que la selección de bebidas es muy elitista, así que no tardó mucho en escoger.
-Pensé en un poco de vino tinto, pero creo que no es el momento, así que… un Whiskey. –mostró la botella, un Whiskey de Malta. –Yamazaki, yo mismo doné esta botella, aunque creo que tienen sus reservas para probarlos. –empezó a decir buscando un par de copas. –Debo decir que no pueden estás más equivocados, Escocia se ha quedado atrás y otras naciones han logrado superarles… no es que me dé gusto, pero vale la pena comentarlo. –sirvió entonces una copa a su líder y luego a él. –Picante, dulce, sencillo, absolutamente delicioso. –levantó la copa al chico y luego se llevó la suya a la garganta, disfrutando del sabor.
-Y Dime… ¿tienes planes para el año que viene? –la pregunta podría llevar una carga significativa de intriga, pero la hizo con el ánimo de conocer un poco más de él, chicos como ellos siempre hacen planes de vida, algún objetivo especial para el año o pequeñas ideas que también podrían realizar.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
El humo iba llenando la sala de estar, la luz atravesaba las nubes de humo que Cedric expulsaba por la boca, le encantaba escuchar cómo se quemaba e tabaco y el papel con cada calada que le daba, la luz entraba a borbotones por el ventanal de la casa inundando completamente la sala en donde se encontraban en ese momento, colocó sus brazos a cada lado recargados en el respaldo del sofá, por el rabillo del ojo podía observar a su acompañante, Cedric era de esas personas que no le hace asco a ningún tipo de alcohol, pero esto no quería decir que no supiera diferenciar entre el buen alcohol y el barato, era un hombre que se declaraba Fan del Vino tinto, era su bebida favorita, al verlo llegar con la botella de whisky se decepciono un poco, pero que importaba el whisky era mejor para romper el hielo, o al menos así lo pensaba el, le ofreció una sonrisa bastante sincera a su compañero.
Deje caer la ceniza del con un movimiento de muñeca, no toda cayó en el recipiente de vidrio, pero no le tome mucha importancia, tome la botella de la mesa en donde la había colocado, abrí la tapa y empecé a verter el liquido en los dos vacíos que había puesto frente a mi – Siéntate, no muero, bueno no siempre – dije con un poco de problemas de dicción ya que al tener las dos manos ocupadas, había dejado el cigarro entre mis labios – no te preocupes, yo no practico ninguna religión, no creo en ellas, respeto todo tipo de creencias pero no es lo mío – la botella hizo un pequeño sonido al chocar contra la mesa de madera – está bien que no fumes, eh de aceptar que es un mal vicio, pero se me hace imposible dejarlo por el momento, es lo único que calma mi estrés en la escuela – tome el vaso que había servido con su mano derecha, al acercarlo a mis labios el olor inundo mi nariz, era un olor a madera combinado con pequeños toques de cereza, dio un pequeño sorbo y el liquido inundo mi boca, era fuerte, consistente, me gustaba pero no era de mis preferidos, sintió el calor del liquido por su garganta, volvió a colocar la copa en su lugar – vaya, no sabía que en Japón hacían tan buen whisky, pero en lo personal prefiero un buen King George, soy fan de Johny Walker - llevando la mano libre a mi cabeza, empezó a rascar un poco, en gesto de estar pensando, no había pensado en lo que traería el nuevo año – pues mi único plan ahora es acabar la universidad, salir de este lugar conseguir un buen empleo en la bolsa, que no creo que sea mucho problema, después de todo mi padre tiene muchos contactos ahí, pero en realidad eso es todo lo que tengo, n eh pensado en otras cosas, siempre ah sido mi plan, desde que entre a esta escuela, salir con honores, graduarme, tener un buen empleo y una bonita casa, eso es todo, no soy de las personas que piense mucho las cosas ¿ tu tienes planes para el futuro? Seguro pensaras, como alguien como yo que no tiene los grandes planes para su vida llego a ser el líder de la fraternidad más antigua de la universidad – solté un suspiro, claro que había llegado por mis propios meritos, no pondrían a cualquier persona al frente de la casa con más prestigio de la universidad, pero me molestaba un poco saber que también había sido por mi padre, el había sido líder antes de esta casa y como su hijo yo tenía que seguir con la tradición de ser un Omega Chi – no me gusta pensar mucho a futuro.
curiosa casualidad
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Cedric B. Adkins- Admin
- Fecha de inscripción : 08/03/2011
Edad : 34
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
El humo que empezó a inundar la estancia empezó a desagradarle, pero dado que se trataba del líder de la fraternidad no pudo decir nada, sin embargo, se atrevió a acercarse a una de las ventanas y abrirla disimuladamente, sin moverse de ahí y respirando hasta afuera de vez en cuando, el humo del cigarrillo no es algo que le guste, de hecho ni siquiera le encuentra sentido, pero para las personas que lo hacen debe tener algo que, como bien dijo Cedric, lo hace sentirse mejor, así que no juzgaría, al menos no a él. Es claro que conoce los gustos de la mayoría de los Omega, pues comparte muchos de ellos, pero siempre hay cosas que no le agradan, además, su manera de ser tan ortodoxa, por decirlo de alguna forma, lo hace evitar muchos vicios.
La manera en que bebió fue propia de alguien que no tiene interés en irse de ahí tan pronto y eso fue agradable, mucho más de lo que pudiera admitir, cuando le pidió que se sentara pudo pensar muchas cosas, pero ninguna de ellas desagradable, además, siempre podría obtener algún beneficio de portarse amable con quien tiene el liderazgo de tan antigua fraternidad. Terminó su propia bebida e hizo caso, con lentitud extrema, pero atreviéndose a abrir un poco más la ventana antes de moverse, fue hasta el sofá y se sentó a su lado, su comentario le provocó una risa. –Descuida, las mordeduras siempre se borran con el tiempo, no hay nada que éste no borre. –habló con tranquilidad, acomodándose y cruzándose de piernas, viendo cómo servía las bebidas.
Ya no quiso hacer ningún comentario acerca de la religión, pues lo cierto es que la necesidad espiritual es muy personal y muy propia de la persona, así que no le veía mucho caso entrar en detalles, sólo asintió a su comentario, siendo completamente sincero con ello, pues, a pesar de no aceptar mucho las reglas del judaísmo, termina por cumplirlas. –No critico a quienes fuman, cada quien es libre de hacer lo que le plazca, siempre que tenga en consideración a los demás. –ante ello no pudo evitar decir su propio comentario. –El derecho propio termina cuando comienza el de los demás. –agregó, una frase clara de cualquiera que estudia el Derecho, pero también de quien es jurista y no un simple abogado, pues lo abogados se basan en la ley, en el derecho sustantivo, mientras que un jurista piensa la ley y las crea dentro de su mente.
-Johny Walker también es uno de mis favoritos, pero siempre estoy abierto a cualquier posibilidad, enfrascarme en una sola suele volverse aburrido, probar otras cosas resulta alentador. –sonrió con cierto descaro, esta vez no poniendo la distancia que puso en otro momento, mostrándose un poco más amigable. Entonces empezó a escuchar con atención todo lo que decía con respecto a sus metas de este año, lo que por supuesto sorprendió a Keiran más de lo que hubiese imaginado, pues como Cedric mismo lo dijo, alguien que ostenta el título de líder en la fraternidad no puede tener una idea tan simplista de la vida, sin embargo, él la tiene. –La verdad es que me sorprendes. –fue lo primero que dijo, tomando su bebida y levantándola hacia él para que hiciera lo mismo, luego entonces la bebió, pero no por completo.
-Mis planes son muchos, aún estoy en camino de la preparación, pero por lo pronto diré que mis objetivos más próximos y en este año es completarme en algún curso especial, algo que complemente mis estudios en Derecho. –dijo, suponiendo que tal vez no sabría lo que estudiaba. –Contrario a ti, pienso mucho en el futuro, creo que es esencial hacerlo. –empezó a hablar, entrando más en confianza. –Claro que no descuido el presente, pues de ello depende el futuro, lo que digo es que para obtener lo que quiero, hay que hacer bien las cosas en nuestro momento y entonces asegurar ese futuro. –sonrió, filosofar no es propio de él. –Lo que tú quieres hacer es muy utópico. –siguió, dispuesto a dar su opinión. –El mundo no es lo de antes, el caos reina en todos lados y creo que nosotros, los estudiantes de hoy, tenemos la responsabilidad de enderezarlo, de evitar que el error de nuestros padres dañe a las generaciones futuras. –Keiran es muy ambicioso, jamás lo ha negado, pero esa ambición también considera la lógica, algunas cosas pueden ir en contra de sus deseos y debe acatarlas si quiere beneficiarse.
La manera en que bebió fue propia de alguien que no tiene interés en irse de ahí tan pronto y eso fue agradable, mucho más de lo que pudiera admitir, cuando le pidió que se sentara pudo pensar muchas cosas, pero ninguna de ellas desagradable, además, siempre podría obtener algún beneficio de portarse amable con quien tiene el liderazgo de tan antigua fraternidad. Terminó su propia bebida e hizo caso, con lentitud extrema, pero atreviéndose a abrir un poco más la ventana antes de moverse, fue hasta el sofá y se sentó a su lado, su comentario le provocó una risa. –Descuida, las mordeduras siempre se borran con el tiempo, no hay nada que éste no borre. –habló con tranquilidad, acomodándose y cruzándose de piernas, viendo cómo servía las bebidas.
Ya no quiso hacer ningún comentario acerca de la religión, pues lo cierto es que la necesidad espiritual es muy personal y muy propia de la persona, así que no le veía mucho caso entrar en detalles, sólo asintió a su comentario, siendo completamente sincero con ello, pues, a pesar de no aceptar mucho las reglas del judaísmo, termina por cumplirlas. –No critico a quienes fuman, cada quien es libre de hacer lo que le plazca, siempre que tenga en consideración a los demás. –ante ello no pudo evitar decir su propio comentario. –El derecho propio termina cuando comienza el de los demás. –agregó, una frase clara de cualquiera que estudia el Derecho, pero también de quien es jurista y no un simple abogado, pues lo abogados se basan en la ley, en el derecho sustantivo, mientras que un jurista piensa la ley y las crea dentro de su mente.
-Johny Walker también es uno de mis favoritos, pero siempre estoy abierto a cualquier posibilidad, enfrascarme en una sola suele volverse aburrido, probar otras cosas resulta alentador. –sonrió con cierto descaro, esta vez no poniendo la distancia que puso en otro momento, mostrándose un poco más amigable. Entonces empezó a escuchar con atención todo lo que decía con respecto a sus metas de este año, lo que por supuesto sorprendió a Keiran más de lo que hubiese imaginado, pues como Cedric mismo lo dijo, alguien que ostenta el título de líder en la fraternidad no puede tener una idea tan simplista de la vida, sin embargo, él la tiene. –La verdad es que me sorprendes. –fue lo primero que dijo, tomando su bebida y levantándola hacia él para que hiciera lo mismo, luego entonces la bebió, pero no por completo.
-Mis planes son muchos, aún estoy en camino de la preparación, pero por lo pronto diré que mis objetivos más próximos y en este año es completarme en algún curso especial, algo que complemente mis estudios en Derecho. –dijo, suponiendo que tal vez no sabría lo que estudiaba. –Contrario a ti, pienso mucho en el futuro, creo que es esencial hacerlo. –empezó a hablar, entrando más en confianza. –Claro que no descuido el presente, pues de ello depende el futuro, lo que digo es que para obtener lo que quiero, hay que hacer bien las cosas en nuestro momento y entonces asegurar ese futuro. –sonrió, filosofar no es propio de él. –Lo que tú quieres hacer es muy utópico. –siguió, dispuesto a dar su opinión. –El mundo no es lo de antes, el caos reina en todos lados y creo que nosotros, los estudiantes de hoy, tenemos la responsabilidad de enderezarlo, de evitar que el error de nuestros padres dañe a las generaciones futuras. –Keiran es muy ambicioso, jamás lo ha negado, pero esa ambición también considera la lógica, algunas cosas pueden ir en contra de sus deseos y debe acatarlas si quiere beneficiarse.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
Cada vez que le daba un trago a su bebida hacia que no quisiera irse d ese lugar, todo estaba bien, por lo menos en ese momento, mientras platicaba con su hermano, en su cabeza cruzaban muchos pensamientos, todos acerca de cómo se la pasaría en casa, todos ellos llevaban a estar encerrado en su alcoba y solo bajar para cenar, así que en ese mismo momento se decidió a no irse, relajo el cuerpo, empezó a dar tragos cada vez mas grandes al vaso que estaba en su mano, ya que no se iba a ir no tenia porque no tomar tanto como el quisiese aunque no se pondría borracho podía tomar como a el más le gustaba, sin remordimientos prisa o tapujos, se acabo el whisky que estaba en su mano de un solo trago, sabía que estaba completamente mal que tomara alcohol caro sin siquiera degustarlo pero en ese momento eso era algo que no le importaba en lo mas mínimo, volvió a servir su copa, pero esta ves la lleno mas casi a llegar al tope del vaso, dejo el cigarro en el cenicero se levanto de su asiento y se dirigió al estero que estaba en esa sala, lo prendió y coloco su ipod, no sabía si la música que estaba en el le gustaría a su compañero pero no le vio problema alguno ya que solamente era para ambientar las cosas, estar en silencio hacia que se sintiera incomodo, volvió a su lugar tomando la y dándole un largo sorbo a la bebida, hizo un gesto de placer seguido de un suspiro largo.
Esa canción me encanta – una sonrisa se hizo presente en mis labios mientras las bocinas sonaban levemente con una de mis canciones favoritas “Black Sheep – Metric ft. Brie larson” escuchaba atentamente sus palabras –[color=#8797d6] tratare de no fumar tanto, pero te advierto que soy un completo adicto a la nicotina, es de esos vicios que me encantan, podría dejar de tomar pero de fumar mmm eso es más complicado[color] – le di una última calada al cigarro, aplaste la colilla haciendo que la braza se apagara contra el cristal frio, escuche atentamente sus planes, vaya que era un hombre ambicioso, lo bastante como para agradarme, sentía que había algo en el que me hacía sentir con la confianza de poder contarle todo lo que me pasaba, hacia mucho que no le contaba mis cosas a nadie, no era muy del tipo de tener amigos, pero en verdad me encantaba poder hablar así con alguien, al menos pensaba que el no me juzgaría por mi forma de ser- se que lo que pienso no es lo más correcto, pero prefiero vivir al día, es más agradable te evitas decepciones – lo señale con mi mano y le dedique una sonrisa – sabes, me alegra no haber ido a casa, eres una persona inteligente, agradable, sabes de lo que hablas, la verdad es que me agradas demasiado, me agrada mucho tu forma de pensar, aunque discrepo en algunas cosas, claro que somos la juventud y las personas que tienen que ver por el futuro de todos y blah blah, pero cada quien llega a hacerlo a su forma la tuya es pensar las cosas demasiado y las mías es simplemente vivir las cosas, no estoy diciendo que sea un libertino ni mucho menos claro que pienso en algunas cosas no seguiría siendo el líder si hubiera tomado las malas decisiones, así que hay que quedarnos cada quien con lo que le funciona, al menos so es lo que pienso – le dio otro sorbo grande a su vaso que ya le quedaba muy poco del liquido en su interior – no quiero parecer grosero y espero que me disculpes, pero no tengo ni idea de cómo te llamas, lo siento mucho, pero me alegra estar aquí contigo, hacia mucho que no platicaba tanto con alguien, ¿entonces me podrías decir tu nombre? – el aire frio entraba por las ventanas que había abierto recientemente, por suerte tenía un abrigo en el armario de la entrada así no tendría que subir por uno, planeaba seguir conociéndolo, era un sujeto ¿cómo llamarlo? Interesante.
curiosa casualidad
ϴ
Cedric B. Adkins- Admin
- Fecha de inscripción : 08/03/2011
Edad : 34
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
De algún modo las cosas empezaban a ser más flexibles, por decirlo de una manera, pues al principio se sintió un poco tenso por estar frente al líder de la fraternidad, un chico del que ha escuchado mucho y del que sabe poco, excepto por este momento, que cada vez se torna de mayor confianza, algo que lo satisface a más no poder, tener una confianza así de clara con Cedric volvía su estadía en aquella universidad un poco más placentera, conociendo de hecho al líder, que muestra ser más agradable de lo que alguna vez se imaginó. Tal vez los demás piensen que los Omegas no son unidos, que no tienen intereses más que en sobresalir por su cuenta y se llevarse entre los pies a quien sea, incluso si son hermanos. Pero no, se equivocan, en realidad son unidos también, se entienden y se congratula en firmar que saben protegerse.
Observó su poca paciencia al beber el whiskey, lo que empezó a crearle algunas interrogantes, mismas que se atrevería a preguntar cuando se le presentara la ocasión, no es tan normal que un chico como él tuviera tantos deseos de alcohol; vamos, llevan un rato hablando y al menos un par de copas, que sin duda no hacen nada en su cuerpo todavía, pero para Keiran siempre es mejor alargar esos momentos lo más posible. Hubo unos momentos de silencio, incómodos a decir verdad, pero por fortuna al líder se le ocurrió una grandiosa idea y puso música, una muy adecuada, pues se supone que están de festejo, no diría que no conoce a quien canta, pero el ritmo le agrada y lo que dice también. De algún modo empezó a conocer una faceta de Cedric que tampoco le hubiera pasado por la mente, es serio, pero al mismo tiempo liberal, un contraste desde su punto de vista, lo que ahora da una nueva perspectiva a las cosas.
-Es buena. –contestó respecto de la canción, no entrando en detalle, pues desconocía al grupo. Por suerte el chico siguió hablando, esta vez dio su opinión acerca de lo que Keiran le había contado, de lo que, en plena confianza, se atrevió a confesarle, no es que lo haga todos los días y con cualquiera. Su respuesta al principio pareció inverosímil, pero pronto llegó al punto preciso, algo que para Keiran jamás ha sido una verdad, aunque tal vez ahora cambie de opinión. –Has descrito algo de mí con clara certeza, siempre estoy pensando en el qué pasará; ahora veo que somos opuestos, pues no puedo reconocer lo que me dices, no puedo vivir el día a día sin tener que pensar en el mañana; me agrada como lo dices, es… grandioso. –sonrió como pocas veces lo hace y levantó su copa para brindar por ello, pues de alguna forma acaba de recibir una gran consejo, uno que no echará en saco roto.
Lo siguiente que dijo le sacó una enorme risa, de hecho hasta se echó hacia atrás por el comentario, aunque lo que más diversión le causó fue la manera en que se lo dijo, disculpándose pero siendo completamente sincero, nada que pudiera reprochar y que estuvo dispuesto a contestar. –Qué bueno que eres el líder, de alguien más me hubiera sentido ofendido. –dijo en tono desdeñoso, no hablando en serio. Se levantó del sofá y caminó hasta la ventana que hubo abierto, la entrecerró, dejando apenas un pequeño espacio. –Hace frío. –dijo, advirtiendo que el clima en la estancia había bajado drásticamente desde que la abrió. –Primero me halagas y luego hablas de no saber mi nombre. –empezó a decir, regresando al sofá, no sin antes terminar su bebida. –Keiran. –afirmó, sentándose con más comodidad, quedando de lado en su cuerpo y de frente a Cedric, subiendo su pierna izquierda al sofá y la derecha plantándola en el suelo, pero cruzándola por el tobillo de la izquierda.
-Yo creo que tú eres intrigante. –volvió a tomar la palabra, atreviéndose a servir unas nuevas bebidas. –Pareces serio, alguien que tiene las cosas claras, aunque no dudo que así sea, pero das a entender que eres muy recto, demasiado diría yo… aunque ahora me doy cuenta que no es así, que en realidad tiene tantas dudas como cualquiera de nosotros podría tenerlas, aunque eso sí, tomas las decisiones adecuadas en los momentos precisos. –tomó su vaso y bebió un poco más del whiskey, pero sin dejar de mirar a Cedric. –No es algo que los judíos podamos entender con tanta facilidad, nosotros somos criados bajo reglas que no pueden ser rotas, que deben ser cumplidas y que nos enseñaron a temer si no. –volvió a sincerarse. –Yo les temo algunas veces. –acotó, pero pronto cambió su rostro. -¿Tú le temes a algo? –la pregunta fue directa y llana, esperando que fuera tan sincero como hasta ahora.
Observó su poca paciencia al beber el whiskey, lo que empezó a crearle algunas interrogantes, mismas que se atrevería a preguntar cuando se le presentara la ocasión, no es tan normal que un chico como él tuviera tantos deseos de alcohol; vamos, llevan un rato hablando y al menos un par de copas, que sin duda no hacen nada en su cuerpo todavía, pero para Keiran siempre es mejor alargar esos momentos lo más posible. Hubo unos momentos de silencio, incómodos a decir verdad, pero por fortuna al líder se le ocurrió una grandiosa idea y puso música, una muy adecuada, pues se supone que están de festejo, no diría que no conoce a quien canta, pero el ritmo le agrada y lo que dice también. De algún modo empezó a conocer una faceta de Cedric que tampoco le hubiera pasado por la mente, es serio, pero al mismo tiempo liberal, un contraste desde su punto de vista, lo que ahora da una nueva perspectiva a las cosas.
-Es buena. –contestó respecto de la canción, no entrando en detalle, pues desconocía al grupo. Por suerte el chico siguió hablando, esta vez dio su opinión acerca de lo que Keiran le había contado, de lo que, en plena confianza, se atrevió a confesarle, no es que lo haga todos los días y con cualquiera. Su respuesta al principio pareció inverosímil, pero pronto llegó al punto preciso, algo que para Keiran jamás ha sido una verdad, aunque tal vez ahora cambie de opinión. –Has descrito algo de mí con clara certeza, siempre estoy pensando en el qué pasará; ahora veo que somos opuestos, pues no puedo reconocer lo que me dices, no puedo vivir el día a día sin tener que pensar en el mañana; me agrada como lo dices, es… grandioso. –sonrió como pocas veces lo hace y levantó su copa para brindar por ello, pues de alguna forma acaba de recibir una gran consejo, uno que no echará en saco roto.
Lo siguiente que dijo le sacó una enorme risa, de hecho hasta se echó hacia atrás por el comentario, aunque lo que más diversión le causó fue la manera en que se lo dijo, disculpándose pero siendo completamente sincero, nada que pudiera reprochar y que estuvo dispuesto a contestar. –Qué bueno que eres el líder, de alguien más me hubiera sentido ofendido. –dijo en tono desdeñoso, no hablando en serio. Se levantó del sofá y caminó hasta la ventana que hubo abierto, la entrecerró, dejando apenas un pequeño espacio. –Hace frío. –dijo, advirtiendo que el clima en la estancia había bajado drásticamente desde que la abrió. –Primero me halagas y luego hablas de no saber mi nombre. –empezó a decir, regresando al sofá, no sin antes terminar su bebida. –Keiran. –afirmó, sentándose con más comodidad, quedando de lado en su cuerpo y de frente a Cedric, subiendo su pierna izquierda al sofá y la derecha plantándola en el suelo, pero cruzándola por el tobillo de la izquierda.
-Yo creo que tú eres intrigante. –volvió a tomar la palabra, atreviéndose a servir unas nuevas bebidas. –Pareces serio, alguien que tiene las cosas claras, aunque no dudo que así sea, pero das a entender que eres muy recto, demasiado diría yo… aunque ahora me doy cuenta que no es así, que en realidad tiene tantas dudas como cualquiera de nosotros podría tenerlas, aunque eso sí, tomas las decisiones adecuadas en los momentos precisos. –tomó su vaso y bebió un poco más del whiskey, pero sin dejar de mirar a Cedric. –No es algo que los judíos podamos entender con tanta facilidad, nosotros somos criados bajo reglas que no pueden ser rotas, que deben ser cumplidas y que nos enseñaron a temer si no. –volvió a sincerarse. –Yo les temo algunas veces. –acotó, pero pronto cambió su rostro. -¿Tú le temes a algo? –la pregunta fue directa y llana, esperando que fuera tan sincero como hasta ahora.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
Le agradaba tener compañía de vez en cuando, y pocas veces gozaba de una compañía tan agradable como el, la música había logrado disipar aquellos momentos incómodos donde ninguno de los dos encontraba que decir le gustaba que el Keiran, bueno al menos ahora ya sabía su nombre, procuraría tratar de no olvidarlo, miraba el vaso que tenia entre las manos, le encantaba el color ámbar del Whisky lo movía lentamente entre sus manos haciendo que el liquido diera vueltas creando un remolino dentro del vaso, le gustaba hacer ese tipo de cosas con cualquier bebida, para el eso era la descripción grafica de una tormenta en un vaso, era como el Caos bajo control a pesar de ser una persona a la cual le gustaba no pensar demasiado las cosas, no le gustaba que las cosas se le salieran de control.
Keiran, En serio lo siento, no eh tenido tiempo de revisar los nombres de los miembros y como no somos pocos tiendo a confundir los nombres – me encogí de hombros – pues parezco recto, hay que mantener las apariencias para mantener la disciplina entre los integrantes de la casa, pero ya en más confianza como ahora te das cuenta que no – la pregunta que me hizo Keiran me tomo por sorpresa, miré el vaso que tenia entre mis manos y después volví a subir la mirada encontrándome con los ojos azules de mi acompañante – Miedo… - suspiré un poco antes de contestar – "La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido." – Dije citando a Lovecraft mientras le daba un sorbo a mi vaso – y en lo que a mí respecta desconozco muchas cosas, miedos tengo muchos, pero creo que son irrelevantes, creo que lo que importa es saber afrontar tus miedos no dejar que te frenen, no te podría decir una cosa en especifico – mis ojos se clavaron el techo, para después volver la mirada a Keiran, la compañía de este hacia que me sintiera tranquilo y vaya que me hacia falta olvidarme de todo, desde que conocí a mi hermano no había podido dejar de pensar en eso, en el y en lo igual que nos veíamos por fuera pero lo completamente contrarios que éramos por dentro, mi padre siempre me mintió acerca de el, no sabía cómo actuar en esa situación, sacudí la cabeza para disipar los pensamientos acerca de eso, era algo que no venia al tema en ese momento – Tu dime Keiran ¿qué es lo que más miedo te da? – alguien tan disciplinado como su compañero debería de tener miedos bastante peculiares, no podía ocultar la curiosidad que me causaba conocer mas acerca de el, era la persona mas interesante que había conocido no solo en días si no en meses, no había nadie que me hubiera despertado la curiosidad como el, bueno si, Ashton, al recordarlo en mi cara se dibujo una sonrisa, supongo que al fina si tenia un miedo, la probabilidad de que desapareciera de mi vida.
curiosa casualidad
ϴ
- Spoiler:
- PD: siento la tardanza estaba viendo cosas sobre la escuela y quedo bastante corto, u.u pero recompensare en el próximo
Cedric B. Adkins- Admin
- Fecha de inscripción : 08/03/2011
Edad : 34
Re: Hopeless | C. Bloo Adkins
De alguna manera podía entender que el alcohol le abriera la mente y comenzara a tener la necesidad de ser absolutamente sincero con quien ostenta el liderazgo de la fraternidad, con él no puede ser antipático o poco respetuoso, pues hasta eso, conoce muy bien de jerarquías y aunque en algún momento de su vida pudiera tener un rango similar pero a otro nivel, no puede ser insolente con nadie, esa es casi como una regla muy clara de los que profesan su religión. Ahora mismo, si no contaba mal, ya iba por la cuarta copa, algo muy descarado, pues no ha tomado tanto desde muchos años atrás, cuando a los 18 años decidió darse la fiesta de su vida y echar la casa por la ventana; al final le valió un tremendo desprestigio entre muchos conocidos, que pronto acabó al demostrar su talento en áreas que no todos pueden lograr.
-No es para mí un problema que no sepas mi nombre, de hecho, no esperaba algo diferente. –dijo sin más. –No con intención de ofenderte, tampoco, sencillamente que entiendo las múltiples actividades y el número de hermanos que seguro hay en la lista. –sonrió sin darle mayor importancia llevándose un poco más del líquido que su garganta clamaba cada vez más. –De hecho, ahora me pareces más divertido, pues confieso que al principio sentí un ligero recelo por tu posible comportamiento, me alegra haberme equivocado. –escuchó con un poco te atención la música de esos momentos y torció una media sonrisa. –Tienes gustos curiosos. –dijo como si nada, halagando de cierto modo al otro. Cuando entró en el detalle de la pregunta la cosa se volvió, una vez más, un tanto seria, lo que le dio cierta solemnidad a todo lo que dijo.
-Lovecraft deshebró perfectamente la esencia del miedo en todos nosotros, pero concuerdo contigo, no es algo a lo que debamos desdeñar, pero si tener en consideración para saber desde qué punto defendernos; los miedos tratan de alejarnos de nuestros objetivos. –puntualizó, llegando a un punto en el que ninguno parecía contradecirse y mucho menos negarse. La forma en que le miró después lo hizo sentir un poco incómodo, pero se lo atribuyó al alcohol, pues pronto se recompuso y correspondió con una mirada de respeto; lo que más carácter le dio a sus ojos fue su siguiente pregunta, una que no podría evitar. –Igual que tú, hay cosas a las que me tengo que enfrentar, pero siempre estoy dispuesto a deshacerme de ellas antes de que siquiera me toquen. –se acomodó de lado al sofá, recostando un poco su cabeza, pero sin dejar de mirar a Cedric.
-Mi temor más grande es quedarme sólo. –dijo después de unos segundos, mirando su vaso y agitándolo un poco. –La soledad puede ser una poderosa aliada cuando defines su objetivo, que es encontrarte a ti mismo… pero cuando el tiempo se vuelve en tu contra provocas una guerra interior de intensa y segura calamidad; es probablemente la lucha más peligrosa de todas, esa donde te enfrentas a ti mismo. –se llevó toda la copa de un solo trago, irguiéndose un poco y resintiendo levemente el alcohol en su sangre. –Creo que esto empieza a causar efectos. –se burló, pero no evitó que sirviera unas nuevas copas. –Dime, Cedric, si es que puedo llamarte así. –dijo después, riendo por su repentina y amigable actitud. -¿Qué es lo más bajo qué harías para cumplir tus objetivos? Porque vamos, incluso ser feliz con un futuro utópico tiene un precio. –afirmó.
-No es para mí un problema que no sepas mi nombre, de hecho, no esperaba algo diferente. –dijo sin más. –No con intención de ofenderte, tampoco, sencillamente que entiendo las múltiples actividades y el número de hermanos que seguro hay en la lista. –sonrió sin darle mayor importancia llevándose un poco más del líquido que su garganta clamaba cada vez más. –De hecho, ahora me pareces más divertido, pues confieso que al principio sentí un ligero recelo por tu posible comportamiento, me alegra haberme equivocado. –escuchó con un poco te atención la música de esos momentos y torció una media sonrisa. –Tienes gustos curiosos. –dijo como si nada, halagando de cierto modo al otro. Cuando entró en el detalle de la pregunta la cosa se volvió, una vez más, un tanto seria, lo que le dio cierta solemnidad a todo lo que dijo.
-Lovecraft deshebró perfectamente la esencia del miedo en todos nosotros, pero concuerdo contigo, no es algo a lo que debamos desdeñar, pero si tener en consideración para saber desde qué punto defendernos; los miedos tratan de alejarnos de nuestros objetivos. –puntualizó, llegando a un punto en el que ninguno parecía contradecirse y mucho menos negarse. La forma en que le miró después lo hizo sentir un poco incómodo, pero se lo atribuyó al alcohol, pues pronto se recompuso y correspondió con una mirada de respeto; lo que más carácter le dio a sus ojos fue su siguiente pregunta, una que no podría evitar. –Igual que tú, hay cosas a las que me tengo que enfrentar, pero siempre estoy dispuesto a deshacerme de ellas antes de que siquiera me toquen. –se acomodó de lado al sofá, recostando un poco su cabeza, pero sin dejar de mirar a Cedric.
-Mi temor más grande es quedarme sólo. –dijo después de unos segundos, mirando su vaso y agitándolo un poco. –La soledad puede ser una poderosa aliada cuando defines su objetivo, que es encontrarte a ti mismo… pero cuando el tiempo se vuelve en tu contra provocas una guerra interior de intensa y segura calamidad; es probablemente la lucha más peligrosa de todas, esa donde te enfrentas a ti mismo. –se llevó toda la copa de un solo trago, irguiéndose un poco y resintiendo levemente el alcohol en su sangre. –Creo que esto empieza a causar efectos. –se burló, pero no evitó que sirviera unas nuevas copas. –Dime, Cedric, si es que puedo llamarte así. –dijo después, riendo por su repentina y amigable actitud. -¿Qué es lo más bajo qué harías para cumplir tus objetivos? Porque vamos, incluso ser feliz con un futuro utópico tiene un precio. –afirmó.
Keiran H. Ber-Merat- Fecha de inscripción : 28/12/2012
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