The storm {Kain}

Eran casi la una de la mañana. Abrió las puertas del local dejando atrás los truenos que habían comenzado a escucharse por toda la ciudad. La lluvia le había sorprendido. Los exámenes para los que había estado estudiando y los trabajos para los que apenas tenían tiempo le tenían destrozada y bloqueada por lo que había pensado que tal vez un paseo por las calles que solía transitar podrían servirle para despejar un poco su mente. Lo que no se imaginaba era que el sol que había estado presente toda la noche fuese a esfumarse como por arte de magia siendo sustituido por una tormenta que no presenciaba desde la Primavera, por lo que se vio obligada a correr durante cinco minutos hasta encontrar un sitio donde refugiarse hasta que amainara la lluvia.

Las gotas que se deslizaban de su cuerpo y la ropa, repiquetearon contra el suelo. Estaba empapada. Comenzó a escurrir su cabello cuando se fijó con más atención en el local al que había entrado. ¿No era en el que había estado noches atrás con las chicas de su residencia? No, se parecía bastante pero juraría que no lo era. Al menos nadie conocido la vería con aquellas pintas. Caminó hacia la barra sin perder un minuto. Bastante tenía con poder pillar un resfriado como para además esperar a que dejara de llover de pie, sin compañía con la que poder entretenerse, aunque quizá lo que menos necesitaba en aquel momento era la compañía de los allí presentes. Tras sentarse y deshacerse de su chaqueta, ahora de un color oscuro debido a la lluvia, pidió un vodka negro y se dispuso a esperar mientras echaba una ojeada por el local.

Sus manos se deslizaron por la barra mientras su cabeza se movía al ritmo de la canción que sonaba por todo el local. Sus ojos observaban con curiosidad a los demás presentes. Chicas bailando en grupo, parejas seduciéndose en la pista…lo de siempre. A lo largo de la barra, un par de cuarentones bebían con la mirada perdida. Sus ojos parecían estar vacíos, sin ningún tipo de brillo. Katherine temía tanto acabar como ellos....Sola sin tener algo mejor que hacer que pasar las noches en un antro ahogando sus penas en el alcohol.Pero...¿por qué demonios pensaba aquello?. Por último su mirada se detuvo en los reservados que parecían estar ocupados.Desde grupos cuyas carcajadas se hacían notorias hasta parejas que aprovechaban aquella pequeña privacidad para dar rienda suelta a sus deseos.

Estuvo esperando varios minutos y su bebida no llegaba. De acuerdo…la barra estaba a tope pero ¿tenía que quedarse de brazos cruzados esperando una bebida que nunca llegaría?Además, todavía estaba helada-Por favor ¿puede traerme alguien mi vodka?-preguntó alzando la voz para hacerse escuchar. Solo esperaba, que dejase de llover pronto para poder largarse de allí.

La noche, esperaba que no fuese una noche común y corriente como lo venían siendo los días anteriores, si bien los clubs no eran lo mío en la actualidad pues no necesitaba de un lugar completamente concurrido para pasarla bien, se me hizo una buena idea salir a distraer la mente de tanto estudio y negocio; aun asi no podía dejar de pensar en ello, pensar en dinero pues lo necesitaba para seguir dándome la vida que me daba, que no era llena de lujos, en lo absoluto pero cubría la mayoría de mis gastos ¿Quién dijo que golpear personas por encargo no daba dinero? Pues quien lo dijo, se equivocando grandemente, lo único malo era la persona para la cual trabajaba pero lograba sobrellevar ese asunto a mi manera, necesitaba el dinero y esa era la única forma que tenia para hacerlo, cosa aparte era la herencia de mi madre de la cual solo tocaba cuando estaba totalmente en necesidad o solo para pagar cosas en la universidad.

Bien, salí de mi cuarto en busca de diversión ¿la encontraría? Pues eso era difícil de contestas pero esperaba que si. La inesperada lluvia no iba a arruinar mis planes. Camine a lo largo de las calles de los suburbios, llevaba puesto un poleron con la capucha que cubría mi cabeza, un pantalón jean desgastado y rotos en las bastas; mi aspecto relajado era diferente del de los demás pero eso era lo que me hacia diferenciar de las demás personas de mi edad, nunca fui seguidor de las modas y nunca lo seré, mientras estuviera cómodo con una vestimenta no importaba nada mas. Llegue hasta la puerta del bar y entre como si fuera mi propia casa ¿tenia conocidos? El guardia de la puerta era un conocido mío por lo que entraba como si nada. Entre al lugar observando todo con detenimiento, el lugar no estaba totalmente lleno y eso era bueno; chicas bailando en la pista de baile con sus respectivos amigos, gente en la barra pidiendo varios tragos y es ahí donde me dirigí, no podía estar sin beber alcohol y mucho menos si tenia la garganta seca.

Camine hasta la barra pidiendo una cerveza, no me hacia problema en tratar de pedir tragos, no era pretencioso como el resto de las personas que si lo eran, quería una cerveza y al diablo todo. Me apoye en la barra mientras esperaba a que me dieran lo que había pedido al barman; dirigí mi vista a un grupo de muchachas que se encontraban sentadas al otro lado del club ¿Quién sabe? Quizás podría encontrar mas diversión de lo que pensaba. Recibí la botella de cerveza y la lleve rápidamente a mis labios para darle un gran sorbo; sentí como el líquido bajaba por mi garganta calentándola poco a poco, resople, sin duda era algo totalmente relajante. Desvié la mirada en cuanto escuche una voz femenina haciéndose presente en todo el recinto; levante una ceja divertido al escucharla. Me levante de donde me encontraba sentando dirigiéndome detrás de la barra para servir en un vaso de vidrio lo que pidió. No me detuve a mirarla directamente — Toma — dije empujando el vaso hasta ella — Parece que el barman esta follando en la parte trasera… si haces silencio puedes escucharlo o unírtele — comente sin mas levantando la vista para observar a la chica, vaya sorpresa.