||Mansión Lovegood|| " ¡BO-OM! " Hizo la máquina.

Eran las siete de la tarde y en vez de estar por ahí de compras o tomando algo con mis amigas estaba sentada en el sofá de la sala viendo dibujos con mi sobrina ¡un plan genial! Adoraba a la pequeña pero realmente me apetecía salir, pasear, nadar, lo que fuera ¿el problema? que mi hermanito estaba encerrado trabajando y no podía cuidar de su hija así que yo, la tita Arya tenía que cuidar de la pequeña princesa de la casa. Acaricié el cabello de la chiquilla pero ella ni se inmuto, estaba embobada con la televisión, ese aparato que absorbe el cerebro de la gente. Me quedé viendo fijamente la tele, sin duda los dibujos de antes eran mejores, pensé mientras negaba con la cabeza. Y la tranquilidad fue interrumpida por un grito de mi querido hermano, bufé y me levanté dejando a la niña sola. Me acerqué a mi hermano mirándole algo molesta - No hay ninguno, pero puedes comer algo más sano, una ensalada o un sandwich vegetal, algo así - le dije encogiéndome de hombros, a veces acababa siendo yo la que actuaba como la hermana mayor. Ladeé levemente la cabeza mirándole fijamente - ¿Cuando saldrás de tu encierro? - pregunté curiosa, necesitaba que cuidase de la pequeña y así podría salir y seguir con mi vida social.

Mi hermano era una de las personas más extrañas que conocía, cuando estaba en su época de encierro no sabía ni en que día vivía, a veces era exasperante. Rodé los ojos cuando se negó a comer "comida de conejos", yo que pensaba siempre en la salud y él en cambio siempre comía fatal. Bufé - Ir al baño no cuenta como salir y claro que los está viendo, tienes un problema, mira que no saber ni que hora es - dije negando con la cabeza. A veces parecía su madre, riñéndole.
Ladeé la cabeza cuando dijo que saliera, lo dicho mi hermano era raro - ¿Quieres que haga compra de verdad o solo compro comida basura? - le pregunté curiosa, casi nunca entendía a mi hermano, era demasiado extraño y cambiante, sin duda era difícil entender a una persona como él. Cuando se fue le seguí - No me gustan esas fiestas, solo van los pringados y los pijos que no están en fraternidades - le dije mientras observaba como trataba a mi sobrina. Si era sincera cuando me enteré de que mi hermano había sido padre no supe como reaccionar ¿una persona como él cuidando a una criatura? eso era algo que no podía imaginar. Pero cuando me fui a vivir con él y vi como trataba a Elena supe que era un buen padre. Le acaricié la cabeza a la pequeña con suavidad y cariño, ella era la persona con la que más suave y dulce era. Miré a mi hermano - Iré a comprar y daré una vuelta, no tardaré demasiado que estoy algo vaga - dije y fui a por mis cosas para marcharme.

Me despedí de mi hermano pellizcándole el costado y de Elena dándole un beso en la cabecita. Ya estaba lista para irme. Cogí mi bolso y me dirigí a la tienda a comprar comida basura. Ya en la tienda cogí chucherías, chocolate y cosas de picar además compré patatas y huevos para poder hacer la cena esa noche. Iba muy cargada así que estaba deseando llegar a casa para dejarlo todo. Me encontré a algunas personas con las que intercambié un par de palabras, pero ninguna conversación fue interesante. Salir me había sentado bien, era justo lo que necesitaba. Llegué a casa una hora después de haberme ido, ya que antes de ir a la tienda me había ido a dar una vuelta. Mi hermano y Elena estaban tal cual los había dejado - Ya he vuelto - dije mientras entraba en la cocina para dejar todas las cosas.

- La hora tampoco sabe quién soy yo.- Dije mirándola y elevando las cejas en el mismo instante, jactándome y poniendo los brazos en jarra entorno mi cintura. Me pasaba tanto en casa como en la universidad cuando tenía que terminar proyectos o corregir trabajos, sin duda alguna necesitaba un reloj, uno de esos que tienen alarmas disponibles.

Sonreí de oreja a oreja y lancé risas a mi hermana.- Por mi estupendo, no sé como está el frigorífico, así que dale un vistazo y traete lo que quieras, incluso algo ya hecho.- Contesté a mi hermana mientras ladeaba ligeramente la cabeza mientras me acercaba a por mi hija.
- Bueno, de todas formas no he pagado nada por las entradas, así que si quieres regalarlos o venderlos eres libre de hacerlo, están en la entrada cerca del plato de las llaves. - Señalé con mi brazo hacia la puerta, donde estarían, después me giré y la cargué en brazos. - Mientras no me digas que luego te aburres por ahí, todo tranquilo, eres mayorcita de elegir dónde ir o no ir. - Abracé suavemente a mi hija acercándola a mi y después jugando con su nariz y la mía, sujetándola después por los costados y colocándola sobre mis hombros después.
- Ok, tranquila nadie te necesita a aquí.- Dije burlón mientras elevaba mi mano hacia arriba y abría la palma para que Elena la chocara.- Vamos a hacer un puzzle y colorear a la tita Arya.....- Dije antes de bajar a mi hija y balancearla hasta dejarla en el suelo, mi hermana pasó a mi lado y pellizcó el costado.- vale, vale, serás una chica guapa y no un troll, I swear.- Dije mientras me giraba y me alejaba de ella y buscaba las cosas para jugar con Elena.

Terminé en el suelo lleno de papeles y varios dibujos hechos, peces, gatos, pájaros, la estatua de la libertad, la torre Eiffel, un perro, un intento de la tita Arya y un dibujo familiar. Elena lo había pintado casi todo, yo había hecho algunos bocetos pero además del papel ella coloreó mi cara y brazo además, tenía algo de cera amarilla en mi mejilla y un lunar azul en mi nariz.
Estaba tendido en el suelo delante del sofá y delante de la televisión cuando llegó de nuevo Arya, ni miraba la hora, solo me levanté del suelo y me acerqué a verla.
-Hey, ¿qué tal te ha ido? ¿ Qué has comprado?- Dije mientras me acercaba a la cocina y rebuscaba entre todo lo que había traído.